domingo, 21 de diciembre de 2008

LAS NAVIDADES Y LA LLEGADA DEL INVIERNO

El 21 de diciembre indica la entrada del invierno y la llegada de las fiestas navideñas. Días en los que el consumo de comida se dispara y en los que nos pueden ser muy útiles los consejos de Hipócrates para enfrentarnos al frío y a los abusos ante la mesa.

“Durante el invierno, pues, para oponerse a la estación, fría y dura, conviene adoptar los hábitos de vida siguientes. En primer lugar hay que acostumbrarse a una sola comida, a no ser que uno tenga el vientre seco, y en tal caso, desayunar un poco. Y tomar alimentos secos y astringentes, cálidos, variados y sin mezcla, mejor comidas con pan, y mejor asados que hervidos, y para beber tintos bastante puros y en menor cantidad; las hortalizas convienen muy poco, a no ser de las caloríficas y secas, y hervidos y caldos muy pocos. Y mucho ejercicio de toda clase; carreras de fondo, aumentándolas paulatinamente, y lucha libre prolongada, con el cuerpo aceitado, a lo que uno se forzará después de entrenamientos ligeros. Y paseos rápidos tras los ejercicios gimnásticos, lentos y al sol después de la comida, y muchos paseos matutinos, comenzando poco a poco y progresando a un ritmo vivo, y concluyéndolos de manera sosegada.

Conviene descansar en lechos duros y darse caminatas y carreras nocturnas. Porque todo eso adelgaza y calienta. Practicar el trato sexual con mucha frecuencia en esta estación, y los mayores más que los jóvenes. Acudir también a los vómitos, las personas de constitución más húmeda tres veces al mes, y los más secos dos. [...] Hay que vomitar después de haber comido carne de vaca y de cerdo y de otras que producen verdadero hartazo; también conviene vomitar tras el hartazo de queso y de alimentos dulces y grasos desacostumbrados. [...]Así que es preciso llevar ese régimen de vida durante esta estación, desde el ocaso de las Pléyades al solsticio, cuarenta y cuatro días" (Hipócrates, Sobre la dieta)

Deseando que os sean de utilidad las indicaciones de Hipócrates, pasad unas felices fiestas y que en el año 2009 se vean cumplidos todos nuestros deseos.

Hasta después de los Reyes Magos.

Plurimam salutem!

* Imagen propia.

domingo, 14 de diciembre de 2008

RUCTUS, UNA COSTUMBRE ACEPTADA

Resulta paradójico pensar como un mismo acto puede ser tan disparmente recibido a lo largo de las diferentes etapas de la vida y de la historia.



Lo que en un niño sólo nos produce una sonrisa conmiserativa, en un adulto y en nuestra sociedad occidental es recibido con una mueca de desagrado. Sin embargo, no todas las culturas reciben o han recibido este acto de “alivio personal” con idéntico desagrado, pues en el mundo árabe los comensales no se limitarán a escuchar este “grato sonido” por parte de su compañero de mesa, sino que las reglas del protocolo les permitirán asistir a un verdadero duelo de eructos con el propio anfitrión. Esta es la señal que indica la plena satisfacción por los manjares recibidos. A veces, incluso el cocinero se une a este complaciente coro.
Volviendo al mundo occidental y, a pesar de nuestro remilgado rechazo al eructo en la actualidad, no debemos olvidar que nuestros antepasados romanos lo practicaban e incluso, podemos decir, que con cierto entusiasmo, como medida de prevención de problemas intestinales.
Si acudimos a las fuentes clásicas muchas son las referencias a los aires contenidos y su recomendación de expulsión.
La escuela de Salerno recoge en su Régimen sanitatis Salernitatum las consecuencias médicas producidas al no expulsar los gases ocasionados por las comidas:
"Cuatro males proceden del aire retenido en el vientre: espasmos, hidropisia o sed rabiosa, cólicos y vértigo”
También Hipócrates hace mención al tema de los aires:“Pero hay algunos que si salen de su norma no se librarían fácilmente de sus consecuencias y padecerían lo indecible con alterar su régimen un solo día, y si me apuras ni siquiera completo. En el caso de los que hicieran un almuerzo no habitual, porque al momento se sentirán cargados y abotargados física y mentalmente, llenos de somnolencia, amodorrados y sedientos; y si por añadidura cenan, tendrán flatulencias, retortijones y vientre suelto. [...] Es más, si intenta cenar, el alimento le resultará desagradable y no podrá tomar lo que normalmente cena los días que ha hecho su almuerzo habitual: esos mismos alimentos, al ir bajando con retortijones y ruido, provocan ardor de estómago y son causa de insomnio y sueños agitados. Para muchos ése es también el comienzo de una enfermedad.
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la medicina antigua, 10

Galeno I, 35-36, explica los diferentes tipos de eructos: "los eructos nidorosos o de otro tipo, como los que huelen a huevos fritos o a algo más fétido y podrido. Y el de los eructos nidorosos admite haber ingerido después de una comida una torta grasienta, como la elaborada con aceite e itrio. Y otro, el que eructa con olor a huevos fritos, reconoce que sus eructos proceden de su ingestión. Un tercero, después de haber tomado muchos rábanos, tiene eructos fétidos y podridos"
Así pues, tras ver los problemas que ocasionan se recomienda:
“En cuanto a los aires y flatulencias lo mejor es que salgan sin ruido y sin ventosear. Pero es mejor que salgan incluso con ruido, que el que sean retenidas allí y se acumulen en el interior. Aunque en el caso de salir así, indican que el individuo sufre algo o bien está fuera de sus cabales, a no ser que el hombre actúe así de buen grado al expeler sus aires”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, El pronóstico, 11
“Cuando se tienen eructos sin dolor en el epigastrio, hay que beber de cuando en cuando un poco de agua fría y no agitarse […] cuando se tienen eructos amargos, acompañados de dolor y de pesadez en el epigastrio, es necesario recurrir sin tardanza al vómito”

Celso, Los ocho libros de la medicina, X
Simón.- Y tú ¡por qué diablos me eructas tu borrachera en la cara?
Pseúdolo.- ¿No ves que estoy completamente borracho?
Simón.- ¿Sigues eructándome a la cara?
Pseúdolo.- Mi eructo huele a rosas
Plauto, Pseúdolo, VII, 1300
Claudio, conocedor de todos estos problemas, promulga un Edicto en el que está permitido expulsar los gases en los banquetes:
“Se dice incluso que tras haberse enterado de que un invitado había caído enfermo por contenerse para guardar las formas, había proyectado promulgar un edicto para permitir expulsar los gases y las ventosidades sonoras en medio del banquete

Suetonio, Vida de Claudio, V, 32

Pese a estar amparado por la ley, Plinio, el Joven, nos muestra la discreción que caracterizó a Trajano:
“¿No comes siempre en público? ¿No está siempre tu mesa abierta a todo el mundo? ¿No te resulta a ti tan grato como a nosotros participar de los mismos banquetes? [...] ¿Y en cuanto a la duración misma de las comida, aunque tu frugalidad reduce el tiempo que dedicas a éstas, no las prolonga, sin embargo tu afabilidad? Ciertamente no te hartas de comida en solitario antes del mediodía para acechar luego a tus comensales, vigilándolos y tomando nota de lo que dicen, ni te presentas bien saciado y eructando ante unos invitados que no han comido y tienen el estómago vacío para arrojarles más que servirles unos platos tales que tú no te dignarías siquiera a tocar, ni en fin, después de haber soportado con disgusto este insolente simulacro de banquete, vuelves a entregarte a tus secretas orgías y ocultos excesos. No admiramos, por lo tanto, ni el oro ni la plata de tus vajillas, ni el exquisito refinamiento de tus platos, sino tu afabilidad y tu buen humor”
Plinio, el Joven, Paneg. a Trajano, 49, 5
Para prevenir estos problemas gástricos se invita a la ingestión de ciertos alimentos:
“Los panes secos, de harinas bien molidas […] se disuelve tranquilamente. De modo que hace su recorrido lentamente, pero sin producir gases ni eructos, frente al pan de cebada bien molido, que es laxante pero produce muchos más gases”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la dieta, 40
“Los alimentos que producen menos gases son la caza, los pájaros cocidos con trampa, los peces, las frutas, las aceitunas, los crustáceos, los huevos frescos, cocidos o pasados por agua y el vino añejo. El hinojo y el aneto favorecen la expulsión de los aires”
Celso, Los ocho libros de la medicina, XXVI
Y evitar ciertos alimentos:
“Las habas son algo sustancioso, pesado y flatulento. Los guisantes dan menos gases […] Los huevos de aves son un alimento flatulento, porque de un volumen pequeño se desarrolla enormemente. […] El mosto produce gases porque calienta. […] Loa ajos producen gases por la retención del aire interno […] Las granadas vinosas son muy flatulentas […] Los melones son diuréticos, pero dan gases.”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la dieta, 49, 50, 52, 55
“Los alimentos flatulentos son casi todas las legumbres, todas las sustancias grasas, dulces y jugosas, el mosto, e incluso el vino nuevo. Entre las plantas de huerta, el ajo, la cebolla, la col, todas las raíces, exceptuando el reponcho y las pastinaca; los bulbos, los higos secos, y sobre todo loe verdes; las uvas frescas, toda clase de nueces, a excepción de los piñones, la leche, las diferentes clases de quesos y en fin, toda sustancia mal cocida. ”
Celso, Los ocho libros de la medicina, XXVI
Las bellotas comidas ocasionan flatulencias” (Dioscórides, Plantas y remedios, I, 106)
La cebada es diurética, detersiva, flatulenta, dañosa del estómago” (Dioscórides, Plantas y remedios, II, 86)

La cerveza es dañosa de las meninges y flatulenta” (Dioscórides, Plantas y remedios, II, 87)

“El haba helénica engendra ventosidad, flatulencia”
(Dioscórides, Plantas y remedios, II, 105)

“Mi hortelana me ha traído malvas que aligeran el vientre y una opulenta variedad de cuanto produce mi huerto: la pomposa lechuga y el puerro ya en sazón; no falta la pimienta que provoca el eructo ni la hierba salaz. […] Sumad a esto bromas sin hiel, libertad que no os avergüence mañana y frases de que no quisierais arrepentiros. Que mis convidados hablen de los azules y de los verdes; mi vino no embriagará hasta hacer ninguno de vosotros un acusado.”
Marcial, Preparativos de convite, X, XLVIII

Veamos cuáles son los curiosos remedios propuestos por Dioscórides, en su libro Plantas y remedios:

“Los nardos bebidos con agua fría son una ayuda para las náuseas y para las flatulencias”
(I, 7)
“El costo bebido, en cantidad de dos onzas, con vino y con ajenjo sirve contra los espasmos y las flatulencias” (I, 16)

“La raíz del helenio sirve, tomada en electuario con miel, viene bien a la tos, a los espasmos y a las flatulencias”
(I, 28)

“El enebro bebido es eficaz contra los retortijones, flatulencias y toses” (I, 75)

“Las manzanas que están sazón en primavera engendran flatulencias”
(I, 115)

“El caldo de gallo viejo es conveniente contra asmas, artritis y flatulencias de estómago” (II, 49)

"El testículo del castor bebido con vinagre actúa contra las flatulencias, hipos y retortijones” (II, 24)

"El astrágalo de cerdo quemado hasta que de negro se vuelva blanco, majado y bebido, aleja las flatulencias de colón y retortijones de trip
as” (II, 58)


Beneficios ocasionados al expulsar los aires:
Trimalción: “Perdonadme amigos, hace ya unos días que no me responde el vientre. […] Ahora espero que mi vientre vuelva a entrar en la norma de siempre. De lo contrario, siento unas resonancias por el estómago, como si se tratara de un toro. Por consiguiente, si alguno de vosotros tiene que hacer una necesidad, no debe apurarse. Ninguno de nosotros nace sin válvula de escape. Yo creo que no hay mayor tormento que aguantarse, es lo único, por cierto que ni Júpiter puede prohibir. ¿Te ríes, Fortunata, porque de noche no sueles dejarme dormir? Tampoco me parece mal que la gente se desahogue en la mesa, por su parte los médicos no aconsejan contenerse. Si alguien tiene ganas de cosas mayores, todo está a punto en el exterior: agua, bacín y demás menudencias. Creedme, si los gases os suben a la cabeza, producen flatos en todo el organismo. Sé de muchos que se han muerto por ese motivo, aunque ellos no hayan querido reconocer su verdadero mal”
Petronio, El Satiricón, 47
“Tu cara es perfecta, tu cuerpo no ofrece el menor defecto, y sin embargo ¿no te llama la atención que es raro el hombre que te codicia y menos por segunda vez? Es que tienes, Galla, un defecto bastante gordo. Siempre que el deseo me acercó a ti, en el momento más crítico, algo habla de ti que no es tu boca. ¿Por qué los dioses no harán que seas tú quien hable y no otra cosa? ¡Me irrita esa locuacidad! Preferiría que ventoseases, porque-al decir de Simmaco- eso es bueno para la salud y a la vez provoca risa. ¿Pero quién puede reír con los ruidos de otra procedencia? Cuando eso escucho, mi rigor y mi voluntad decaen. Háblame al menos y que tu voz oculte otras ruidosas manifestaciones. Ahora bien: si eres muda, aprende al menos a hablar por ahí”
Marcial, A Galla, VII, XVIII
Las fuentes clásicas nos han mostrado claramente que el mundo antiguo no presentaba las inhibiciones que actualmente se tienen al respecto, aunque, pese a ser considerados saludables, fue necesaria la publicación de un edicto imperial para que fueran socialmente mejor aceptadas.

Plurimam salutem!

*Fotografías propias

domingo, 7 de diciembre de 2008

ALIMENTACIÓN DE LOS BEBÉS ROMANOS


Quizá uno de los aspectos menos conocidos de la cocina romana antigua sea la alimentación de los bebés, de manera que dediquemos unas líneas a este tema.

Evidentemente como cualquier bebé de la historia, era alimentado con leche materna, aconsejada por los médicos como la alimentación más recomendable para la buena salud del bebé al transmitirle a través de su leche las mejores calidades físicas y morales: “Las mujeres que están razonablemente bien alimentadas, no se gastan ni enflaquecen amamantando” (Soranus, Sobre las enfermedades de mujeres, 2)

A su vez, la alimentación materna evitaba las muertes prematuras, pues a esta leche se le atribuían propiedades curativas: “La leche de mujer que ha parido una niña sólo vale para sanar los males del rostro. También las afecciones de los pulmones se curan con leche materna. Dicen que los perros no se hacen rabiosos si beben la leche de mujer que ha parido un varón.” (Plinio, HN, XXVIII, 123); “la leche de mujer es más dulce y muy nutritiva. Mamada, es beneficiosa contra la mordicación de estómago y la tisis” (Dioscórides II, 70, 6)

Es importante tener en mente la elevada mortalidad infantil, por lo que no sólo era necesario una leche materna nutritiva y sana, sino también que los dioses protegieran al recién nacido por ser el elemento más frágil de la unidad familiar. Así pues, son varias las diosas que se invocaban para cuidar de la nutrición del bebé, no sólo ya nacido, sino incluso antes de nacer. Veamos estas diosas:

DIOSA ALEMONA: alimenta al feto en el seno materno.

DIOSA RUMINA: provee de buena leche a su madre o su nodriza.

DIOSA OSSIPAGA: le asiste cuando le brotan los dientes de leche para que pueda alimentarse con comida sólida.

DIOSAS POTINA Y EDUCA: le enseñan a comer y beber, además de protegerle en su toma de papillas y biberones.

Aunque las divinidades ocupaban un lugar primordial en el destino del infans, eran las propias madres las que se hacían cargo de darles de mamar.


Se sabe que durante los dos o cuatro primeros días, el recién nacido no era alimentado, pues se creía que, perturbado por el traumatismo del nacimiento, debía descansar. A su vez, se pensaba que su cuerpo estaba aún lleno del alimento consumido en el interior del vientre materno y era necesario terminar de consumirlo y digerirlo. Su régimen alimenticio se reducía en esos primeros días a algunas gotas de agua tibia mezclada con miel, un alimento con altas propiedades terapéuticas y mágicas. A esta agua se le podían añadir unos granos molidos de zarzaparrilla para que las fieras venenosas no le dañasen en el futuro.

Además consideraban que la madre debía reposar y, que su primera leche, el calostro, era malo para la salud del bebé por ser demasiado espeso e indigesto.


En época imperial, se comenzó a contratar las amas de leche (NUTRIX) por creer que si se daba de mamar a un hijo, se tardaría más en recuperarse del parto y en tener más descendencia: “Así como la tierra está exhausta de la producción de semillas luego de la cosecha, y por lo tanto se vuelve árida si se le exige más, lo mismo sucede con la mujer que amamanta a su hijo; o ella envejece de forma prematura habiendo alimentado a un hijo o el desgaste de la nutrición de su cría necesariamente hace que su cuerpo se enflaquezca. Consecuentemente, la madre se recuperará más rápido del parto y podrá más pronto tener más hijos si se le brinda el alivio de no amamantar” (Soranus, Sobre las enfermedades de mujeres, 2)

También en este sentido afirma Plinio, HN, XXVIII, 123 y ss que “es perjudicial que las mujeres cuando amamantan se queden embarazadas; éstos son los niños que se les llama colostrati, porque la leche se cuaja en una especie de queso”

Cuáles eran los consejos para escoger una buena nutrix. Según Soranus, Sobre las enfermedades de mujeres, 2.8. era muy importante contratar un ama de leche que cumpliera ciertos requisitos, pues las propiedades de su leche influirían en el desarrollo físico y psíquico del niño. La nutrix ideal debería ser “griega para que el lactante se acostumbre con ella a una de las lenguas más bellas".

Sus cualidades deben ser: “Es necesario elegir a una nodriza que no tenga ni menos de veinte años ni más de cuarenta años; habrá tenido dos o tres niños, estará libre de enfermedades, buena apariencia y color; tendrá senos de volumen medio, flexibles, sin durezas ni arrugas, los pezones ni demasiado pequeños, ni demasiado gruesos, ni demasiado porosos, dejando pasar excesivamente la leche; será cálida, sensible, de carácter pacífico; mejor griega y que le guste la limpieza”.


Pero qué ocurría si una familia no podía alimentar al recién nacido por falta de leche o por no tener recursos para contratar a una nutrix. Columela nos proporcionó una receta contra la agalactia (falta de leche tras el parto), usando la hierba llamada “citiso”:

“Si las mujeres que crían tienen falta de leche, conviene echar en agua citiso seco, y así que haya estado en ella toda la noche. Al día siguiente se exprimirá el jugo y se mezclará tres heminas de él con un poco de vino y se le dará a beber. De este modo ellas estarán buenas y los niños se pondrán robustos con la abundancia de la leche”.

En el peor de los casos es sabido que conocían el biberón y los sacaleches, es decir, la lactancia artificial. Algunos bebés eran destetados antes de tiempo y alimentados a partir de los 40 días con papillas de cereales o pan mojado en leche de vaca o agua que tomaban en biberones. Galeno recomendaba que el destete completo no se llevara a cabo hasta que el bebé tuviera 3 años y según Soranus hasta que el bebé tuviera todos sus dientes y se lamentaba de que las mujeres que estaban "demasiado apuradas" o que pensaban que la lactancia era "una carga" dieran cereales a partir de los 40 días.

La consecuencia de este destete prematuro era el raquitismo, enfermedad encontrada en los cadáveres de los niños romanos estudiados

La leche que sustituía a la materna era la de vaca. Plinio, HN, XXVII, 135 habla sobre los tipos de leches: “la más útil para cada uno es la materna. La leche que más alimenta es la humana, cualquiera que sea, después la de cabra, por lo que las leyendas han contado que Júpiter fue alimentado con ella. La más dulce después de la humana es la de camella, la más eficaz la de las burras; la de vaca es más medicinal; la de oveja más dulce y más nutritiva (...) la más laxante es la de vaca.”


Hoy en día son muchos los pediatras que siguen las indicaciones de los clásicos al recomendar la lactancia materna por ser beneficiosa tanto para los bebés como para las madres.


Plurimam salutem!


* Imágenes de los biberones propias

domingo, 30 de noviembre de 2008

EL PATO, AVE QUE SIMBOLIZA LA LLEGADA DEL INVIERNO

Con la llegada de los primeros fríos muchas son las aves que piensan en emigrar a tierras más cálidas. Una de estas aves son los patos.
Numerosas son las citas en el mundo clásico sobre estas aves, en las que se describen los diferentes tipos de patos conocidos en la antigüedad.

Destaca el nombre de nétta que podría ser el ánade real. Así podemos leer referencias del tipo: “El ánade real (néttes) y el somormujo (kolymbás) de los que proceden los verbos néchesthai (nadar) y kolymban (sumergirse)” (Ateneo, IX, 395 D y ss). O en Aristófanes, Los acarnienses, 875-76: “Ánades reales, grajillas, francolines, fochas comunes, pluviales egipcios, somormujos”. Pero el autor que más se centra en las características de estos animales acuáticos es Alejandro de Mindo (fr. 20) en Ateneo, IX, 395 D en el que se puede leer descripciones de su tipología y las diferentes especies conocidas:

“el macho de estos animales es de mayor tamaño y de colorido más variado”.

TIPOS DE PATOS según Alejandro de Mindo:
  • "El denominado glaukíon por el color de sus ojos (“ojos amarillos”) es un poco más pequeño que el ánade real”
  • "El macho de las denominadas “cercetas” es de colores abigarrados. Los machos tienen el pico chato y más pequeño en proporción"
  • "Respecto al denominado pequeño zampullín chico, la menor de las aves acuáticas, es de color negro sucio, tiene un pico afilado y que protege sus ojos, y se pasa la mayor parte del tiempo sumergiéndose"
  • "Existe otra especie de cerceta mayor que el ánade real, pero más pequeña que la oca del Nilo"
  • "Las llamadas phaskádes son un poco más grandes que los pequeños zampullines chicos, pero en lo demás se parecen mucho al ánade real"
  • "La denominada ouría no es mucho más pequeña que el ánade real, es de color arcilla sucia, y tiene el pico largo y estrecho"
  • "La focha común también tiene el pico estrecho, es de aspecto más bien redondeado y de vientre ceniciento, aunque con el dorso un poco más oscuro"

Otras características las encontramos en Elíano, Hª de los animales, V, 29 y ss que nos cuenta que los patos habitan en las inmediaciones de los ríos y lagunas. Vuelan el monte Tauro y, como temen a las águilas que habitan en ese lugar, se colocan una piedra en el pico para no graznar y cruzar el monte sin ser descubiertas. También afirma que cuando el águila “mata-ánades” les ataca se sumergen rápidamente en el agua y el atacante muere ahogado o desiste.

También Plinio, H.N, X, 112 habla del vuelo de estas aves: “los patos y sus congéneres son los únicos que se elevan en línea recta hacia lo alto y ganan altura desde su posición, aunque sea en el agua; así que son los únicos que escapan cuando han caído en las fosas con las que cazamos animales salvajes”

Las fuentes clásicas demuestran que esta ave era frecuentemente servida en los banquetes: “en el banquete se sirvieron más de trece patos de la sagrada laguna de Salamina” (Matrón, fr. 534) o en el banquete de Cotis, el rey de Tracia: “y además de esto, se sirvieron indecible cantidad de pajarillos, de patos,…” (Ateneo, IV, 131 f) o “Compra, si la encuentras, una liebre y unos patitos, los que tú quieras” […], “Miel, perdices, palomas, patos,…. “(Ateneo, II 65, D-E y ss).
En Grecia era altamente considerada, pero en el mundo romano pasó a ser un alimento de pobre. Así leemos en Petronio, Satiricón, 93 un breve comentario sobre la poca elegancia y categoría del pato: “En cambio, la oca blanca o el pato, con las variables tonalidades de sus abigarradas plumas, saben a plebeyo”. En el mismo sentido nos habla Marcial, Ep. Xenia, XIII, 52: “Sírvase el ánade entero, pero tan sólo es sabrosa la pechuga y el cuello. Lo demás para el cocinero”
Más preciado era su hígado: “Mira cómo se hincha este hígado, más grueso que una gruesa oca. Dirás admirado: ¿dónde- dime- ha crecido esto?” (Marcial, Ep. Xenia, XIII, 58)

Evidentemente, todas estas referencias nos hacen pensar que fue necesaria su domesticación. Varrón, Agr. III, 5 y ss y Columela, Agr. VIII, 15 y ss describen cómo se construyen los corrales para domesticarlos: “utilizar un estanque o laguna en el que se colocarán lugares secos para que aniden. Será necesario cercar este lugar para que no sean atacados por los depredadores"

Los cebaban con grano de trigo, cebada, panizo, bellotas, mijo, cangrejos de río, etc.

Plinio, H.N, VIII, 101, nos cuenta que los patos “se purgan con la milenrama”.

Los patos presentaban grandes beneficios para la salud humana, principalmente su sangre. Plinio H.N, XXIX, 104 comenta que la sangre de pata es muy eficaz contra las sustancias venenosas y los hechizos. También es útil contra una hemorragia procedente del cerebro “mezclada con aceite de rosas” (XXIX, 114). También es beneficiosa para “los golpes en los ojos, que han de ungirse después con esipo y miel” (XXIX, 125). Para los problemas intestinales de nuevo es muy recomendable “la diarrea la detiene también la sangre de pato macho” (XXX, 60)

Además del uso medicinal sabemos que su vuelo servía para la predicción del tipo de viento que va a soplar y su iconografía en el arte romano se relaciona simbólicamente con la llegada del invierno, pues en esta estación es cuando se produce su emigración en busca de un clima más cálido.


RECETAS DE APICIO, VI, II, 1 y ss

“Cocer en una cazuela pimienta, coriandro seco, menta, orégano, piñones, dátiles, garum, aceite, miel, mostaza y vino” “Asar un pato cubriéndolo de la siguiente salsa: machacar pimienta, ligústico, orégano, garum, miel, un poco de vinagre y aceite. Dejar hervir. Añadir almidón, y por encima de la salsa, colocar unas rodajas de calabaza cocida. Si se tienen manos de cerdo cocerlas con hígados de pollo. Servir en una fuente, espolvoreando pimienta”

“Cocer el pato con esta salsa: pimienta, ligústico, comino, apio en grano, avellanas o almendras tostadas o bien nueces peladas, un poco de miel, garum, vinagre y aceite”

Seguro que con las temperaturas de estos días resultará difícil no encontrar en el cielo bandadas de patos que parten a lugares menos fríos.

Plurimam salutem!
*Imágenes propias

domingo, 23 de noviembre de 2008

UN MAL BANQUETE




Marcial describe en uno de sus epigramas el escaso banquete presentado por Marciano, pero aprovecha en ese escrito para comentar cuáles son los alimentos que se deben presentar en un banquete de calidad.
“Sesenta fuimos por ti invitados, Marciano, y tan sólo nos pusieron para comer un jabalí. Ni esas uvas que se conservan pendientes de tardías cepas o esas manzanas que en dulzor rivalizan con los panales, ni las peras que cuelgan de largas curdas de ingesta, o granadas picenas que imitan con sus tonos la efímera rosa. La rústica Sarsina no envío sus quesos cónicos, ni del Piceno llegaron las orzas llenas de aceitunas. ¡Un jabalí escueto! Y tan chico que pudiera matarlo un enano sin armas. Por lo demás, nada. No hicimos otra cosa que contemplarlo. Así es como se nos presenta un jabalí en el circo. Después de hazaña semejante, que no te pongan jabalí. Preferible es que sirvas tú de pasto al que despedazó el criminal Caridemo”. (Marcial. XLIII. LI)

Hace referencia a las uvas, las manzanas, la rica miel, las peras, las granadas, los quesos y las aceitunas. Estos productos eran servidos habitualmente para acompañar a los platos principales.

En nuestro epigrama, parece que el anfitrión está en crisis y sólo puede servir un ¡escueto jabalí!, por lo que para contentar nuestro estimado Marcial, reconstruyamos virtualmente este banquete, con todos los complementos necesarios para elevarlo a una cena digna.
Empezaremos por el jabalí, pieza principal y única.

RECETA DE JABALÍ


"Cocer el jabalí y condimentar con una salsa hecha con pimienta, ligústico, comino, laserpicio, orégano, piñones, dátiles, miel, mostaza, vinagre, garum y aceite" (Apicio, VIII, 6)

A continuación, vamos a recrear recetas sencillas de los alimentos que les hubiera agradado degustar a cada uno de los comensales.

RECETAS VARIAS EXTRAÍDAS DE APICIO


--> PLATO DE PERAS (patina de piris)
"Cocer en agua peras y sacarles el corazón. Macerarlas con pimienta, comino, miel, garum, vino de pasas y un poco de aceite. Añadir huevos cocidos y prepararlo todo en una bandeja. Espolvorear con pimienta y servir"


-->
SALA CATTABIA

"Mezclar pimienta, menta, apio, poleo seco, queso rallado, piñones, miel, vinagre, garum, yema de huevo y agua. Escurrir pan macerado en agua y vinagre, poner en un recipiente junto con queso fresco, pepino cortado y piñones. Añadir unas alcaparras trituradas y si se quiere unos higaditos de pollo cocidos y picados. Cubrir con la salsa anteriormente hecha y servir"

--> ENSALADA DE LECHUGA CON PUERROS Y GRANADA
"Rehogar unos puerros en una sartén. Tras trocear una lechuga, añadir por encima los puerros rehogados y las aceitunas negras. Hacer una vinagreta con el comino, los granos de granada, el aceite, la sal y el vinagre"


-->

DULCES VARIOS (aliter dulcia)

"Tostar piñones, nueces y añadir a una cazuela con miel, pimienta, leche y huevos batidos. Calentar y añadir un poco de aceite. Servir"

Esperamos haber saciado el apetito de nuestro escritor, aunque sólo sea virtualmente.

Prosit!

Plurimam Salutem!

*Imágenes propias

domingo, 16 de noviembre de 2008

ARTEMISIA, UNA DIVINIDAD CON FORMA DE FLOR



Con el nombre de la diosa cazadora destaca una hermosa flor, valorada y muy recomendada en tratados de botánica. Así en el Herbarium Apuleii Platonici se hace una referencia a su origen mitológico, según el cual “la hierba fue encontrada primero por Diana y dada al centauro Quirón, quien descubrió sus propiedades y se la entregó después al hombre”. Pero su importancia no queda sólo en el pasado, sino también que en la actualidad, los médicos chinos tienen su flor como emblema y en Alemania trenzan sus ramas para crear coronas para el día de San Juan, para después arrojarla a un fuego purificador.

Para conocer su etimología, Plinio afirma que era el nombre de la mujer de Mausolo, rey de Caria. Al morir el rey, se le construyó una tumba considerada una de las siete maravillas del mundo.

En la actualidad se conocen cerca de 180 especies que formarían parte de esta familia, mientras que en la antigüedad, Dioscórides, III, 113 y 114 numera cuatro tipos:

a) Artemisia arborencens que procede de Oriente, que presenta hojas anchas: “Una especie es más viciosa con las hojas y los tallos más anchos”
b) Artemisia campestris que se encuentra en los campos, con hojas sutiles: “Otra es más delicada, de flores pequeñas, sutiles, blancas, de fuerte olor”

c) Artemisia monoklonos, que tiene sólo un “ramo”: “Algunos llaman artemisia a aquella planta pequeña que nace en las regiones mediterráneas, de tallo más fino, de un solo ramo (monóklonos), muy pequeño, lleno de una flor sutil de color semejante a la cera. Es más olorosa que la precedente”

d) Artemisia scoparia y Artemisia polyklonos, que tiene muchos ramos: “Es una matilla de muchos ramos, como de tres palmos de alta, con las hojas junto a la base del tallo, pequeñas como las de la ruda, sus ramillos llenos de semillas menudas semejantes a racimillos, aunque no florecen nunca, de olor vinoso. La raíz es sutil, de dos palmos. Se utiliza para coronas en Capadocia”

También Dioscórides, III, 13, nos informa sobre dónde encontrarla: “Nace, la mayoría de las veces, en lugares marítimos”. Y nos la describe de la siguiente manera: “Planta matosa, parecida al ajenjo, pero con hojas mayores y grasas”

Como ya hemos comentado, se trata de una flor que presenta muchas virtudes medicinales como por ejemplo, las hojas alivian las picaduras. Su aceite baja la fiebre, es antiséptico, antirreumático y astringente: “Tienen virtud calorífica y adelgazante” [Principalmente los tipos a, b y c (Dioscórides, III, 13)]

Su uso más generalizado en la antigüedad era problemas femeninos por ser una hierba protegida por Artemis. [Principalmente los tipos a, b y c (Dioscórides, III, 13)]: “Hervidas son convenientes en baños de asiento para provocar los menstruos y las secundinas y los partos, para la desopilación e inflamación de la matriz, para deshacer los cálculos y contra la retención de orina”

“Como cataplasma, en el bajo vientre, provoca los menstruos” “Su zumo, mezclado con mirra y aplicado, ocasiona en la matriz cuanto se ha dicho antes, si se aplica en baños de asiento” “También se bebe la cabellera, en cantidad de tres dracmas, para provocar el mismo efecto”

El tipo d): “Tiene virtud estíptica y astringente de acumulación de humores, y disipante, si se aplica en cataplasma” (Dioscórides, III, 13)

Su uso no es sólo medicinal, sino que colocado en forma de ramos en los techos de los establos alejaba las moscas, por tratarse de una flor altamente olorosa. Su perfume también se utilizaba para neutralizar los efectos del mal de ojo. Se sabe que con sus ramas se elaboraban figurillas y se colgaban en las puertas de las casas para purificarlas de las presencias negativas. Incluso se hacía unas flechas con sus tallos para espantar a los elementos demoníacos.

Según Plinio, HN, XXV si “el caminante la lleva encima no sentirá la fatiga y no podrá ser dañado por ninguna sustancia ponzoñosa ni por ninguna fiera, ni siquiera por el mismo Sol
En este mismo sentido habla Apuleyo que recomienda llevarla en el zurrón para que no se cansen los pies de los caminantes, a su vez, ahuyenta a los malos espíritus.

Para que sea totalmente eficaz la artemisia es necesario recogerla antes de la salida del sol y pronunciar en voz alta y clara:

“Tollam te, Artemisia, ne lassus sim via”

Seguiremos los sabios consejos de los clásicos

Plurimam Salutem!

* Imágenes propias, salvo el dibujo
de la artemisia campestris
tomada de:
www.zum.de/stueber/lindman/


domingo, 9 de noviembre de 2008

UNA TARDE CON CATÓN





Resulta divertido poder dedicar una tarde del fin de semana a la cocina y más divertido todavía si esas horas las pasamos con Catón y sus recetas de dulces.

He aquí algunas pautas para elaborar deliciosos dulces romanos legados por Catón en De Agricultura:


BUÑUELOS

“Haz buñuelos así: mezcla queso con espelta, como se comentó antes. Con esta masa se pueden hacer cuantos se quieran. Calienta abundante aceite en una sartén profunda, fríelos de dos en dos. Ya fritos se untan con miel y espolvorea con semillas de amapola.” (L.XXVIIII)


ENCYTUM


“Haz “encytum” de la misma manera que los buñuelos, pero deben freírse en aceite a través de un colador para que tenga forma de espiral. Se sirve con miel o vino melado.” (L.XXX)


DEPSTICI


“Para hacer pan “depstici”: lava bien las manos y el mortero, pon harina en el mortero, añade poco a poco agua y amásalo, cuando esté bien amasado, cócelo en una olla de barro” (L. XXIII)

LIBUM


“Haz “libum” [pan para los sacrificios] de esta manera: coloca dos libras de queso en un mortero, cuando esté bien desmenuzado, pon una libra de harina de trigo candeal, o si quieres que esté más tierno, media libra de sémola. Mezcla bien con el queso. Añadir un huevo y después mézclalo bien. De esta masa haz pan, colócalo sobre unas hojas y cuécelo a fuego lento en una olla de barro” (L.XXV)


PLACENTA


“Haz placenta así: dos libras de harina de trigo candeal para hacer la base exterior; Haz unas tiras de pasta con cuatro libras de harina y dos de espelta. Pero antes pon la espelta a remojo, cuando esté crecida, ponla dentro de un mortero, después de haberla escurrido bien. Amásalo bien, cuando ya esté bien trabajado, añadir las cuatro libras de harina, a continuación forma con esta masa unas tiras y colócalas en un cuenco para que se seque. Cuando estén secas, hay que pasarles un trapo humedecido con aceite de oliva. Cocina estas tiras en una olla de barro con tapa a fuego fuerte. Después hay que amasar con agua las dos libras de harina de trigo candeal para hacer una base muy delgada. Pon en agua catorce libras de queso de oveja, que no esté agrio y que sea muy tierno, déjalo macerar con agua y cámbiale el agua tres veces. Escúrrelo bien y después pásalo al mortero con un tamiz. Ponle cuatro libras de miel y mezcla bien el queso y la miel.

Después sobre una mesa limpia, que mida 12 x 12 pulgadas, extienda unas hojas de laurel aceitadas, sobre estas hojas hay que colocar la base de harina ya preparada y se comienza a hacer la placenta. Coloca una tira de pasta sobre la base, cúbrela con la crema de queso y miel. Después coloca encima otra tira y repite la operación, hasta que todas las tiras y crema sean utilizadas. Coloca la placenta para cocinar en una olla de barro con tapa a fuego muy lento. Destapa a menuda para ver cómo se va cocinando. Se sirve con mucha miel.” (L.XXVI (1-4)

Buen fin de semana con Catón.

Plurimam Salutem!



* Imágenes propias



domingo, 2 de noviembre de 2008

LA DORADA, UN PEZ DIVINO


La dorada era llamada por los griegos chrysóphris “cejas de oro”, por presentar una mancha dorada entre sus ojos: “A estos añadiremos los nombres citados por Ovidio que no se encuentran en ningún otro autor, pero que tal vez viven en el Ponto, donde se puso a escribir esta obra en sus últimos años: […] la chrysophrys de color dorado” (Plinio, HN, XXXII, 152)

Esta pecularidad también sirvió para darle el nombre en latín, Sparus aurata, raíz que se mantiene en algunas lenguas romances, “aurada” en catalán y valenciano, “dourada” en gallego,...

Estas marcas le elevaron a la consideración de pez sagrado y digno de la diosa Venus/ Afrodita:”Doradas consagradas a Afrodita Citeria” (Arquipo, Los peces, II fr. 18). Así pues, era servido en las fiestas en honor a esta divinidad.

Al igual que la diosa, era “el más bello de los peces(Matrón, fr. 534); “Otros viven tanto entre las rocas como en las arenas: la dorada, denominada así por su belleza” (Opiano, De la pesca, I, 169) y muy apreciado por su sabor:el más delicado de los pescados” (Estratocles)

Las fuentes clásicas nos señalan algunas de sus características de la dorada:

Se trata de un pez carnívoro que desova en verano. Presenta cuatro aletas en el lomo y dos en el vientre. Se alimenta de moluscos y crustáceos que destroza con su potente dentadura y también de algas.

Es una especie hermafrodita, que al nacer es macho y alrededor de los dos años, pasa a ser hembra.

“Son exclusivos del mar, en cambio, el esturión, la dorada” (Plinio, HN, XXXII, 145).

No soportan bien las temperaturas elevadas, por lo que: “Algunos permanecen ocultos durante sesenta días en lo más caluroso del verano, por su incapacidad para soportar el calor como el glauco, el asellus, la dorada” (Plinio, HN, IX, 58)

Eran dignas de ser servidas en los banquetes por su sabor:”Las doradas superan a los demás pescados en sabor y dulzura y, además son muy nutritivas(Hicesio en Ateneo VII 328)

Dífilo de Sifnos, en Ateneo VIII 355 d:la carne de la dorada tiene un delicioso punto de acritud, es tierna, está libre de olores, es de grato sabor y diurética

La dorada era servida, principalmente, cocida o asada y con salsa:Cocida es muy buena y se asimila fácilmente; frita pierde bastantes cualidades” (Dífilo de Sifnos, en Ateneo VIII 355 d)

Arquéstrato, Consejos, fr. 143: “No dejes pasar la gruesa dorada de Éfeso, que las gentes de allí llaman iosníscos, hazte con ella, retoño de la augusta Selinunte. Lávala convenientemente; después, sírvela tras asarla entera, aunque sea de diez codos”

Su precio parecía no ser muy elevado según estos versos de Éupolis, Los aduladores V, fr. 160:

“Por sólo cien dracmas he comprado:

Ocho lubinas y doce doradas”

RECETAS DE APICIO, X, III, 8 y 9

SALSA PARA LA DORADA

Pimienta, ligústico, alcaravea, orégano, baya de ruda, menta, baya de mirto, yema de huevo, miel, vinagre, aceite, vino y garum. Poner a calentar.

SALSA PARA LA DORADA ASADA

Pimienta, coliandro, menta seca, apio en grano, cebolla, uva pasa, miel, vinagre, vino, garum y aceite. Para poder llevarla a la mesa utilizaban varios métodos de pesca:

1) Con tridente, de día, pues es el momento en el que duermen y mediante la utilización
de un cebo:

“Deberías usar peces pequeños como cebo para los mayores […] la dorada es sacada
a tierra por la chucla” (Opiano, De la pesca, III, 188)

2) Empleo de artimañas:

Cuando la estrella Arturo empieza a elevarse por oriente y las mareas son mayores, los pescadores esperan a que las aguas se retiren de alguna pequeña cala y dejen la arena al descubierto; entonces plantan ramas de álamos bien cubiertas de follaje y se retiran, aguardando a que las aguas vuelvan de nuevo a subir. Las doradas se sienten fastcnadas y atemorizadas por el continuo oscilar de las ramas y sin acertar a huir se congregan bajo sus hojas, aunque baje de nuevo el nivel de las aguas; cuando esto sucede regresan los pescadores y las recogen con sus salabres. […] Este es un procedimiento de pesca que está al alcance de todos, incluso de los más tontos (C. Eliano, Hª de los animales, XVIII, 28)

Sabemos por Plinio que además de ser consumida, era utilizada como remedio medicinal contra: “Donde se produce miel venenosa, el remedio es comer dorada” (Plinio, HN, XXXII, 43)

"Salve, diosa que tutelas Chipre, coronada con oro,

la de hermosas edificaciones, la de los ojos negros.

Concédeme obtener la victoria en este concurso

e inspira mi canto, que yo me acordaré

también de otro canto y de ti"

(Himno a Afrodita)

Plurimam salutem!

*Imágenes propias.