sábado, 15 de marzo de 2008

CUNICULUS


Con la llegada de la Semana Santa es costumbre regalar un conejo de chocolate, principalmente en los países anglosajones y en particular, en Alemania.
La mañana de Pascua los niños buscan los regalos que el conejo de Pascua ha dejado escondidos en cualquier lugar de la casa. Los regalos suelen ser chuches, huevos y conejitos de chocolate.

Esta costumbre ya se empieza a ver en los escaparates de nuestras pastelerías, conjuntamente con el huevo de Pascua.
Ambas tradiciones simbolizan la fertilidad y el nacimiento de una nueva estación.

Esta unión del conejo con la fertilidad ya era comentada por lo antiguos romanos, así pues, dediquémosle un artículo al conejito de Pascua, para que la prosperidad nos sea propicia a tod@s.

La primera información que tenemos del conejo nos la proporciona Polibio, XII, 3, 10:


Visto de lejos se asemeja a una liebre pequeña, pero si se toma en las manos se ve que la diferencia es notable, tanto por su figura como por su alimentación; vive la mayor parte del tiempo bajo tierra.”



También Elíano, XIII, 15 nos habla sobre esta especie parecida a la liebre:Existe otra especie distinta de la liebre, de complexión pequeña, y que no crece más. Su nombre es conejo. No soy inventor de nuevos nombres, razón por la cual en esta historia conservo también la denominación de origen que le pusieron los íberos de Hesperia, entre quienes se cría y es abundante. Pues bien, su color, a diferencia del de las otras especies, es negro y tiene un rabo pequeño, pero en lo demás, allá se va con las otras especies antes mencionadas. Bueno, difiere también en el tamaño de la cabeza, pues la de éste es más pequeña y es una cosa tremenda la poca carne que tiene en ella, y es más corta. Es más lascivo que las restantes liebres..., por lo que se solivianta y enloquece cuando anda tras la hembra".


Las fuentes clásicas nos muestran claramente la concepción de estos animales en el mundo clásico y la procedencia de su nombre. Así pues, recibió el nombre de Oryctolagus cuniculus de los íberos de Hispania: kyniklos (kΰνιkλoς), que después derivó a la palabra latina cuniculus, y de ahí a otras lenguas:


Italiano- coniglio


Portugués -coelho


Francés -conin y conil


Inglés -cony, coney además de rabbit.


Alemán –kaninchen




En la obra de Polibio ya se encuentra el término kunikloj, para conejo, de él lo toman Galeno kounikouloj y Erotiano kouni/kloun.


También Varrón, Agr. III, 12, 6, hace mención a su procedencia y su nombre. Lo más curioso de su narración es la interpretación que hace a su apelativo:


“La tercera casta (de conejos) es la que nace en Hispania, parecida a nuestra liebre, pero más pequeña y que llaman conejo. […] A los conejos se les llama así porque suelen hacer “cuniculi” es decir, “galerías subterráneas” debajo de la tierra, donde se esconden en los campos.


Esta habilidad para hacer túneles fue copiada por los hombres para excavar las minas, conclusión que se puede extraer al leer a Marcial, Epig. XIII, 60:

“El conejo se regocija en cuevas que él hace: mostró a sus enemigos secretos caminos”.

Una de las características de los conejos es su abundancia y su fecundidad:


Heródoto, III, 108


“Los animales que son feroces y dañinos tienen una capacidad de reproducción más limitada. Por ejemplo, la liebre (y el conejo) son cazados por todos, animales, volátiles y hombres; precisamente por ello son más fecundos”.


Sólo ella, de entre todos los animales, concibe un segundo fruto en la medre preñada. Los primeros gazapos son peludos ya en el vientre de la madre; los segundos, por el contrario, son pelados. Porque los primeros han llegado a la matriz y los otros acaban de ser concebidos”



Plinio, X, 179: Paren todos los meses e incluso tiene una superfetación, como las liebres (y conejos). Pueden quedar cubiertas nada más parir; conciben aunque estén amamantando las crías, pero paren cachorros ciegos”


“La naturaleza benigna en esto ha hecho fecundos a los animales inofensivos y comestibles. La liebre y el conejo que hacen para ser presas de todos, es el único animal que tiene superfetación, cría a uno, llevando a la vez en el útero a otro vestido con pelo, a otro desnudo y a otro que acaba de engendrar. También se ha intentado hacer trajes con pelo de conejo y liebre, que resulta de tacto no tan suave como sobre su piel y se rompen pronto por la escasa longitud del pelo” (Plinio VIII, 219)


Resulta paradójico que esta abundancia haya sido motivo de preocupación y desequilibrio en algunos momentos de la historia pues arrasaban las cosechas ya que se alimentación es básicamente de raíces y semillas:

“Hay también testimonios igualmente famosos de calamidades causadas por despreciar a los animales. Varrón afirma que una ciudad en Hispania fue minada por los conejos” (Plinio, VIII, 104)


Estrabón, "Es muy grande también el número de ganado y de la caza. Gran ventaja es que faltan animales dañinos. Sólo los conejos abundan y hacen mucho daño a plantas y sembrados, comiendo las raíces".


Para poder solucionar el problema de superpoblación tuvieron que acudir a la naturaleza animal, pues la naturaleza militar no pudo con ellos:


“Se sabe que los habitantes de Baleares han pedido auxilio militar al Divino Augusto contra la abundancia de conejos. Grande es la estima del hurón en la caza de estos animales; lo meten en las galerías de los conejos, que tienen muchas entradas en la tierra- de ahí el nombre del animal- y a los que ha expulsado así los atrapan arriba”. (Plinio VIII, 218)


“Son de las especies de las liebres también los que Hispania llama conejos, de fecundidad inacabable y que causan hambre en las islas Baleares al devastar las cosechas. Las crías sacadas de su vientre o quitadas de sus mamas, sin limpiarles las entrañas, se consideran la comida más deliciosa; los llaman laurices.” (Plinio, VIII, 217)

Eran tan frecuentes en Iberia que sabemos con el emperador Adriano se acuñaron monedas con el anverso del emperador y en el reverso un conejo, por lo que Hispania se ganó el apelativo de “Celtiberia cuniculosa”.


El conejo no sólo era conocido en Hispania, sino también el norte de África, sur de la Provenza, islas Baleares, Córcega y Cerdeña. Así, el filósofo Posidonio en Hª afirma: “También nosotros hemos visto muchos en la travesía desde Dicearquia [Pozzuoli hoy en día] a Nápoles. En efecto hay una isla no muy distante de la tierra firme, habitada por muy poca gente, pero que tiene muchos conejos”

Resulta curioso encontrar citas como ésta: “Con frecuencia se encuentran entrañas dobles en los conejos de la Bética (Plinio XI, 196). También Teopompo en el libro XX de sus Hª habla la existencia de conejos con dos hígados.


El conejo en la cocina romana era un animal muy apreciado, pues era una gran fuente de proteínas. Por las recetas de Apicio sabemos que se cocinaban en salsa o ahumados. En un principio no se criaban en cautividad.




RECETAS PARA PREPARAR CUNICULI




CONEJO O LIEBRE SAZONADA


“Cocer previamente la carne con agua; luego colocarla con un recipiente con aceite y meter al horno. Casi en su punto de cocción se cambiará el aceite para cubrirla con la salsa siguiente: pimienta, ajedrea, cebolla, ruda, apio en grano, garum, benjuí (o bayas de enebro), vino y un poco de aceite. De vez en cuando darle la vuelta y acabar la cocción con esta salsa


CONEJO O LIEBRE RELLENA



“Coger unos piñones, almendras, nueces o bellotas troceadas, granos enteros de pimienta y trozos de carne de liebre o conejo. Ligarlos con huevos batidos, envolver en un redaño y meterlo en el horno. A continuación hacer una salsa con ruda, bastante pimienta, cebolla, ajedrea, dátiles, garum y vino aromatizado. Dejar hervir durante largo tiempo hasta que espese y echar después encima de la carne. Antes de servirla deberá macerar con garum, pimienta y benjuí (o bayas de enebro)”

CONEJO O LIEBRE EN SU JUGO


“Deshuesar el conejo o la liebre, limpiarla bien y ponerla en una cazuela. Echar aceite, garum, caldo, un manojo de puerros, cilantro y eneldo. Durante la cocción, machacar en un mortero pimienta, ligústico (o ajos y perejil), comino, cilantro en grano, benjuí (o bayas de enebro), cebolla seca, menta, ruda, apio en grano, rociar con garum, añadir miel, jugo del caldo y amalgamar con vino aromático y vinagre. Dejar hervir. Cuando esté, envolver con almidón. Sacar el conejo o la liebre, cubrirla con salsa, espolvorear pimienta y servir”

CONEJO O LIEBRE COCIDA


“Colocar el conejo o la liebre en una bandeja y echar en ella aceite, garum, vinagre, vino de pasas, cebolla troceada, ruda fresca y tomillo triturado. Se servirá así”


Terminar con la frase de Varrón, III, 12:

"Cuniculus in Hispania nascitur, quod sub terra

cuniculos ipsi facere solent"


FELICES PASCUAS A TOD@S.


Plurimam salutem!

*Fotografías propias






sábado, 8 de marzo de 2008

DIES MULIERIS, LAS MUJERES Y SU RELACIÓN CON EL VINO


Coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, vamos a dedicar este artículo a las mujeres y el vino en el mundo antiguo.

Sabemos por las fuentes clásicas que la relación de la mujer con el vino es diferente en el mundo griego y en el romano.

A las mujeres griegas se las tilda de aficionadas al vino:

“Al aúreo Dioniso hizo donación Cleo,

después de habérsela ceñido, de esta túnica azafranada,

porque destacaba en los banquetes. En beber lo mismo

ningún ser humano rivalizó con ella nunca jamás”

(Epigramas, Faleco)

Por el contrario, al sexo femenino en la antigua Roma se les vetó su consumo:

“Entre los romanos, como dice Polibio en el libro sexto, se prohíbe a las mujeres beber vino; ellas beben el llamado “passos”, elaborado con pasas, parecido al vino dulce que se bebe en Egóstones y al vino de Creta; por esto, cuando la sed las abrasa, toman este sucedáneo. Y es imposible que pase desapercibida la mujer que ha tomado vino: en primer lugar, nunca disponen de él, y además, debe besar a sus padres, a sus suegros y aún a sus sobrinos, y esto cada día, en el mismo instante que los ve por primera vez. Asimismo al no saber con quién conversará, con quiénes se encontrará, toma sus precauciones, porque la cosa, sólo con que haya probado un poco de vino, no necesita acusación ante el juez

(Polibio, VI, 11 a y Ateneo X, 56)

En la misma línea habla Plinio, XIV, 89; a las mujeres se le prohíbe el consumo de vino, salvo a las mujeres ancianas. Plinio incluso cita que un ciudadano romano, I. Metenio, mató a bastonazos su esposa por haber tomado vino.

Es muy curioso el control sobre la mujer con el “ius osculi”, la prueba del beso, que nos menciona Polibio para cerciorarse que realmente una mujer no ha tomado vino. Aquella mujer que entra en el mundo del vino, terreno reservado al sexo masculino, deja de ser una mujer decente, una mujer íntegra, que reúne todos las virtudes que caracterizan a una matrona, la sumisión, la castidad y la honradez.

Así pues, a la mujer romana se le prohibía no sólo beberlo, sino también servirlo, guardarlo e incluso, llevar a cabo su administración en la despensa, tarea realizada por el pater familias.

Pero, ¿cuál sería la explicación de este hecho?

Existía una ley que prohibía el consumo de vino por parte de las mujeres, así en Alcito de Sicilia podemos encontrar una explicación, en su libro Italia, de por qué la mujer en Italia no puede beber vino:

“Cierta vez que Heracles se encontraba en la región de Crotona, llegó sediento a una casa que había junto al camino, se acercó y pidió allí de beber. Mas dio la casualidad que la mujer del propietario de la casa había abierto a escondidas una tinaja de vino, así que le dijo a su marido que haría una cosa terrible si la abría por un extranjero, y le instó a darle agua. Heracles, a su vez, que estaba de pie a la puerta y había escuchado la conversación, elogió mucho al marido de aquella, el cual le rogó que pasara y le echase un vistazo a la tinaja. Y cuando entró el hombre, se encontró con que la tinaja se había convertido en piedra. Y este episodio es todavía hoy una señal, entre [laguna en el texto] todas las mujeres de la región, de que supone un deshonor beber vino, por el susodicho motivo”

El origen de esta prohibición tendría varias explicaciones:

  • Los efectos que provoca el consumo de vino: promiscuidad, rebeldía, hablar más de la cuenta, libertinaje, en conclusión, pérdida de control individual y pérdida, a su vez, del control de la esposa por parte del marido.

“El vino hasta a los sensatos los induce a cometer insensateces”

(Esténelo I,32)

Así pues, esa subordinación y sumisión de la mujer al hombre se vería truncada. Al mismo tiempo, la mujer, accediendo al mundo del vino, se encontraría en plano de igualdad con el hombre. Por tanto, suponía un temor masculino:

"Revisad las leyes relativas a las mujeres con las que vuestros antepasados sujetaron las libertades de las mismas y mediante las cuales las sometieron a los maridos. Y aun cuando estando delimitadas por todas estas prohibiciones, apenas las podéis dominar. ¿Qué ocurriría si les permitierais alterar esas leyes una a una, desarticularlas y, en fin, que se igualasen a sus maridos? ¿Creéis que podríais resistirlas? En cuanto comiencen a ser iguales serán superiores".

(T.Livio III)

  • Una de las creencias sobre los efectos que producía el consumo de vino era el aborto, de manera que, si la única misión de la mujer en la vida era la procreación en el marco del matrimonio, ésta peligraba con el consumo del mismo.

“Se hace también un vino abortivo: en las vides cultivadas se planta al lado del eléboro o el cohombrillo amargo o la escamonea, de los que la uva recibe la virtud. Y el vino que se hace de tal uva es abortivo. Se administra en ayunas a las mujeres tras el vómito, la cantidad de un cíato aguado”

(Dioscórides, V, 67)

  • Como ya vimos en el artículo sobre el néctar, ambrosía y amor, el vino era uno de los componentes con los que, supuestamente, se podría elaborar el néctar y la ambrosía que proporcionaba la inmortalidad y la eterna juventud, unos elementos vinculados con las divinidades, así pues, su consumo acercaba al mortal a los inmortales. Esta proximidad sólo era permitida al sexo masculino, pues el pater familias es el único que tenía el derecho, ante el altar del hogar, a hacer las libaciones de vino puro a los dioses.

Terminar diciendo que muchas cosas han cambiado para la mujer, aunque todavía hay mucho que conquistar, esperemos que se cumpla el deseo de estos versos:


“¡Ojalá me sea dado, mientras tú conservas la vida, hija,

morir después de beber el vino de la libertad”

FELIX DIES MULIERIS


Plurimam salutem!

*Fotografías propias
excepto la última imagen que ha sido tomada de:
http://romanpresentations.blogspot.com/


sábado, 1 de marzo de 2008

DE COCINA CON LOS ROMANOS

Para aquel o aquella que tiene gusto por cocinar, no hay nada más gratificante que ponerse ante los pucheros, pero, si además de cocinar, quiere sorprender, qué mejor que acudir a los clásicos; así pues, si quieres hacer prácticas de cocina romana antigua, he aquí unas recetas de Apicio con las que seguro que sorprendes a tus invitados.

POTAJE (Betas minutas)

Cocer en agua acelgas troceadas y puerros frescos, cuando ya estén cocidos, añadir pimienta, comino, rociar con garum y vino de pasas para endulzarlo. Dejar que hierva y servir.

PATINA DE ESPÁRRAGOS (patina de asparagis)

Colocar en un mortero las puntas de los espárragos que normalmente se quitan, se trituran, se vierte por encima vino y se tamiza. Moler pimienta, ligústico (bayas de enebro, cilantro verde, ajedrea, cebolla, vino, garum y aceite. Pasar el puré a una cazuela engrasada y si se quiere añadir huevos para ligarla mezcla. Al servir, espolvorear con pimienta.

HUEVOS REVUELTOS (in ovis apalis)

Mezclar los huevos con pimienta, ligústico y piñones. Rociar con miel, vinagre, garum y amalgamar.


MEJILLONES (In metulis)

Limpiar y lavar los mejillones; cortar dos puerros en rodajas finas, rehogarlos con aceite. Añadir un vaso de vino, una cucharada de garum y un poco de cominos. Cocer en esta salsa los mejillones hasta que se abran.

TORTILLA DE LECHE (ova spongia ex lacte)

Batir 4 huevos, mezclar bien con ¼ l de leche y 25 gr de aceite hasta que quede disuelto. Poner aceite (poca cantidad) en una sartén pequeña y echar el preparado cuando esté caliente. En el momento que esté cocido por una parte, darle la vuelta, untar con miel, espolvorear con pimienta y servir.

DULCES CON PIMIENTA (dulcia piperota)

Mezclar miel, vino puro, vino de pasas y ruda. Añadir piñones, nueces y espelta cocida con agua. Finalmente, echar nueces cortadas y avellanas tostadas.

Prosit, buen provecho

Plurimam salutem!

*Fotografías propias