Esta
semana vamos a hablar de una hermosa tumba que se encuentra en la necrópolis de
Pompeya, a las afueras de la puerta del Vesubio.
Fue dedicada a Caius Vestorius Priscus, un edil que murió alrededor del 70 ó 71 a. C, a los 22 años y fue
erigida por su madre Mulvia Prisca.
Este
monumento es digno de mención por los frescos decorativos de sus paredes pues
en ellos aparecen algunos motivos
relacionados con el mundo culinario.
Empecemos
con la lectura
de la inscripción en honor al magistrado.
El texto dice:
"C (AIO) VESTORIO PRISCO aedil (i)
Vixit ANNIS XXII
LOCVS SEPVLTVRAE DATVS ET EN
FVNERE SESTERTIUM DUO MILIA
D (ecreto) D (ecurionum)
MULVIA PRISCA MATER P (ecunia) S (ua)
"Para Gayo
Vestorius Prisco, edil.
Vivió 22 años.
Su tumba fue
concedida, junto con 2.000 sestercios para su funeral por decreto de los decuriones.
Mulvia Prisca,
su madre, [lo costeó] con su dinero”.
Como
vemos se trata de un personaje importante que se relacionaba con la élite
municipal de Pompeya, hecho que justifica la excelencia del monumento.
Su tumba
es muy peculiar. Se
puede ver un altar funerario elevado, totalmente vallado. Para acceder al
interior hay que atravesar una pequeña puerta posterior.
Al
entrar se puede disfrutar de unos hermosos frescos que decoran la base del altar.
Todas las
pinturas están vinculadas a la vida y muerte
de este joven magistrado.
Veamos
algunos de estos frescos:
- Entre ellos se puede distinguir al joven ejerciendo sus tareas administrativas de edil, sentado en el tribunal y escoltado por unos lictores.
- En otra de las paredes aparece representado una pareja de gladiadores luchando que puede tener una doble explicación:
b) Hacer
referencia a la celebración de Ludi Scaenici (principalmente,
Gladiatorii) en honor a los
difuntos si se trataba de difuntos de estatus social elevado como bien nos
indican las fuentes clásicas:
“En estas fechas Fausto, el hijo de Sila, celebró en memoria de su padre un
concurso de gladiadores y
obsequió con magnificencia al pueblo, proporcionándole gratuitamente baños y
aceite”
“Instituyó asimismo oficialmente sacrificios a sus Manes
que se celebrarían cada año, y además, en honor a su madre, unos juegos circenses y una carroza para llevar su imagen en
procesión”
Suetonio, Julio, I, 26:
“Con el dinero obtenido de la venta del botín, prometió al
pueblo un combate de
gladiadores y un banquete en memoria de su hija, cosa que nadie había hecho antes
de él. Para conseguir más expectación posible ante estos festejos, preparaba en
su casa también todo lo concerniente al banquete, aunque lo hubiese alquilado a
los abastecedores del mercado”
- Otro fresco interesante es el que muestra la celebración de un banquete en el que se intuyen cinco personas recostadas brindando alrededor de una mesa circular y parece que un toldo cuelga sobre los comensales, por lo que se podría pensar que se trata de una celebración en un triclinium estival.
La
interpretación de esta escena
presentaría dos posibilidades:
a) Un banquete
funerario, según había costumbre en el ámbito
privado. Así pues el pater familias, como sacerdote
del hogar y representante de la unidad familiar, debía tener la responsabilidad
de llevar a cabo estas fiestas en honor a los dioses Manes de la familia.
Ante el fallecimiento de un familiar, se llevaban a cabo unos banquetes iniciales, el silicernium, que consistía en una comida fúnebre después del entierro en el que, tras sacrificar una cerda a Ceres (porca praesentanea), se servían huevos, apio, habas, legumbres, lentejas, sal y aves de corral.
A los nueve días del entierro, los familiares y amigos se reunían en una Cena Novendialis. Tras esta cena, los familiares se incorporaban de nuevo a la vida social.
Ante el fallecimiento de un familiar, se llevaban a cabo unos banquetes iniciales, el silicernium, que consistía en una comida fúnebre después del entierro en el que, tras sacrificar una cerda a Ceres (porca praesentanea), se servían huevos, apio, habas, legumbres, lentejas, sal y aves de corral.
A los nueve días del entierro, los familiares y amigos se reunían en una Cena Novendialis. Tras esta cena, los familiares se incorporaban de nuevo a la vida social.
- b) Un
banquete familiar- social, que
recordaría la vida cotidiana del difunto y su buena situación social. Quizás el banquete sea para festejar algún
acontecimiento importante o para buscar respaldo político.
Junto
a esta pintura se puede observar otra que representa a un pavo real con su cola
recogida y diferentes imágenes de jardines con fuentes, árboles y entramados de
madera. Destacar el árbol con granadas, fruta muy vinculada al
mundo funerario.
- Quizás uno de los frescos más significativos y bien conservados de la tumba es el que se encuentra a la parte interna del muro norte, en el que se aprecia una mesa (mensa vasaria) situada delante de unas cortinas rojas a modo de telón de fondo.
La colocación de esta mesa vasaria junto a la escena del banquete no es casual, el objetivo es que el visitante pueda apreciar ambos frescos a la vez como una escena unitaria.
Sobre
la mesa aparece expuesto un bello ajuar de plata con todo lo necesario para
servir la bebida en banquetes importantes.
Podemos
distinguir una cratera en el centro de la mesa, a cada uno de los lados se
perciben los mismos objetos, como un juego de simetría pero jugando con los
tamaños y formas: dos grandes copas, dos jarras, dos ritones a modo de cuernos,
cuatro cálices, cuatro pequeños
cyathus y dos cucharas para mezclar el vino y el agua.
Debajo
de la mesa podemos distinguir una jarra y una patera que parecen de bronce si
se comparan con el brillo de los objetos de plata que hay sobre la mesa. En los
laterales también hay pintados unos jarrones de plata.
Llama
la atención que las piezas de plata están perfectamente colocadas y no han sido
usadas, evidentemente es un signo de gran categoría social, de lujo y
principalmente de ostentación. Se trata de un escaparate para el visitante que
muestra la importancia de este personaje no sólo en la sociedad del momento,
sino también se busca que esa importancia perdure en el tiempo.
Visitar
hoy en día la tumba de Vestorius Priscus produce la misma sensación
de admiración que produciría a los antiguos romanos.
Plurimam salutem!
*Las
imágenes han sido extraídas de estos enlaces:
2 comentarios:
Y también la impresión que recibimos tus lectores Charo, cuando podemos disfrutar de todo el detalle tan bien explicado, tal como nos lo regalas.
Ha sido como una excursión muy interesante por este monumento, y me ha encantado. Muchas gracias.
Estimada Viena, gracias por tu comentario.
Eres un cielo, tus palabras me animan a seguir investigando
Gracias por estar ahí
Besos
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