Las Vestales romanas tenían un papel primordial en la religión como vigilantes del fuego sagrado de la ciudad, pero también eran las protagonistas en diferentes fiestas religiosas como era el caso de los ARGEA, festividad que se realizaba el 14 ó 15 de mayo, según autores y de la que podréis saber más en el blog HORTUS HESPERIDUM.
También en estos días las Vestales romanas tenían como misión fundamental la preparación de uno de los ingredientes de la mola salsa y la muries, productos necesarios para los sacrificios en diferentes festividades religiosas.
Veamos en qué consistían:
LA MOLA SALSA era una torta de harina salada, es decir, una mezcla de farro tostado y sal cocida.
LA MURIES, se trataba de una salmuera cocida.
La entrega de estos productos se llevaba a cabo tres veces al año: el 15 de febrero con la fiesta de los Lupercalia, el 9 de junio, con los Vestalia y el 13 de septiembre con la fiesta en honor a Júpiter Capitolino.
Para poder elaborar estas recetas las Vestales debían de preparar sus ingredientes con anterioridad, así pues, desde las nonas de mayo hasta la vigilia de los idus, las Vestales más ancianas, en un número de tres y durante tres días, debían disponer el farro o harina necesario para la mola salsa.
Esta acción nos la ha transmitido Servio, Ad Buc. VIII, 82:”Las Vírgenes Vestales, un máximo de tres, desde las Nonas de mayo hasta el día de antes de las idus de mayo en días alternos (*es decir, entre el 7 y el 14; 8, 10 y 12 o 9, 11 y 13 de mayo), ponen las espigas de trigo o espelta en cestas, las mismas vírgenes tuestan esas espigas, las machacan para liberar las semillas, las muelen, así elaboran el farro”.
MOLA SALSA
Sobre la mola salsa podemos comentar que su etimología presenta dos componentes claros: el término latino “mola”, con el significado de “molienda- harina” y “salsa”, con el sentido de “salada”. Así pues, mola salsa indicaba harina salada o pastel sagrado ofrendado a los dioses en los sacrificios o inmolaciones, palabra que también tenía su origen en “mola” (inmolatio).
A la mola salsa, también se la denominada “casta mola”. Este nombre se relacionaba con una de las obligaciones de estas sacerdotisas, ser vírgenes, por eso el apelativo de “casta”.
Al mezclar el farro y la sal se conseguía una masa que se cortaba con un cuchillo de hierro para depositarla en una jarra ubicada en el templo. A la jarra se le añadía agua que no podía proceder de ninguna canalización. La harina se salaba con esta salmuera y así se creaba la mola salsa. En los sacrificios se desmenuzaba una pequeña cantidad de mola salsa en la nuca de la víctima, así la inmolatio era considerada legítima, hecho que leemos en Hor. Od. IV, 11, 7: “El altar, envuelto de follaje consagrado y puro, espera ansioso ser rociado con la mola de un cordero sacrificado”
La mola salsa también podía ser empleada en la celebración de las nuptiae por el rito de la confarreatio (en la que se empleaba “far o panis farreus”, de ahí confarreatio) y en la purificación del hogar que se llevaba a cabo cuando una persona moría, como nos comenta Ovidio, Fasti, II, 23:”los padres romanos llamaron februa a los instrumentos de purificación… a las tartas saladas y la sal que coge el lictor para purificar las casas cuando se las barre se llama igual”
No era considerado legal el uso de la mola salsa en la vida privada, aunque Tib, I, 5, 13-14 nos comenta que se empleó la mola para evitar que su amada tuviera pesadillas, es decir, con un valor mágico o de amuleto.
Sobre la mola salsa las fuentes clásicas nos informan lo siguiente:
- Varrón LL V 104:”El trigo (frumentum) tiene su denominación también porque a las entrañas (de los animales) cocidas en una olla se les suele añadir algo de mola, esto es, de sal y de farro (far) molido”
- Festo 124 L: “la mola también es llamada far tostado y sal esparcida porque se esparce sobre las víctimas cuando está molido”
- Marcial, VII, 54: “Todas las mañanas me cuentas sueños que sólo tratan de mí, para que me remuevan y me alteren el ánimo. Ya el vino de la pasada cosecha, e incluso de ésta, ha llegado hasta la madre mientras una hechicera me conjura tus sueños nocturnos; he consumido tanto pasteles salados como montones de incienso. Han disminuido mis rebaños por sacrificar frecuentemente una cordera. Ni puercos, ni aves de corral, ni huevos me quedan. O quédate en vela, Nasidiano, o sueña contigo”.
RECETA DE LA MOLA SALSA
“Mezclar la misma cantidad de harina y sal [para salar la harina, se utiliza la muries realizada]”.
ADAPTACIÓN DE LA RECETA
Para la mola salsa, bastará con mezclar sal y harina en proporciones iguales.
Para la mola salsa, bastará con mezclar sal y harina en proporciones iguales.
Esta mezcla se puede utilizar para elaborar unas tortas saladas. Para hacerlas será necesario mezclar harina para hacer pan (ya salada) con masa madre. Amasar bien y hacer unas tortitas finas para poder cocer en una asadora.
Estas tortitas se pueden servir con miel y frutos secos o con algún queso o mermeladas o patés de aceitunas o garbanzos, etc.
MURIES
Las Vestales, como hemos comentado, también elaboraban la muries, una salmuera cocida que se colocaba en el templo de Vesta (in penu exteriore) que se mezclaban con agua y, al igual, que la mola salsa se empleaba en los sacrificios. He aquí la receta que nos ha transmitido Festo, 158 L:
RECETA DE MURIES
"La muries es según dice Veranio una salmuera hecha con sal no purificada, picada en un mortero y echada luego en una olla de tierra y después cubierta de yeso y cocida al horno. Las vírgenes Vestales la cortaban después con una sierra de hierro y la depositaban en una tinaja saladera que hay en la Aedes Vestae, en la parte exterior del penus (despensa). Ellas echan allí agua viva o cualquier otra agua con tal no venga conducida por tubos, y se sirven de ella para los sacrificios”
ADAPTACIÓN DE LA RECETA
Para la muries, utilizar sal gruesa picada en un mortero y cocerla en una sartén. A continuación se coloca en una bandeja de barro.
Varrón llama a la muries “salmuera”, en RR 88, 2 y recomienda su uso como conservante: “esta salmuera (muries) será buena para conservar la carne, el queso o el pescado”
La utilización de un producto como el cereal en los sacrificios estaría justificada por la importancia del farro en la alimentación de los antiguos, como bien nos muestran las fuentes clásicas, Plinio XVIII, 62 afirma:”Verrius dice que el pueblo romano consumió el farro del trigo hasta el año CCC”
A su vez, se piensa que era normal que la elaboración del farro la llevaran a cabo las mujeres, ya que la manipulación de los cereales estaba atribuida al sexo femenino, aunque Plutarco, XV, 5 comenta que en tiempos antiguos estaba vetado a las mujeres moler y que sólo podían trabajar la lana. No obstante, el hecho de ser las Vestales unas sacerdotisas, ser castas y sagradas quizás les diera el derecho de hacer la molienda.
Sabemos que para elaborar la mola salsa y la muries se empleaba un mortero de mano, no un mortero de muela o “mola versatilis” tan frecuente en el mundo romano, pues las acciones se debían de hacer manualmente. Al igual que la harina, también la sal era picada manualmente y debía ser cocida en el horno en una olla de arcilla con tapa de yeso.
Parece ser que la costumbre de ofrendar a los dioses harina fue impuesta por el rey Numa, según nos comenta Plutarco. Numa 14: “no se ha de hacer libación a los Dioses con vino de viña no podada; ni se les ha de sacrificar sin harina; se ha de hacer adoración volviéndose, y los que han adorado deben sentarse”.
Si os animáis a elaborar la mola salsa o la muries debéis de tener presente que se tratará de un producto con múltiples funciones: religiosa, mágica y alimenticia
Plurimam salutem!
*Imágenes propias
ACTUALIZACIÓN, 16-5-10: En el blog LA SAL podréis leer más información sobre la mola salsa. Muchas gracias por tu información.
Hola Charo!!
ResponderEliminarQué interesante! Aunque sí conocía la muries no había leído nada al respecto. Siempre aprendo cosas nuevas leyéndote. Muchas gracias!!
Un beso!!
Qué alegría tenerte aquí.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario.
Besos
Emilio
ResponderEliminarCiertamente Charo, las vestales preservaban el fuego sagrado, y tenían que ser vírgenes, aquellas que incumplían esa obligación eran condenadas a ser enterradas vivas. Me imagino al provinciano que llegado al gran anfiteatro Flavio (Coliseum, así llamado por una colosal estatua de Nerón que había ocupado aquel lugar ), comiendo sus crujientes garbanzos tostados (los comediantes solían satirizar a los cartagineses –que por cierto introdujeron el garbanzo en Hispania- comiendo a puñados su producto nacional como nosotros hacemos con los norteamericanos al presentarlos en ciertas películas masticando exageradamente chicle) al igual que nosotros con los exóticos cacahuetes, completamente estupefacto al oír vociferar a las vestales en su frustración reprimida, como nos relatan las fuentes clásicas, al contemplar las luchas de gladiadores (en el mal llamado circo pues éste se trataba realmente de una especia de hipódromo pero de carreras de carros ya fueran bigas, cuadrigas, etc…) en las primeras filas, reservadas para ellas, entre otras personalidades.
Por aquel entonces, igual que en la España renacentista, muchas mujeres eran obligadas a vivir en conventos con el precepto del celibato, pero cuando éste no es elegido voluntariamente constituye un cruel acto contra natura, por eso no es de extrañar que en muchos muros de conventos los arqueólogos hallen restos de neonatos.
Un grabado de una pared de Pompeya nos invita a la reflexión: “ Quienes aman, que florezcan. Que perezcan quienes no aman. Que mueran dos veces aquellos que prohíben el amor”.
Como siempre mi más cordial saludo.
Emilio, tus reflexiones son sumamente interesantes. Te agradezco mucho tus comentarios.
ResponderEliminarQué hermoso texto en Pompeya sobre el amor.
Gracias
Saludos
...Bueno después de la palabra vivir hay que suprimir "en conventos", es lo que tiene cuando te interrumpen llamándote al móvil.
ResponderEliminarAunque mi especialidad es todo lo referente al tema militar, batallas y política, no deja de sorprenderme la sensibilidad de una gente acostumbrada a una vida realmente difícil que tenía que endurecer su ánimo en una época violenta.
Gracias por tu comentario y por hacer disfrutar a tanta gente con un blog sobre el mundo clásico (ya además especializado), espero que cunda el ejemplo.
Un cordial saludo.
Yo también espero que estos buenos deseos nos iluminen a todos en este 2012.
ResponderEliminarSaludos