Con el nombre científico de Tetrao francolinus L., se conoce al FRANCOLÍN, un ave que ocupaba un lugar por excelencia en el mundo clásico.
Se comentaba que “su carne era la más sabrosa para cocinar en la celebración de las victorias” (Aristófanes, Las cigüeñas, III, 2 fr. 448). No obstante, parece que la inclinación humana hacia este animal era compartida también por un cuadrúpedo: “¡Qué pasión la de los ciervos por el francolín! […] Es una maravilla cuando los alados francolines brincan en el moteado dorso del carnudo cervatillo” Opiano, Caza, 405-427.
Era considerado un artículo de lujo, junto con la liebre y el teganítes (dulce griego bañado en miel) por la delicadeza de su carne.
Sabemos de su bella presencia por Ateneo, Banquete de los eruditos, IX 387, F y ss que nos dice que Alejandro de Mindo (fr. 7) lo describe como “es un poco mayor que una perdiz y completamente manchado por la zona del dorso, del color de la arcilla, más bien tirando a rojizo […] Aficionado a revolcarse en el polvo, prolífico y granívoro”
Además de su apariencia cabe destacar su hermoso canto:
“Cuando los francolines fueron llevados de Lidia a Egipto, y soltados en los bosques, por un tiempo emitieron un canto semejante al de una codorniz, pero desde que se produjo una hambruna por bajar el río con poco agua, y murió mucha gente de la región, no han dejado de decir hasta hoy, más claro que los niños que mejor hablan: Tres veces males para los malvados” (Sócrates de Argos, Sobre los confines, los lugares, el fuego y las piedras, 310, 7). Sobre su silencio en cautividad hará mención también Plinio, Hª N, X, 133)
Con respecto a su procedencia, Aristófanes en Las Aves (249) afirma que “son abundantes en Mégara” y en Las Acarnienses (875) que “son frecuentes en Beocia”
También eran codiciados los de Maratón, Frigia, Lidia y
“De entre las aves sabrosas, la más gustosa es, según dicen, el francolín jónico” (Marcial, Epigramas, XIII, 61)
“No me agradara más […] ni el jonio francolín más me gustasen que la verde aceituna” (Horacio, Épodos, II, 54)
Pese al gusto a servir este pájaro en los banquetes romanos, no pudo ser domesticado según afirma Sócrates de Argos: “Si se les captura no sólo no se dejan domesticar, sino que tampoco vuelven ya a emitir su canto. En cambio, si se les deja en libertad, recobran de nuevo la voz”. Fue necesario su captura: “Es capturado por los cazadores gracias a su pesadez y al corto tamaño de sus alas” (Alejandro de Mindo, fr. 7)
Para entender bien la afición de los romanos por el francolín, leamos unas líneas de Marcial:
“Escamoteas a diestro y siniestro cuanto se pone a la mesa: un francolín para dos […]. Si te queda vergüenza, devuelve la cena”. (Marcial, Epigramas, II, 37)
RECETAS PARA ADEREZAR EL FRANCOLÍN COCIDO, Apicio, VI, 3
“Pimienta, ligústico, apio en grano, menta bayas de mirto o uva pasa, miel, vino, vinagre, garum y aceite. Usar como una salsa fría”
“Pimienta, ligústico, menta, ruda en grano, garum, vino puro y aceite. Calentar.”
“Rellenar la tripa de aceitunas verdes abiertas, cerrarlo y cocer. Cuando haya cocido, sacar las aceitunas”
Plurimam salutem!
*Imágenes propias
10 comentarios:
Nunca había oído hablar de este pájara, a decir verdad, y me ha sorprendido la cantidad de cosas que los clásicos dicen acerca de él. Un saludo.
M@riel, es cierto, resulta muy curioso la cantidad de información que nos proporcionan nuestros clásicos.
Gracias por tu comentario
Saludos
Tampoco yo conocía el francolín.Siempre nos descubres algo nuevo
Besos
Siempre resulta muy aleccionador pasar a visitarte, querida charo. Me admira la gran cantidad de conocimientos que tienes sobre el tema. Besos.
Amparo, gracias por tu comentario.
A nuestros queridos romanos no se les escapaba nada.
Besitos
Muchas gracias Isabel aunque los verdaderos conocedores de todo son los clásicos.
Besos.
Qué interesante! Ya conocía al francolín y el gusto de los romanos por su carne; Plinio es una fuente inagotable para información de este tipo ¿verdad?
Yo que tanto estudio Pompeya y el área vesubiana te cuento que de momento allí no se ha encontrado ninguna evidencia arqueológica de su consumo, aunque sí de otras aves únicamente consumidas por la élite, especialmente aves acuáticas. Un saludo!!!
Muchas gracias por tu comentario.
Efectivamente, como muy bien dices, Plinio nos proporcionan mucha información al respecto. También la lectura de Eliano resulta muy interesante.
Gracias de nuevo
Saludos
HA SIDO ISABEL ROMANA QUIEN ME HA COMENTADO TU BLOG, ASI QUE ME PASO A VERLO, NO ESTOY MUY PUESTA EN LOS PLATOS ROMANOS, PERO VEO MUY INTERESANTE CONOCER LO QUE COMIAN Y COMO LO GUISABAN, TE MANDO UN SALUDO Y SI QUIERES PASATE POR LOS MIOS, SALUDOS DESDE ARAGON. SEFA
http://buenyantar-sefa.blogspot.com
http://cosasqueosquierocontar.blogspot.com
Muchas gracias por tu visita.
Pasaré a visitar tu blog
Saludos
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