Según leemos en Festus, los romanos utilizaban el término malluvium y los griegos χέρνιβον o χειρόνιπτρον, para denominar al aguamanil o lavamanos.
Epicarmo,
por su parte, en Los emisarios
enviados al templo, utiliza la forma cheironiba (aguamaniles),
en estos términos [PCG I, fr.
68 (78 R-N)]:Una citara, trípodes,
carros, mesas broncíneas, aguamaniles, vasos para libaciones, calderos broncíneos.
No obstante, la expresión más común es ≪/cato cheiros hydor≫ (aguamanos), como dicen Eupolis en La edad de oro [PCG V, fr. 320],
Amipsias, en La honda [PCG II,
fr.20], y Alceo, en La boda sagrada
[PCG II, fr. 16]. Esto es lo más frecuente. Con todo, Fililio, en Auge, dice ≪kata cheiron≫m , de este modo [PCG VII, fr. 3]:
Y ya han cenado las mujeres. Así que es hora ya de quitar las mesas, a continuación, de barrer, y luego, de proporcionar a cada cual el aguamanos (kata [icheiron) y algún perfume.[…] “Menandro, en La hidria [PCG VII, fr. 360]: Nuestros queridos amigos aguardan tras haber recibido el aguamanos (kata cheiron). El gramático Aristófanes, sin embargo, en su Comentario a los ≪Catálogos≫ de Calimico [fr. 368 Slater], se burla de quienes no conocen la diferencia entre ≪kata cheiros≫ (aguamanos) y ≪aponipsasthai≫ (lavarse las manos). Efectivamente, entre los antiguos se dice ≪kata cheiros≫ del aguamanos previo a comer y cenar, mientras que la misma acción realizada después se denomina ≪aponipsasthai≫. De todos modos, parece que es en los autores áticos donde lo ha observado el gramático, puesto que efectivamente Homero dice en alguna parte [Od. 1138]:”Para lavarse las manos (nipsasthai); y a su lado colocó una pulida mesa”, aunque en otro pasaje [Od. 1 146-47]: Los heraldos les echaron agua encima de las manos (epl [cheiras), y unas siervas amontonaban pan de trigo en canastas. También Sofron, en uno de sus mimos femeninos [PCG I,fr. 15]: ≪Desgraciada Cecoa, danos el aguamanos {kata cheiros) y sírvenos de una vez la mesa≫. Por otro lado, en los trágicos y cómicos se lee la forma cherniba (agua lustral), con acento agudo en la penúltima. En el Heracles [v. 929] de Eurípides: Para que lo sumergiera en agua lustral el hijo de Alcmena. Pero también en Las cabras de Eupolis [PCG V, fr. 14]: Entonces dejaras de echar el agua lustral. Se trata de un agua en la que sumergían un tizón que tomaban del altar sobre el que se había celebrado el sacrificio; purificaban a los presentes rociándolos con ella. De todos modos, hay que pronunciar la palabra con acento agudo en la antepenúltima, dado que los deverbativos compuestos terminados en -ps y procedentes del perfecto conservan la penúltima silaba de este, y si la silaba final comienza por -mm-, no va acentuada. Así tenemos de leleimmai (he sido abandonado), aigilips (abandonado por las cabras); de tetrimmai (estoy oprimido), oikotrips (oprimido en casa); de keklemmai (me han robado), boikleps (ladrón de ganado) —epíteto de Hermes en Sófocles [TrGF IV, fr. 318]—; (de beblemmai (se me ha visto)), katobleps (mira-abajo), en las Criaturas curiosas de Arquelao del Quersoneso [fr. 7 Giann.]. En los casos oblicuos tales palabras mantienen en la misma sílaba el acento. Aristófanes, por su parte, en Los héroes [PCG III 2, fr. 330], emplea la forma chernibionm (aguamanil)”
Se trataba de un elemento imprescindible en la vida cotidiana, no sólo en el día a día y en los banquetes, sino también en cualquier ceremonia religiosa o sacrificio, como podemos leer de nuevo en Ateneo, VIII, 331 f: “Por otro lado, Semo, en el libro sexto de su Historia de Delos [FGrH 396, fr. 12], dice: ≪En cierta ocasión en que los atenienses celebraban un sacrificio en Delos, sumergió el aguamanil el esclavo y lo ofreció, y en la vasija junto con el agua vertió unos peces; pues bien, los adivinos delios les dijeron que serían señores del mar”
E incluso uso
funerario para purificar a los muertos: Ateneo, IX, 406 f y ss: “Por otro lado, llamaban aponiptron
al agua sucia de lavarse las manos y los pies. Aristófanes [Acarnienses 616]: Como cuando se tira el agua sucia por la
tarde. Pero quizás también llamaban así al lavamanos, lo mismo que cheironiptron. En particular, se
decía en Atenas aponimrna (agua
lustral) del agua empleada en honor a
los difuntos y para las purificaciones de los impuros, como dice, a entre otros,
Clidemo en la obra titulada Tratado exegético
[FGrH 323, fr. 14], En efecto, tras una exposición sobre los sacrificios
en honor a los muertos, escribe lo siguiente: ≪Cavaras una zanja al oeste de
la tumba. A continuación, situado al lado de la tumba, dirige la vista hacia el
oeste, y derrama agua mientras
pronuncias las siguientes palabras: ‘Agua lustral (aponimma) para vosotros, para quienes es necesario y para
quienes es licito’. Después, vuelve de nuevo a derramar aceite perfumado≫. Recoge este mismo ritual también Doroteo, afirmando además que
entre los ritos ancestrales de los Eupatridas está escrito, en referencia a la
purificación de los suplicantes: ≪Una vez que te hayas lavado
tú mismo y los otros que participan de las entrañas de las víctimas, toma agua
y purifícate, y lava la mancha de sangre del que va a ser purificado; y
después, agita el agua lustral (iaponimma)
y derramala alli mismo≫.”
Además del
aguamanil, se hacía uso de una jarra
pequeña llamada urceolus, como bien podemos leer ya en Homero en
la Ilíada, XXIV 302-4: “A la sirvienta despensera la apremiaba el anciano a verterle en las
manos agua pura. Y ella, la criada, se colocó a su lado llevando en las manos
el aguamanil (χέρνιβον) y el jarro juntamente”
Filóxeno de Léucade, El Banquete, PMG 836 b: “Y después, unos esclavos nos dieron el aguamanos con jabones mezclados con aceite de lirio, echándonos agua tibia, tanta como se quisiera y espléndidas toallas de fino lino y también ungüentos con aroma de ambrosía”
Fililio, Auge, PCG, VII, fr 3: “Y ya han cenado las mujeres. Es hora de quitar las mesas, después barrer, y proporcionar a cada cual el aguamanos y algún perfume”
[…]Es de notar que también después del banquete empleaban la expresión kata cheiros (aguamanos), y no como dice el gramático Aristófanes, quien afirma que (a la ablución) de antes de comer la llamaban kata cheiros (aguamanos), y a la de después de la comida, aponipsasthai (lavarse las manos).
Sófocles, en Enomao [TrGF IV 473] :Esquilado como una toalla (cheiromaktron) al
modo escita. La palabra la utiliza así mismo Heródoto en el libro
segundo [II 122, 1], Jenofonte, por su parte, en el libro primero de la Ciropedia [I 3, 5], escribe: ≪Pero siempre que pruebas alguno de estos alimentos, te limpias
inmediatamente la mano con las toallas (cheiromaktra),
porque te molesta sobremanera mancharte con ellos≫. Polemon, a su vez, en el libro sexto de su Contra Antigono y Adeo [fr. 62
Preller], habla de la diferencia entre el kata cheiros (aguamanos) y nipsasthai (lavarse las manos). Y Demonico, en Aqueloo [PCG V, fr. 1], llama kata cheiros al de antes de la cena,
en estos versos: Se esforzaba cada
cual, en la idea de que hospedaba a un hombre famélico y además beodo.
Por ejemplo, prescindió del aguamanos (kata cheiros), por lo que recibiría después del banquete. [Que dijo que el termino omolinon (paño de lino crudo), por su parte, lo menciona Cratino, en Los companeros de Arquiloco [PCGIV, fr. 10]:Una cabellera envuelta con paños de lino crudo (omolina), llena de indignidades. No obstante, cuando Safo, en el libro quinto de sus Poemas liricos [fr. 101 Voigt], dice a Afrodita: “Mas toallas (cheiromaktra) [...] con purpurea [...]Mnasis envió desde Focea, preciados dones [...], con cheiromaktra se refiere a un adorno para la cabeza, como pone así mismo de manifiesto Hecateo, o quien haya escrito el relato de viajes, en la obra titulada Asia [FGrH 1, fr. 358]: ≪Las mujeres, a su vez, llevan toallas (cheiromaktra) alrededor de la cabeza≫. Heródoto, por su parte, en el libro segundo [II 122, 11], dice: ≪Y comentaban que, después de esto, dicho rey había descendido vivo al lugar que los helenos consideran el Hades, y que allí había jugado a los dados con Deméter, venciéndola unas veces, y otras siendo derrotado por ella. Y que regreso de nuevo trayendo como regalo de parte de aquella una toalla (cheiromaktron) de oro≫. En otro orden de cosas, el muchacho que, cuando le ofrecía el lavamanos a Heracles, regó a este con el agua del aguamanil, y al que Heracles mató de un puñetazo, afirma Helanico en sus Historias [FGrH 4, fr. 2] que se llamaba Arquias; fue también por su causa por lo que se marchó de Calidon. En cambio, en el libro segundo de su Foronide [FGrH 4, fr. 2] lo llama Querias. Y Herodoro, a su vez, en el libro decimoséptimo de su Historia de Heraclea [FGrH 31, fr. 3], Eunomo. También a Ciato, el hijo de Piles y hermano de Antimaco, lo mato sin querer Heracles cuando aquel le escanciaba vino, según relata Nicandro, en el libro segundo de sus Elaicasym [FGrH 271-72, fr. 14]; cuenta además que Heracles le dedico un santuario en Prosquio, que todavía en sus días recibía el nombre de ≪del Escanciador”
A— Mientras te escucho, mándame a alguien que
me traiga algo para lavarme las manos,
b— !Que traiga alguien aquí agua y jabón!”
Para terminar comentar que es curioso pero con el tiempo su significado cambió. Así en el diccionario de la Real Academia podemos leer que en un principio era:
1. m. Jarro con pico para echar agua en la
palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos.
2. m. Palangana o pila destinada para
lavarse las manos.
Plurimam salutem!
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