Retomando la sección de alimentos en los frescos romanos nos vamos a centrar en una hermosa pintura del s. I d.C hallada en Pompeya en la Casa del Panadero (VII, 3, 30), concretamente en la pared oeste del tablinum. Actualmente se encuentra en el Museo de Nápoles.
El fresco es muy interesante, pues representa la importancia del pan a lo largo de la historia y su vinculación con la política.
En la pintura podemos ver una figura central, un hombre con vestimenta clara, hecho que nos hace pensar que no se trata de una escena cotidiana de panadería ya que el atuendo propio de un panadero sería oscuro. Parece que el personaje principal viste con una toga candida, prenda típica de aquellos que se presentaban a candidato seguramente a “aedilis” durante una campaña electoral.
Este “candidatus” está rodeado de hermosos panes y se dedica a repartirlos a aquellos que los solicitan. Da la sensación que el “candidatus” está sentado en una “cathedra”, en posición más elevada ante los receptores de los panes. Con los brazos extendidos acercándolos al pueblo y la boca entreabierta como queriendo decir “panem bonum fert”, lema frecuente que se pintaba en las paredes durante las elecciones.
Frente a la figura central vemos a tres personajes, en el centro, un joven que recibe una hogaza de pan de manos del magistrado. Llama la atención la vestimenta de este personaje, ropa oscura, que indica condición social baja y un manto un poco más claro. A la derecha, un niño con las manos levantadas como queriendo coger el pan entregado quizás a su padre, también lleva ropa de color oscuro. A la izquierda, otro hombre con indumentaria oscura. Ambos adultos parece que llevan barba.
El puesto es de madera, hecho con tablas sujetas con grandes clavos, por lo que podríamos suponer dos cosas, que sea un puesto ambulante o de un puesto fijo de venta de pan.
Los panes se encuentran ubicados de manera ordenada, unos apilados en unos estantes traseros, otros en el mostrador junto a una cesta de mimbre con algún producto difícil de identificar, podrían ser panes más pequeños, o pastelillos, o incluso, olivas.
Los panes presentan una de las formas típicas que vemos en otros frescos romanos o en los restos encontrados en Pompeya y Herculano tras la erupción del Vesubio, es decir, forma circular con sus secciones o divisiones para poder cortarlos con las manos. Sólo vemos en el estante posterior a mano derecha, dos panecillos más pequeños y de forma alargada.
La disposición del fresco es muy significativa, el centro de la escena con más luz, gracias a la ropa del magistrado y al color dorado de los panes que nos recuerda al resplandor de un campo con cereales. Frente a la oscuridad de la “sinistra” proporcionada por los receptores de los panes. Hacer mención a la presencia de tres clientes, número mágico para los antiguos, quizás portador de buena suerte para el futuro edil.
Desde un punto de vista técnico, pese a que parece que el fresco presenta visualmente una perspectiva, y tenemos la sensación de que sea ha creado un espacio creíble, la falta de un punto de fuga único y las divergentes líneas de perspectiva producen una distorsión evidente que nos hace pensar en que ‘algo’ no funciona en la escena.
No obstante, debemos considerar el hecho de que un punto de fuga en que converjan todas las líneas fue un logro que sólo fue conseguido en el Renacimiento.
Por otra parte, la pintura al fresco que estamos comentando muestra un tratamiento del claroscuro que provoca la consiguiente sensación de volumen, lo que contribuye al naturalismo de la escena, al igual que el contacto entre el magistrado y las personas que vemos más cercanas a nosotros, el más joven de los cuales levanta los brazos en espera de recibir la hogaza de pan. Todo esto da movimiento a la escena.
La explicación de este fresco podría ser doble:
- Quizás un candidatus que se presenta a edil repartiendo panes para ganarse el voto de sus conciudadanos.
- Un magistrado distribuyendo gratuitamente panes durante una annona civica, consistente en entregar raciones de trigo, pan, aceite, etc. a las clases menos favorecidas, ya por cuestiones caritativas ya por cuestiones políticas. Para saber sobre la annona ver estos enlaces: 1 y 2.
En ambos casos el pan solía ser de menor calidad que el vendido. Para controlar el reparto se podía hacer entrega al beneficiario de una tessera o tablilla donde se inscribía el lugar de distribución e incluso se redactaron edictos con las penas impuestas a aquellos que abusaban de estas distribuciones gratuitas.
Sea cual sea la justificación de este fresco, son evidentes dos cosas, por una parte la importancia de este hecho para la persona que vivió ese momento, de manera que decidió inmortalizarlo para la posteridad en su despacho o tablinum.
Por otra, el papel del pan en la alimentación y su uso como herramienta política (“panem et circenses”).
Plurimam salutem!
*Imágenes propias
6 comentarios:
"Bienaventurados los que alimentan a los hambrientos de justicia, distribuyéndoles pan" -Decía Clemente de Alejandría, y yo creo que hay mucho de este significado en la escena del cuadro y en esa vinculación con la política que tiene el pan y que nos relatas en este y otros post querida Charo.
¿Acaso no nos recuerda también al relato de Cristo multiplicando panes? Todo parece llegar desde el mismo lugar, el aspecto político.
También hoy, cuando tenemos dividido al mundo en categorías, estaría bien vigente. A nivel simbólico como literal (ahí tenemos África muriéndose), repartir el pan con el hambriento, sería repartir justicia, no puede ser de otro modo.
Un abrazo y como siempre, un placer leerte.
Estimada Viena, tus palabras me parecen muy conmovedoras y dignas de ser seguidas.
Efectivamente, repartir y compartir es signo de justícia y así debería ser.
Gracias por ser una persona tan especial.
Abrazos
Hola Charo:
Haber si aprenden nuestros "candidatos" que hay que dar en vez de quitar,
Una cosa me ha extrañado en su escrito cuando dice "atuendo propio de un panadero sería oscuro". En que se basa? En el nivel social de los panaderos?.
Como siempre una delicia leer sus artículos.
Saludos
Hola Apicius, muchas gracias por sus palabras.
Qué razón tiene, ...vale ya de quitar!!!
La vestimenta oscura indicaba clase social menos elevada, por lo que era frecuente que la plebe se caracterizara por este color.
Saludos
Me ha parecido muy interesante el artículo, soy estudiante de historia y además cocinera y estoy muy interesada en indagar en la cultura culinaria de la antigüedad.
Muchas felicidades por el blog!
Hola Akasha, me alegra tenerte con nosotros y confío que los artículos te resulten interesantes.
Gracias y buena suerte
Saludos
Publicar un comentario