Antes
de empezar sería interesante saber qué dicen las fuentes clásicas sobre su etimología.
Para ello acudimos a las Etimologías
de Isidoro de Sevilla, IV 12, 2: “La lengua griega da a thymiama esta denominación, por ser olorosa, pues a la flor se la
llama thymum. De él dice Virgilio, Georg. 4,169: “huelen a tomillo”
Isidoro
de Sevilla, Etimologías, XVII 9,
12-13: “Llámase así al thymum (tomillo) porque su
flor despide aroma. De él escribe Virgilio (Geórg, 4, 169) “…Y la fragante
miel exhala olor a tomillo”. Nombre griego es epithymum, que en latín significa
“flor de tomillo”, pues flor en griego se dice thymon. Es una flor semejante a
la ajedrea”
TIPOS
DE TOMILLO
Sabemos
que se conocían muchos tipos, entre ellos: thymus atticus, thymbra capirata, Satureia thymbra, thymus capitatus, thýmos
leukós, kephalōtós, epithymís,…
Sobre
el tomillo andaluz (thymus
capitatus) nos dice Dioscórides, III, 36 lo siguiente:
“Del tomillo (thýmos)
[Otros ‘tomillo blanco’ (thýmos leukós), otros
‘cabezuela’ (kephalōtós), otros epithymís, otros ‘tirso pequeño’
(thýrsion); los romanos thymus; los egipcios ‘coronas’; los
dacios mizela.]
Es conocido por todos. Es un
matojo leñoso, rodeado de hojitas estrechas numerosas, que tiene en el extremo
superior cabecillas de flores de color purpúreo. Crece sobre todo en lugares
pedregosos y de poca tierra.Tiene la virtud, bebido con sal y vinagre, de
expulsar vientre abajo flemas y similares. {2} Su decocción con miel ayuda a
los que padecen de ortopnea y
jadeos. Expulsa los gusanos, los menstruos, las secundinas <y los
fetos>Es también diurético. Mezclado con miel en electuario provoca
expectoraciones. En cataplasma con vinagre, disipa las inflamaciones recientes,
deshace los coágulos de sangre, quita forúnculos y verrugas pensiles. Conviene
a los que sufren de ciática aplicado directamente con vino y harina de cebada.
Beneficia a los que tienen ambliopía comido como alimento. Es muy útil como
condimento también su uso, estando sano”
Teofrasto VII, 5, 2 y ss nos cuenta la existencia de un tomillo silvestre semejante al cultivado: “En verdad, algunos afirman que hay plantas que no producen fruto. Otros dicen que han experimentado con las plantas citadas luego; muchas veces las han secado, triturado y sembrado y jamás han germinado: ni el tomillo, ni el calamento, ni la menta acuática, ni la menta verde, pues también se han ocupado de ésta, y todas las faenas fueron infructuosas. Sin embargo, el dato anterior es el más verdadero y el carácter de las especies silvestres lo testifica, porque hay también un tomillo silvestre, que traen de los montes y lo plantan en Sicione, o del Himeto y lo plantan en Atenas; en otras comarcas, por ejemplo, en Tracia, los montes y colinas están llenos de él; […] el tomillo es, a veces, muy parecido al tomillo cultivado. Es evidente que estas especies silvestres poseen el arte de reproducirse por medio de semilla”
Teofrasto VI, 2, 3: “Hay un tomillo blanco y otro negro que dan mucha flor; florecen, sobre todo, en el solsticio de verano”
CARACTERÍSTICAS
Si se apoya en una estaca o está plantado
contra un seto, puede trepar hasta cualquier altura; así, también, si se le
deja crecer en un hoyo: en efecto, es vigorosísimo se le planta en un pozo. No es posible reseñar las diferentes formas de la
especie cultivada, como ya se ha dicho, pero dicen que de la clase silvestre
hay varias. Del que crece en los montes,
hay una especie parecida a la ajedrea y muy acre, mientras que la otra es
aromática y más delicada.
El otoño es la estación más apropiada
para plantar la mayoría de éstas. En ella la gente se apresura a plantarlas lo más
pronto posible. Sin embargo, algunas se plantan también en primavera. Todas
estas plantas son amantes de la sombra, del agua y especialmente del estiércol;
sin embargo, el tomillo soporta bien el
calor y, en general, necesita menos humedad, y se complace en el estiércol, sobre todo, en el de las caballerías.
Dicen también que necesitan ser trasplantadas a menudo, porque esto mejora
su calidad, mientras que la menta acuática, como se dijo, degenera si no se la
trasplanta”
Se cría bajo en sol, en collados y laderas, según nos cuenta Teofrasto III, 1, 3: “Semejante a esto parece ser lo que ocurre con algunos subarbustos y plantas herbáceas: como no tienen visible la sernilla, sino que unos tienen una especie de pelusilla y otros sólo la flor, como el tomillo, se reproducen por medio de estos elementos”
Paladio, XI, 11 habla también sobre su siembra: “También ahora en zonas templadas y calurosas sembraremos el eneldo. Las cebollas se siembran igualmente durante este mes, y, a primeros, la menta, la zanahoria, el tomillo, el orégano y la alcaparra, así como la acelga en lugares muy secos”
Sobre su floración sabemos que se produce en primavera a partir del mes de marzo. Teofrasto VI, 2, 3 nos habla sobre su floración: “la abeja liba en ellos para fabricar su miel, y de ello infieren los colmeneros si tendrán buena cosecha de miel o no, porque si el tomillo da abundante flor habrá buena cosecha, pero si el agua cae sobre ella, se aja y perece la flor. La ajedrea y, aún más el orégano, tienen la semilla frugífera bien visible, pero en el tomillo no es fácil encontrarla, porque se mezcla con la flor; los labradores siembran la flor, y de ella sale la nueva planta”
Se
recolecta en abril o mayo, si es posible, un día sin nubes, a media mañana
cuando el sol ya ha secado las humedades del alba.
Debe
dejarse secar a la sombra, con buena ventilación y se guarda en cajas de madera
para que no se humedezca.
PROCEDENCIA
Gracias a una referencia en los
epigramas de Marcial XXXIX conocemos que en Sicilia y en concreto en el monte
Hibla existía abundante tomillo: “Las treinta veces que has firmado en este año, Carino,
tu última voluntad, te he enviado unas
tartas empapadas en miel de tomillo del Hibla. No puedo más, ten compasión
de mí, Carino, haz testamento menos veces o haz de una vez lo que continuamente
disimula tu tos. He agotado mi bolsa y mis reservas. Aunque hubiera sido más
rico que Creso, sería más pobre que Iro, Carino, si otras tantas veces comieras
mis habas”
De nuevo Marcial XLII comenta dónde
encontrar el mejor tomillo: “Pidiéndome epigramas vivos, me propones temas muertos.
¿Qué se puede hacer, Ceciliano? Quieres
que te produzcan miel del Hibla o del Himeto y le pones tomillo de Córcega a
una abeja cecropia”
Teofrasto
IV, 3, 5 menciona el lugar en el que es más abundante: “Se dice, además, que en la Libia seca el tomillo es abundante
y que hay otras varias plantas propias de allí y que se crían liebres, gacelas,
avestruces y otros animales”
En otras entradas hablaremos de su miel, aroma y usos.
Plurimam salutem!
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