domingo, 8 de febrero de 2009

MYTILI


Las numerosas referencias que se hacen en las fuentes clásicas acerca del mejillón, nos inducen a pensar que su consumo era elevado, a su vez, también eran muchos los beneficios que creían que aportaban digestivos, purgante y nutritivo, “Los mejillones son moderadamente nutritivos, digestivos y diuréticos” (Dífilo)


Dejémonos llevar por los autores clásicos para descubrir cuáles son sus características:

Los mejillones forman parte de los myaces, según Plinio, XXXII, 95, que se dividen en dos especies: los mejillones que saben a sal y a cieno, y los myiscae que son redondos, un poco más pequeños, de superficie rugosa, de concha más delgada y carne más agradable”.


“Se protegen al cerrarse” (Aristóteles, Partes de los animales, IV, 679b26)


“Los mejillones, pues están cerrados de un lado, de modo que se abren y se cierra del otro” (Aristóteles, Partes de los animales, IV, 683b15)


Con respecto a su nacimiento leemos en Plinio que “los mejillones nacen en los lugares arenosos por generación espontánea(HN, IX, 161).


Su hábitat, según los clásicos tenía una doble procedencia “viven en fondos llenos de algas (Plinio, HN, XXXII, 95), o bien “otras tribus que poseen concha dura habitan en las olas, muchas entre las rocas y algunas en las arenas [...] como el mejillón” (Opiniano, De la pesca, I, 315)


Con relación a su procedencia y tipología podemos leer que: “Son muy buenos en otoño, y los de lugares donde hay gran cantidad de agua dulce se mezcla con la de mar, por eso los de Egipto son muy apreciados. Cuando avanza el invierno se vuelven amargos y de color rojizo.” (Plinio, HN, XXXII, 95)

Eno tiene los mejillones más grandes” (Arquéstrato, Gastronomía, fr. 187), “mejillones de Mitilene(Fililio, Las ciudades, fr 12, 2) aunque “los mejores son los del Ponto(Dioscórides, II, 5)


Otros autores difieren con Dioscórides: “los mejores de Éfeso, y dentro de ellos, los de finales de otoño. Los mejilloncitos, que son más pequeños que los mejillones, son más dulces y sabrosos, y además tienen nutritivos” (Dífilo)

“Los de Éfeso y los de tipo semejantes son superiores a las vieiras por buen sabor, pero inferiores a las almejas” (Hicesio)

Los mejillones destacan en los textos clásicos por sus cualidades y beneficios. Así pues, veamos para qué eran utilizados:

“Lavados como el plomo, se utilizan con miel para las medicinas oftálmicas, resuelven los leucomas y las nubes de diferentes tipos de las pupilas. Su carne se aplica útilmente sobre las mordeduras de perros (Dioscórides, II, 5)


En el mismo sentido habla Plinio, “La ceniza del mejillón tiene poder cáustico para la dermatitis escamosa, pecas y manchas; también se lava como el plomo para los bultos de grasa de los párpados y las manchas blancas de los ojos, y la vista borrosa y para las úlceras infectadas de otras partes y las pústulas de la cabeza. La carne de mejillón se aplica para las mordeduras de los perros” (HN, XXXII, 98)

Aunque añade más utilidades, “Su jugo vacía el vientre y la vejiga, limpia las entrañas, lo abre todo, purifica los riñones, hace disminuir la sangre y la grasa. Por tanto son muy beneficiosos para los hidrópicos, para la menstruación de las mujeres, de la ictericia, la artritis, la flatulencia, la obesidad, la inflamación de la hiel, los males de pulmón, del hígado y del bazo, el catarro. Sin embargo, irritan la garganta y debilitan la voz(Plinio, HN, XXXII, 95)


Otros autores hablan de su uso depurativo y laxante:

“Son más bien diuréticos que laxantes” (Hicesio)

“Algunos de ellos son además parecidos a la escila, de malos jugos y repugnantes al gusto. A su vez, las variedades más pequeñas y barbudas por dentro son más diuréticas y sabrosas que las del tipo de la escila, pero menos nutritivas, y son así debido a su tamaño y clase” (Hicesio)

“Los mejillones tienen una carne difícil de digerir, a causa del líquido salado de su interior. Debido a eso si se comen crudos son laxantes del vientre, por su salinidad, mientras que los hervidos sueltan toda o la mayor parte de su sal en el mismo líquido en el que se cuecen. Por eso los líquidos en los que se cocina algún molusco son perturbadores y laxantes del vientre, mientras que las carnes de los moluscos hervidos producen borborigmos cuando son privadas de sus líquidos. En cambio los moluscos cocidos siempre que se los cueza bien, son menos dañinos, pues han sido sometidos a la acción del fuego. Son menos indigestos que los crudos” (Mnesíteo de Atenas, Sobre los comestibles, fr.36)


Muchos son los remedios que les atribuían a los mejillones, pero pocas las recetas que nos han llegado sobre ellos, tan sólo una de Apicio. Sabemos que se empleaban para espesar y dar sabor a los caldos: “Estos moluscos se caracterizan por que engordan el caldo al cocerse” (Hicesio) y que se cocían la mayoría de las veces en agua o al vapor solos o acompañados de verduras y especias como bien nos muestra esta cita y la siguiente receta de Apicio, IX, IX:

“Se toman hervidos y fritos, pero los mejores son los que se cuecen sobre carbones hasta que se abran” (Ateneo, III, 90)


MEJILLONES (In metulis)

Limpiar y lavar los mejillones; cortar dos puerros en rodajas finas, erogarlos con aceite. Añadir un vaso de vino, una cucharada de garum y un poco de cominos. Cocer en esta salsa los mejillones hasta que se abran.

Una receta muy sencilla


Prosit!


Plurimam Salutem!


4 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Con lo que a mí me gustan...! Otra buenísima entrada, querida charo. Un abrazo.

Charo Marco dijo...

A mí también me encantan.
Muchas gracias.
Besos

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola charo, te dejo este enlace, donde hay una recreación de una cocina romana.
http://italicaromana.blogspot.com/2009/01/cocina-romana.html

Besos.

Charo Marco dijo...

Isabel, eres muy amable.
Muchas gracias
Besos