domingo, 18 de diciembre de 2022

IO SATVRNALIA!




 DE RE COQVINARIA

OS DESEA

UNAS FELICES FIESTAS


Y

QUE EL MMXXIII

VENGA LLENO DE SALUD,

PAZ

Y AMOR



Plurimam salutem!

domingo, 11 de diciembre de 2022

RECETA DE QUESO CON MOSTO

Ahora que se aproximan las navidades siempre nos gusta sorprender a nuestros invitados con recetas diferentes. 



En concreto vamos a ver una receta de QUESO MACERADO CON MOSTO que nos ha legado Columela III,  XLII 

Modo de guardar el queso con mosto

 "El queso lo condimentarás de esta manera. Cortarás unas rebanadas grandes de queso de ovejas seco y hecho el año próximo anterior, y lo colocarás en una vasija bañada de pez; después la llenarás de mosto de muy buena calidad de suerte que las cubra, y que esté con alguna más abundancia que el queso, pues este lo embebe, y se echa a perder si no tiene siempre mosto por encima; pero así que hayas llenado la vasija, al punto la taparás con yeso: enseguida se podrá destapar a los veinte días, y gastarlo con la composición que quieras. Y comiéndolo solo no es desagradable"

ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Cortar en rebanadas grandes un queso de oveja curado 

Poner el queso troceado en un bote de cristal esterilizado y con tapa hermética

Añadir mosto de vino tinto en el bote con el queso hasta que quede totalmente sumergido.

Cerrar bien y guardar en nevera durante unos 20 días.

Pasado el tiempo pertinente, sacar el queso y consumir

Prosit!!

Plurimam salutem!

domingo, 27 de noviembre de 2022

VRTICAE I

Muchas personas consideran la ortiga como una mala hierba, pero se ha utilizado y se sigue empleando como fuente de alimento por su alto valor nutricional, por su fibra, por su contenido en hierro, sus vitaminas, minerales y por su clorofila, para hacer tintes y para elaborar muchos remedios medicinales, e incluso hoy en día, se realiza a urtificación para estimular la circulación sanguínea.

 Existen ortigas de tierra y de mar, ambas están bien atestiguadas en las fuentes clásicas. 


A continuación, veamos qué nos cuentan estas fuentes de información.

 Con respecto a su etimología, Isidoro de Sevilla, XVII, 9, 44 nos dice que: “La ortiga (urtica) se llama así porque su contacto produce quemazón en el cuerpo, pues es de naturaleza ardiente y al tocarla produce escozor y prurito”

Como bien es conocido, una de las características principales de las ortigas es la capacidad de provocar irritaciones como nos lo indica Teócrito, Idilio, VII, 105 y ss cuando invita a Pan a descansar sobre ortigas: Y si tal haces, Pan querido, que los zagales de Arcadia no te azoten con escilas en los costados y los hombros cuando obtienen poca carne; más si lo dispones de otro modo, que te llenes de picores y hayas de desgarrarte con las uñas todo el cuerpo, y duermas entre ortigas”

 Sobre los tipos que existen, ya hemos comentado la presencia de ortigas terrestres y marina. Son muchas las citas clásicas que se encuentran. Veámoslas:

Menandro, Proverbios griegos, 3ª parte, 73 nos habla de la existencia de la ortiga de tierra y la de mar: Acalefe. Ortiga, tanto la de tierra como la de mar

 ORTIGAS DE TIERRA

Se trata de una planta herbácea que pertenece a la familia de las urticáceas. En sus hojas se pueden ver unos finos pelos que son urticantes cuando se tocan.  Sus flores son de color verdoso.

Están atestiguadas la urtica caudata Vahl., la dioica L., la pilulifera L. y la urens L. todas ellas producen una gran irritación por contacto, pero también con virtudes diferentes. La más empelada es la mayor o urtica dioica L.



Dioscórides 4, 93 nos habla sobre sus nombres y tipos: Otros ‘picazón’ (knídē), [otros ‘injusta’ (adíkē); los romanos urtica; los egipcios selepsiú. Otra ortiga (akalýphē hetéra); otros la llaman ‘picazón’ (knēphē); los romanos urtica mollis. Hay dos especies de ortiga: una es más agreste, más áspera, más ancha y más negra en sus hojas; su fruto es semejante a la linaza, pero menor. Y la otra especie es de semilla menuda y no tan áspera

Ateneo, II, 62 D dice lo siguiente sobre su aspereza: “Ortiga. Se llama así entre los áticos tanto a la planta como a lo que produce irritación. Aristófanes, en Las fenicias [PCG III2, fr. 572]: Antes que ninguna otra cosa nacieron los espliegos, luego, a continuación, las ásperas ortigas

Plinio HN, XVI, 38: “Algunas plantas tienen las hojas punzantes, como las ortigas”

Plinio HN, XV, 30: En Egipto se produce en gran cantidad de la semilla del rábano o de hierba gramínea —el que llaman córtino-, así como de sésamo y de ortiga —el que denominan cnidino”

Teofrasto, VII 7, 2: “Igualmente pueden ser incluidas en esta denominación todas aquellas plantas que tienen similar aspecto, pero zumos que sirven de alimento, crudos o cocidos. Porque algunos necesitan ser puestos al fuego, como la malva silvestre, la acelga, la romaza, la ortiga  y la matricaria, mientras que la hierba mora se come también cruda y algunos, en tiempos antiguos, la estimaron digna de ser cultivada en jardines […] Todas estas plantas son anuales o tienen tallos anuales, porque algunas se marchitan dentro de una estación, mientras que de otras persisten las raíces por más largo tiempo. Y no pocas pertenecen a esta clase. Algunas de estas plantas nacen de raíces y también de semillas, aunque, en algunos casos, nacen espontáneamente.[…] Otras echan la flor al tiempo que brotan, como la celidonia menor; algunas no mucho después, como la anémona, y las hay que, al llegar la primavera, echan tallos y florecen, como la achicoria y plantas afines a ella, y aquellas plantas espinosas comprendidas en el apartado de verduras”

Plinio HN, XVI, 38 en el que habla de las variedades de hojas comenta que Algunas plantas tienen las hojas punzantes, como las ortigas

 Opiano, De la pesca, II, 425 describe los peces venenosos y compara a la escolopendra con la ortiga de mar por el escozor que provoca: de aspecto igual al reptil de la tierra, pero mucho más dañino. Porque, si uno se aproxima y lo toca, en seguida su picadura produce una caliente rojez en la carne, y se extiende un verdugón, como el de la hierba, que, por los dolores que causa, los hombres llaman la ortiga”

 En el mismo sentido habla Eliano, Hª de los animales, VII, 35: La escolopendra  es un ser marino, pero es exactamente igual que la terrestre; y si un hombre arrima su piel a ella, inmediatamente siente escozor e irritación, es decir, siente las mismas molestias que produce la planta llamada ortiga”.

 ORTIGAS DE MAR

Algunas ortigas de mar son comestibles, aunque probablemente sería la anemona de mar (Anemonia sulcata) la servida en los platos de la antigüedad, aunque también era consumida la Actinia equina L. que se caracterizaba por su color rojo.

 Diógenes Laercio, VIII 34, y Eliano, Hª Animales IV 17 la denominan  acalefo u ortiga de mar perteneciente al grupo de los celentéreos, que, cuando se hace adulto, toma forma de medusa”

 Aristóteles, Sobre los pitagóricos, 4a dice que La anémona es un animal marino que se llama ortiga de mar”



 Aristóteles, HAIV 6, 531a-b comenta varios aspectos de las ortigas de mar: En cuanto a las que unos llaman ortigas de mar y otros actinias, no son testáceos, sino que caen fuera de los géneros clasificados, y su naturaleza está a mitad de camino entre el vegetal y el animal pues por vivir algunas de ellas separadas y correr hacia su alimento, y aún por percibir lo que les sale al paso, están  próximas a los animales. Además, utilizan la aspereza de su cuerpo para su defensa. Pero por ser imperfectas y adherirse rápidamente a las rocas, están cerca del mundo vegetal, y por no tener excremento visible, aunque tienen boca”

 Artemidoro, La interpretación de los sueños, en el capítulo 14 dedicado a la pesca comenta que así mismo predicen que las actividades languidecerán por no tener huesos. En efecto, la osamenta constituye la fuerza del cuerpo. Son de este tipo los siguientes: el pulpo, el calamar, la ortiga marina, el nautilo, la heledone, el Porfirio y la sepia”

 Plinio HN, IX, 45 (68) habla de las ortigas de mar: “Por supuesto que también pienso que hay entendimiento en los seres que poseen una naturaleza que no es la propia de los animales ni de las plantas, sino una tercera que procede de entrambas; me refiero a las ortigas y a las esponjas. Las ortigas se mueven por la noche y cambian de lugar. Su naturaleza es la propia de una hojarasca carnosa, y de carne se alimentan. Poseen la misma capacidad de picar produciendo escozor que la de las ortigas de tierra. Por eso se contraen todo lo apretadas que pueden y, cuando algún pececillo nada sobre ellas, despliegan toda su hojarasca y, abrazándolo bien, se lo tragan. Otras veces, como si estuvieran marchitas, dejándose arrastrar por las olas al modo de las algas, atacan a los peces después de haberlos tocado, cuando se rascan el picor con el roce de una roca. Además, por la noche buscan peines de mar y erizos. Cuando presienten que se les acerca una mano, cambian de color y se contraen. Si les tocan, sueltan la sustancia que produce escozor y, si tienen un poco de tiempo, se esconden. Dicen que su boca se halla en sus raíces y que expulsan los excrementos por su parte superior mediante una fístula fina”

 Ateneo, III, 89, F y ss: De la misma manera que los moluscos nacen también los que no tienen sin concha, como las anemonas y las esponjas en las grietas de las rocas. Hay dos clases de anémonas. Las de las cavidades no se separan de las rocas, mientras que las de las zonas lisas y llanas se sueltan y cambian de lugar. Éupolis, en Autólico, llama a las anémonas de mar akalephai (ortigas), y el mismo Aristófanes, en Las fenicias, de este modo [PCG III 2, fr. 572]156:

Sábete que antes que ninguna otra cosa nacieron los espliegos, y luego, a continuación, las ásperas ortigas.

 Y también en Las avispas [884]. Ferécrates, en Los desertores [PCG VII, fr. 29, 2): Y estar coronado de ortigas durante el mismo tiempo.

 El medico Dífilo de Sifhos dice: La ortiga es digestiva, diurética, estomacal; pero produce irritación a quien la recolecta, si antes no se unta con aceite. Pues, en efecto, pica a quien la coge, y por eso ahora se la llama akalephe (tacto suave) con una locución alterada; y quizás por ella se llama también igual la planta. En efecto, se la nombra con un eufemismo consistente en una antífrasis, ya que no es dulce ni suave al tacto, sino áspera y desagradable. Menciona las ortigas marinas también Filípides en Anfiarao, de este modo [PCG VII, fr. 4]:

Me sirvió ostras, ortigas de mar (y) lapas.

Hace un juego con la palabra Aristófanes, en Lisístrata [549]: ¡Venga, tú, la más valerosa de las ascidias y las madrecitas ortigas!

Tras ver los tipos de ortigas conocidas en el mundo clásico, en las siguientes entradas veremos sus diferentes usos.

Plurimam salutem!!

domingo, 13 de noviembre de 2022

PIRA CONDITA

Son muchas las citas que nos hablan sobre los diferentes tipos de peras y su conservación, tema que trataremos en otra entrada. En esta ocasión, nos centraremos en algunas recetas de peras.



Son varios los autores clásicos que comentan la conservación de esta exquisita fruta en arrope, es decir,  una especie de vino cocido. Así lo leemos en Plinio, HN, XV, 17: “Las peras anicianas se conservan también en vino de uvas pasas”

Y en Catón, De agricultura, 7 [IX]: “Las peras grandes, peras anicianas, peras de sementera (éstas serán buenas conservadas en arrope), peras de Tarento, peras dulces, peras calabaciles e igualmente tantas otras variedades como sea posible”

POSIBLE ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Ingredientes

-         5 peras conferencia

-         100 ml de vino dulce (sapa)

Elaboración

Pelar las peras, cortarlas por la mitad y quitarles el corazón.

Cocerlas al vapor durante unos 20/25 minutos. Pintad para ver si ya están bien cocidas.

Se colocan en una fuente honda y se cubren con el vino dulce. Se dejan macerar mínimo 1 o 2 horas.

Se pueden servir con un poco de canela por encima o con pimienta negra molida.

Aprovechamos para compartir otras dos curiosas recetas de peras que encontramos en Paladio, Tratado de agricultura, III, 25, en concreto son dos bebidas cuyo ingrediente es esta fruta:

 “Vino y vinagre de pera: se hace perada metiendo las peras en un saco de malla muy abierta, se machacan y aplastan con pesos o con una prensa. Dura el invierno pero se agria al principio del verano. El vinagre de peras se hace de este modo: se dejan durante tres días en un montón peras silvestres o de sabor ácido que estén maduras. Después, se meten en un recipiente al que se añade agua de fuente o de lluvia y se deja el recipiente tapado durante treinta días y a medida que se va cogiendo un poco de vinagre para el consumo, se echa otro tanto de agua en sustitución.

Zumo de peras: el casto zumo de peras se preparará así: se pisan peras muy maduras con sal gorda. Cuando su carne esté deshecha, se meten en tonelitos, o recipientes de barro embetunados con pez; al cabo de tres meses la pulpa en suspensión desprende un líquido de sabor agradable pero de un color blancuzco. Contra este inconveniente será bueno que al tiempo que se salan, se mezcle una dosis de vino tinto”

Prosit!

Plurimam salutem!!

domingo, 30 de octubre de 2022

CONGIARIVM II

Hace unas semanas hablamos de las unidades de medida de aceite y vino, pero nos faltaron cosas por comentar. Aprovechemos para tratar algunos asuntos concretos.

Las gratificaciones al pueblo se entregaban para conmemorar acontecimientos relacionados con algún miembro de la familia imperial como por ejemplo, Constantino “ordenó copiosos repartos de dinero en favor de todas las poblaciones, tanto rurales como urbanas; ésta era la forma como celebraba la solemnidad de su vigésimo aniversario imperial’’ (Eusebio de Cesárea, Vida de Constantino, III, cap. 21).




Suetonio, Tiberio, 20 en agradecimiento dio dinero: “En señal de agradecimiento por haberle dejado escapar en cierta ocasión en que se hallaba bloqueado con su ejército por los accidentes del terreno, ofreció luego al pueblo una comida servida en mil mesas e hizo un reparto extraordinario de trescientos sestercios por cabeza”

Suetonio, Nerón, 7 al tomar la mayoría de edad: “Cuando fue presentado en el Foro después de vestir la toga viril, prometió al pueblo un reparto extraordinario, a los soldados un donativo, e hizo desfilar a los pretorianos marchando a la cabeza de ellos escudo en mano”

El mismo acontecimiento lo encontramos narrado en Tácito, Anales, XII, 41: “En el consulado de Tiberio Claudio —por quinta vez— y Servio Cornelio Órfito se impuso antes de tiempo a Nerón la toga viril, a fin de que pareciera capaz de participar en los asuntos del estado. Se añadió un donativo a los soldados en su nombre y regalos en especie al pueblo”

Dión Casio, Epít. LXIX, 8, 2 con motivo del aniversario: “En su cumpleaños, ofreció gratis al pueblo el acostumbrado espectáculo, matándose muchas bestias salvajes, […] Distribuyó también regalos mediante pequeñas bolas que arrojaba por doquier, tanto en los teatros como en el Circo, y separadamente para hombres y mujeres”

Historia Augusta, Adriano, 23, 12 por su adopción: ‘‘Adoptó por tanto a Ceyonio Cómodo Vero, a pesar de la oposición general, y le llamó Elio Vero Cesar. Con ocasión de su adopción concedió unos juegos circenses y distribuyó un donativo entre el pueblo y los soldados’’. En la biografía de Elio Vero en la Hª Augusta, 3, se especifica la cantidad exacta: “Se ofreció un congiario al pueblo con ocasión de su adopción y se repartieron entre los soldados tres millones de sestercios’’





Tito Livio, XXXVII, 58 por triunfos militares: “Por aquellas fechas, Lucio Emilio Rufo, que había vencido con su flota al almirante del rey Antíoco, fue recibido por el senado en el templo de Apolo, fuera de la ciudad. […] el senado, por amplia mayoría, le concedió el triunfo naval. Celebró su triunfo el primero de febrero, llevando en su procesión cuarenta y nueve coronas de oro y una suma de monedas mucho menor de la que se podría haber esperado de un triunfo sobre un rey: treinta y cuatro mil doscientos tetracmas áticos y ciento treinta y dos mil trescientos cistóforos. Mediante un senadoconsulto se ordenaron rogativas en agradecimiento por los éxitos logrados en Hispania por Lucio Emilio”

Se realizaban en una ceremonia pública encabezada por el propio emperador sentado y acompañado de varios ayudantes como se puede apreciar en algunas monedas y en el arco de Constantino en uno de los frisos de la cara norte. Sobre el lugar escogido para el reparto nos hay seguridad, quizás podría ser algún macellum o mercado donde se reunía la gente y se podían encontrar los productos fácilmente.

Plinio el Joven, Panegírico, 25 y ss hablando de las acciones de Trajano nos hace una pequeña descripción del día de la entrega: “El don magnífico que se dio al pueblo y como se le dio entero, dando parte del donativo a los soldados. ¡Fue obra de poco ánimo pagar de presente por entero a quien mejor podías negádselo! Aunque en esta diferencia aun hubo igualdad. Iguales fueron con el pueblo los soldados; porque aunque se les pagó sola una parte, fueron primeros. Igual fue el pueblo con ellos; porque aunque fue después, recibieron su merced entera. Pero con qué benignidad se repartió ¡qué cuidado tuviste de que nadie fuese vacío de tu liberalidad! […] Llegado el día de la distribución, solían aguardar a que saliese el Príncipe, e informarse por dónde; ocupaban el camino los enjambres de los recién nacidos, y los que habían de ser del pueblo Romano. Tenían los padres que hacer en mostrar los niños, y puestos sobre sus cuellos enseñarlos voces blandas y palabras aduladoras; decían ellos las que les ensayaban. Y muchos, vueltos vanos los ruegos, molestaban los sordos oídos del Príncipe; y sin saber lo que se pedían, ni lo que les dejaban de dar, se estaban detenidos hasta saberlo de cierto. Tú aun no dejaste que te rogasen; que aunque era agradable a tus ojos saciarte de ver la generación Romana, mandaste que antes que te vieran o te oyeran, los pagaran y escribieran en la tabla de los ciudadanos, para que no tuviesen que rogar”

Con respecto al arco de Constantino, como hemos comentado, llama la atención en el friso una pequeña tablilla con agujeros que seguramente servirían para controlar las monedas que debían de ser entregadas. Se cree que funcionaría de la siguiente manera: se introduciría la tablilla en un contenedor con monedas, en los agujeros se colocarían las piezas de dinero y las sobrantes volvían a caer en el contenedor. Así la distribución de monedas era más rápida y equitativa.



Por lo que hace a las monedas, con Nerón se acuñaron las primeras atestiguadas en la que se representa el congiarium. En concreto, se conocen dos sestercios en los que se ve en una de sus caras, el rostro del emperador y en el reverso la imagen de la distribución de dinero realizada por el gobernante sentado en una silla curul y acompañado por un prefecto y por las diosas Minerva y Liberalitas. Las monedas están circundadas por una leyenda en latín que dice CONG I DAT POP, ‘Congiarium primum datum Populo’ y CONG II DAT POP, ‘Congiarium secundum datum Populo’.



Tácito, Anales, XIII, 31: “En el consulado de Nerón, por segunda vez, y de Lucio Pisón hubo pocos acontecimientos dignos de memoria. […] se repartió a la plebe un donativo de cuatrocientos sestercios por barba, y se transfirieron al erario cuarenta millones de sestercios para mantener el crédito público”

Con Nerva y Trajano volvemos a encontrar monedas dedicadas a los congiaria que utilizaron el mismo esquema que Nerón, es decir, en una de las caras sus rostros y en el reverso la escena del reparto con la leyenda correspondiente. En el caso de Nerva ha quedado constancia de la emisión de un sestercio: CONGIAR P R, ‘Congiarium Populo Romano’ y en el de Trajano, de dos distribuciones con sus monedas conmemorativas: COS V CONGIAR SECVND y CONGIA - RIVM TERTIVM.



Uno de los emperadores que realizó más congiaria fue Adriano, un total de siete, en el 117 d.C., en el 118 d.C., en el 119 d.C., en el 125 d.C., en el 128 d.C. o en 132/134 d.C., a mediados del 136 d.C. y el último en febrero del 138 d.C.

Como curiosidad sería interesante comentar que Adriano acuñó monedas para cada una de sus distribuciones. Estas monedas presentan diferencias con las de los emperadores anteriores. En principio, la escena del reparto era similar a las precedentes, pero en una de ellas la leyenda era distinta: LOCVPLETATORI ORBIS TERRARVM, ‘Al enriquecedor del mundo’

En otra de las series leemos en el reverso: RELIQVA VETERA HS NOVIES MILL ABOLITA, ‘Antiguos impuestos por pagar de nueve mil veces cien mil sestercios cancelados’, rodeando la imagen de lictor con sus fasces que está quemando con una antorcha unos papeles que representan las deudas fiscales de los que fueron liberados los ciudadanos, como bien nos transmitió Dion Casio, Epít., LXI, 18, 1.2: ‘‘Al llegar a Roma, canceló las deudas que se debían tanto al tesoro imperial como al tesoro público de los romanos, fijando un periodo de quince años de aplicación de esa condonación de las primeras a las últimas’




Historia Augusta, Adriano, 7, 6: ‘‘No omitiendo ninguna oportunidad para ganarse el favor popular, perdonó a los deudores privados de la Ciudad y de Italia las incalculables sumas de dinero que debían al fisco y a las provincias también las inmensas cantidades que adeudaban, una vez que fueron quemados en el foro del divino Trajano los pagarés, para conferirlos a todos mayor seguridad. Prohibió que ingresaran los bienes de los condenados en su tesoro privado, habiendo sido depositados en su totalidad en el del Estado’’

Historia Augusta, Adriano, 7, 3 explica perfectamente su generosidad con el pueblo para congraciarse con él: “Regresó Roma […] y para reprimir los rumores que corrían en torno a su persona, mandó que se distribuyera al pueblo ante su vista un doble congiario aparte de los tres áureos por persona que habían sido repartidos ya durante su ausencia’’

Con el tiempo, las monedas acuñadas por estos congiaria cambiaron el reverso por la imagen de la diosa Liberalitas con su cornucopia. A raíz de este cambio en las monedas se cree que el término congiarium fue sustituido por liberalitas para asignar estas gratificaciones.

También con Antonino Pío hubo congiaria, un total de nueve. Historia Augusta, Antonino Pío, 4, 9-10 y 8,1:‘‘Distribuyó un congiario de su propio peculio a los soldados y al pueblo, así como todo lo que les había prometido su padre. Contribuyó con grandes cantidades a las obras emprendidas por Adriano y devolvió los itálicos todo el oro coronario que había sido ofrecido con motivo de su adopción y, a las provincias, la mitad’




Como hemos visto, el término congiarium fue acuñado por Nerón. 
Después de Septimio Severo, la palabra congiarium ya no se encuentra en las monedas; es sustituida por la palabra Liberalitas y ya en época de los Constantinos, se le denominó con la palabra Largitio.

Plurimas salutem!!

domingo, 9 de octubre de 2022

CONGIARIVM I

En la sala del Medioevo de los Museos Capitolinos de Roma podemos apreciar dos congiaria del Campidoglio. 

Estas piezas, datadas aproximadamente en el 1200-13oo, serían pervivencia del mundo clásico. 
Se trata de unos utensilios empleados como unidades de medida para el aceite, el vino y el grano.



Bajo la nomenclatura de CONGIARIVM se conoce al recipiente en el que se medía el congius, una medida de capacidad equivalente a 3,283 litros, es decir, unos 6 sextarii o 12 heminas
Se cree que el nombre de congius tiene su origen en el mundo griego, del término konkhion, diminutivo de konkhē, konkhos, "concha".

Sobre la forma que tendría el congiarium es interesante comentar que en el Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines de Daremberg et Saglio leemos la existencia del llamado congius de Vespasiano o de Farnese que llevaba una inscripción: “Imp. Caesare Vespas. VI T. Caes. Aug. F. IIII. Cos. Mensurae exactae in Capitolio, P. X: "medida del peso de diez libras calibradas en el Capitolio en el sexto consulado del emperador César Vespasiano y el cuarto de su hijo Tito Augusto César"



Se trataba de dos conos invertidos y unidos por su base más ancha. En el cono superior se encontraba la inscripción descrita anteriormente. Para saber más sobre la pieza este enlace.


Veamos qué nos cuentan las fuentes clásicas sobre este objeto.

En Catón, Re Rustica, 57 [LXVI] podemos saber la cantidad de vino en congia que entregaba a los esclavos durante la vendimia o en fiestas señaladas: “Vino para los esclavos: cuando esté hecha la vendimia, que beban aguapié tres meses; en el cuarto mes, una hemina al día, esto es, dos congios y medio al mes; en el quinto mes, el sexto, el séptimo y el octavo, un sextario al día, esto es, cinco congios al mes; en el noveno, décimo y undécimo, tres heminas al día, esto es, un ánfora; además de esto, en las Saturnales y Compitales, un congio para cada hombre. Suma total de vino para cada hombre en el intervalo de un año. Para los esclavos encadenados, añade en proporción según la labor que hagan; no es excesivo que beba al año cada uno diez cuadrantales”

​Como curiosidad Plinio, HN, XIV, 22 (XXVIII) nos cuenta que un alto cargo tomó el apodo de tricongius por la cantidad de congios que consumía: “Es en el ejercicio de sus poderes para beber que los partos tienen su parte de fama, y ​​fue en esto, en lo que Alcibíades entre los griegos ganó su gran reputación. Entre nosotros, también, Novellius Torquatus de Mediolanum, un hombre que ostentaba todos los honores del estado desde la prefectura hasta el proconsulado, podía beber tres congii de un solo trago, una hazaña de la que obtuvo el apellido de " Tricongius: "Esto lo hizo ante los ojos del emperador Tiberio”

Con el paso del tiempo, el nombre del congiarium pasó a denominar las entregas que se llevaban a cabo a la población civil principalmente durante la época imperial, aunque se sabe que en época de la monarquía y durante la república ya se realizaban. Plinio, HN, XXXI, 41, 89 nos lo comenta: “El rey Ancus Martius dio seiscientos modii de sal como una generosidad (congiarium) a la gente, y fue el primero en establecer salinas”

En un principio se repartían aceite, sal, trigo, vino, etc. como bien nos menciona Tito Livio, XXV, 2 al hacer referencia a la distribución de oleum para el pueblo y es la primera mención que tenemos al respecto: “Los nuevos ediles desempeñaron sus cargos con gran munificencia; los Juegos Romanos se celebraron a gran escala, teniendo en cuenta los recursos disponibles; se repitieron un segundo día y se distribuyó un congio de aceite para cada calle. Lucio Vilio Tápulo y Marco Fundanio Fúndulo, los ediles plebeyos, convocaron a varias matronas ante el pueblo bajo la acusación de mala conducta; algunas fueron condenadas y enviadas al exilio. La celebración de los Juegos Plebeyos duró dos días y hubo un solemne banquete en el Capitolio con motivo de los Juegos”

En Plinio, HN, XIV, 17, 14 se hace referencia al vino que se solía repartir: “M. Varrón nos da la siguiente afirmación acerca de los vinos que en su día eran tenidos en la más alta estima en la mesa: que vino griego se repartió más de una vez durante la comida: mientras que él mismo, cuando regresó de Asia, distribuyó como obsequio entre la gente más de cien mil congiaria del mismo vino”

No obstante, con posterioridad se llegó a sustituir estos productos por otras mercancías, como vestimenta, siervos, perlas, animales (caballos), barcos, casas, tierras, e incluso, reparto de dinero. Así podemos leer en Quintiliano en su libro Institutio Oratorias, VI, 3, 52 que el término congiarium se empleaba, no sólo para la medida, sino también se llamaba así a los obsequios que se podían hacer a los amigos: “Se puede hacer broma usando la cosa conocida como metalepsis, como cuando Fabio Máximo se quejó de la escasez de los regalos hechos por Augusto a sus amigos, y dijo que sus congiaria eran heminaria: porque congiarium implica a la vez liberalidad y una medida particular, y Fabio menospreció la liberalidad de Augusto al hacer referencia a la medida”

Dion Casio, Epit., LXI, 5, 2 y 3: ‘‘Ayudó a las ciudades, aliadas y sometidas, con la mayor magnanimidad. Había visitado muchas de ellas – de hecho, más que cualquier otro emperador – y las auxilió prácticamente a todas, proporcionándoles suministro de agua a unas, y a otras puertos, alimentos, obras públicas, dinero y honores diversos, según las distintas ciudades’’

Es interesante comentar que en los textos también se encuentra la palabra liberalitas para las gratificaciones al pueblo. La diferencia con el congiarium es difícil de puntualizar, seguramente liberalitas es un término más abstracto que recoge también acciones en favor del pueblo como la bajada de impuestos, el ofrecimiento de juegos o espectáculos, la construcción de algún edifico o su remodelación. Así lo leemos en Suetonio, Tiberio, XLVIII. “Como emperador realizó únicamente dos munificencias: una cuando prestó al pueblo por tres años y sin interés cien millones de sestercios; la otra, después del incendio de algunas casas situadas sobre el monte Celio, en que abonó su valor a los propietarios [...]. No hizo liberalidad alguna a las provincias, exceptuando la del Asia, donde un terremoto había destruido gran número de ciudades’’

En el mismo sentido en Suetonio, Augusto, 41: Dio en muchas ocasiones pruebas de su liberalidad a todas las clases sociales. […] Hizo con frecuencia repartos extraordinarios al pueblo, pero, por lo general, de diversa cuantía: unas veces cuatrocientos sestercios, otras trescientos, y algunas doscientos cincuenta; y ni siquiera excluyo a los niños de menor edad, aunque no solían recibirlos sino a partir de los diez años cumplidos. En épocas de escasez, midió también el trigo por cabeza, a menudo a muy bajo precio, a veces gratuitamente, y dobló el valor de los bonos para su adquisición”

Es importante tener presente que el reparto de víveres a las legiones se llamaba donativa. En cualquier caso, el objetivo primordial de estas distribuciones era ganarse la voluntad del pueblo y del ejército, como bien nos describen estas fuentes clásicas.

Suetonio, Vespasiano, 18: “Concedió, asimismo, crecidas gratificaciones y magníficos regalos para los poetas célebres y artistas famosos, como, por ejemplo, al que hizo la Venus de Cose y al que reparó el Coloso”

Suetonio, César, 27: “Hizo asimismo magníficos presentes a los ciudadanos de otras clases, que acudían a él invitados o espontáneamente. Sus liberalidades se extendían hasta los libertos y esclavos, según la influencia que ejercían sobre el ánimo de su señor o patrono”

Frontón, Cartas al hablar de Adriano: “Hay dos cosas que los romanos aplauden especialmente: la distribución de grano (cereales) y los juegos. El descuido de lo más importante, [el grano], causa gran perjuicio, de lo frívolo [el entretenimiento], mayor odio. La multitud tiene más hambre de juegos que de pan, porque por su regalo al pueblo [congiarium] solo para los que van a recibir el grano, estarán satisfechos, mientras que con los juegos, se calmará a toda la población."

Para terminar, sería interesante comentar que la entrega de los productos se podía hacer directamente con el congiarium, con tesseras o con bolas (missilia) que se canjeaban, a modo de vales, tras acudir a los almacenes o lugares indicados. Dión Casio LXI, 18,2 nos relata este aspecto: “Todos los que tenían algo de sensatez lamentaron el gran dispendio de dinero. Pues todas las costosas viandas que comían los hombres, así como el resto de cosas del mayor valor, caballos, esclavos, carros, plata o togas de diversos colores, fueron entregadas mediante téseras del modo siguiente: Nerón arrojaba sobre la multitud pequeñas bolas, cada una adecuadamente escrita, y los artículos nombrados en las bolas se entregarían a quienes las habían cogido”




Plurimam salutem!

domingo, 17 de julio de 2022

XVI CUMPLEAÑOS....

 



Tempus fugit!!!

 De Re Coquinaria cumple este mes de julio ya 16 años de existencia. 

¡Estamos en plena adolescencia!

Muchas gracias por estar siempre ahí con vuestro respaldo y comentarios, 
sin vosotr@s no sería posible.

Nos vemos en septiembre

Feliz verano

Gratias plurimas!!

domingo, 10 de julio de 2022

THYMVS VULGARIS. USOS



Para terminar nuestro recorrido explicativo del Thymus Vulgaris nos vamos a centrar en sus usos. Comenzaremos por su utilización en la cocina para terminar con el médico.

USO CULINARIO

Son muchas las recetas en las que el tomillo se utilizaba para dar sabor y aromatizar.

Paladio, IV, 9 nos ha legado la receta del queso fresco, en el que el tomillo triturado se empleaba para su elaboración: “En la elaboración de queso fresco hay personas que muelen piñones verdes y los cuajan mezclándolos de tal guisa con la leche. Otras coagulan tomillo triturado, colado varias veces. Además, el sabor que se quiera podrá conseguirse añadiendo un condimento a elección, bien sea de mostaza o de cualquier otra especia”

También Columela, Los doce libros de agricultura, VIII, 8 nos habla del uso del tomillo para realizar el queso fresco: “Hay quien cuaja con la leche el tomillo molido y pasado por tamiz”

En Plinio, HN, XI, 42 leemos de nuevo la receta del queso fresco: “así como es cierto que los quesos macerados en vinagre y tomillo recobran el sabor a queso fresco. Cuentan que Zoroastro vivió en el desierto durante veinte años a base de un queso preparado de tal manera que no experimentaba los efectos de la edad”

Columela, Los doce libros de agricultura, XII, 57 se emplea el tomillo para elaborar la receta del moretum: “Echa en un mortero ajedrea, hierbabuena, ruda, cilantro, ^pio, puerro sectivo, y si no lo hubiere cebolla verde, hojas de lechuga y oruga, tomillo verde o hierba gatera, como también poleo verde, queso fresco y queso salado: muele todo esto junto y échale un poquito de vinagre polvoreado con pimienta, ponlo todo en un plato pequeño y échale aceite por encima […] Si no hubiere aliños verdes molerás con el queso poleo seco, o tomillo u orégano u ajedrea también secos, y, les echarás vinagre con pimienta y aceite.”

Antología Palatina, 715: “Regalo de la amada” nos habla del envío de un pastel hecho con miel de tomillo, con un aroma y sabor esplendido: “Me mandó el regalo de una tarta un poco mordida por su diente leve, dulces mieles de sus labios. Sabe a no sé qué mejor que la miel, lo que ella tocó, exhalando suave de su boca tomillo cecropio”.

La receta del vino de tomillo la podemos encontrar en Dioscórides, V, 49, deseado por su propiedad calorífica: “Tras majar y cribar tomillo en cantidad de 100 onzas, átalo dentro de un envoltorio de lienzo y échalo en un ánfora de mosto. Es conveniente para las digestiones difíciles, falta de apetito, ausencia de fuerza, males de nervios, dolores de hipocondrios, tiritonas invernales, contra los venenos que enfrían y corrompen”

Columela, Los doce libros de agricultura, XI, 25 también nos ha transmitido también la receta para hacer vino de tomillo: “El vino de ajenjos, el de hysopo, el de abrótano, el de tomillo, el de hinojo y el de poleo conviene prepararlo de esta manera. Cuece una libra de ajenjos del Ponto con cuatro sextarios de mosto hasta que quede en las-tres cuartas partes, y echa el resto luego que esté frío en una urna de mosto amíneo; haz lo mismo con las demás plantas que se han escrito arriba. También se pueden cocer tres libras de poleo seco con un congio de mosto hasta que se disminuya la tercera parte, y cuando el líquido se haya enfriado, sacar el poleo y echar aquel en una urna de mosto; este vino se da después en el invierno con utilidad a los que tienen tos, y esta especie se llama gleconites”
  


Otra receta interesante es la salmuera de vinagre con tomillo (thymoxálmē), Dioscórides, V, 16 para fortalecer el estómago y contra las flatulencias: “Salmuera de vinagre con tomillo. Los antiguos se valían de ella para los que tenían el estómago enfermo, diluyendo tres o cuatro ciatos en agua caliente y administrándolo a los que sufrían de las articulaciones y flatulencias. Arrastra los humores gruesos y negros. Se prepara así: toma un acetábulo de tomillo majado, igual cantidad de sal, un poco de harina de cebada, de ruda, de poleo, échalo en un jarro, vierte encima seis cotilas de agua y media cotila de vinagre, cúbrelo con un paño de lienzo y déjalo al sereno”

Columela, Los doce libros de agricultura, XI, 8, receta de la oxygala: “La oxygala la harás de esta manera. Toma una olla nueva y barrénala por junto al fondo: en seguida tapa el agujero que hayas hecho con un taruguillo, y llena esta vasija de leche de ovejas muy fresca y echa en ella unos manojillos de estos aliños verdes, orégano, yerbabuena, cebolletas y cilantro. Estas hierbas las has de sumergir en la leche de suerte que sus ataduras queden fuera. Cinco días después saca el taruguillo con que habías tapado el agujero, y deja salir el suero fuera: en seguida, luego que la leche empiece á correr, taparás con el mismo taruguillo el agujero, y pasados tres días deja salir el suero como se ha dicho arriba, saca los manojos de aliños y tíralos: después estrega sobre la leche un poco de tomillo y orégano secos, echa la porción que te parezca de puerro sectivo picado, y revuélvelo todo bien, y al cabo de dos días deja salir otra vez el suero, tapa el agujero, echa la sal molida que sea suficiente, revuélvelo todo, y, por último, después de haber puesto una cobertera sobre la olla y de haberla cogido con yeso, no la abrirás antes que la necesidad lo exija […] Otros mezclan en una olla hojas frescas de mastuerzo cultivado con leche dulce, y á los tres días vacían el suero como hemos prescrito: después de lo cual echan ajedrea verde picada, y también semillas secas de cilantro, de eneldo, de tomillo y de apio molidas todas juntas y mezcladas con sal bien cocida y tamizada. Y en lo demás hacen lo mismo que hemos dicho arriba.”

Columela, Los doce libros de agricultura, XI, 9, sobre cómo encurtir el tomillo: “Conviene salar en un lebrillo los tronchos de lechuga mondados desde el pie hasta el sitio donde se verán salir hojas tiernas, y dejarlos en él un día y una noche hasta que arrojen la salmuera: en seguida lavarlos en ella, exprimirlos y extenderlos sobre zarzos hasta que se sequen, ponerles un lecho de eneldo seco, hinojo, con un poco de ruda y puerros picados, y mezclado todo: después poner estos tronchos secos de manera que haya entre ellos guisantes verdes enteros, los cuales asimismo deberán antes estar en remojo un día y una noche en salmuera fuerte, y luego que se hayan secado del mismo modo se echarán con los manojos de lechugas, y se les echará por encima un caldo compuesto de dos terceras partes de vinagre y una de salmuera, y por último, se comprimirán con un manojo de hinojo de manera que sobrenade el caldo. […] Del mismo modo que la lechuga conviene aliñar la chicoria, los cogollos de zarza, como también los de tomillo, los de ajedrea, los de orégano y los de rábano rústico. Y se ha de advertir que esto que hemos escrito se compone en el tiempo de la primavera”

Columela, Los doce libros de agricultura, XI, 10 conservación de algunos productos como las cebollas, utilizando el tomillo: “Ahora vamos a dar preceptos acerca de las cosas que se deben recoger en el estío, para guardarlas hacia el tiempo de la cosecha o después. Escoge la cebolla de Pompeya o la de Ascalon, o también la sencilla del país de los Marsos, que llama la gente del campo unión: ésta es la que no tiene tallos ni hijuelos junto a sí. Esta la secarás antes al sol, en seguida, después de haberla refrescado a la sombra, la pondrás en una olla sobre un lecho de tomillo u orégano, y echándole un caldo de tres partes de vinagre y una de salmuera, le pondrás encima un manojillo de orégano de suerte que la cebolla esté bien sumergida, y así que haya embebido, se llenará la vasija del mismo líquido”



USO MÉDICO

Además del uso culinario, se empleaba en medicina para muchas dolencias, como planta carminativa, antiséptica, digestiva, expectorante, relajante, antirreumática, cicatrizante, bucal, etc.

Para estimular el apetito como leemos en Macrobio, Saturnalia, VII que enumera las plantas utilizadas para una buena nutrición: “[9] Nos nutrimos de plantas de toda clase, abeto, espinosa coscoja y madroño, triscando sus tiernas yemas, y además auforbia, hierba medicinal, y salvia olorosa y frondosa campanilla, aligustre, lentisco, fresno, pino, carrasca, hiedra, erica, sauce, frangula, gordolobo, asfocelo, heliantemo, encina, tomillo, ajedrea”

Columela, Los doce libros de agricultura, VII, 23 nos habla sobre su uso médico para el dolor de ojos: “Todo dolor de ojos se alivia prontamente con una unción de zumo de llantén y miel sacada son humo, y si no la hay, al menos miel de tomillo”

CURIOSIDADES

Para terminar, sería interesante comentar unas curiosidades que nos han relatado las fuentes clásicas.

Plinio HN, XIII, 25 nos cuenta que sus hojas arrojadas al mar se convierten en piedras: “Más allá de las Columnas de Hércules nace un arbusto con hojas como las del puerro y otro con las hojas del laurel y del tomillo; estos dos, arrojados por el mar, se convierten en piedra pómez”

Isidoro de Sevilla, Etimologías, XII, 6, 29 nos habla sobre un pez que tiene su nombre: “El thymallus recibe su nombre de la flor llamada thymum (tomillo): siendo un pez de agradable aspecto y grato sabor, exhala además olor como si de una flor se tratara y su cuerpo transpira fragancia”

Macrobio, Saturnalia, III comenta la existencia de unas peras denominadas “de tomillo”: “De ahí que el poeta Nevio en Guerra púnica dijera vestidura con olor a cidra. [6] Estas peras que vemos se las clasifica con una gran variedad de nombres. En efecto, el propio Cloacio enumera sus denominaciones: “Aniciana, calabazosa, cirrita, cervisca, grumosa, crustumina, decimana, griega, loliana, lanuvina, laurea, lateresiana, aromatica, milesia, mirtia, neviana, redonda, preciana, cobriza, signina, tuliana, ticiana, de tomillo, turraniana, temprana, volema, nespla tardia, sementiva tardia, sextiliana tardia, tarentina tardia, valeriana tardía”.

Nos vemos después del verano. 

Felices fiestas

Plurimam salutem!!