La llegada de un nuevo año abre
la ventana a nuevas ilusiones y proyectos.
Dejamos atrás el MMXIII que para la gens
classica no ha sido el mejor año y damos entrada al MMXIV deseando que el
nuevo año nos sea próspero y que todo lo negativo pase a un segundo plano.
Esta idea ha acompañado y
acompañará a la humanidad a lo largo de la historia y no nos extraña leer en
las fuentes clásicas cómo los romanos daban la bienvenida a las calendas de enero con las strenae
(obsequios deseando buenos presagios).
Si queréis conocer qué regalos de
buen augurio se intercambiaban los familiares y amigos podéis acudir a la
entrada del blog HORTVS HERPERIDVM donde Amparo nos cuenta, a través de los
textos clásicos, cuáles eran estos obsequios que recuerdan a veces alguna
costumbre actual.
La información que
nos aportan las fuentes clásicas sobre estos regalos es muy clara: miel,
dátiles, higos, monedas, ramos de laurel, olivo o verbena y algún objeto de
cerámica o cristal, preferentemente una lucerna.
Sería algo
diferente y divertido recrear en casa con los seres queridos o realizar el
primer día de clase del nuevo año con el alumnado estas tradiciones romanas.
¿Qué os parece dar
la bienvenida al MMXIV recreando antiguas costumbres?
RECREACIÓN DE LAS STRENAE
Con el comienzo del año, los
romanos ofrendaban al dios Ianus (Jano) ramos de verbena por ser una
planta portadora de felicidad, incienso, vino puro y un pastel de trigo de espelta
y harina envuelta en sal, además se intercambiaban felicitaciones y los regalos
mencionados:
“De ahí que
me llamen Jano; cuando el sacerdote me
ofrenda la tarta cereal y harina revuelta con sal, te reirás de los
nombres, pues ora me llama con su boca sacrificial Patulcio, ora Clusio… Jano te traigo a ti antes que a nadie incienso y vino puro...¿por qué
me dicen palabras de felicitación los
días de tus calendas y hacemos y recibimos votos recíprocamente?...Me han
levantado un altar unido a un pequeño santuario, que con sus llamas despide el
olor a harina y pastel quemados” (Ovidio, Fasti,
I 128 y ss)
"¿Qué significado tienen los dátiles y los higos
arrugados?- dije- ¿y la miel resplandeciente que se ofrece en un vaso blanco
como la nieve?...
El
motivo-dijo- es el augurio: que semejante sabor persevere en las cosas y que el
dulce año termine su camino emprendido" (Ovidio Fasti I, 183 y ss)
POSIBLES
RITUALES DE CELEBRACIÓN
Nuestra recreación comenzará
con la purificación de las manos con agua de rosas para así, tras la lustratio, ofrendar a Jano un pastel de cereales hecho con harina amasada con
sal, servido sobre un lecho de laurel, olivo o verbena, acompañado de incienso,
una libación de vino puro y una vela encendida para que el año nos sea propicio.
El pastel de cereales podéis
hacerlo siguiendo una de las siguientes recetas:
DEPSTICI (Catón, DA, L.XXIIII)
"Poner aceite en una sartén, cuando
esté caliente, verter harina de espelta que se ha amasado con agua y sal. Freír
y servir con miel y pimienta".
PLACENTA (Catón, DA, LXXVI)
"Mezclar harina de espelta con un poco
de sal y amasar con agua. Hacer una masa delgada con la harina y en su interior
poner queso fresco con miel. Hornear este pastelito a 160 º durante 30 min. Servir
con mucha miel".
La libatio con vino puro podría acompañarse de estas plegarias:
"Jano bicéfalo, origen callado del año que
se desliza, único de los de arriba que ves tus propias espaldas [...]
preséntate a los presentes por la derecha y abre con tu consentimiento los
templos relucientes. Una luz próspera se origina: ¡pureza en la lengua y en el
corazón! Ahora hay que decir buenas palabras en el buen día. Que los oídos
estén libres de litigios y al instante se alejen las disputas no cuerdas".
Salve MMXIV!
En primer lugar, deberemos
comenzar con la entrega felicitaciones
para que el año entrante nos sea favorable,
para ello seguiremos las pautas que se llevaban a cabo en las felicitaciones
romanas que realmente no distan en nada a las actuales. En ellas se deseaba que
el año nuevo fuera próspero y feliz utilizando la fórmula bien conocida:
ANNVM NOVVM FAVSTVM ET FELICEM!
Posteriormente, entregaremos
a nuestros seres queridos una cesta o un cofre
con alimentos que hagan que salud y felicidad se instalen en sus vidas:
Dátiles que indicaban riqueza
y prestigio,
Higos que simbolizaban el amor,
Monedas que aportaban sustento, estabilidad y riqueza para poder
vivir. (Podemos poner monedas de
chocolate aunque los romanos no lo conocían),
Miel, representación de la salud y la prosperidad,
Laurel, significando triunfo en la vida,
Lucerna (que podemos sustituir por una vela) para que la luz
ilumine el camino.
Desde De Re Coquinaria os
deseamos un año lleno de salud, amor, felicidad y paz
FELICEM ET FAVSTVM ANNVM NOVVM
MMXIV!
*Imágenes propias
4 comentarios:
Qué entrada tan bonita!
Muchas gracias por compartirla y salud para el año que se aproxima.
Hola Isabel, muchas gracias por tu comentario.
Te deseo un gran año
Besos
Qué bonito Charo, me ha gustado todo esto. Es cierto que apenas hemos cambiado nuestras costumbres en lo esencial: los regalos, las viandas, los deseos y felicitaciones.
A ver si este año nos resulta a todos un poquito mejor que el pasado. Estas navidades se ha escuchado a mucha gente desear despedir ya el 2013, por haber sido un año duro. A ver si mejora en general para todos.
Las recetas de momento las dejaré, porque en estas fechas ya estamos algo saturados de comilonas, pero la plegaria, seguro que sí la recitamos con el corazón.
Un beso grande.
Querida Viena,
Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado y te deseo todo lo mejor para este año 2014 que confiemos en que sea más amable con todos
Un besito
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