domingo, 25 de febrero de 2024

RECETA GRIEGA PARA PREPARAR EL JUREL



El jurel es un pescado poco servido en nuestras mesas, pero de un gran valor nutricional y proteico.

Era presentado en las mesas de los comensales griegos, aunque los nombres que se le aplicaban indican, quizás, no un aprecio excesivo.

En las fuentes griegas encontramos dos nombres diferentes para llamar a este pescado: "saúro" y "tráchouros". 

Saúro significa "lagarto" por la tonalidad de su dorso, mientras que tráchouros quiere decir "cola áspera" por la cola tan apuntada que le caracteriza.

En Ateneo, VII, 322, c-d podemos leer una sencilla receta para prepararlo. Veámosla:

"Lo menciona Alexis, en Leuca. Es un cocinero el que dice [PCG II, fr. 138]: 

A— ¿Sabes cómo hay que preparar el jurel? 

B— Si tú me enseñas. 

A— Una vez que le quites las branquias límpialo, recórtale las espinas que tiene alrededor, , ábrelo por el costado como es debido y, tras desplegarlo del todo, azótalo con silfio y rellénalo bien y con destreza de queso, sal y orégano"



POSIBLE ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Ingredientes

. 2 Jureles
. Asafétida
. Queso de cabra
. Sal
. Aceite
. Orégano

Elaboración

Limpiar los jureles quitándoles las espinas. Dejarlos abiertos como si fuera un librillo.

Hacer una mezcla de queso de cabra, un poco de sal, una cucharita de orégano y una pizca de asafétida que sustituirá al silfio.


Rellenar los jureles con esta mezcla, cerrar el jurel, colocar dentro de un papel de horno y cerrar bien.

Los  haremos al papilote en una plancha a la que le hemos puesto unas gotas de aceite. Tapamos para que se hagan al vapor dentro del papel.

Se puede servir con un poco de ensalada fresca o unas verduras a la plancha.

El resultado es muy interesante y exquisito

Prosit

Plurimam salutem!

domingo, 11 de febrero de 2024

PIRA. RECETAS Y CURIOSIDADES

A finales del año pasado dedicamos unas entradas a las peras en el mundo antiguo, pero aún nos quedan por descubrir otras muy interesantes. 

¿Os animáis a conocer cosas nuevas? 


 Ateneo III 80 d nos habla sobre forma de consumo: “Mnesíteo de Atenas, en su tratado Sobre los comestibles [fr. 32 Bert.], dice: «Respecto a cuantas de ellas se consumen crudas, como las peras, los higos, las manzanas de Delfos, etc., hay que: observar el momento en el que no tengan los jugos contenidos en su interior ni crudos, ni pasados, ni resecos en exceso por culpa de la estación».

 Ateneo IV, 137 b nos dice que eran frecuentes en sus mesas como postre: De nuevo se disponían las segundas mesas repletas, y en ellas había peras y gruesas manzanas”

 Ateneo  VI 275 b hace un comentario curioso al presentar a la pera como menú para cenar:Y a menudo —afirma— un padre o una madre preguntaban a su hijo si quería cenar peras o nueces y, después de comer algo  de esto, se daba por satisfecho y se iba a dormir”

  Al igual que en su libro III 81 b, Ateneo compara las manzanas y las peras: Filótimo, en el libro décimo tercero de su tratado Sobre la alimentación [fr. 10 St.], dice: «Las manzanas primaverales son mucho más indigestas que las peras, tanto si comparamos las verdes con las verdes, como si comparamos las maduras con las maduras. Las ácidas y todavía no maduras poseen además las cualidades de los líquidos, son bastante acres, y ácidas en cierto modo, y distribuyen por el cuerpo el llamado jugo astringente». Sostiene también que, en general, las manzanas son más indigestas que las peras, porque aunque comamos menos las asimilamos peor, mientras que, aunque tomemos más peras, las asimilamos mejor. De ellas sale un jugo astringente, llamado por Praxágoras (vitreo), debido a que los alimentos que no se asimilan tendrán los jugos más espesos. En general está demostrado que las manzanas son peores de digerir que las peras, y que los alimentos acres suelen proporcionar jugos aún más espesos. Entre las pomas invernales, las manzanas de Cidonia producen jugos más acres, mientras que los membrillos producen menos jugos, y menos acres, y se pueden digerir mejor”

 Paladio, Tratado de agricultura III, 209 nos ha legado la receta de vino y vinagre de pera, los llamados vina ficticia hechos de frutas y con un uso medicinal: “Se hace perada metiendo las peras en un saco de malla muy abierta, se machacan y aplastan con pesos o con una prensa. Dura el invierno pero se agria al principio del verano. El vinagre de peras se hace de este modo: se dejan durante tres días en un montón peras silvestres o de sabor ácido que estén maduras. Después, se meten en un recipiente al que se añade agua de fuente o de lluvia y se deja el recipiente tapado durante treinta días y a medida que se va cogiendo un poco de vinagre para el consumo, se echa otro tanto de agua en sustitución.

 Zumo de peras: el casto zumo de peras se preparará así: se pisan peras muy maduras con sal gorda. Cuando su carne esté deshecha, se meten en tonelitos, o recipientes de barro embetunados con pez; al cabo de tres meses la pulpa en suspensión desprende un líquido de sabor agradable pero de un color blancuzco. Contra este inconveniente será bueno que al tiempo que se salan, se mezcle una dosis de vino tinto”



 Dioscórides, 5, 24, nos habla del vino de peras y sus propiedades:<Del vino [1] de pera> (apítēs). El vino de pera se prepara igual que el de membrillo, pero que no estén las peras demasiado maduras. Y el de algarrobas, el de nísperos y el del fruto del cornejo se preparan igualmente. Todos ellos son astringentes, acerbos, estomacales, y retentivos de los flujos internos”

 Como leemos en Dioscórides si uso terapéutico es principalmente para el estómago, como digestivo y reductor de humores.

CURIOSIDADES

 Aristóteles HA, VIII, 595 A comenta que se utilizaban para cebar a los cerdos: Este animal engorda con cebada, mijo, higos, bellotas, peras silvestres y cohombros. Pero lo que más engorda tanto a los cerdos como a los demás animales que tienen un estómago caliente, es el reposo”

 Ateneo  XIV 640 c y ss además de hablar sobre los tipos de peras, cuenta una curiosidad de peras flotantes: “Pues fue Crisógono, el flautista, como nos dice Aristoxeno en el octavo libro de sus Leyes políticas, quien escribió el poema titulado Política. Y Filocoro, en su tratado sobre Adivinación, dice que fue un hombre de nombre Axiopistos, (no se sabe con certeza si era un Locriano o un Siciliano) el autor del Canon y de las Sentencias. Y Apolodoro nos dice lo mismo. Y Teleclides menciona el μυλος en sus Hombres Rígidos, hablando así: Los pasteles de queso calientes ahora son cosas a las que soy aficionado, las peras silvestres no me interesan; También me gustan los ricos trozos de liebre […] 63. Y ahora tomaré las peras (πιον), que veo ante mí, y hablaré de ellas, ya que es por ellas que el Peloponeso fue llamado πία, porque las plantas del peral abundaban en el país, como nos dice Ister, en su tratado sobre la Historia de Grecia. Y que era costumbre hacer subir peras al agua en las fiestas, lo aprendemos de las Breutias de Alexis, donde leemos estas líneas:

 A. ¿Has visto alguna vez peras flotando en aguas profundas servidas en la cena a unos hombres hambrientos?

B. Por cierto que sí, y a menudo; ¿qué hay de eso?

A. ¿No escoge cada invitado por sí mismo, y come la fruta más madura de las que nadan ante él?

B. Sin duda que lo hace. Pero las frutas llamadas μαμηλίδες no son lo mismo que las peras, como algunos han imaginado, sino que son una cosa distinta, más dulce, y no tienen almendra. Aristomenes, en su Baco, dice . ¿No sabes cómo crecen en el jardín de Chian. ¿Finos nísperos?

Y Æschylides también, en el tercer libro de sus Geórgicas, nos muestra que es una fruta diferente de la pera, y más dulce. Habla de la isla de Ceos, y se expresa así: "La isla produce las peras más finas, iguales a la fruta que en Jonia se llama hamamelis; porque no tienen semillas, son dulces y deliciosas". 

Pero Aethlius, en el quinto libro de sus Anales Samios, si el libro es auténtico, las llama homomelides. Y Pánfilo, en su tratado sobre Dialectos y Nombres, dice: "La epimelis es una especie de pera". Antífona, en su tratado sobre Agricultura, dice que las phocides son también una especie de pera. […] 

Cuando el filósofo dice γενναα, quiere decir εγεν, generoso, como también usa la palabra Arquíloco-. Ven aquí, eres generoso (γενναος);

o, tal vez, quiere decir πιγεγενημένα; es decir, injertados. Pues Aristóteles habla de peras injertadas, y las llama πεμβολάδες”

  Con esta entrada damos punto y final a la deliciosa fruta.

                      Plurimam salutem!