El hinojo (en griego, márathos, en latín foeniculum vulgare), considerado la "hierba de Mercurio" junto a la lavanda, la valeriana y la verónica, era una de las plantas medicinales más utilizada en la antigüedad para mejorar la visión. Además era considerado el alimento de los dioses por adquirir conocimiento gracias a su consumo.
Sabemos por las fuentes que el conocimiento de sus virtudes para la vista procede de la contemplación de la naturaleza, al ver que las serpientes utilizan esta hierba para frotarse los ojos. En este sentido nos cuenta Plinio, VIII, 99: “La serpiente, cubierta con una membrana durante su letargo invernal, se desprende de ésta cuando se hace un estorbo con jugo de hinojo y aparece brillante en primavera. Comienza a desprenderse de ella por la cabeza y tarda por lo menos un día y unan noche, dándole la vuelta de forma que la parte de la membrana que había estado hacia dentro esté ahora hacia fuera. El mismo animal, al nublarse su vista en el escondite de invierno, se aplica como ungüento, frotándose con los ojos con ella, la hierba marathum y recupera la visión.”
Así pues, esta hierba era utilizada por los hombres para remediar sus problemas visuales: “El zumo exprimido de los tallos y de las hojas, secado al sol, se usa útilmente en los fármacos oftálmicos que sirven para la agudeza visual.
Se exprime, también con el mismo uso, el zumo de la simiente verde aún, con las hojas y con los retoños, y también, la raíz en su primer brote”.
“En la parte occidental de Iberia, el hinojo destila un zumo semejante a la goma. Los lugareños lo cortan por el medio del tallo en la floración y lo acercan al fuego, para que por medio del calentamiento, como una exudación, secrete la goma. Ésta es más eficaz que el zumo para las medicinas oftálmicas.” Dioscórides, III, 70.
Sabemos que en algunas civilizaciones las madres tras masticar flores de hinojo, escupen sobre los ojos de sus bebés para alejarles problemas visuales. Esta idea estaría vinculada a su utilización mágica y para ahuyentar el “mal de ojo” elaborando, durante la época medieval, el agua de San Juan (llamada así por aplicarle también el nombre de hierba de S. Juan). También se trenzaban coronas que se colgaban en las puertas durante el solsticio de verano para alejar los malos espíritus.
A su vez, tenía un uso vigorizante entre los soldados romanos, utilización que podemos leer en el libro del Kamasutra para dar vigor sexual al mezclar su jugo en partes iguales con miel, regaliz, mateca, azúcar y leche.
Aunque sus principales cualidades eran la oftálmica y la mágica, también presentaba otros beneficios para la salud:
“Comida, tiene virtud de acrecentar la leche; también la simiente cocida en tisana o bebida”
“La decocción de su cima, bebida es conveniente para los dolores de riñones y para la vejiga, por ser diurética”
“Con vino se administra para las mordeduras de serpientes. […] Sus raíces, majadas y aplicadas como cataplasma con miel, curan las mordeduras caninas”
“Provoca los menstruos y bebida con agua fría, aleja la náusea y el ardor de estómago en los procesos febriles” Dioscórides, III, 70
Como cualquier otra planta estaba vinculada a fiestas y divinidades; en el caso del hinojo aparece en la civilización griega unida a la fiesta de las Adonías, en honor a Adonis y cuyo objetivo primordial era la petición de lluvia durante el equinoccio de primavera. En esta celebración se plantaban semillas de hinojo en tiestos de barro que se colocaban alrededor de la efigie de Adonis. La fiesta daba su fin con el lanzamiento de las macetas al río. Su rápida germinación y envejecimiento por el calor estaba unida al fallecimiento y resurrección de Adonis.
También sabemos que esta planta simbolizaba la victoria y prosperidad por dos acontecimientos importantes. En primer lugar, Prometeo, protector de la humanidad que entregó el fuego a los hombres, se lo robó a los dioses en un tallo de hinojo, por lo que simboliza el triunfo del ingenio y del progreso.
En segundo lugar, nos cuenta la historia que los griegos vencieron a los Persas en Maratón sobre un campo de hinojos (de ahí su nombre en griego). Desde entonces, los vencedores coronaban sus cabezas con guirnaldas de hinojo.
Su uso culinario en la antigüedad era variado. Sus brotes y hojas se empleaban como verdura en ensaladas. Sus semillas como condimento, como por ejemplo, las aceitunas que se solían curtir en salmuera con hinojo, para aderezar con hinojo, perejil y semillas de adormidera los panes o para condimentar el vino tinto.
VINO DE HINOJO
Macerar 40 gr, de semillas de hinojo durante 15 días en un vino tinto. Colar y servir. El resultado es un vino aperitivo excelente.
6 comentarios:
Bueno, Charo, espero que a nadie se le ocurra pedir más lluvias en esta primavera... A mí me gusta mucho el hinojo, y en mi pueblo se sigue utilizando para adobar aceitunas. Interesantísimo, como acostumbras. Un besazo.
Isabel, a mí también me encanta el hinojo en ensalada, es muy refrescante y tras ver las virtudes que tiene habrá que consumirlo mucho más.
Gracias por tu comentario.
Besos
Nunca se me había ocurrido pensar que el hinojo tuviese tantas utilidades ya en la antigüedad. ¡Un post realmente revelador!
Besos.
M@riel, muchas gracias por tu comentario. Es muy curioso lo que se aprende gracias a los clásicos.
Un saludo
Qué interesante! El hinojo es una de mis verduras favoritas, pero no he notado que me mejore la vista ;)
Me ha sorprendido mucho lo que has contado acerca de las fiestas de Adonis, no tenía ni la más remota idea.
Un beso!!
Estimado Llano Galvín, resulta muy curioso saber que es una verdura apreciada y consumida, yo tenía la sensación de que era poco conocida.
Gracias por tu comentario
Un saludo
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