Isidoro XVII 7, 3 afirma que “se llama malum porque se fruto es el más redondo de todos cuantos existen; de ahí que las auténticas manzanas son las totalmente redondas. Muchas frutas recibieron el nombre de las provincias o ciudades de las que trajeron”
En este artículo vamos a centrarnos en el melocotón, fruta muy del verano que acaba de dar comienzo.
Fue llamado en griego Persikâ mêla y en latín prunus persicon. Las denominaciones del término melocotón en otras lenguas tienen su procedencia en la palabra “persikón”, así vemos en italiano “pesca”, en inglés “peache”, en francés “pêche”. Esto nos hace pensar que los griegos lo llamarían así por haber tenido contacto con él en Persia. Para André, fue conocido hacia el s. II a.C a través del Asia Menor y llegó a Italia en el s. I d.C con el nombre griego.
Plinio en el libro XV 39, 44, piensa que se llama Persica por que fue el rey Perseo quien ordenó plantarlo en Menfis.
Macrobio, Saturnales, III, 19, 3 al respecto dice que “Cloacio clasifica entre las manzanas la “pérsica” que tomó su nombre de su origen, aunque hace tiempo que germina en nuestro suelo”
Hemos visto que en varias lenguas la palabra para la fruta del melocotonero deriva directamente del latín malum persicon, pero ¿cuál es la procedencia en español? El nombre de melocotón vendría del latín malum cotonium, la otra denominación que se le da a este fruto, así nos lo cuenta Plinio XV 11, 10:”Llamamos malum cotonium, y los griegos Cydonia, a los frutos traídos de la isla de Creta”
Por lo que respecta a sus CARACTERÍSTICAS Isidoro de Sevilla XVII 7,7 afirma que:”El malum persicum (melocotón), árbol de corta vida, presenta, según dicen, tres especies: la duraznera, la armenia y la pérsica. El duracenum (durazno) se llama así porque su fruto da un gusto a agrio. La clase armenia es conocida por tal nombre porque procede de Armenia. El tipo Pérsico es así denominado porque Perseo, de quien los Ptolomeos se decían descendientes, lo sembró en Egipto. En Persia, este árbol da un fruto que produce la muerte; en cambio, entre nosotros, proporciona una fruta agradable y tierna que puede ser precoz o bien estival”.
Son muchos los BENEFICIOS que se le adjudican, así Dioscórides, I, 152 dice que:”Los melocotones sientan bien al estómago, los maduros son laxantes del vientre, los poco maduros son constrictivos del vientre. Los secos se vuelven más constrictivos, Y la decocción de los secos, si se toma, detiene el flujo de estómago y de vientre”
Plinio XXIII, 132 también habla de sus propiedades curativas: “Más saludables que las ciruelas son los melocotones y su jugo, según se exprima en vino o en vinagre. No hay alimento más inofensivo que estos frutos; nada tienen menos olor y más jugo que, sin embargo, estimulan la sed. Las hojas detienen las hemorragias. Los huesos de los melocotones, con aceite y vinagre, se emplean para los dolores de cabeza”
El primer autor que mencionó al melocotón fue Celso, 6, 7, 1, D comentando los beneficios que reporta su consumo.
Debió de ser una fruta muy apreciada en la antigüedad, como podemos ver por el gran número de imágenes que nos han llegado de las pinturas pompeyanas, quizás ese gusto por representar a este fruto esté relacionado con el papel tan importante que tiene en la cultura china, en la que el melocotón simboliza eternidad e inmortalidad.
Esta inclinación por plasmar su hermosura no se refleja en el mundo culinario, pues son pocas las recetas antiguas que tenemos.
En Apicio aparecen tres recetas de melocotones, en una de ellas nos habla de cómo conservarlos, en otra es uno de los ingredientes de una salsa y en la tercera nos propone un postre.
Veámoslas:
COMO CONSERVAR LOS MELOCOTONES
Escoged los mejores y ponerlos en salmuera. Al día siguiente sacarlos, y tras escurrirlos con cuidado se colocan en un recipiente. Echarles por encima sal, aceite y ajedrea.
CALABAZA CON POLLO
Salsa elaborada con:
Melocotones, trufas, pimienta, alcaravea, comino, laserpicio, finas hierbas, menta, apio, coliandro, poleo, dátiles, miel, vino, garum, aceite y vinagre
PLATO DE MELOCOTONES
Limpiar unos melocotones, cortar en trozos y ponerlos en una bandeja. Echar unas gotas de aceite y comino. Servir.
Como curiosidad la que nos comenta Plinio, XII; 7: “Los huesos de los frutales han de plantarse con la punta dirigida hacia abajo y no hundirlos más de dos o tres palmos. Algunas personas dejan a secar estos huesos en cestas, en motas de tierra sueltas con mezcla de ceniza […] Los griegos afirman que el melocotonero nacerá con una inscripción si se entierran sus huesos y, al cabo de siete días, cuando empiecen a entreabrirse, se parten en dos, se cogen las semillas y en ellas se escribe con cinabrio lo que se quiera; luego si se entierran conjuntamente con los correspondientes huesos pegándolos con mucho cuidado”
Si os animáis a hacer la prueba, no dudéis en contárnoslo.
Acabar con unos hermosos versos que nos hablan del malum persicon:
El propio melocotonero carga sus ramas de más noble simiente
y sabe asociar con el ciruelo su generación;
proyecta su tenue sombra el tronco de Filis
y aprende a ser más fuerte con tal aproximación.
(Paladio, XV, Injertos, 94)
Plurimam salutem!
*Imágenes propias
Te felicito por este artículo y por todo el trabajo que realizas en tu blog. Con tu permiso me gustaría agregarte al listado que planeo confeccionar en mi humilde blog, al que desde luego quedas invitada. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Raúl, eres muy amable por tu comentario.
ResponderEliminarSerá un honor para De Re Coquinaria poder estar enlazado a tu blog.
Pasaré a visitarte
Saludos
Buenas, Charo,
ResponderEliminarAcabo de publicar un post dónde cito este post i tu blog.
Felicidades por tu trabajo.
Muchas gracias!
http://cuinacinc.blogspot.com.es/2013/09/pressec-amb-vi-melocoton-con-vino.html
Saludos,
Fina
Hola Fina, muchas gracias por tu mención de Re coquinaria en tu blog.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo, es muy interesante.
Saludos