Los antiguos romanos celebraban el día 12 de abril, Pridie Idus Apriles, una festividad llamada CERALIA en honor a la diosa Ceres.
La fiesta se prolongaba del 12 al 19 de abril, ambos inclusive.
La fiesta se prolongaba del 12 al 19 de abril, ambos inclusive.
La diosa Ceres, era la divinidad que se cuidaba de la agricultura y, por tanto, simbolizaba la fertilidad de la tierra. Se identificaba con Deméter en el mundo griego.
Durante estos días se conmemoraba el regreso a la tierra de su hija Proserpina. Así pues, eran días de júbilo y de alegría, ya que la madre, feliz por tener junto a ella a su hija, hacía que floreciera el campo y sus frutos. A su vez, era una fiesta importante para los hombres, puesto que se consideraba a Ceres la inventora de las técnicas de la agricultura.
La fiesta se inicaba el día 12 de Abril en el templo de Ceres, cercano al Circo Máximo. Se realizaba el sacrificio de una cerda y se le ofrendaban miel, leche, incienso y teas encendidas.
Todos vestían de blanco: "A Ceres le va bien el color blanco: poneos ropa blanca en la Fiesta de Ceres. Ahora ya no se lleva la lana negra" (Ovidio. Fast, IV, 619- 621).
Tras este sacrificio se iniciaban los LUDI CERERIS que duraban varios días. Lo normal era que los plebeyos invitaran a comer a los patricios, pues era una fiesta popular.
Las fuentes clásicas nos describen que se llevaba a cabo en estos días:
“Ahora es el Festival de Ceres. No necesitamos que nadie nos revele la causa. El pan de los primeros hombres eran las hierbas verdes, que ofrecía la tierra sin que nadie lo exigiese: y ya echaban mano de la hierba viva del césped, ya eran un festín las capas de los árboles con sus tiernas hojas. Más adelante, surgió la bellota; ya estaba bien la cosa con el descubrimiento de la bellota y, la dura encina suministraba recursos magníficos.
Ceres fue la primera que llamó al hombre a alimentos mejores, cambiando las bellotas por un sustento más útil. Ella obligó a los toros a meter el cuello en el yugo. Entonces por primera vez vio el sol la tierra removida. Se tenía en estima el bronce; el hierro templado era desconocido. ¡Ay!, siempre tenía que haber permanecido oculto. Ceres se alegra con la paz; también vosotros, colonos, pedid una paz perpetua y un caudillo amante de la paz.
Conviene que ofrezcáis a la diosa la espelta y el honor de la sal que chisporrotea, y granas de incienso en los viejos fuegos; y, si falta el incienso, prended teas untadas: a la buena Ceres le gustan las cosas pequeñas, con tal de que sean puras. Apartad los cuchillos del buey, oficiantes de túnica arremangada: que el buey labre; sacrificad a la marrana holgazana. El cuello que es apropiado para el yugo no debe herirlo el hacha: que siga vivo y que trabaje mucho tiempo en la tierra dura."
Ovidio, Fasti IV, 392.
Ovidio nos narra que el último día de la Fiesta de Ceres finalizaba con una procesión que llegaba hasta el Circo. Los celebrantes se lanzaban mutuamente nueces y dulces que indicaba buenos augurios.Tras realizar una carrera de caballos, se realizaba un ritual misterioso consistente en soltar en el circo "una zorra con el lomo ardiendo con teas atadas a él" que rememoraba un hecho ocurrido en la tierra de Carséolis cuando el hijo de una campesina, tras cazar a una zorra que se había llevado aves del corral, prendió fuego a unas ramas que llevaba junto al animal. Éste, como si fuera una antorcha, huyó y a su paso, quemó todos los campos de cereales.Acaba la narración de Ovidio afirmando: "Y para expiar su culpa, arde esta especie en la Fiesta de Ceres y perece de la misma manera que hizo perecer a las mieses"Ovidio, Fasti, IV, 712.Era un acto de purificación y de fecundación.
Para finalizar, puesto que acabamos de disfrutar de la fiesta de Semana Santa, una receta romana que nos proporciona Apicio cuyo protagonista es el pan y que podría resultar una buena ofrenda para la diosa Ceres.TOSTAS DE PAN (tipo torrijas)
"Poner en leche pan. Cuando haya absorbido bien, hornear el pan durante un momento para que no se seque su interior. Sacar del horno y untar con miel mientras esté caliente, pinchar para que se empape bien. Espolvorear con pimienta y servir."Plurimam salutem!
4 comentarios:
Me han gustado muchísimo tus "torrijas" espolvoreadas con pimienta y "ese" paso previo por el horno. Como Ceres, las torrijas blancas (y un punto acatrameladas) tienen algo de bienvenida primaveral.
¡Salud!
Manuel, gracias por tu comentario.
Lo cierto es que como estamos acostumbrados a las torrijas fritas, nos parecen un poco especiales las torrijas romanas, pero están muy buenas.
Saludos
Vale, se la ofrecemos a la Diosa Ceres, pero no estaría mal de almuerzo.
Un blog muy interesante.
Un saludo.
Lady Read.
Lady Read, estoy de acuerdo contigo, mejor como almuerzo.
Saludos
Publicar un comentario