DE RE COQVINARIA
Blog sobre cocina romana antigua y otros aspectos del mundo antiguo, principalmente su legado en la actualidad.
domingo, 16 de febrero de 2025
GLYKINAS- GALLETAS DE VINO DULCE
domingo, 26 de enero de 2025
LA ÚLTIMA CENA DE LOS PRETENDIENTES
La lectura de La Odisea nos aporta una gran cantidad de información y entre ella,
podemos descubrir el uso de los
alimentos a lo largo de sus cantos.

Odiseo en su regreso a Ítaca y también para los pretendientes de Penélope que
consumen día a día la despensa de Odiseo.
La narración comienza indicando la
finalidad de este banquete y explicando qué induce a esa actitud. Se trata de
un banquete singular e histórico pues marcará el desenlace de la Odisea.
Así dijo, y se alegró con el presagio el
divino Odiseo y con el trueno de Zeus, pues pensaba que castigaría a los
culpables”
A continuación se inicia la preparación de
la velada por parte de las esclavas que presenta una gran plasticidad, nos
sitúa en una escena típicamente hogareña, con el encendido del fuego para
caldear la sala y la limpieza del espacio.
Es una descripción peculiar en la que
encontramos algunos calificativos curiosos como “aguas profundas” simbolizando
el próximo futuro de los pretendientes.
Así dijo, y ellas la escucharon y
obedecieron. Unas veinte marcharon hacia la fuente de aguas profundas y
otras trabajaban habilidosamente allí mismo, en la casa”
Y después que hubieron asado la carne
de las partes externas, las retiraron, repartieron y celebraban un gran
banquete. Y los que servían pusieron junto a Odiseo una porción igual a las que
había tocado en suerte a ellos; así lo había ordenado Telémaco, el hijo del
divino Odiseo […]
Así dijeron los pretendientes, pero Telémaco no hacía caso de sus palabras, sino que miraba a su padre en silencio, aguardando siempre cuándo pondría las manos sobre los desvergonzados pretendientes.
Y la hermosa hija de Icario, la prudente Penélope,
poniendo su sillón enfrente escuchaba las palabras de cada uno de los hombres
en el palacio. Así es como se prepararon, entre risas, un almuerzo dulce y
agradable, pues habían sacrificado en abundancia. Pero ninguna otra cena
podría ser más desgraciada como la que iban a prepararles más tarde la diosa y
el fuerte hombre, pues ellos fueron los primeros en ejecutar acciones indignas”
Llama la atención los platos que forman parte de esta
última cena, en su mayoría se trata de los animales que se solían sacrificar a
los dioses, preludio quizás del trágico destino de los invitados. A su vez, se
sirvió pan y vino mezclado con agua en las cráteras. Odiseo castigará a los
pretendientes por su glotonería justo cuando
están empezando a cenar. Homero nos narra esta escena de manera muy gráfica, cayendo
sobre las mesas y derramando la comida.
La Odisea refleja en gran medida la importancia que
los symposia tenían en la cultura
griega, pero también nos muestra el papel simbólico de la comida a lo largo de
la obra, como por ejemplo, el cíclope que come humanos, Escila que se traga a
seis de los hombres de Odiseo o como la esposa de Antífates, rey de
los lestriogones intenta comerse a Odiseo y a sus acompañantes.
Plurimam salutem!
domingo, 12 de enero de 2025
RECOPILACIÓN RECETAS COCINA ROMANA ANTIGUA XVIII
Siguiendo con nuestra costumbre anual, vamos a recopilar todas las recetas del año anterior. Ya vamos por la edición nº 18.
RECOPILACIÓN RECETAS COCINA ROMANA ANTIGUA XVIII
GUSTATIO- ENTRANTES
Col al estilo de
Atenas, una
sencilla receta con grandes beneficios, que nos recuerda un poco a nuestra
ensalada de col prensada. Oribasio dice así:
”La col se corta en rodajas con un cuchillo de hierro muy afilado, se lava y se escurre. Se corta una cantidad suficiente de cilantro y ruda y se le añade a la col; luego se espolvorea con oxymeli [vinagre de miel] y se ralla por encima un poco de asafétida [silfio]”.
ADAPTACIÓN DE LA RECETA
Ingredientes
- Col o repollo
- Cilantro fresco
- Ruda fresca o seca [se puede
sustituir por la semilla de fenogreco]
- Asafétida en polvo [se puede
sustituir por cebolla o ajo en polvo]
- Sal marina sin refinar
- Vinagre de miel [lo haremos
de la siguiente manera: herviremos poco 120 mg de miel, sirope de arce o
melaza de arroz, le añadiremos dos cucharadas de vinagre de vino tinto o de
manzana y lo dejaremos reducir durante unos minutos]
- Aceite de oliva y limón
[opcional]
Elaboración
Corta la col o el repollo en
rodajas muy finas, lávala muy bien y escúrrela.
Añade sal, removiendo y
amasando bien con las manos para que la sal penetre en la col y extraiga todo
el líquido que lleva en su interior.
Pon la col en un bol y prénsala
con un peso.
Déjala reposar durante al menos
unos 60 o 70 minutos para que sea más digestiva.
Pasado el tiempo, escurre bien
el líquido y si crees que la col va a estar demasiado salada, puedes enjuagarla
ligeramente bajo el grifo.
A continuación, pica dos
cucharadas de cilantro verde y dos de ruda o su sustituto. Incorpora las
hierbas a la col con tres cucharadas de vinagre de miel.
Para terminar espolvorea una
pizca de asafétida o su sustituto y, si te apetece, unas gotitas de aceite de
oliva y limón.
PULS
PUNICA
“Cocina gachas cartaginesas de la siguiente manera: Pon en remojo una libra de espelta, y haz que se remoje bien; viértela dentro de un molde limpio, y con tres péndulos de queso tierno, medio péndulo de miel y un huevo, mézclalo bien. Así viértelo dentro de una olla nueva” (Catón)
Una posible adaptación de la receta sería:
Ingredientes: 500 gr. de harina, agua (la necesaria para desleír la harina), 1 k. de queso fresco, 250 gr. de miel y un huevo.
Elaboración: Desleír la harina en agua, añadir todos los ingredientes y cocer al baño maría hasta que esté cuajado. Para servir se le puede añadir más miel.
POLENTA, es decir, unas gachas de cebada. La receta original es la siguiente: “En un molino mezcla veinte libras de cebada, tres libras de semilla de lino, media libra de semillas de coriandro y una cucharada de sal, todo ello debe de estar tostado de antemano”
La adaptación de la receta podría ser ésta:
Ingredientes: 200 gr. de cebada, dos cucharadas de semillas de lino, 2 cucharadas de coriandro en grano, agua y una cucharada de sal.
Elaboración: Poner a remojo la noche anterior la cebada y el lino. Al día siguiente, tras enjuagar la cebada y el lino, poner a hervir durante al menos una hora en una cazuela con agua, los granos de coriandro y la sal. Si vemos que el agua se reduce en exceso, podemos añadir un poco y a su vez, también un poco de sal. Se sirve caliente.
PRIMA MENSA- CARNES O PESCADOS
RECETAS DE JABALÍ
Jabalí asado acompañado de una salsa caliente
“Tras asar el jabalí,
condimentar con una salsa hecha con pimienta, comino frito, apio en grano,
menta, tomillo, ajedrea, flor de azafrán, piñones tostados o almendras, miel,
vino, garum y aceite”
Pata de jabalí al modo de Terencio
“Pasar un palo por la
articulación de la pata, separando la piel de la carne, a fin de poder
introducir uniformemente los condimentos. Machacar pimienta, bayas de laurel y
ruda. Si se quiere añadir benjuí, garum de la mejor calidad, careno y unas
gotas de aceite verde. Después de hacer rellenado la pata, cerrar con un hilo
de lino la parte por donde se había abierto, y ponerlo en una olla, donde se
dejará cocer con agua de mar añadiendo unas hojas de laurel y eneldo”
JUREL
En Ateneo, VII, 322, c-d podemos leer una sencilla receta para
prepararlo. Veámosla:
"Lo menciona Alexis, en Leuca. Es un cocinero el que dice [PCG II, fr. 138]:
A— ¿Sabes cómo hay que preparar el jurel?
B— Si tú me enseñas.
A— Una vez que le quites las branquias límpialo, recórtale las espinas que tiene alrededor, , ábrelo por el costado como es debido y, tras desplegarlo del todo, azótalo con silfio y rellénalo bien y con destreza de queso, sal y orégano"
POSIBLE ADAPTACIÓN DE LA RECETA
Ingredientes
. 2 Jureles
. Asafétida
. Queso de cabra
. Sal
. Aceite
. Orégano
Elaboración
Limpiar los jureles quitándoles las espinas. Dejarlos abiertos como si fuera un librillo.
Hacer una mezcla de queso de cabra, un poco de sal, una cucharita de orégano y una pizca de asafétida que sustituirá al silfio.
Rellenar los jureles con esta mezcla, cerrar el jurel, colocar dentro de un papel de horno y cerrar bien.
Los haremos al papilote en una plancha a la que le hemos puesto unas gotas de aceite. Tapamos para que se hagan al vapor dentro del papel.
Se puede servir con un poco de ensalada fresca o unas verduras a la plancha.
RECETAS OSTRAS
Apicio, I,
15, 1 y 2. SALSA DE COMINO PARA OSTRAS Y OTROS MARISCOS
Poner en una cazuela ostras pequeñas, almejas, ortigas de mar, piñones tostados y picados, ruda, apio, pimienta, coriandro, comino, vino de pasas, garum, dátiles y aceite.
SECVNDA MENSA- POSTRES
HUEVOS ESPONGADOS EN LECHE
Ingredientes: 4 huevos, ¼ l de leche, aceite, canela, pimienta y miel
Elaboración: “Batimos los huevos, con la leche y el aceite hasta que estén bien mezclados. Luego calentamos un poco el aceite en una sartén y vamos haciendo de manera individual unas tortillas redondas que serviremos con miel por encima y espolvoreando canela y pimienta”.
DULCE ALEJANDRINO
"Itria: Finos dulces hechos de sésamo y miel"..."Harpocration de Mendes llama Alejandrino a una clase de pastel, también denominado Itria que es cocido con miel y cuando ya ha cocido, se hacen unas bolitas que se envuelven en fino papiro para mantenerlos todos juntos"
Como la información para preparar este dulce no es muy concreta vamos a dar una posible adaptación de la misma:
Ingredientes:
- 150 gr. de miel
- 100 gr. de semillas de sésamo
- Opcional: 70 gr. de frutos tostados como nueces, piñones y
avellanas.
Elaboración:
Comenzaremos tostando al horno las semillas de sésamo y los frutos secos. A continuación pondremos la miel en una cazuela y la calentaremos a fuego lento durante unos 7 minutos. Le añadiremos el sésamo y los frutos secos y mezclaremos bien. Pondremos en una bandeja ligeramente engrasada una capa fina de esta mezcla o podemos colocarla sobre una oblea. Cuando se enfríe, la cortaremos en trocitos y ya está preparada para consumir.
OTRAS RECETAS
SALSA PARA LA ANGUILA
“Pimienta, ligústico, apio en grano, eneldo, zumaque, dátiles,
miel, vinagre, garum, aceite, mostaza y defrito”
SALSA PARA EL MUJOL
"Se elabora con pimienta, levístico, apio picado, comino,
cebolla picada, menta, ruda, nueces en remojo picadas, dátiles, miel,
vinagre, mostaza y aceite de oliva. Hervir y presentar fina"
SALSA PARA SALMONETES
"Se puede freír en aceite de oliva o cocinar en el horno con
la salsa siguiente: mezclar pimienta, cebolla picada, mostaza, dátiles
picados y aceite de oliva. Se puede servir separada o cocinar con los salmonetes"
BEBIDAS
VINOS CONTRA EL CATARRO
Dioscórides en su libro V nos ha legado algunos "caldos
medicinales" elaborados con hierbas aromáticas tan útiles para la garganta
como el tomillo y el orégano. Veámoslos:
VINO CONTRA EL
CATARRO, 5.55
<Del vino
contra el catarro> (oînos pròs katárrous)
Se
prepara un vino contra el catarro, contra toses, indigestiones, flatulencias,
exceso de humores de estómago: 2 dracmas de mirra, 1 dracma de
pimienta blanca, 6 dracmas de lirio, 3 dracmas de eneldo, todo majado, átalo
dentro de un lienzo a modo de envoltorio, échalo en 6 sextarios de vino. Después de tres días,
cuélalo, almacénalo en una botella y haz que se beba después de un paseo,
adminístralo puro y en cantidad de 1 ciato.
VINO DE TOMILLO, 5.49
<Del
vino de tomillo> (thymítēs)
Tras
majar y cribar tomillo en cantidad de 100 onzas, átalo dentro de un envoltorio
de lienzo y échalo en un ánfora de mosto. Es conveniente para las
digestiones difíciles, falta de apetito, ausencia de fuerza, males de nervios,
dolores de hipocondrios, tiritonas invernales, contra los venenos que enfrían y
corrompen.
VINO DE ORÉGANO CABRUNO, 5.50
<Del
vino de orégano cabruno> (thymbrítēs)
El
vino de orégano cabruno se prepara igualmente y es eficaz para lo mismo para lo
que lo es también el vino de tomillo.
VINO DE ORÉGANO 5.51
<Del
vino de orégano> (origanítēs)
El
vino de orégano se prepara con orégano igual que el del tomillo y es eficaz
para las mismas cosas.
Todos ellos se tomarían solos o rebajados con agua y calientes
para que hagan más efecto.
VINO DE PIRA
Receta de vino y vinagre de
pera, los
llamados vina ficticia hechos de frutas y con un uso
medicinal: “Se hace perada metiendo las
peras en un saco de malla muy abierta, se machacan y aplastan con pesos o con
una prensa. Dura el invierno pero se agria al principio del verano. El
vinagre de peras se hace de este modo: se dejan durante tres días en
un montón peras silvestres o de sabor ácido que estén maduras. Después, se
meten en un recipiente al que se añade agua de fuente o de lluvia y se deja el
recipiente tapado durante treinta días y a medida que se va cogiendo un poco de
vinagre para el consumo, se echa otro tanto de agua en sustitución.
Zumo de peras:
el casto zumo de peras se preparará así: se pisan peras muy maduras con sal
gorda. Cuando su carne esté deshecha, se meten en tonelitos, o recipientes de
barro embetunados con pez; al cabo de tres meses la pulpa en suspensión
desprende un líquido de sabor agradable pero de un color blancuzco. Contra este
inconveniente será bueno que al tiempo que se salan, se mezcle una dosis de
vino tinto”
Dioscórides, 5, 24, nos habla del vino de peras y sus propiedades: “<Del vino [1] de pera> (apítēs). El vino de pera se prepara igual que el de membrillo, pero que no estén las peras demasiado maduras. Y el de algarrobas, el de nísperos y el del fruto del cornejo se preparan igualmente. Todos ellos son astringentes, acerbos, estomacales, y retentivos de los flujos internos”
Prosit!!!
FELIZ AÑO MMXXV
Plurimam salutem!
domingo, 15 de diciembre de 2024
IO SATVRNALIA!!!
OS DESEA
UNAS
FELICES FIESTAS
Y
LO MEJOR
PARA EL PRÓXIMO AÑO
domingo, 24 de noviembre de 2024
OSTREA. CONSUMO Y RECETAS
En esta ocasión nos centraremos en su crianza y consumo.
Con respecto a su crianza y los criaderos (ostrearum viviaria), gracias a las fuentes clásicas se tiene conocimiento de su existencia desde el s. I a.C.
Fue un invento de G. Sergio Orata, que según Macrobio, Saturnales, III, 15, 3 fue el primero en ubicar un vivero de ostras en Bayas (Campania): “Se trata de aquel Sergio Orata que fue el primero que tuvo baños construidos sobre bóvedas, el primero que instaló un vivero de ostras en Bayas, el primero que declaró que las ostras del lago Lucrino tenían un excelente sabor. Fue contemporáneo del famoso orador Lucio Craso, quien tenía gran reputación de hombre grave y serio, como atestigua también Cicerón”
En el mismo sentido habla Plinio, HN, IX, 54 (79), 168: “Sergio Orata fue el primero de todos en construir viveros de ostras, en Bayas, en época del orador Lucio Craso antes de la guerra contra los marsos, y no por razón de gula, sino de codicia, ya que por ese invento suyo percibía grandes ganancias, como corresponde a quien fue el primero que inventó los baños colgantes para vender a continuación las casas de campo con tal acicate. Fue éste el primero que atribuyó a las ostras del Lucrino el sabor superior, ya que las mismas especies de animales acuáticos son mejores unas en un lugar y otras en otro, como las lubinas en el río Tíber, entre los dos puentes, el rodaballo en Ravena, la morena en Sicilia, el élope en Rodas e igualmente otras especies, para no hacer un repaso exhaustivo de cocina.
Todavía no estaban sometidas las costas de Britania, cuando Orata ya estaba ensalzando las ostras del Lucrino. Después se consideró de igual interés ir a buscar las ostras a Brundisio, al último confín de Italia y recientemente, para zanjar la discusión entre los dos sabores, se ideó calmar en el Lucrino el hambre del largo trayecto desde Brundisio”
Sergio Orata declaraba que las ostras de mayor calidad eran las del lago Lucrino y fue a buscar ostras en otras costas.
Valerio Máximo, Hechos y dichos memorables, IX, 1 nos dice fue el inventor del sistema de calefacción romano, el hipocaustum: “Gayo Sergio Orata fue el primero que mandó construir unos baños colgantes. Esta inversión, que en un principio iba a ser pequeña, acabó convirtiéndose en una laguna suspendida de agua caliente. […]
Ateneo, I, 7 d afirma que Apicio tenía un método propio de conservación de las ostras, pero no nos explica cuál es: “Estando el emperador Trajano en Partia y a una distancia de muchas jornadas del mar, Apicio le envió ostras frescas conservadas por medio de un ingenio propio”
Podemos describir el sistema de crianza de las ostras de la siguiente manera: tras llevar las larvas a los criaderos, las ostras cuelgan en unos postes de madera, como bien se puede observar en los "Vasos Puteolanos"
Por lo que se refiera a su consumo
Se comían fritas o aliñadas con distintas salsas,
pocas veces frescas por su dudosa salubridad; en el caso de tomarlas crudas se
lavaban en vinagre para evitar la samonelosis. Apicio I, 9, 2 donde nos cuenta
cómo conservar las ostras: “Lavar
las ostras con vinagre, o bien recubrir de pez un recipiente y colocar en él
las ostras”
También se podían consumir en otras elaboraciones como
leemos en Historia Augusta, 19, 6 donde se hace referencia a unas
morcillas curiosas que consumía Heliogábalo: “Fue
el primero que hizo morcillas de pescado, de ostras normales, de ostras
lisas y de otras conchas marinas similares, de langosta, cangrejos y
esquilias”
Gracias a las fuentes clásicas podemos descubrir que
se trataba de un bocado de la élite, al igual que ocurre hoy en día, por su
dificultad para capturarlas, por su efímera conservación.
Antes de saber cuándo se consumía, veamos qué nos dice
Plinio, HN XXXII, 21 (6) sobre cuáles son las mejores: “Las ostras son de varios colores; en España son
rojas, en Illyricum de tono leonado, y en Circeii negras, tanto en la carne
como en la concha. Pero en todos los países las ostras que son compactas sin
ser viscosas por sus secreciones son las más apreciadas, y que destacan más por
su espesor que por su anchura. Nunca se deben coger en lugares fangosos y
arenosos, sino desde un fondo firme y duro; la carne debe estar
comprimida y no tener una consistencia carnosa; y la ostra debe estar libre de
bordes con flecos y estar completamente dentro de la cavidad de la concha.
Personas con experiencia en estas materias añaden otra característica; un fino
hilo de color púrpura, dicen, debe correr alrededor de los márgenes de la
barba, lo que se considera un signo de calidad superior y les da el nombre de
calliblephara”
Es curiosa esta afirmación de Plutarco, Moralia,
VIII, 733 f sobre cuándo se servían en el banquete: “Y, a su vez, el orden de lo que se come y su
alteración tienen una diferencia nada pequeña; pues las antes llamadas mesas
frías, de ostras, erizos de mar, verduras crudas, como tropas ligeras, al
haber sido cambiadas de la cola a la cabeza, tienen el primer sitio en vez del
último”
En los Fragmentos de la comedia media, Alexis, CRACÍA
O EL BOTICARIO 115 parece que se podían servir como entrante: “Primero, viendo ostras en casa de un viejo, un tal
Nereo, envueltas en algas, las he comprado, y erizos; en efecto, esto es un
entrante digno de una suculenta cena en el pritaneo”
Símaco, en sus Cartas, I, 2 comenta el mismo tema que
Crisipo: “Su padre a Símaco (375): “En
resumen, me felicito de que no hayas saciado tu vientre de ostras y
ostiones más que tu espíritu de elocuencia”
Ausonio, Epístolas, 3: “A Paulo: “Las ostras, conocidas en las cenas de los nobles y
por el despilfarro de los derrochones, defendidas por la desigual
profundidad del mar, desnudas en los vados fugitivos, escondidas bajo las
cuevas rocosas o en las cavidades ásperas de las rocas, protegidas por el musgo
verde o el alga despreciada, unidas por sus valvas en una masa como de
piedra, que al cambiar de lugar, y colocarse sobre un limo grasiento, las
alimenta el jugo escondido de su humedad resguardada, quieres que te describa,
oh mi viejo amigo Paulo, acostumbrado a gozar con las naderías de mis poemas.
Lo voy a intentar, aunque no son ésas las cosas que reclaman la atención de mis
preocupaciones de anciano y no parecen dignas de un hombre frugal. Pues no hago
yo esos banquetes de los Salios, ni una cena fastuosa cual tuvo la mesa
de los infames pretendientes is de Penélope y la ungida juventud de Alcínoo de
piel brillante […] Nada de esto te digo ni como poeta, ni como historiador, ni
como comensal errante por todo el mundo, sino de acuerdo con lo que cuentan
otros muchos; cual suele suceder cada vez que la invitación de una buena mesa
solicita un dulce Lieo para una tertulia entre amigos. Nada de esto conozco
por el vulgo y por las tabernas o las reuniones de parásitos plautinos,
sino que, por haber gozado a menudo de fiestas entre los míos y por haber sido
a veces invitado como comensal, si algún amigo celebraba solemnemente su
cumpleaños, o un banquete de bodas o la sagrada tornaboda de los padres, lo
he oído y recuerdo que los que las conocen, las alaban con frecuencia”
Macrobio, Saturnales, III, 12, menú especial: “Doy el relato de una comida pontifical, […] He aquí
el menú: como entrantes, erizos de mar, ostras crudas a voluntad,
ostiones, cañadillas, tordo sobre fondo de espárragos, pollo cebado, pastel de
ostiones, mejillones negros y blancos; de nuevo cañadillas, vieiras,
ortiguillas de mar, becafigos, lomos de corzo y de jabalí, pollo cebado
rebozado en harina, becafigos, múrices y pórfidos; como platos, ubres de cerda,
sesos de jabalí, pastel de pescado, pastel de ubre de cerda, patos, cercetas
hervidas, liebres, pollo asado, crema y pan del Piceno».
También Trimalción sirvió ostras en algún banquete.
Petronio, Satiricón LXX., 6: “Asombrados
ante la insolencia de esos borrachos y centrando nuestras miradas sobre los
combatientes, vimos cómo, de la panza de las ánforas, caían ostras y
vieiras, que un esclavo recogió en una bandeja y ofreció a los
asistentes”
Vemos que era frecuente servirlas en banquetes
nupciales, Fragmentos de la comedia media, ANAXÁNDRIDES, 42, 60: “Estas cosas afirman que así preparó Cotis en Tracia
como banquete de boda para Ifícrates […] pinnas, lapas, mejillones, ostras,
veneras, bonitos”
También Ateneo IV 131 e comenta este caso: “Anaxándrides, en Protesilao, ridiculizando el banquete
de bodas de Ifícrates, cuando se casó con la hija de Cotis el rey de
Tracia, dice [PCG II, fr. 42] que se sirvió: […] caracolas, sal, nácares,
lapas, mejillones, ostras, vieiras, atunes rojos”
Ausonio, Epístolas, 13: Ausonio a Teón,
II: “Unas ostras, rivales de las de
Bayas, que cría en los dulces estanques de los médulos la marea de un mar en
movimiento, he recibido, querido Teón; un regalo fácil de contar. [...] Y
suma seis con nueve y ocho con siete, o bien une un siete gemelo a dos ochos, o
—para no molestarte más— en total fueron treinta. El molusco, con las ostras
guardadas en limón, sirvió de alimento en mi primera comida, sabor que gusta al
refinamiento de los nobles y es bien barato para los hogares pobres. No se
busca en el tempestuoso mar, de modo que su precio se eleve a causa de los
peligros; sino que, al retirarse del mar, se coge, desde el primer espacio
sin agua, en el litoral cubierto de algas de su mismo color. Se esconde en
la cavidad de su doble cabeza, de manera que, al calentarlo en agua hirviendo,
enseña entre los vapores su carne de entrañas blancas como la leche”
Una anécdota curiosa la podemos leer en la Historia
Augusta, 10, 1 cuando se habla de Vero: “Corrieron
rumores de que había cometido incesto incluso con su suegra Faustina. Se dice
igualmente que pereció por haber comido unas ostras salpicadas con veneno astutamente
por esta, porque decía que él había revelado a su hija las relaciones que había
mantenido con su madre”
Sobre el mismo asunto nos habla Eliano, Hª
Animales, IX, 22: “Las estrellas de mar tienen blando
caparazón y son enemigas de las ostras, pues se alimentan de ellas. He aquí el
ardid que emplean para atacarlas: las ostras, para refrescarse y para comer lo
que se pone a su alcance, abren frecuentemente sus valvas; entonces, las
estrellas de mar introducen uno de sus brazos entre éstas y se sacian del
blando contenido, y las valvas no pueden volver a cerrarse. Ésta es una
peculiaridad, digna de nota, de las estrellas de mar”
Poner en una cazuela ostras pequeñas, almejas, ortigas
de mar, piñones tostados y picados, ruda, apio, pimienta, coriandro, comino,
vino de pasas, garum, dátiles y aceite.
Con estas recetas esperamos que estas semanas dedicadas a las ostras, os hayan hecho descubrir algunas cosas nuevas.
Plurimam salutem!