Veamos
qué nos dicen los autores clásicos sobre ella.
Sabemos que pertenece a
la familia de los cefalópodos al
igual que el calamar por “carecer
de sangre y de huesos” (Opiano,
De la pesca, I, 640)
A
su vez es un molusco como nos dice
Eliano, H A, 11, 37: “Moluscos son los que carecen de huesos, como, por ejemplo,
el pulpo, la sepia, calamar, anémona de mar. Éstos carecen también de sangre y de intestinos”
Aristóteles,
P.A, 679 a 20 nos habla también sobre su principal
característica: “Son animales no sanguíneos y por eso fríos y asustadizos y, al igual
que en algunos animales, cuando se asustan, el vientre se descompone y fluye la secreción de la vejiga, también se
produce por necesidad el expulsar la
tinta por miedo, como la orina de la vejiga, pero la naturaleza se sirve a
la vez de esta secreción para su defensa y salvación”
Parecidas
a los calamares se diferencian, por una parte por presentar un cuerpo más ancho y macizo y por otra, su hueso de jibia es
más grande.
Aristóteles,
P.A, 654 a 20 nos describe esta estructura ósea:
“Existe una parte análoga a las espinas de los peces, en las sepias la llamada jibia”
Tienen en sus laterales unas aletas que
les permiten nadar con cierta velocidad y ocho brazos y dos largos tentáculos con
ventosas, cuyas habilidades nos describe Opiano, De la pesca, I, 120: “Y la
astuta sepia asimismo ha hallado un hábil método de caza. De su cabeza nacen largos y delgados tentáculos" como cabellos,
con los que a manera de sedales, arrastra y captura peces echada en la arena,
enrollada bajo su concha. Con esos cabellos, cuando las olas se enfurecen en la
estación del invierno, se adhiere a las
rocas como un barco amarra sus cables a las rocas costeras”
Ateneo, VII, 323 c nos
resume a la perfección las explicaciones de Aristóteles, Hª de los animales, I 2, 489 a3; I 5, 489 b 35 y I 6, 490
13: “Aristóteles dice que tiene ocho brazos, de los cuales los
dos inferiores son los más grandes: está provista de dos tentáculos y entre ellos, los ojos y la boca. Posee además dos
dientes, el inferior y el superior, y en el dorso, el llamado jibión. En la bolsa está la tinta,
aquella se encuentra situada junto a la misma boca, ocupando el puesto de la
vejiga. El vientre es aplastado y
liso, semejante a los cuajares de las vacas”
Aristóteles,
P.A, 685 a 14 nos completa la información sobre cómo
son sus patas: “Las sepias pueden caminar pues tienen las patas de arriba pequeñas y las
dos externas mayores, de las restantes de abajo, dos son las más grandes de
las ocho…Tiene en sus patas ventosas y
tentáculos,…los tienen para el ataque y para otra defensa a modo de manos.
Tienen dos filas de ventosas…tienen también una aleta alrededor del manto para nadar y marcar la dirección”
Se camuflan perfectamente según el fondo marino llegando a tomar
coloraciones diferentes como rayas irregulares, jaspeadas,
tonos claros y oscuros según nos informa Ateneo, VII, 323 e: “Además
el macho es más manchado que la hembra y más oscuro de lomo”
Su
reproducción es por cópula uniéndose
por la boca y entrelazando sus tentáculos. De esta manera nadan juntos durante
algún tiempo. Sabemos por Ateneo, VII, 323 e: “Las
sepias son los primeros moluscos cefalópodos que hacen su puesta en primavera, continúan poniendo durante cualquier
época y son fecundadas en quince días. Cuando depositan sus huevos, el macho,
que las sigue de cerca, descarga sobre ellos y los compacta. Caminan en
hileras”
Aristóteles, Reproducción
de los animales, 757b, 32: “Las sepias…se reproducen por cópula, y se ha visto muchas veces al macho
uniéndose a la hembra…la cópula de estos animales dura más tiempo que en
cualquier otro, …los huevos parecen
ser dos por estar dividido el útero y parecer doble…la razón es que la forma
del útero es redonda y con aspecto de esfera; y su división es imperceptible una vez que está lleno…La
sepia cuando se está formando, permanece unida al huevo por la parte de
delante: pues sólo es posible por ahí ya
que es el único animal cuya parte trasera y delantera no se diferencia”
Sus huevos parecen
bayas de mirto, unidos unos a los otros como un racimo. Primero son blancos y después toman un color negro. Nacen las crías
a los 15 días.
El macho se
diferencia de la hembra por utilizar el brazo ventral izquierdo para la
reproducción y por tener unos colores más abigarrados que ella. Por el
contrario las hembras tienen dos sacos que contienen los huevos.
Aristóteles, Tratados
breves de Hª Natural, 447 a nos habla sobre su manera de alimentarse: “Por
la misma razón toman agua los moluscos y los crustáceos;… Lo que ocurre es que,
al alimentarse, echan el agua, para que no les entre cuando toman alimento.
Pues bien, los crustáceos, como los cangrejos y las langostas, expulsan esa
agua a través de los opérculos situados junto a las partes pilosas, mientras
que las sepias y los pulpos lo hacen a
través de la cavidad que tienen sobre la llamada «cabeza»”
Aristóteles,
P.A, 661 a 14: “En los
cefalópodos, como la sepia, existe
dentro de la boca un órgano de tal tipo
para percibir el alimento”
Sobre
su sistema digestivo nos cuenta Aristóteles,
P.A, 678 b 28: “Después de
la boca, los cefalópodos tienen un largo
esófago, siguiendo a este un buche como el de las aves, luego a continuación
un estómago y, seguido, un intestino simple hasta el orificio de
salida, las sepias tienen los órganos próximos al estómago”
Ateneo,
VII, 323 c: “Las sepias pequeñas se alimentan de
los pececitos pequeños, extendiendo
los tentáculos a manera de cañas y pescando con ellos”
Presenta ciertos peligros como su picadura, al ser
altamente venenosa, pues tienen unos
dientes escondidos y con aspecto ganchudo como el pico de un loro: “Por cierto, no es leve la irritación que produce
la picadura del reptador
pulpo, ni la de la sepia, sino que en ellos se cría una escasa pero nociva
substancia” (Opiano,
De la pesca, I, 455)
Su tinta brillante y viscosa se encuentra en una bolsa que abre
cuando se siente atacada e incluso para esconderse: “Pues lo liso brilla naturalmente en la oscuridad
-como las cabezas de algunos pescados y la
tinta de la sepia-“(Aristóteles, Tratados breves de Hª Natural, 437 b).
Con ella se defiende según nos ha
transmitido Opiano,
De la pesca, III, 156: “Y
las sepias también utilizan tales engaños. Hay dentro de sus cabezas
una viscosa tinta más negra que la
pez, una misteriosa sustancia productora de una nube negra, que es su defensa
natural contra la destrucción. Cuando el temor se apodera de ellas,
inmediatamente descargan de aquélla las
negras gotas, y el oscuro liquido mancha y borra todos los vecinos senderos del
mar, e impide toda la vista; y ellas, en seguida, a través de las turbias
aguas, fácilmente escapan del hombre o
quizá de un pez más poderoso”. En el
mismo sentido habla Ateneo,
VII, 323 c: “Cuando es perseguida la sepia lanza la tinta y se esconde entre
ella haciendo ver que huye hacia adelante”
Aristóteles, P.A, 679 a 1: “Para su defensa y seguridad tienen la llamada tinta, que se forma en un
manto membranoso que contiene la salida y el extremo por donde expulsan el
excremento del vientre a través del llamado embudo: éste está en la parte inferior
del cuerpo…cuando se asustan o tienen
miedo, provocan la negrura del agua y la enturbian como una barrera delante
de su cuerpo. La sepia la tiene debajo de su estómago y tiene mayor cantidad
para usarla más…”
Tras comentar la morfología y características de las sepias, hablaremos de los sistemas de pesca empleados y de sus usos en otra ocasión.
Plurimam Salutem!
* Imágenes propias
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