Con
la llegada del buen tiempo no hay quien se resista a una rodaja de melón, fresca
y dulce, cosa que seguro también les ocurriría a los antiguos romanos. Así
pues, si os animáis, vamos a dedicar unas líneas al refrescante melón.
Ha recibido
diferentes nombres, así Ateneo, II, 68 f sobre
su etimología nos comenta:
“Espeusipo en las Semejanzas llama al melón pépôn sikýa. En cambio Diocles dice pépôn, y jamás lo llama sikýa. A su vez, Espeusipo que lo llama sikýa, jamás dice pépôn”. Su nombre respondería a la traducción de “pepino maduro”.
“Espeusipo en las Semejanzas llama al melón pépôn sikýa. En cambio Diocles dice pépôn, y jamás lo llama sikýa. A su vez, Espeusipo que lo llama sikýa, jamás dice pépôn”. Su nombre respondería a la traducción de “pepino maduro”.
También se le
ha llamado “pepino con semillas” (sikyós spermatías): “Cratino
ha llamado a los melones “pepinos de simiente” en su obra Los compañeros
de Odiseo” , (Ateneo, II, 68 c)
En latín recibió la denominación de “cucumis melo” o quizás “melopépon”
Sobre su procedencia se piensa que podría venir
de Asia meridional, aunque otros autores creen que quizás del este de África. Lo que queda claro por las
representaciones en las tumbas egipcias es que ya lo cultivaban. Se cree que
llegó a Italia en tiempos de Plinio a través de la Campania.
Plinio, 19, 23
afirma que su descubrimiento fue casual:
“Fue sólo de época tardía que de un pepino se produjo en Campania otro de forma completamente nueva, con la forma de un membrillo. Fue por casualidad, me dijeron, que el primer adquirió esta forma en el cultivo, y fue de la semilla de éste a partir de la que se reprodujeron los demás.
“Fue sólo de época tardía que de un pepino se produjo en Campania otro de forma completamente nueva, con la forma de un membrillo. Fue por casualidad, me dijeron, que el primer adquirió esta forma en el cultivo, y fue de la semilla de éste a partir de la que se reprodujeron los demás.
El nombre dado a esta variedad fue "melopepo". Estos últimos no crecen colgando, y asumen su
forma redonda ya que se encuentran en el suelo.
Una cosa que es muy notable en ellos, además de su forma, es su color, y su olor, es el hecho
que, cuando está maduro, aunque ellos no cuelgan del tallo, ellos se separan de
él en el tallo”
Dentro
de las variedades del curcumis melo
existían los alargados y finos que serían nuestros pepinos.
En
marzo e incluso abril, según Paladio, IV, 9 es el momento de sembrar los melones. Este autor nos dice algo muy
curioso, si queremos que adquieran un sabor diferente sólo hay que
aromatizarlos con pétalos de rosa:
“Es el tiempo de sembrar los melones espaciándolos. Las semillas distarán unas de otras dos pies en los lugares labrados o cavados, especialmente en la arena. Deben macerarse dichas semillas durante tres días en vino mezclado con miel y leche; después, cuando ya estén secas, sembrarlas: así saldrán más tiernos, e incluso aromáticos si se meten sus pepitas varios días entre pétalos secos de rosa”
“Es el tiempo de sembrar los melones espaciándolos. Las semillas distarán unas de otras dos pies en los lugares labrados o cavados, especialmente en la arena. Deben macerarse dichas semillas durante tres días en vino mezclado con miel y leche; después, cuando ya estén secas, sembrarlas: así saldrán más tiernos, e incluso aromáticos si se meten sus pepitas varios días entre pétalos secos de rosa”
En mayo será
época de plantarlo conjuntamente con “el culantro,
los melones, las calabazas, el
cardo, los rábanos y la ruda. Además, se trasplanta el puerro para fortalecerlo
con riegos” según Paladio, V, 5
Sobre su precio sabemos gracias al Edicto de
Diocleciano 6, 30 y 31 que variaba según el grosor de los mismos. Si era grueso
su coste era de dos denarios la pieza, dos veces más que la sandía.
E. D. 30
melopepones maiores
n. duo ж quattuor
E.D. 31
sequentes
n.quattuor ж
quattuor
melopepones maiores
n. duo ж quattuor
E.D. 31
n.quattuor
Con
respecto a su uso culinario se cree
que se consumía maduro, tras quitarle las semillas, e incluso Ateneo, II, 68 e dice lo siguiente: “Fenias afirma: cuando están tiernos son comestibles
con la cáscara el pepino y el melón, salvo la simiente, y cuando maduran
solo la parte que rodea a la semilla”
Tenemos una receta de Apicio, III, 7 para el melón
con una salsa que nos recordaría un poco al melón al Oporto actual:
VII. Pepones
Piper,
puleium, mel vel passum, liquamen, acetum.
Interdum et silfi accedit.
VII MELONES
“Pimienta,
poleo, miel o vino de pasas, garum y vinagre. Puede añadirse laserpicio”
El
gusto por esta fruta llegó a extremos curiosos según el autor Julio
Capitolio, Albinus, 11, 3 que
nos cuenta que el emperador Albino en una única comida consumió diez melones sin
sufrir ningún problema estomacal.
Sobre su uso médico sabemos que se podía
emplear de diferentes maneras: aplicado directamente, bebido con hidromiel, en emplasto
con miel o hidromiel, cataplasma, ingerido solo crudo o su jugo,
según nos indica Dioscórides, 2, 135, 1:
“Su carne comida es tambiéndiurética; en cataplasma, alivia las
inflamaciones del ojo. Su corteza se aplica directamente en la
frente a los niños con insolación, en la parte delantera de la cabeza, y para
ojos supurantes, en emplasto adhesivo en la frente. Su jugo junto con la semilla, mezclado
con harina de cebada y puesto a secar, es un detersivo y hace brillar la
cara. Su raíz seca, bebida con hidromiel
en el peso de 1 dracma (4,3 gr.), provoca vómitos. Si uno quiere vomitar
tranquilamente después de la comida, le bastarán 2 óbolos (1,44 gr.). En cataplasma con miel sana también las
lesiones en forma de panal”
“Su carne comida es también
También Ateneo, II, 68 f nos enumera sus propiedades
en dos fragmentos de su obra:
“Difilo dice que el meló es más suculento y astringente,***en cambio es menos jugoso, poco nutritivo, digestivo y fácil de evacuar”
“Difilo dice que el meló es más suculento y astringente,***en cambio es menos jugoso, poco nutritivo, digestivo y fácil de evacuar”
Ateneo, II, 68 e completa la información:
” Diocles de Caristo en el libro I de sus Sobre la salud afirma que las verduras silvestres adecuadas para hervir son:….melón. Y poco después: el melón es excelente para el corazón y la digestión. El melón cocido en aguamiel es excelente laxante”
” Diocles de Caristo en el libro I de sus Sobre la salud afirma que las verduras silvestres adecuadas para hervir son:….melón. Y poco después: el melón es excelente para el corazón y la digestión. El melón cocido en aguamiel es excelente laxante”
Al igual que hoy en día el melón servía como
comparación para indicar algo voluminoso:
Ateneo, II, 68 c: “Platón,
en Layo dice…con unas piernas como un melón estéril”
Ateneo, II, 68 d: “Anáxilas:
sus tobillos estaban más hinchados que un melón”
Ateneo, II, 68 d: “Teopompo:
Para mí ha sido más tierna que un melón”
El gusto por el melón llegó a ser tal que se puso de moda para recrear su
forma en los peinados.
Prosit!
Plurimam salutem!
4 comentarios:
Una entrada muy interesante, Charo. Sigo siempre tu blog con mucho interés. Por cierto, los melones cada vez vienen más pronto, ayer comí una rodaja de un delicioso.
Un beso
Querida Estrella, muchas gracias por tu comentario.
Yo también te sigo.
Un besito
Recuerdo al leerte cómo mi padre, cada vez que abría un melón y, para lo mismo, primero le cortaba el "culo", tenía la costumbre de poner en la frente ese trozo a la que hubiera más cerca diciendo: "mira qué fresquito"... Y todas queríamos probar el experimento...:)
Una delicia leerte, Charo, como siempre.
Un beso
Hola Sofía, gracias por ti comentario.
Mi padre sigue haciéndolo igual que tu padre...me encanta
Un beso
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