Como vimos la semana pasada, nuestro protagonista, el avestruz, era muy preciado por los romanos , tanto que debían de ingeniárselas para poder cazarlos, de manera que veamos cuáles eran los sistemas de caza empleados para las avestruces:
“Mis cantos la celebrarán, porque admite la variada ley de nuestra caza: no la captura la liga, enemiga de las aves, ni las cañas que cubren un aéreo sendero, sino los caballos, los rápidos podencos y las ocultas trampas” (Opiano, De la caza, III, 485 y ss)
También Claudio Eliano, Hª de los animales, XIV, 7, explica la importancia del uso de los caballos durante la cacería:
“Para dar caza a los avestruces, que corren en círculos, por la parte de afuera se monta a caballo. Los jinetes los persiguen galopando por la parte interna del círculo, los obligan a ocupar un espacio menor y los capturan cuando están extenuados por la carrera”
Pero no sólo se utilizaban los caballos, sino que se podía recurrir al engaño para capturarlas:
“Cuando la madre se dedica a empollar, un hombre conocedor del asunto, uno que no sea desconocedor de este tipo de caza, puede clavar alrededor del nido lanzas agudas; lo hace manteniéndolas rectas con la contera del hierro, que arroja sus fulgores; después se aparta para esperar lo que vaya a ocurrir. El avestruz vuelve después de haber comido, como madre llena de amor por sus crías y ansiosa de estar con ellas; en el primer momento echa una mirada en su entorno, fijándose en todos los rincones, por si alguien la sorprende; de inmediato obedece al estímulo de sus ansias, tiende las alas como si fueran velas, y se lanza a la carrera contra la valla del nido: así muere atravesada por los hierros. El cazador enseguida se acerca para llevarse los polluelos y a la madre” (Claudio Eliano, Hª de los animales, XIV, 7)
Tras ser cazada, el avestruz pasaba a jugar un papel importante, no sólo en los banquetes, como plato principal, sino también en las casas y en el ejército, al utilizar su plumaje, su piel y sus huevos como elementos decorativos y cotidianos.
Veamos el uso culinario del avestruz.
La carne del avestruz se solía preparar cocida, prueba de ello son las salsas para el avestruz cocida que nos ha legado Apicio, VI, I:
“En una cazuela hervir pimienta, menta, comino frito, apio en grano, dátiles, miel, vinagre, vino de pasas y un poco de aceite. Envolver con almidón. Cubrir con esta salsa los trozos de avestruz que se habrán dispuesto en una bandeja y espolvorear pimienta. Si se desea cocer el avestruz en la salsa, añadir espelta”
Otra receta para el avestruz cocida: “Pimienta ligústico, tomillo o ajedrea, miel, mostaza, vinagre, garum y aceite”
Ateneo, IX
Además de consumir su carne, los romanos eran grandes aficionados a las tortillas de huevos de avestruz batidos con miel, aunque Galeno VI 706 comenta que son menos recomendables que los de gallina o faisán.
De las avestruces eran utilizados los huevos para decorar y como vasijas: “lo más preciado de ellos los huevos, empleados debido a su tamaño por algunos como recipientes” (Plinio, el Viejo, Hª Natural), las plumas “que adornan penachos y cascos de guerra” (Plinio, el Viejo, Hª Natural, X, I), las pieles para hacer escudos: “[los macas] Se cortan el pelo en forma de penacho, se lo dejan crecer en el centro de la cabeza y se rasuran uno y otro lado; en tiempos de guerra llevan escudos de pieles de avestruces de tierra” ( Heródoto, Hª IV, 175)
Para finalizar comentar que Claudio Eliano, Hª de los animales, XIV, 7 indica los beneficios que las avestruces pueden proporcionar a los humanos:
“Si da muerte a un avestruz y se abre su estómago, se hallan las piedras que él traga y retiene en su molleja, y que serán digeridas tiempo después. Esas mismas piedras también son buenas para la digestión de los hombres. Los tendones y la grasa del avestruz, asimismo, favorecen a los tendones humanos”
Plurimam Salutem!
* Imágenes propias
4 comentarios:
Vaya sistema de caza el de Claudio Eliano ¡que burrada!
Muy interesante!
Qué razón tienes, una verdadera salvajada.
Saludos.
¡Qué curiosas las recetas y las explicaciones relativas a la caza de avestruces (coincido con El llano Galvín, el método de Claudio es un tanto salvaje)!
Un abrazo.
Hola M@riel, gracias por tu comentario. Creo que todos coincidimos en lo mismo, una salvajada.
Saludos
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