domingo, 8 de marzo de 2020

¡NOS VAMOS DE PICNIC!

La iconografía de algunos utensilios de banquete nos da unas excepcionales pistas para conocer aspectos y costumbres concretas del mundo culinario en la antigüedad.

En esta ocasión nos vamos a centrar en dos platos hermosamente decorados con una escena de picnic.

Pese a que vamos a comentar dos platos, es importante tener presente que son varios los mosaicos que nos muestran comensales reclinados bajo un toldo en el campo, como por ejemplo, el mosaico de la villa de Tellaro.


Centrándonos en los platos comencemos por la pieza de plata perteneciente al tesoro de SEVSO, del imperio romano tardío. Se trata de una colección de utensilios de plata destinados a ser usados en el banquete y que muestra perfectamente la riqueza de sus propietarios.

El tesoro salió a la luz en los años 90. Su hallazgo levantó el debate, e incluso, pleitos por su propiedad.

Son catorce piezas de plata que se encontraron enterradas en el interior de un caldero de cobre: cuatros platos grandes,  cinco jarras, dos cubos, un cuenco, un ánfora y  un cofre para objetos de tocador.

Su procedencia e historia todavía siguen investigándose. Se cree que quizás fueran fabricadas en diferentes lugares del Imperio y su datación estaría entre el 350 y el 450 d.C.

Por lo que respecta al nombre se llama “el Tesoro de Seuso” por un plato que tiene  una escena de caza. Esta pieza que va a ser nuestro protagonista, fue fechada a mediados o finales del s. IV y se caracteriza por una inscripción con una guirnalda alrededor del medallón central con la escena campestre que dice:



Hec Sevso tibi durent per saecula multa 

Posteris ut prosint vascula digna tuis 

“Que estos, oh Seuso, sean tuyos por muchos siglos 

Pequeños vasos aptos para servir dignamente a tu descendencia”


Como curiosidad el crismón que aparece al principio de la inscripción que estaría vinculado al cristianismo, sin que eso indique que su propietario, Seuso, un hombre acaudalado y de origen germano, fuera cristiano.


Se piensa que quizás este plato fuera fruto de un regalo, ¿de boda?, no se sabe con certeza pues no pone el nombre del donante que suele ser lo normal.

Esta pieza presenta un motivo central con esa escena de picnic como hemos comentado.

En ella se puede distinguir dos partes:

En la parte de arriba, en un bosque, se aprecian unos cazadores a caballo que persiguen unos ciervos.

En la parte inferior, se ve un pescador con una caña y una red, pescando en un río repleto de pescados. A su vez, se repite la temática de la parte superior con la persecución por parte de un cazador, en esta ocasión a pie y acompañado de un perro, de unos ciervos y un jabalí.



En la parte central, se ve una maravillosa escena de banquete al aire libre, un escenario bucólico, bajo un toldo sujeto a dos árboles, a los que se les han atado dos caballos.

Bajo el velarium, encontramos cinco figuras reclinadas en un stibadium, cuatro hombres y una mujer. Todos alrededor de una pequeña mesa, en la que se puede apreciar un plato con un pescado.

Llama a la atención que en una escena de picnic aparezca una mujer, la interpretación que se hace es que sea la esposa de Seuso disfrutando con su esposo de todas sus propiedades.

A su alrededor, hay cinco esclavos, los dos centrales sirven uno comida y otro bebida. A su alrededor podemos ver diferentes de utensilios de banquete (una patera, una jarra, …).

A la derecha encontramos, dos siervos más, uno cortando y preparando la elaboración de un ciervo. Otro, un poco más arriba, calentando un caldero.

A la izquierda, hay otro siervo, preparando el asado de un jabalí, mientras a su lado, un perro de caza está esperando su recompensa.

Otro plato, en este caso dorado, procede de Cesena en el norte de Italia y es de mediados del s IV. De nuevo, encontramos otro motivo central con una escena de picnic.



En la pieza se pueden distinguir tres partes:

En la parte superior, se puede ver a cinco comensales que están recostados alrededor de una mesa circular que tiene un bonito mantel. Sobre ella se aprecia un plato con un animal, quizás un jabalí, un lirón o un cerdo.


A la izquierda se distingue un sirviente que está llevando a cabo una lustratio, vierte agua en las manos de los comensales para purificarlas.

A la derecha se ve a otro sirviente que sirve una copa de vino.

Al igual que el plato de Seuso, el ambiente que se representa es el de un banquete campestre,  con árboles y un toldo sujeto en los árboles que protege a los comensales.

En la parte inferior vemos un mozo de cuadra o un corredor con un caballo que está ataviado con una doble cadena en el cuello y en su vientre. Parece que han salido de un edificio que está junto a ellos. Podemos pensar que se trata de una villa con una torre y un ábside.

Debajo podemos ver cuatro patos y un estanque con agua.

Podemos concluir que ambos platos representan un picnic al aire libre, en ambos casos, cinco comensales se reclinan bajo un toldo para descansar y disfrutar de un agradable banquete.

Este tipo de escenas campestres con cazadores se encuentran bien atestiguadas en las fuentes clásicas escritas y un buen ejemplo lo encontramos en Filostrato el joven, que en su libro Imagenes, 3 nos describe perfectamente un cuadro con una escena de picnic con cinco cazadores que nos recuerdan bastante al plato de Seuso: 

“El grupo de cazadores, encantadores jóvenes robustos que todavía respiran la emoción de la cacería, ahora …, están descansando. ¡Dioses! ¡Cuán maravillosa y encantadora es la claridad del arte del pintor, y cuán bien podemos discernir la historia de cada uno! Este triclinio improvisado, hecho de redes, creo que recibe a quienes podríamos llamar "los líderes de la caza". Son cinco en número. Ves a uno de ellos,  que… según me parece, está contando la historia de su concurso y cómo fue el primero en derribar a uno de las dos bestias salvajes que están suspendidas de los árboles en redes, aparentemente un ciervo y un jabalí. … Los demás lo miran atentamente mientras cuenta su historia; y el segundo de ellos mientras se recuesta en el triclinio parece estar descansando un rato y planeando pronto describir alguna hazaña propia en la caza. En cuanto …al hombre al lado de la figura central, con una copa medio llena en una mano y balanceando su mano derecha sobre su cabeza, me parece estar cantando las alabanzas de Artemis, mientras su vecino mira hacia el sirviente, le está ordenando que apure la copa…..Uno de los dos perros, tendido frente a él, está comiendo, mientras que el otro se pone en cuclillas sobre sus patas traseras y estira su cuello para atrapar los bocados que le arrojan. Un segundo hombre enciende un fuego, y al poner sobre él algunas de las ollas adaptadas para este uso, prepara a los cazadores la abundante comida, apresurándose en su tarea; … de los otros dos sirvientes, uno, nos dice que está cortando porciones con el debido cuidado para que sean iguales, y el otro extiende la fuente que va a recibir la carne, sin duda exige que las porciones sean iguales”

Al igual que hoy en día, no hay mejor momento que disfrutar de una buena compañía en la madre naturaleza.

Plurimam salutem!




2 comentarios:

Gonzalo dijo...

Un blog muy bueno el tuyo, mezclas muy bien historia y cocina.

Charo Marco dijo...

Muchas gracias por el comentario
Un saludo