Hace
unas semanas comenzamos un monográfico sobre el vinagre,
en el que, a lo largo de varias semanas, hemos hablado sobre sus propiedades,
origen, usos medicinales y cosméticos.
En
esta última entrega nos centraremos en los usos culinarios.
Evidentemente el uso por excelencia del vinagre era el culinario, para aderezar verduras y legumbres crudas, lo que los romanos llamaban acetaria. No obstante, además de emplearlo como aromatizante, tenía otros usos como conservante e incluso, como sistema de asedio.
Comencemos por su uso como condimento. Se utilizaba en caliente, de manera que perdía su acidez y daba aroma a los guisos, y también en frío, por ser muy refrescante.
En Apicio son 152 las recetas en las que el vinagre es el protagonista, la mayoría de las veces con garum o miel.
Comencemos por su uso como condimento. Se utilizaba en caliente, de manera que perdía su acidez y daba aroma a los guisos, y también en frío, por ser muy refrescante.
En Apicio son 152 las recetas en las que el vinagre es el protagonista, la mayoría de las veces con garum o miel.
El vinagre se servía en las mesas en un vaso especial llamado “acetabulum”, de boca ancha para sumergir los alimentos en él. A su vez este vaso servía como medida de capacidad (oxís- vinagrera) equivalente a algo menos de 7 centílitros. Sobre él nos habla Ateneo, II, 67 d:”Dífili dijo:
A-
Y está cenando
escondido, qué te parece, a la manera laconia, una cotila de vinagre.
B-
Basta
A-
¿cómo que basta?
B-
Ésa es la capacidad que tiene una vinagrera entre las gentes de Cleonas”.
Veamos algunas recetas legadas por los autores clásicos de cómo era consumido este condimento:
En Ateneo, II, 68a podemos ver como el vinagre formaba parte de los tentempiés en un banquete:”Antífanes enumera en alguna parte los siguientes condimentos: uva pasa, sal, vino cocido, jugo de silfio, queso, ajedrea, sésamo, natrón, comino, zumaque, miel, orégano, finas hierbas, vinagre, aceitunas, verdura para la salsa de hierbas, alcaparras, huevos, pescado salado, mastuerzos, hojas de higuera rellenas y zumo”
A su vez, Columela,
XII, 59, 1- 4 nos proporciona unas deliciosas ensaladas aderezadas con vinagre a la pimienta. Para hacer este
vinagre hemos de seguir las pautas de Casiano Baso, según una receta de Apuleyo: “Pon en un pañuelo pimienta con su cáscara, cuélgalo sobre el vinagre durante
ocho días y consúmelas”.
Las recetas de las
ensaladas refrescantes que nos sugiere Columela son las siguientes:
“Pon en un mortero ajedrea, menta, ruda,
coriandro, apio, perejil, puerro o, si no tienes puerro, una cebolla verde,
hojas de lechuga, rúcula y tomillo
verde. También poleo y queso fresco y salado: machacar todo junto y mezclar con
vinagre a la pimienta. Entonces puedes poner esta mezcla en un bol, aderezar
con aceite”.
“Cuando
se hayas triturado los productos verdes detallados antes añade unas nueces,
bien limpias, una cantidad suficiente, y se mezcla con un poco vinagre de
pimienta y aceite”
“Mezcla
semillas secas con los productos verdes de la primera receta. Añade un poco
vinagre de pimienta y aceite”
“Tritura
queso de la Galia u otro que te guste. Añade piñones, si tienes muchos, pero si
no, avellanas tostadas y almendras. Mezcla bien con la misma cantidad de
alimentos verdes que hemos visto. Añade un poco vinagre de pimienta y aceite”
Y también como conservante de legumbres, verduras, pescados y carnes, por inhibir el crecimiento bacteriano.
Así vemos en Catón, De agricultura, CXVI, diferentes recetas para conservar las aceitunas:”Como
se debe conservar las lentejas. Disuelve benjuí en vinagre: remoja la lenteja
con el vinagre “benjuinado”, y ponla al sol. Después enfríala con aceite y déjela que se seque. Así es conservará muy
sana”.
Otras: CXVII: “Como son adobadas las aceitunas verdes: Antes de que se hagan negras,
se pisan y se ponen en remojo: cambia el agua seguido. Después, cuando estén
muy reblandecidas, las escurres, las pones en vinagre, se les añade aceite y
media libra de sal por modio de aceitunas. Adoba separadamente hinojo y lentisco con vinagre. Si lo quieres mezclar
con las aceitunas, sírvelo pronto: ponlo dentro de una jarrita. Cuando quieras
comer, sácalas con las manos secas”
CXVIII: ”Adereza así la aceituna verde que quieras consumir durante la vendimia.
Pon un tanto de vino dulce y otro tanto
de vinagre: el resto, aderézala talmente así como antes se ha descrito”.
También sabemos
que el vinagre mezclado con aceite servía
para salar los jamones, según nos indica Catón, CLXII: “descuélgalos, úntalos de aceite y vinagre mezclado, cuélgalos en la
fresquera. Ni las lombrices ni
gusanos los tocarán”.
Las ostras en el caso de tomarlas
crudas se lavaban en vinagre para evitar
la salmonelosis, e incluso podemos leer en Suetonio, Cal. 37 que en sus
cenas mostraba la extravagancia de:”beber perlas de gran valor disuelta
en vinagre”
También presentaba un uso como bebida refrescante, del que ya hemos hablado en otras ocasiones, es el caso de
la conocida “posca”,
que consistía en agua mezclada con vinagre y que era tomada por los soldados romanos
pues que calmaba la sed y prevenía contra la disentería al eliminar los
gérmenes.
Catón, De agricultura, CIV nos indica un vino para la familia que se consume en
invierno:
”Pon dentro de una tina diez cuadrantes de mosto, tira dos cuadrantes de vinagre fuerte, dos cuadrantes de arrope (vino cocido), cincuenta cuadrantes de agua dulce. Mézclalo bien, tres veces al día, cinco días seguidos: añade sesenta cuatro sextarios de agua marina reposada y tapa la tina, tapándola con betún diez días. Este vino te durará hasta el solsticio: si sobra algo pasado el solsticio, se hará vinagre muy fuerte y bueno”.
”Pon dentro de una tina diez cuadrantes de mosto, tira dos cuadrantes de vinagre fuerte, dos cuadrantes de arrope (vino cocido), cincuenta cuadrantes de agua dulce. Mézclalo bien, tres veces al día, cinco días seguidos: añade sesenta cuatro sextarios de agua marina reposada y tapa la tina, tapándola con betún diez días. Este vino te durará hasta el solsticio: si sobra algo pasado el solsticio, se hará vinagre muy fuerte y bueno”.
Ya hemos anunciado otros empleos más extraordinarios:
Como sistema de asedio. Así leemos en Isidoro, XIV, 8, 13:”Virgilio en la Eneida 10, 13 dice que Aníbal “franqueó los Alpes abiertos” pues se abrió camino a través de ellos utilizando vinagre.
Como sistema de asedio. Así leemos en Isidoro, XIV, 8, 13:”Virgilio en la Eneida 10, 13 dice que Aníbal “franqueó los Alpes abiertos” pues se abrió camino a través de ellos utilizando vinagre.
Algo semejante leemos en Juvenal, 10, 153:”Y quebrantó el monte con vinagre”
También era
muy útil para cortar las piedras con
facilidad como nos muestra Tito Livio en 21. 37 que hacían los soldados: “verter el vinagre sobre las
piedras calientes, que las hacen blandas y fáciles de cortar”
o “Cuando la roca está al rojo vivo se
vierte el vinagre para desintegrarla”
También
era empleado para la extinción de
incendios como vemos en Plutarco,
Sympos. Quaest. III.
5: “Melius factum negassent Plinio
et Plutarco, quam
causam inanera rei
absurdissimæ excogitarent”.
Apiano,
Hª, Guerra de Aníbal nos narra algo parecido:
“Cortaba
madera, la quemaba y
apagaba los
rescoldos con agua y vinagre”. Lo mismo
podemos ver en Apiano, Sobre Mitrídades, 74: “apagaban
las flechas incendiarias con agua
y vinagre”.
Quizás esta acción se deba a ese carácter frío del que nos habla Plinio, II, 49: “esta sustancia es de carácter muy frío”
Quizás esta acción se deba a ese carácter frío del que nos habla Plinio, II, 49: “esta sustancia es de carácter muy frío”
Desde De Re Coquinaria, confiamos que el vinagre
forme parte de vuestras recetas pues al igual que
la sal,
era un símbolo de hospitalidad.
Así pues, aquí sentiros como en vuestra casa.
Plurimam Salutem!!
*Imágenes propias
2 comentarios:
Todo muy interesante, como siempre.
¿Temprano anda usted esta mañana?
Que pase un buen fin de semana.
Saludos
Buenos días, querido Apicius,
Efectivamente, esta mañana he madrugado para aprovechar el tiempo.
Muchas gracias por su comentario.
Mis mejores deseos para estos días.
Abrazos
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