domingo, 13 de marzo de 2011

INVITADOS A UNA BODA GRIEGA

En esta ocasión nos vamos a una boda griega de mano de Lluïsa, una de las autoras del blog Hortus Hesperidum. Pero no acudimos en calidad de invitados sino más bien de cocineros, pues nos ha solicitado que investiguemos cómo era un banquete nupcial digno de las mejores familias helenas.

Así pues pongámonos el delantal de cuero y acudamos a nuestra pequeña cocina para recopilar todos los ingredientes de un menú griego antiguo.


Antes de nada es importante saber un poco de cocina griega antigua, en este enlace hay una extensa explicación sobre la alimentación en la Antigua Grecia que servirá como entrante para nuestra misión.

Tras el entrante, qué mejor que el plato fuerte, es decir, indagar en las fuentes clásicas para descubrir qué nos cuentan sobre los banquetes nupciales. En los escritos antiguos griegos encontramos bastantes referencias sobre banquetes de bodas, así en Ateneo, IV, 131 donde Anaxándrides ridiculiza el banquete de bodas de Ifícrates con la hija del Cotis el rey de Tracia por lo que, aunque no podemos tomar como fidedigno el menú, sí que nos puede servir de referencia:

“Se extendieron por el ágora cobertores purpúreos hasta el norte. Los que cenaron eran unos comemantecas. [..] las calderas eran de bronce y el propio Cotis se puso el delantal, sirvió el caldo en congios de oro, y, probando de las crateras, se emborrachó antes que los invitados. Tocó la flauta para ellos Antigenidas, Argas cantó y tañó la cítara Cefisódoto. […] pues ¿qué es lo que falta a nuestra casa, qué clase de bienes? No son fragancias de mirra de Siria, visiones de tiernos panes de cebada, panes de trigo, de tortas de almidón, de pulpos, tripas, grasa, morcillas, caldo, acelgas, hojas de higuera rellenas, puré de legumbres, ajos, morralla, caballa, panes ensopados, gachas de cebada, puches, judías, garbanzos, yeros, habas, miel, queso, embutido de miel y leche, calostro, nueces, sémola, bogavantes asados, calamares asados, mújol hervido, sepias hervidas, morena hervida, gobios hervidos, atunes hembra asados, gallanos hervidos, rapes, serranos, dentones, merluza, rayas hembra, platijas, misola lisa, cucos, espadines, tembladeras, filetes de lija, panales, racimos de uva, higos, pasteles, manzanas, frutos de cornejo, granadas, serpol, adormidera, peras silvestres, alazor, aceitunas, orujos de oliva, tortas de leche, puerros, cebollas, cebolleta, phystê (tipo de pan de cebada), nazarenos, tallo y jugo de silfio, vinagre, hinojo, huevos, lentejas, cigarras, zumos, berros, semillas de sésamo, caracolas, sal, nácares, lapas, mejillones, ostras, vieiras, atunes rojos. Y, además de eso, una indecible cantidad de pajarillos, de patos, de pichones; gansos, gorriones, zorzales, alondras, arrendajos, cisnes, pelícano, somorgujo, grulla. […] Hay vinos también: blanco, dulce, del país, suave, ahumado”

También en Ateneo, IV, 160 a leemos:”Antífanes en la Boda dice: cazuelas, acelga, jugo de silfio, ollas, lámparas, cilantro, cebollas, sal, aceite, una escudilla”

A continuación detallemos más datos sobre las invitaciones nupciales para poder conocer cómo se llevaban a cabo:
Sabemos que se realizaban en casa del padre de la novia que corría con todos los gastos. Los banquetes de boda eran esplendidos y abundantes en platos. Así lo vemos en Homero, Odisea, II: “Seguro que los dioses no te han dado linaje sin nombre, puesto que Penélope te ha engendrado tal como eres. Conque, vamos, dime esto -e infórmame con verdad-: ¿qué banquete, qué reunión es ésta y qué necesidad tienes de ella? ¿Se trata de un convite o de una boda?, porque seguro que no es una comida a escote: ¡tan irrespetuosos me parece que comen en el palacio, más de lo conveniente! Se irritaría viendo tantas torpezas cualquier hombre con sentido común que viniera.”

“Mientras departían entre sí iban llegando los invitados al palacio del divino rey. Unos traían ovejas, otros llevaban confortante vino, y las esposas de lindos velos les enviaban el pan. Así preparaban comida en el palacio”
(Homero, Odisea, IV)


En Ateneo, I, 6 a nos comenta que Filóxeno acudió al mercado y lo encontró si mercancías ya que las habían comprado todas para una boda, hecho que nos reitera su exquisitez y abundancia. A su vez, nos describe un oficio curioso, “sazonador de alimentos:Filóxeno recorría las casa en compañía de sus esclavos, llevando aceite, vino, garo, vinagre y otros condimentos. A continuación entraba en las casas ajenas y sazonaba los alimentos que se cocinaban para los demás, añadiendo lo que les faltaba. En esta ocasión se daba un banquete, pues encontró el mercado de Éfeso vacío. Al saber que todo había sido comprado de golpe para una boda, se bañó y acudió sin estar invitado a casa del novio.”
En el mismo sentido leemos en Ateneo, III, 95 c:Axionico, en El Calcideo, dice: Estoy haciendo un caldo, recalentando pescado. Le añado restos medio comidos, que remojo en vino; lanzo dentro entrañas con sal y jugo de silfio; pico una morcilla; acerco un trozo de salchicha; exprimo un morro en vinagre. De modo que todos reconocen que las sobras del día siguiente son mejores que la comida de bodas”. Como podemos ver era frecuente la reutilización de las sobras del día anterior, de manera que, bien cocinadas, pueden ser equiparadas a los mejores manjares servidos en un banquete nupcial.
Eran muchos los familiares invitados al banquete, Homero, Odisea, IV, 3:

“Llegaron éstos a la cóncava y cavernosa Lacedemonia y se encaminaron al palacio del ilustre Menelao. Lo encontraron con numerosos allegados, celebrando con un banquete la boda de su hijo e ilustre hija. A su hija iba a enviarla al hijo de Aquiles, el que rompe las filas enemigas; que en Troya se la ofreció por vez primera y prometió entregarla, y los dioses iban a llevarles a término las bodas”.

A su vez se llevaban a cabo “diversiones” que incluso podrían durar más de un día. Para ellas era necesaria la presencia de “parásitos” como nos cuenta Teofrasto en sus Cartas, III, 13: “pero si se mantiene en las mismas, no pondré el nudo en mi cuello antes de que consiga disfrutar de una mesa lujosamente servida. En breve tendrá lugar la boda, ilustre y que atrae la atención de todos, de Cárito y Leócrates, justo después del fin del mes de Pianepsión. A ésta yo seré invitado, sin duda alguna, bien para el primer o para el siguiente día, pues en las celebraciones nupciales se requieren diversiones y la presencia de parásitos. Sin nosotros no hay fiesta en absoluto y el cortejo sería de cerdos en lugar de seres humanos”

También Ateneo, VI, 238 f afirma la superstición que había si no se aceptaba al parásito que se auto invitaba a una boda:” ¿Ignoras las consecuencias de las maldiciones si uno no indica correctamente el camino, o enciende fuego o corrompe el agua o, a alguien que se dispone a dar una cena, se lo impide?”

Ateneo, VI, 243 d: “dicen que un nuevo Querefonte ha entrado en las bodas en casa de Ofelas sin estar invitado. En efecto ha cogido una cesta y una corona, y asegurando, ya que estaba oscuro, que era el que venía de parte de la novia con los pájaros, al parecer se les ha echado encima y ha cenado

Sabemos por autores como Safo y Ateneo que después del banquete se cantaban himeneos o cantos nupciales, por lo que quizás cuando Teofrasto habla de “diversiones” se refiera a acompañamiento musical como podemos leer en Homero, Ilíada, XVIII, 495 en donde “menciona flautas durante una celebración de bodas” (Ateneo, I, 16, b).
Ateneo, IV, 179 a: “tras coger una flauta doble, me puse a tocar el himeneo”. También habrían cantos de aedos y danzas:”Celebraban un banquete en el palacio de Menelao, con vecinos y parientes, entre ellos cantaba el divino aedo, tocando la phórmix. Y dos volatineros entre ellos giraban preludiando la danza” (Ateneo, V, 180 d). O juegos como aparece detallado en la Odisea en los banquetes que llevaban a cabo los pretendientes de Penélope.

Conocemos también por las fuentes que en los banquetes existían unos
ginecónomos que controlaban el número de asistentes a los banquetes para que no sobrepasara de treinta y vigilaban la conducta de las mujeres, así pues, también en los comidas nupciales se recurría a sus servicios:”Querefonte acudió a una boda sin estar invitado y se recostó el último. Cuando los ginecónomos hicieron recuento de los invitados le mandaron irse, alegando que hacía que, contra la ley, sobrepasaran el número de treinta”

Para elaborar los platos se podía alquilar los servicios de un cocinero que deleitara los paladares de los convidados con los mejores y más caros productos del mercado. Así lo leemos en Aristófanes, La paz:


TRIGEO.-
¡Oh!, ¡Oh! ¡Cuánta gente para el banquete de boda!( Al Servidor) Limpia las mesas con este penacho; ya no sirve para otra cosa. Trae en seguida los pasteles y los tordos, liebre en abundancia y panes.


Ateneo, I, 9 b, hace mención a la boda de los hijos de Menelao: Menelao, igualmente, cuando celebra las bodas de sus hijos, aun estando Telémaco en su casa: sirvió un lomo de vaca asado (Od. IV, 65-66)”

Era necesario que los dioses fueran partícipes del evento y a su vez, favorables a la unión por lo que se les realizaban libaciones y sacrificios. En Aristófanes, Las aves observamos el tema del sacrificio:


EVÉLPIDES.-En una donde los negocios más importantes sean, por ejemplo, venir muy de mañana a mi puerta un amigo y decirme: "Te ruego por Zeus olímpico que al salir del baño vengáis a mi casa tú y tus hijos, pues voy a dar un banquete de bodas. ¡Cuidado con faltar¡ ¡Cómo no vengas, no tienes que poner los pies en mi casa hasta que me abandone la fortuna!

PISTETERO.- ¡He ahí unas aves sacrificadas con gran oportunidad para las bodas!
HERACLES.- ¿Queréis que entre tanto me quede yo a asarlas? Vamos, marchaos ya.

POSEIDÓN.- ¿Tú asarlas? ¿Cómo qué no vas a venir con nosotros, desvergonzado glotón?


HERACLES.- ¡Ya me relamía de gusto!


PISTETERO.- ¿Vamos, que me traigan un vestido nupcial?

También en Homero, Odisea, XI, podemos observar la mención a los sacrificios:


“Así perecí con la muerte más miserable, y en torno mío eran asesinados cruelmente otros compañeros, como los jabalíes albidenses que son sacrificados en las nupcias de un poderoso o en un banquete a escote o en un abundante festín”.



En Ateneo, V, 192 c podemos descubrir: “toda reunión para celebrar un banquete atribuía su ocasión a la divinidad y se hacía uso de las coronas, himnos y cantos apropiados a los dioses. El que servía no era ningún esclavo, sino que los jóvenes libres escanciaban el vino, como hace el hijo de Menelao, a pesar de ser el novio y estar en su propia boda”


La novia al entrar en su nuevo hogar será obsequiada por parte de su suegra con un pastel nupcial de miel y sésamo. A la vez que arroja sobre la cabeza de la novia dátiles, nueces e higos, alimentos que simbolizan fertilidad, prosperidad y pertenencia al nuevo hogar.

Tras la lectura de las fuentes clásicas podemos deducir que seguro que en una “cena nupcial” se servirían los siguientes alimentos:


Como entrantes
: aceitunas, huevos de faisán o de oca duros, panes variados de trigo y de cebada (maza), ostras, sepia, pulpo, calamar, erizos de mar, langosta, anguilas, malvas, bulbo nazareno, acelgas, hojas de higuera rellenas, cebollas, ajos, morcillas, salazones de caballa y atún, alguna cigarra con miel, …


Como plato fuerte
: cerdo, jabalí, liebre, todo tipo de aves y pajaritos como palomas o tordos,…También pescados como atún, lubina, gobio, caballa, merluza,…


Todo aderezado con aceite, sal, garum, vinagre y especias como tomillo, ajo, romero, mostaza, silfio, menta, … y bañado con vinos de Quíos, Lesbos y Tasos, además de hidromiel.


Como postres
: queso, miel, dátiles, nueces, higos, granadas, manzanas, peras, uva, pasteles de leche y miel, habas y garbanzos fritos, sémola y como no, el pastel nupcial de miel y sésamo.


Para terminar unas recetas de pasteles que se servían en los banquetes de boda que nos han llegado a través de Ateneo:


Énchytos (Ateneo IV, 172 b y XIV 644 c-d) elaborado con queso, posteriormente fue recogida esta receta por Catón, Agr. 80: “Haz “encytum” de la misma manera que los buñuelos, pero deben freírse en aceite a través de un colador para que tenga forma de espiral. Se sirve con miel o vino melado.”


Kreríon
que sabemos que era ofrecido por la novia al novio entre los argivos, Ateneo, XIV 645 d: Se trata de un tipo de queso que, en Argos, se lleva al novio de parte de la novia, y es asado en las brasas, y los amigos del novio se invitan a comer, y se sirve con miel


Kribána
que presentaba la forma de un pecho femenino y era consumido por los Laconios, Ateneo, III 115 a y XIV 646 a: “Nombre dado por Alcmán a algunos pasteles de queso que tiene forma de pecho de mujer y que los Laconios daban en los banquetes nupciales y que portan las amigas de la novia”

En todos los casos la miel y el queso son los ingredientes principales.


¡Nuestros mejores augurios para los recién casados!


Plurimam salutem!

*Imágenes propias

18 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Enhorabuena por el artículo. Me alegra leer también sobre Grecia.

Coral dijo...

¿Pastel nupcial? ¿arrojar a la novia alimentos para propiciar su fertilidad? ¡Cuánto ha influido la cultura griega en la actual!

Una maravillosa entrada sobre las bodas griegas.

Un saludo!

Charo Marco dijo...

Hola Ana, gracias por tu comentario.

Es cierto, ya tocaba algo sobre Grecia.

Besos

Charo Marco dijo...

Hola C.G. Aparicio, qué razón tienes, los vestigios de la cultura clásica están muy patentes en nuestras costumbres.

Gracias por tus palabras

Saludos

Amparo Moreno dijo...

Menuda boda! qué curiosos todos los detalles que apuntas. Lo de los quesos con forma de pechos que llevaban las amigas de la novia...parece una mezcla de los quesos de tetilla gallegos y las locuras de las despedidas de soltera.

Charo Marco dijo...

Mi querida Amparo, ya nos gustaría que nos sirvieran un menú de estos en las bodas que hacemos en la Domus

Gracias por tu comentario

Besitos

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Contigo se aprende siempre y se cumple la ley de Paulov! No hay visita que haga en que no termine salivando... Besitos, guapa.

Lluïsa dijo...

Esplèndid, com sempre, Charo. Gràcies per la teua inestimable col·laboració.
Besets

Charo Marco dijo...

Estimada Isabel, contigo si que se cumple la ley de Paulov, siempre una delicia recibir tus mensajes.


Gracias por tu comentario.

Besitos

Charo Marco dijo...

Hola Lluïsa, gràcies pel teu comentari.
Ha estat un plaer treballar conjuntament.

Besets

Viena dijo...

Querida Charo, voy tan mal de tiempo que aunque he leído toda tu entrada y la de Hortus Hesperidum, no he podido dedicar más tiempo a tan fascinante tema de las bodas. Sin embargo, no quería dejar de decirte que es magnífica la información que siempre nos traes y que no me perdería su lectura por nada.
Un abrazo.

Sebastián Damunt dijo...

Amiga Charo:
La lectura de algunas frases me sorprende con similitudes actuales: “Seguro que no es una comida a escote…”, “Si no aceptaba al parásito que se auto invitaba a una boda…”.
Interesante también el larguísimo listado de productos –algunos me resultan desconocidos- que componen los menús de las bodas griegas de aquella época.
También resulta curioso investigar el significado de nombres que poco a poco, vamos descifrando.
Por todo ello seguiremos atentos a tus escritos de aquellas épocas.
Además, los acontecimientos actuales me han hecho recordar Pompeya. Parecía imposible que una civilización tan avanzada hubiera sucumbido.
Un saludo,
Sebastián Damunt

Charo Marco dijo...

Hola Viena, gracias por estar siempre al "otro lado" y por dedicar un poco de tu valioso tiempo a este blog.

Besos

Charo Marco dijo...

Hola Sebastián, gracias por tu comentario.
Efectivamente, muchos son los puntos en común que tenemos con los antiguos, por lo que nos debemos de sentir muy orgullosos.


Saludos

sabor a galletas dijo...

Hola Charo, es emocionante descubrir el origen de muchas de nuestras costumbres y ver que el paso del tiempo no hace mella en ellas. Aprendo muchísimo contigo y lo mejor... disfruto leyendo tus entradas. Un abrazo. Rosa

Charo Marco dijo...

Hola Rosa, gracias por tu comentario. Tienes mucha razón, muchísimas de las costumbres que tenemos proceden del mundo clásico, por lo que es importante conocer nuestro pasado para entender el presente.

Besos

CENTROS DE MESA PARA BODAS dijo...

Enhorabuena por tu pagina, me gusta mucho, me llamo David y tengo una empresa de decoracion floral para bodas-eventos y me gustaria que te agregaras a mi blog para que la gente que se case pueda ver tu blog, yo ya me e agregado al tuyo. Tambien se puede agregar y comentar en mi blog la gente que quiera. Gracias por tener un blog tan interesante. www.centrodemesa.org

Charo Marco dijo...

Hola David, muchas gracias por tu comentario.

Espero que tengas mucho éxito en tu trabajo.

Saludos