A su vez, de todos es conocido su alto valor proteínico, en calcio, en hierro, en fibra y en hidratos de carbono tan importante para una alimentación equilibrada, junto a su buen precio, cosa que también ocurría en la antigüedad.
Además muchos de los nombres de las legumbres se utilizaron como apelativo de célebres personajes romanos, hecho que demuestra su importancia. Así pues encontramos a Fabio de faba- haba, a Cicerón de cicer- garbanzo, a Pisón de pisum-guisante, Léntulo de lens-lenteja, como bien nos cita Plinio en HN, XVIII.
Para rendir un merecido homenaje a estas legumbres, a lo largo de diferentes artículos, haremos un paseo por las fuentes literarias que nos hablan de estos productos.
Para empezar nos centraremos en el Pisum sativum, es decir, en los guisantes, pues durante el mes de septiembre- octubre se debe proceder a su siembra, si seguimos las recomendaciones de Columela, de manera que si os animáis tenéis este mes para poneros manos a la obra.
La información sobre esta leguminosa es muy amplia por lo que dedicaremos dos artículos a descubrir qué descripción se tenía de ella en la antigüedad. Esta semana nos centraremos en sus características y la próxima recogeremos las recetas que nos han llegado.
Se han encontrado vestigios arqueológicos de los guisantes en unos restos del 4500 a.C. hallados en Suiza, en tumbas egipcias, en las ruinas de Troya, en el yacimiento de Acquarossa, en Pompeya y en Herculano.
Empezaremos por sus características, sobre éstas varios son los autores que nos proporcionan información. En primer lugar, Teofrasto, Hª de las plantas, VIII nos explica que se trata de unas plantas con el nombre de “legumbres” y a continuación nos da una descripción sobre su forma:
“Existen además, las plantas leguminosas, como el haba, el garbanzo, el guisante y, en fin todas aquellas a las cuales se da el nombre de “legumbres”
Columela, La labranza, II, 7, 1 nos cuenta que “aunque son muchas las especies de legumbres, diríamos que las más apreciadas y usadas por el hombre son las habas, las lentejas, los guisantes, las alubias, los garbanzos, el cáñamo, el mijo, el panizo, el sésamo, los altramuces, el lino también y la cebada”.
Con respecto a su aspecto, Teofrasto, Hª de las plantas, VIII nos transmite lo siguiente: “El guisante, el haba y el garbanzo nacen con muchas hojas y tienen una raíz leñosa, de la cual nacen otras secundarias y delgadas”
“Las hojas de los guisantes son más oblongas, igual que las de la almorta y la arveja,...su tallo es voluble”
“Estas plantas tienen vaina, en el caso del guisante, no tienen divisiones y las semillas están tocándose unas a otras...Estas vainas, unas son planas, otras más bien cilíndricas, como las de la arveja y el guisante”
También Columela, La labranza, II, 11, 10 habla de sus características: “Las plantas de doble semilla, tales como habas, lentejas y guisantes, en cuarenta días florecen y al mismo tiempo se desarrollan”
”Las semillas de algunas leguminosas algunas sirven como estiércol y son buenas, otras, los queman y los dejan mermados. Las que los abonan son...los guisantes...esto es, vale como estiércol” (Columela, La labranza, II, 13,1)
Paladio, Tratado de agricultura VI, nos comenta las mejor temporada para su cultivo: “Las legumbres que proceden de una semilla dobles, como por ejemplo, el haba, el guisante y otras florecen durante cuarenta días y al mismo tiempo crecen”
“A finales del mes de septiembre se sembrará el guisante en tierra suelta y ligera, y en un lugar templado; se da bien en clima húmedo. Basta esparcir por yugada cuatro modios o incluso tres”
“Los guisantes son atacados por gusanos cuando se enaguachan y sobrevienen altas temperaturas. Estos bichejos perecen cuando ya han consumido su yantar, ya sea el fruto verde o seco”
También Columela, La labranza, II, 10, 4, 19 nos explica su cultivo: “El guisante requiere de tierra dócil y suelta, así como un lugar templado y un clima lluvioso. Puede sembrarse una yugada con la misma cantidad o un modio menos que tratándose de caretas o alubias, al comenzar la sementera tras el equinoccio de otoño”
Catón en su libro XXXV recomienda " siembra lentejas en lugares pedregosos y de tierra roja que tenga pocas hierbas”
“Recibe estas lentejas del Nilo, ricos dones de Felusia; son más baratas que la espelta, pero más caras que las habas.”
La semana próxima recogeremos las recetas que nos han llegado y la importancia del guisante en algunos momentos de la historia.
Plurimam salutem!
*Imágenes propias
4 comentarios:
Hola Charo!!
Cuanto tiempo has tardado en retomar el blog!! Pero veo que lo has hecho con nuevos bríos. Enhorabuena por tu post, siempre tan didáctico y documentado.
Espero próximos artículos, un beso!!!
Estimado Llano Galvín, gracias por tu comentario.
Efectivamente he tardado un poco en volver a retomar el día a día del blog, a partir de ahora ya está de nuevo en marcha.
Un abrazo
Me encantan las lentejas y aquel viejo dicho de las madres: "lentejas, si quieres te las comes y si no, las dejas". Besitos, guapa.
Isabel, la semana próxima tendrás algunas recetas elaborar un buen plato de legumbres.
besos
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