La sal jugó un papel primordial en la sociedad romana, no sólo en la cocina, sino también, en el mundo religioso, medicinal y económico.
Según Plinio XXXI,88, “Una civilización no puede pasar sin sal y, hasta tal punto es un elemento necesario que ha pasado a designar metafóricamente los placeres intelectuales, que toman su nombre de la sal; y todo lo que es agradable en la vida, la diversión, el descanso de las fatigas, no podrían tener mejor nombre.”
El salero tenía el papel simbólico de unir a los amigos alrededor de la mesa y de buena suerte en los banquetes, por lo que era necesaria su presencia en las mesas romanas.
“Vive feliz con poca cosa el que en su mesa
no recargaba ve lucir el salero de sus padres
y ni el temor ni la vil avaricia le roban
el ligero sueño”
(Horacio. Odas. L.II, 16,13)
Plurimam Salutem!
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