La conocida salvia debe su nombre al término latino “salvare”, sanar/curar, por ello es considerada la “hierba de la salud”.
Al igual que hoy en
día, tiene un uso más medicinal que culinario, pero veamos cómo era vista en
las fuentes clásicas.
Nos llama la atención que es una
planta aromática que aparece pocas veces en los tratados de agricultura o en
las recetas de cocina que nos ha legado el mundo grecorromano. En principio su
uso era principalmente medicinal pues no aparece como uno de los condimentos
estrella de los menús clásicos.
En Ateneo, IV, 170 A leemos una
enumeración de los condimentos entre los que destaca la salvia:
“Alexis ha elaborado
un catálogo de condimentos en La
caldera, de este modo [PCG II, fr. 132]:
A— *** nada de excusas aquí para mí, ni de «no
tengo».
B— Bueno, dime lo que
te hace falta, que yo te lo conseguiré todo.
A— De acuerdo. En primer lugar, ve y
consígueme sésamo.
B— Pero si lo hay
dentro.
B— Pasa machacada,
hinojo, eneldo, mostaza, tallo y jugo de silfio, cilantro seco, zumaque,
comino, alcaparra, orégano, cebolleta, ajo, ajedrea, salvia, vino dulce, tordilio, ruda, puerro”
Fragmentos de la comedia media,
132. “Ateneo, IV 170 A. Una lista de
especias la hizo Alexis en La marmita así: (A) Pasa molida, hinojo, eneldo,
mostaza, tallo y jugo de silfio, cilantro seco, zumaque, comino, alcaparra,
orégano, cebollino, anís, tomillo, salvia,
arrope de mosto, pimienta, ruda, puerro”
E incluso, lo cita en una receta
de espárragos: “Se dice así por lanzarse
(éxoroúein) y crecer. Antífanes, por su parte, lo llama aspáragos, con -p- [PCG
II, fr. 294]: El espárrago brillaba, y la alverjana había florecido.
Aristofonte [PCG IV, fr. 15]230: «Alcaparra, poleo, ajedrea, espárrago, pez,
aladierna, salvia, ruda” (Ateneo,
II, 63 A)
Aristófanes, Tesmoforias,
484 habla sobre su empleo de manera triturada: “Y
mientras él se ponía a triturar bayas de
enebro, anís y salvia, yo, untando los goznes bien de agua para que no
chirriaran, salí en pos de mi amante, y después de estar con él, me senté a
horcajadas sobre un poste junto al templo de Apolo Caminante, agarrándome a una
mata de laurel”
Menandro, El misántropo, 600 nos hace pensar que no se le daba mucho valor en la cocina: “Peleando con piedras que solo dan tomillo y salvia, gana penas sin recoger nada bueno”
No obstante, eran conocedores de los diferentes tipos de salvia existente, como por ejemplo la officinalis, la tribola L., la pomífera L., la viridis L, la horminum L, la calicina, entre otras.
Dioscórides, III, 33 habla de los
tipos y su denominación: “La salvia. Unos
la llaman lelbhaskon; otros, sphákon;
otros, kissíon; otros, sphágnos; otros, békion; los egipcios, apousí; los
romanos, salvia; otros, kórsalon. Es una mata alargada, de muchas ramas con los tallos
cuadrados y blanquecinos; las hojas son parecidas a las del membrillero,
más alargadas, ásperas y espesas, insensiblemente como las partes gastadas de
la ropa abigarradas, blanquecinas, de olor muy penetrante, en exceso. Tiene el
fruto en la extremidad de los tallos como la gallocresta. Crece en zonas
ásperas.
Teofrasto, VI, 1, 4 hace mención
a dos tipos de salvia: “Hay muchas
clases de tales plantas y presentan grandes diferencias entre sí, como la jara,
la brionia, la rubia ", el aligustre, el torvisco (knéoron) la, el
orégano, tomillo salsero, la salvia
calicina (sphákos), la salvia triloba (elelísphakos), el marrubio, la
coniza, el torongil y otras por el estilo”
Teofrasto, VI, 2, 5 explica sus
diferencias: “La
salvia calicina y la salvia se diferencian en que una es cultivada y la otra es
silvestre, y porque la
hoja de la primera es más suave, más pequeña y menos suculenta, y la hoja de la
segunda es más áspera […] la hoja más redonda, como la de la salvia calicina
(sphákos) es poco jugosa y las entalladuras son menos visibles y los ángulos
menos pronunciados.”
Plinio, XXII, 71 también nos comenta
sus
características y usos: “La planta llamada por los griegos "elelisphacos", o
"sphacos", es una especie de lenteja silvestre, más ligera que la
cultivada, y de hoja más pequeña, más seca y más olorosa. También hay
otra de ella, de naturaleza más salvaje, y poseída de un olor fuerte,
siendo la otra más suave. Tiene hojas en forma de membrillo, pero blancas y más pequeñas:
generalmente se hierven con las ramas. Esta planta actúa como emenagogo y
diurético: y proporciona un remedio para las heridas infligidas por la
raya, que tiene la propiedad de adormecer la parte afectada. Se toma
en bebida con ajenjo para la disentería: empleada con vino acelera la catamenia
cuando está retardada, teniendo su decocción el efecto de detenerla cuando está
en exceso: la planta, aplicada sola, restaña la sangre de las
heridas. También es una cura para las picaduras de serpientes, y una
decocción en vino alivia el prurigo de los testículos. Nuestros
herbolarios de hoy en día toman por los "elelisphacos" de los griegos
la "salvia" de los latinos, planta parecida en aspecto a la menta, blanca y
aromática. Aplicado externamente, expulsa el feto muerto, como también los
gusanos que se reproducen en las úlceras y en los oídos”
Plutarco, Moralia, III,
662 E la cita el fragmento de Eupolis poeta griego en el que habla de
diferentes plantas aromáticas por su olor y propiedades conjuntamente con otras
hierbas: “Pastamos en un variado bosque,
delicados brotes de abeto, carrasca, y madrotio / ramoneando y, además de
éstas, aún otras, / cítigo y aromática
salvia y tejo muy frondoso, / acebuche, lentisco, fresno, (álamo blanco ),
alcornoque, roble, yedra, brezo blanco, / tamariz, aladierna, verbasco,
asfódelo, jara, haya, tomillo, ajedrea "
Macrobio, Saturnales, VII,
también hace referencia a Eupolis “que ha de ser
tenido entre los elegantes poetas de la comedia antigua. Este en la obra que
tituló Cabras presenta a las cabras dirigiéndose las siguientes palabras acerca
de la abundancia de su comida: [9] Nos nutrimos de plantas de toda clase,
abeto, espinosa [coscoja y madroño, triscando sus tiernas yemas, y además
auforbia, hierba medicinal, y salvia
olorosa y frondosa campanilla, aligustre, lentisco, fresno, pino, carrasca,
hiedra, erica, sauce, frángula, gordolobo, asfócelo, heliantemo, encina,
tomillo, ajedrea”
Además de destacar por su aroma,
llama la atención su aspecto. Porfirio, Aeronáuticas Órficas, 915 y ss: “Y en su interior, en el fondo del recinto,
sucede un bosque sombreado por sus frondosos árboles, en el que hay muchos
laureles, cornejos y esbeltos plátanos y
hierbas que se cubren por una bóveda de raíces que dan en tierra: el
asfódelo, la maravilla, el hermoso culantrillo, el junco, la juncia, la
verbena, la anemona, la salvia, el
erisimo, el ciclamen divino, la lavanda, la peonia y el policnemo de abundantes
ramas, la mandrágora y la zamarrilla”
En otras entradas hablaremos de sus usos médicos y mágicos
Plurimam salutem!
2 comentarios:
Gracias por el aporte. Además, la salvia puede ser de gran utilidad como refuerzo cognitivo durante el ejercicio agotador. Así lo afirma un estudio centrado en los beneficios del extracto de salvia.
Muchas gracias por el comentario. Saludos
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