domingo, 19 de diciembre de 2010

BONA SATURNALIA


Con la llegada de las fiestas navideñas queremos compartir un dulce de Catón para que en vuestras mesas no falten los beneficios y la magia de alimentos como el trigo, el aceite, la miel y el queso:

Haz placenta así: dos libras de harina de trigo candeal para hacer la base exterior. Haz unas tiras de pasta con cuatro libras de harina y dos de espelta. Pero antes pon la espelta a remojo, cuando esté crecida, ponla dentro de un mortero, después de haberla escurrido bien. Amásalo bien, cuando ya esté bien trabajado, añadir las cuatro libras de harina.


A continuación forma con esta masa unas tiras y colócalas en un cuenco para que se sequen. Cuando estén secas, hay que pasarles un trapo humedecido con aceite de oliva. Cocina estas tiras en una olla de barro con tapa a fuego fuerte.


Después hay que amasar con agua las dos libras de harina de trigo candeal para hacer una base muy delgada.


Pon en agua catorce libras de queso de oveja, que no esté agrio y que sea muy tierno, déjalo macerar con agua y cámbiale el agua tres veces. Escúrrelo bien y después pásalo al mortero con un tamiz. Ponle cuatro libras de miel y mezcla bien el queso y la miel.


Después sobre una mesa limpia, que mida 12 x 12 pulgadas, extienda unas hojas de laurel aceitadas, sobre estas hojas hay que colocar la base de harina ya preparada y se comienza a hacer la placenta.


Coloca una tira de pasta sobre la base, cúbrela con la crema de queso y miel. Después coloca encima otra tira y repite la operación, hasta que todas las tiras y crema sean utilizadas. Coloca la placenta para cocinar en una olla de barro con tapa a fuego muy lento. Destapa a menuda para ver cómo se va cocinando.


Se sirve con mucha miel.” L.XXVI (1-4)


Queremos aprovechar esta última entrada del año, ... TEMPUS FUGIT, para agradecer a todos nuestros lectores por su fidelidad y amabilidad.
¡Muchas gracias amigos!
A su vez, nos sentimos contentos al ver que son varios los compañeros que han considerado interesante nuestro trabajo, han confiado en De Re Coquinaria y han llevado a la práctica en sus centros educativos alguna de las aplicaciones didácticas sugeridas, he aquí dos ejemplos:
DESDE DE RE COQUINARIA

OS DESEAMOS UNAS FELICES FIESTAS

Nos vemos de nuevo en enero


Plurimam salutem!

domingo, 12 de diciembre de 2010

ASAROTON OECON, SUELO SIN BARRER


Con el nombre de ASÁROTOS OIKOS O ASÁROTON OECON encontramos en la sala destinada a los banquetes romanos, triclinium, un tipo de mosaico caracterizado por simular un “suelo sin barrer”, en el que se hallan representados diversos desperdicios de comida que parecen que han sido lanzados al suelo en ese momento. Entre los escombros se suelen mostrar raspas de pescados, moluscos, huesos, caracoles, cabezas de gambas, cáscaras de frutos, verduras, etc.
Estos restos nos proporcionan una valiosa información sobre la cantidad y variedad de alimentos que se llegaban a servir en una “cena romana”.
Muchas veces estos mosaicos podían completarse con otros motivos como por ejemplo una representación de la vida de los patricios, una escena de banquete o unas franjas que delimitaban la colocación de los tres lechos del triclinio. Además de estos mosaicos pavimentales, el triclinium disponía de una decoración mural con pinturas que le proporcionaban un aspecto bello, acogedor y agradable para aquellos que entraban en él.
Este tipo de pavimento tuvo su origen en la cultura helénica y, al igual que muchas otras cosas, se puso de moda en los comedores de los antiguos romanos.

Son muchas las muestras que nos han quedado de este tipo de mosaico, aunque sabemos por Plinio, el Viejo, H N, XXXVI, 184 que uno de los primeros fue el firmado por un tal Sosus de Pérgamo, s. II a.C: “Los terrazos son un invento de los griegos, que los embellecieron como si fueran una pintura, hasta que fue sustituido por el mosaico (lithostrota). En este campo el artista más famoso fue Sosus, que hizo en Pérgamo el suelo que es conocido por los griegos como “asaroton oecon”, que por medio de pequeñas piezas teñidas con diferentes colores, representa los desechos de alimentos y de basura que parece que se haya quedado allí. Un detalle en el dibujo es una paloma que bebe, y la sombra de su cabeza se proyecta en el agua, mientras otras están al sol y se refrescan bebiendo en el borde de un cántaro”.

  Comentar que hay una réplica romana en los Museos Capitolinos de Roma que representa un hermoso jarrón con unas palomas, hallado en la Villa de Adriano (Tívoli).
Otras muestras de este tipo de mosaico las encontramos en los Museos Vaticanos, en concreto en la sección del Museo Gregoriano Profano, en el que podemos ver el detalle de un ratón royendo los restos de comida. También en un mosaico de Soussa (Túnez) con restos de moluscos, langosta, verduras, etc. Otro mosaico conocido es el de Aquileia, con raspas de pescados y frutas. Menos célebre es el que se encuentra en el museo del Château de Boudry en el que se combina una escena de banquete con el asaroton oikos.
Según indicó Vitruvio, Los diez libros de la arquitectura, 7, 4, 4 el pavimento de los triclinios era especial para poder absorber “todo lo que puede derramarse de las copas, y al servir las bebidas, se seca tan pronto como cae, y los que sirven a la mesa, aunque anden descalzos, no sentirán frío con pavimentos de esta clase”
Tras ver la importancia y la frecuencia de este tipo de mosaicos en los comedores romanos, cabe preguntarse si habría alguna justificación para su presencia.
Sabemos por las fuentes clásicas que era frecuente lanzar al suelo los restos de comida o desperdicios a lo largo de la celebración del banquete, hecho que podría justificar la presencia de este tipo de mosaicos en los comedores romanos.
Horacio, Sobre una cena en casa de Nasidieno:

"Cuando retiraron esto, un esclavo arremangado limpió

la mesa de arce con un tafetán purpúreo y otro recogió

todos los desperdicios del suelo y lo que pudiera molestar

a los que cenaban".


Esto hizo que se instaurara la presencia en los banquetes de unos esclavos dedicados a barrer estos alimentos (analestae- scoparius). Muchas veces estos esclavos podían ser niños.
Así leemos en Petronio, Satiricón. Cena de Trimalción, 34, 2:
“En el bullicio, un plato de postre se le fue accidentalmente de la mano a un esclavo, que intentó recogerlo del suelo. Trimalción, que se dio cuenta de ello, mandó abofetear al esclavo y tirar otra vez aquel plato. Apareció en seguida el encargado de la limpieza y se puso a barrer la plata con los demás desperdicios,…”

También en Marcial, Xenia, XIV, LXXXII:
“La palma atestigua que las escobas fueron en tiempos muy estimadas; pero ahora los esclavos recogedores les dispensan descanso”
La acción de lanzar al suelo los desperdicios era muy frecuente en la antigüedad, al ser considerado algo sagrado. Recordemos las libaciones previas y posteriores al suelo en las cenae romanae y de las sucesivas purificaciones del triclinium y de los comensales .

Esta costumbre en los banquetes tenía una vinculación con el ciclo de la vida, con las libaciones a los dioses y con la fertilidad, ya que al arrojarlos al suelo, los alimentos nacidos de la Tierra Madre, origen de la vida, volvían de nuevo a la tierra. Además, se invitaba a los dioses a participar de esta comida a través de estas ofrendas y así, que les fueran propicios.
Sabemos que era frecuente perfumar el suelo con serrín mezclado con pétalos de rosas, azafrán y esencias, al igual que se hacía con los lechos de los invitados. Se trataba de la purificación del espacio de reunión de amigos.
Acabemos con unas líneas de Petronio para que los dioses reciban nuestras libaciones:
"Hechas las libaciones de costumbre, nos alzamos todos y gritamos a una: “Los dioses guarden al emperador, padre de la patria”, y nos precipitamos todos sobre las frutas, que guardamos en nuestras servilletas. Entre tanto, tres esclavos vestidos de blancas túnicas, entraron en la sala, dos de los cuales pusieron sobre la mesa los dioses Lares, con bulas de oro colgadas de su cuello, y el otro llevando una copa llena de vino en torno de la mesa iba gritando: ¡Los dioses nos sean propicios! "


Plurimam salutem!

domingo, 5 de diciembre de 2010

VA POR LOS CLIENTES ROMANOS


Desde De Re Coquinaria os recomendamos la lectura del interesante artículo del blog Hortus Hesperidum sobre la SALUTATIO MATUTINA realizada de manera cotidiana por los clientes romanos.

Muchas son las citas que se encuentran en las fuentes clásicas sobre las acciones de los clientes, entre todas ellas hemos escogido una muy curiosa que nos ha transmitido Marcial, I, LX:

¿Por qué, en la misma mesa, no comemos lo mismo?

Siendo invitado a la cena ya no como antes, en calidad de cliente pagado, ¿Por qué no me sirven la misma cena que a ti? Tú tomas ostras engordadas en el lago Lucrino, yo sorbo un mejillón habiéndome cortado la boca. Tú tienes hongos boletos, yo tomo hongos de los cerdos; tú te peleas con un rodaballo, en cambio yo, con un sargo. A ti te llena una dorada tórtola de enormes muslos; a mí me ponen una picaza muerta en su jaula. ¿Por qué ceno sin ti, Póntico, cenando contigo? Que sirva de algo la desaparición de la espórtula: cenemos lo mismo.

Tras su lectura sentimos la necesidad de preparar un plato para cada momento de su jornada, un menú en honor a todos los clientes romanos que día a día tuvieron que saludar, visitar, halagar, acompañar, etc. a su patrono.

Empezaremos con un ientaculum o desayuno consistente para poder soportar la espera en casa de su patrón y darle el saludo, Ave domine!:

Catón, De Agricultura, LXXXVI.



Haz «puls» de trigo así. Pon media libra de trigo limpio dentro de un mortero; enjuágalo bien, quita la cáscara bien, purifícalo bien; después se vierte dentro de una olla con agua clara, y se cuece; cuando esté cocida, añadir leche poco a poco hasta conseguir una crema espesa.

ACTUALIZACIÓN DE LA RECETA

Hervir durante 10 minutos unos 100 gr. de copos de trigo en un vaso de agua, moviendo la mezcla para que no se queme. Después añadir un vaso de leche y cocer a fuego muy lento durante 10 minutos más. Se sirve caliente con miel.

Tras la salutatio recibirá de manos de su dominus la apreciada sportula con la que mitigará el apetito del día.

Como prandium o tentempié tomaremos una patina de espárragos siguiendo las indicaciones de Apicio, IV, II, 6

Poner en un mortero los extremos desechables de los espárragos, rociar con vino y colar. Picar pimienta, ligústico, coliandro fresco, ajedrea, cebolla y macerar con garum y aceite. Trasladar el puré a una cacerola engrasada, y si se quiere, se pueden batir unos huevos para que ligue, espolvorear pimienta fina.

ACTUALIZACIÓN RECETA

Tomar unos espárragos verdes, cortar las puntas y pelar. Cortarlos por la mitad y poner a hervir durante unos 8 minutos. Sacar y escurrir bien.
Preparar una salsa con pimienta, perejil, cilantro verde, ajedrea, cebolla, vino, garum y aceite. Añadir la salsa a los espárragos. A continuación poner todo el contenido en una cazuela engrasada. Batir 5 huevos y añadirlos a los espárragos en salsa. También podemos espolvorear por encima queso rallado. Cocer al horno durante una media hora al baño maría. Servir con un poco de pimienta.


Como cena o comida fuerte del día nuestro cliente tomará el rodaballo en salsa que tanto le apetece acompañado de unas habas fritas.

Apicio, X, III, 9


Salsa para un pescado asado: pimienta, coliandro, menta seca, apio en grano, cebolla, uva pasa, miel, vinagre, vino, garum y aceite.


ACTUALIZACIÓN RECETA

Asar el rodaballo a la plancha. Aliñar con una salsa hecha de pimienta, cilantro fresco, apio, orégano, menta, cebolla, uvas pasas, miel, vinagre, vino, garum y aceite. Servir el pescado sobre una base de habas fritas con aceite, tomillo, pimienta y ajos.

Para irse a descansar con un dulce sabor de boca le ofreceremos un apothermum con frutos secos.

Apicio, II, II, 10

Cocer espelta con piñones y almendras peladas, puestas previamente en agua y lavadas con tierra arcillosa, con el fin de que se pongan muy blandas. Mezclar con todo eso uvas pasas, careno o vino de pasas. Espolvorear pimienta molida y servirlo en una bandeja.

ACTUALIZACIÓN RECETA

Poner a hervir en una cazuela ½ l. de leche, dos cucharadas de aceite de oliva, dos cucharadas de miel, dos cucharadas de piñones, uvas pasas y almendras, un poco de pimienta. Cuando empiece a hervir añadir unos 40 gr. de sémola y ½ vaso de vino blanco dulce. Cocer a fuego muy lento y removiendo sin cesar durante cinco minutos. Servir en vasitos individuales a los que se les pondrán unos piñones tostados y un poco de pimienta.


Confiamos que nuestro cliente esté más satisfecho con nuestra sugerencia, eso sí, comeremos lo mismo que él.


Plurimam salutem!!

*Imágenes propias

sábado, 27 de noviembre de 2010

UNA CENA FALLIDA

No hay mayor decepción que quedar con un amigo y que éste no acuda, pero todavía es peor, preparar con gran ilusión una velada sencilla y que prefieran el lujo en lugar de una reunión con amigos y buena conversación.

“¿Pero qué te ocurre? ¡Me prometiste acudir a una cena en mi casa y no te presentas! Ésta es mi sentencia: has de pagarme una multa equivalente al dinero que me ha costado la cena hasta el último as, y no es una cifra pequeña. Había preparado una lechuga por persona, tres caracoles y dos huevos; había además gachas de espelta aderezadas con vino mulsum y nieve (pues también este gasto lo añadirás a tu lista, y es más, lo incluirás entre los primeros, pues se echó completamente a perder sobre tu plato), aceitunas, acelgas, calabazas, cebollas y muchos otros manjares, no menos de mil ni menos deliciosos. Habrías visto además actuar a un cómico o quizá habrías escuchado a un recitador, o puede que hubieses asistido a un recital de lira o incluso habrías disfrutado de los tres espectáculos, pues a tanto alcanza mi magnificencia. Y sin embargo, preferiste ostras, vientre de cerda, erizos de mar y bailarinas gaditanas en casa de algún otro. Me las pagarás, no te digo cómo de momento. Tu comportamiento no tiene excusa. Te has portado muy mal, no sé si también contigo mismo, pero desde luego conmigo, y si también contigo. ¡Cuánto nos habríamos divertido juntos, ¡cómo nos habríamos reído! ¡Qué conversaciones más interesantes habríamos mantenido! Puedes cenar suntuosamente en casa de muchos otros, pero en ninguna de ellas disfrutarás de tanta alegría ni cordialidad, ni te sentirás tan libre de preocupaciones como en la mía. En fin, te ruego que hagas la prueba y si a continuación sigues prefiriendo aceptar las invitaciones de los demás antes que las mías, lo mejor es que me hagas llegar tu renuncia definitiva a asistir a mis convites. Cuídate.” (PLINIO, EL JOVEN, EPISTOLARIO, L. I-15)

A la lectura de la carta de Plinio, el Joven, se descubre a la perfección qué próximos nos hallamos de los antiguos romanos, pese a la distancia en el tiempo. Los sentimientos de las personas son universales y éstos son los que nos hacen sentirnos vivos.

¿Os animáis a recrear un menú humilde para las personas que consideramos nuestros amigos?


De entrantes serviremos unas lechugas acompañadas de puerros y granada:

Rehogar los puerros en una sartén. Tras trocear una lechuga, añadir por encima los puerros rehogados y unas aceitunas negras. Para aderezar, hacer una vinagreta con un poco de comino, unos granos de granada, aceite, sal y vinagre.

Continuaremos con una sopa de caracoles:

La sopa se realizará con diez caracoles por persona. Tras sacar los caracoles del caparazón, hay que ponerlos a hervir unos cinco minutos en un caldo preparado previamente con vino blanco, sal, cilantro, comino, unas gotas de vinagre y una cucharada de mostaza. A continuación, retirar el caldo del fuego. Si queda muy ligero, se puede espesar con harina o nata líquida. Servir con pimienta y unas hojitas de perejil.

Completaremos nuestro menú con unas albóndigas de almejas y unos filetes de cordero que prepararemos de la siguiente manera:



Cocer en agua unas almejas, picarlas y sacarles el nervio. A continuación añadir espelta triturada (que habrá cocido con el caldo de las almejas), unos huevos cocidos, uños piñones, un poco de garum y pimienta. Preparar unas albóndigas con esta mezcla y servir.


Los filetes de cordero los asaremos a la plancha con pimienta y garum. Para servirlos los acompañaremos de unas judías verdes, garum, pimienta, comino frito, aceite y unos trocitos de pan tostado.


Nota Bene: el Garum se puede elaborar de la siguiente manera: Tomar una lata de anchoas, batirla junto a dos cucharadas de aceite y de vino aromatizado hasta que quede como una crema espesa. Añadir pimienta y una cucharada de miel.


Acabaremos la velada sirviendo un pastel de mebrillo, queso y manzanas asadas:

Poner en una bandeja una capa fina de queso fresco, otra de membrillo, otra de manzana asada y en cada una de ellas unas pasas. Repetir la operación varias veces. Servir con un poco de pimienta negra y miel.


Confiamos en poder atraer y reunir alrededor de nuestra mesa a aquellos que les apetezca una velada entre amigos, eso sí, la conversación fluída, la diversión y la energía positiva será un requisito que deberán aportar los invitados.


Prosit

Plurimam salutem!

domingo, 21 de noviembre de 2010

HÉRCULES, EL PRIMER CORONADO CON APIO II


La semana pasada hablamos del cultivo del apio y hoy acabaremos nuestro relato sobre el apio con su uso culinario y medicinal.

Antes de empezar a cocinarlo deberemos acudir al mercado para comprarlo, así pues, cómo se cotizaba. Según leemos en Ateneo, VI, 228 b, parece que su precio podía ser elevado: “Tienes a nuestra ciudad congregada en la plaza de la verdura: nos peleamos por los apios, como en los Juegos Ístmicos.” Esta mención nos hace pensar que estaban muy bien considerados por lo que su precio debería ser alto. No tenemos constancia de él en el Edicto de Diocleciano, por lo que no se puede concretar.

Lo que sí que tenemos claro son las múltiples PROPIEDADES que se le otorgan. Se empleaba como medicina, así Hipócrates decía: “para los nervios, el apio es un buen remedio”

También era utilizada contra la depresión, si se mezclaba con nuez moscada. También se la consideraba antirreumática, diurética, antiséptica, con mucha vitamina E.

Dioscórides, III, 64
:”El apio hortense es una planta muy útil. Como cataplasma con pan o flor de harina, mitiga las inflamaciones oculares, el ardor de estómago y relaja los pechos endurecidos; crudo y cocido, provoca la orina. Su simiente es diurética, resuelve las flatulencias y es bueno contra la tos.”


Dioscórides, III, 65:"El apio montano, su fruto y raíz tienen virtudes diuréticas. Provocan menstruos”


Dioscórides, III, 67: “El apio caballar se puede emplear cocida, cruda, sola y con pescados. Crudas se les echa salmuera. Se simiente, con vino y miel, provoca menstruos y aplicada con untura auxilia contra la estranguria”


Teofrasto, VII, 6, 3-4:”El apio caballar y el apio de los pantanos son útiles para la estranguria y para los que sufren del mal de piedra, sirviéndolo en vino blanco y dulce. El apio de montaña posee diferencias aún mayores. Su hoja es como la de la cicuta, la raíz es delicada y tiene el fruto como el del eneldo sólo que más pequeño. Se administra con vino seco para las enfermedades de la mujer”


Plinio, XIX, XX, 112 y ss: "También es beneficiosa para otro tipo de flujos en los miembros cuando se aplica machacado, él solo o aplicado con pan o cebada. También los peces son revividos con apio fresco, si están enfermos en su estanque. Dicen que el tallo del apio femenino cría larvas, por lo que aquellos que lo han comido, hombre o mujer acaban siendo estériles, y los niños que lo succionan si sus nodrizas se lo dan, acaban siendo epilépticos. La aplicación de las hojas de apio suaviza las durezas de los senos. Hervir el apio en agua dulce la hace todavía más dulce. Su jugo, extraído de la raíz, unido con vino, atenúa el dolor de lumbago y también es bueno para los problemas de audición si se introduce en los oídos. Su semilla es diurética, ayuda a la menstruación y después del parto, también restaura el color natural tras una contusión si se aplica una decocción de sus semillas. Aplicada con la clara de los huevos o hervida en agua y bebido, el apio cura las piedras del riñón y las úlceras de la boca cuando se machaca en agua fría. Las semillas con vino o la raíz con vino viejo, destruye las piedras de la vejiga. Las semillas también tomadas con vino blanco ayudan a los pacientes de ictericia”.


Plinio, XIX - XX, 116 y ss: “Otro tipo es el apio de montaña, un arbusto de un palmo de alto, con una semilla como el comino, beneficial para la orina y la menstruación. Heleoselinum (apio silvestre) es muy beneficioso para las mordeduras de arañas. Esta variedad con vino provoca los menstruos. Otra clase de apio que crece sobre las rocas, se llama petroselinum (apio de roca). Este es bueno para los abscesos, dos cucharadas de su jugo con un ciatus de jugo de marrubio y tres ciatus de agua caliente. Otra variedad es el apio buselinum (apio de las vacas) que se diferencia de la clase cultivada por la falta de tallo y el enrojecimiento de sus raíces, aunque sus propiedades son las mismas. Ellos dicen que tomado como bebida o aplicado es un poderoso antídoto contra las mordeduras de serpientes.”

Celso, De medicina, II, 31, 33 dice del apio que:”es represivo y refrescante”

RECETAS Y REMEDIOS MEDICINALES

Plinio, HN, 29, 42:”Las yemas de huevo cocidas hasta que se endurecen calman los dolores de los ojos, mezcladas con semillas de apio machacadas y polenta en vino con miel”

Plinio, HN, 29, 80
:”El caldo de pollo es muy eficaz al cocerlo con col marina, salazón de atún, alcaparras, apio, polipodio o eneldo”


Plinio, HN, 32, 94:”El mejor caldo para la vejiga es el hecho con escorpiones marinos y peces de roca con eneldo, apio, coriandro, puerro, aceite y sal”

Plinio, HN, 32, 132
:”Para la evacuación menstrual y la abundancia de leche lo mejor es cangrejos cocidos con acedera y apio silvestre”

Paladio, Tratado de agricultura, 14, 60:”Contra la dificultad de orinar, machacar semillas de apio con dos cótilas de vino”

En la actualidad tiene un papel protector en algunas culturas como podréis comprobar en este enlace.


A continuación veamos el uso culinario del apio en el mundo romano.

RECETAS DE APICIO, III, XII- XV

Se consumía durante la gustatio o entrantes, en forma de puré o tipo ensalada. A su vez, eran muy empleadas sus semillas para condimentar los platos.
Así lo leemos en Plinio, XIX - XX, 112 y ss: “El apio es muy apreciado, tanto es así que en el campo sus tallos se sumergen en la leche y su salsa es muy apreciada como condimento"


APIO CABALLAR

El apio caballar, atado en manojos, se sirve crudo, con garum, aceite y vino puro, o bien con pescado asado.

PURÉ DE APIO CABALLAR

Una vez hervido el apio caballar con agua mezclada con bicarbonato sódico, cortar en pequeños trozos, picar pimienta, ligústico, ajedrea seca, cebolla seca, garum, y macerar con vino y aceite.

Acabar con la receta de MORETUM (85-116) que nos proporcionó Virgilio en la que el apio tiene un papel importante:

“Aquel día, pues, pensando en algo semejante había entrado en el huerto. En primer lugar, escarbando la tierra ligeramente con los dedos, saca cuatro ajos con sus recias fibras, luego arranca el apio de frágil fronda, la tiesa ruda y el cilantro tembloroso por su fino tallo. Una vez recogió todo esto, se sienta junto al fuego y pide a voces el mortero a la criada. Luego, pela una a una las cabezas de ajos cortándoles los nudos y las membranas superiores y echa los despojos por todos lados quedando esparcidos en tierra. El bulbo conservado con el tallo moja en agua y lo mete en la concavidad de la piedra. Los espolvorea de granos de sal, se añade queso en sal curado, acumula encima las hierbas seleccionadas. Con la izquierda sostiene el recipiente entre las velludas piernas, la derecha con la mano del mortero primeramente maja los olorosos ajos, luego, a su vez, tritura todo, mezclado el jugo. Va la mano girando. Poco a poco cada uno de los ingredientes pierde sus fuerzas, de muchos queda un solo color, ni todo verde, porque resisten las partes lechosas, ni destacando el blanco de leche porque se torna variado de tantas hierbas. A menudo las narices abiertas de nuestro hombre golpea el fuerte olor y con muecas condena su alimento, a veces con la mano limpia sus ojos llorosos y furioso, lanza improperios contra el inocente tufo. Avanzaba su obra: y no ya desigual, como antes, sino más pesada marchaba la mano del mortero en lentos giros. Vierte gota a gota el aceite de Palas, un chorro de fuerte vinagre y, de nuevo, mezcla la pasta y remueve lo mezclado y recoge lo esparcido en una bola para que tome la forma y el nombre de un perfecto MORETUM.
Mientras tanto, Escíbale, también activa, saca el pan que alegre recoge con sus manos, y rechazando el temor del hambre y seguro por aquel día, Símulo se ciñe las piernas con polainas iguales y, cubierto de un gorro de cuero, unce al yugo con correas mansos novillos, los conduce al campo y en tierra hunde el arado”


Esperando que os animéis a consumir el beneficioso apio,

Plurimam salutem!

*Imágenes propias

domingo, 14 de noviembre de 2010

HÉRCULES, EL PRIMER CORONADO CON APIO I

Con el nombre de Apium Graveolens, se conoce en latín a nuestro apio. Como vemos la palabra apium ha dado en español "apio", pero si nos fijamos en otras lenguas, su origen procede del griego “sélinon” como ocurre en inglés celery, francés celeri e italiano sedano.


En latín deriva del término “Apis” abeja, por ser una planta muy melífera. También comenta Isidoro de Sevilla, XVII, 11, 1-2 que:”El apio recibe este nombre porque antaño se coronaba con él el ápex, cabeza, de los triunfadores. El primero que coronó su cabeza con esta planta fue Hércules. Sus raíces son muy eficaces como antídoto contra los venenos. A su especie pertenecen el petroselinon, el hipposelinon y el oleoselinon”.


Muchas veces el apio es confundido con el perejil, ya que los griegos le dieron el mismo nombre. Ambas eran utilizadas en la cultura griega para hacer guirnaldas, pues simbolizaban triunfo y bravura, aunque también se asociaba al mundo funerario. Para los griegos era una planta sagrada, su imagen aparecía en monedas como la de la ciudad de Selinunte e incluso se cree que los difuntos yacían sobre un lecho de apio.


A lo largo de la historia se le han atribuido muchas propiedades, e incluso divinas, como bien se puede leer en la Ilíada cuando Aquiles cura con apio a su caballo (Il. II, 776). Sobre ese uso curativo en los caballos también nos habla Plutarco, 678 A:”A los caballos se les echa, junto con otros piensos, apio, porque los caballos que están inusitadamente ociosos enferman de las patas y para esto, lo mejor es el apio”


También cabe destacar a Aquiles cuando recuerda la corona de apio que se le otorgó cuando ganó una competición deportiva en los juegos Nemeos. También en los juegos Ístmicos eran coronadas las cabezas con apio fresco y perejil, aunque después fue cambiada por el pino. De nuevo Plutarco, Moralia, 675 y ss se centra en la coronación en los juegos Ístmicos con coronas de apio:”el historiador Timeo relata que los corintios, cuando marchaban a combatir con los cartagineses por Sicilia, les salieron al encuentro unos burros cargados de apio. Al considerar que era un mal augurio, pues el apio parece ser fúnebre y decimos que los que están mal “precisan de apio”, Timeleón, al contrario, los animaba recordando el apio que corona a los vencedores del Istmo. A su vez, a la nao capitana de Antígona fue llamada Istmia, porque le brotó espontáneamente apio en la popa”


Del mismo modo Plutarco se plantea si la corona tradicional de los juegos Ístmicos fue siempre el pino y fue sustituida por el apio, siguiendo la costumbre de Nemea:”Los Alecíadas, que celebraban un juego mucho más antiguo que este junto al dios Egeón lo establecerán como un signo de victoria ístmica por imitación de los de Nemea y desdeñaron al pino, como antes coronaba a los competidores en Efira”.

A su vez, Píndaro, O, XIII, 33 habla del uso del apio para como guirnalda en los juegos Ístmicos.


En los banquetes romanos era frecuente su uso en coronas para los comensales, pues pensaban que su aroma alejaba la embriaguez del vino.



Plinio nos cuenta que los griegos no la empleaban en la cocina por considerarla una planta sagrada, frente a los romanos que sí que hacían uso de ella, como se ve en uno de los frescos de la Casa de los Vetti y como se sabe por los textos, ya que era considerada una planta afrodisiaca empleada durante la Bacanal o commissatio si se consumía su raíz fresca.


Veamos cuáles eran los TIPOS de apio referenciados en las fuentes:


Con respecto a su nomenclatura leemos en Dioscórides, Plantas y remedios medicinales, II, 175: “Al apio silvestre algunos lo llaman “ranúnculo”.


La tipología que nos describen los clásicos es la siguiente:

Teofrasto, Hª de las plantas, VII, 4, 6:”Las diferencias en el apio estriban en sus hojas y en sus tallos, pues uno es tupido y crespo y tiene la hoja hirsuta, el otro es más abierto y extenso y tiene el tallo más grande. Además, hay especies que tienen tallos blancos, rojos o coloreados. Y en general, todas estas formas se asemejan más al apio silvestre”


Dioscórides, III, 65.” El apio montano es un tallo de un palmo desde su raíz. Nace en pedregales y lugares montañosos. Su fruto y raíz tienen virtudes diuréticas. Provocan menstruos”


Dioscórides, III, 67: “El apio caballar es mayor y más blanco que el apio hortense. Con tallo hueco, alto, tierno, con ciertas rayas, hojas más anchas. Su simiente es negra, alargada, acre, aromática y su raíz es blanca, olorosa, se sabor agradable. Nace en lugares sombríos y pantanosos. Se toma como hortaliza, igual que el apio hortense. Se puede emplear cocida, cruda, sola y con pescados. Crudas se les echa salmuera. Se simiente, con vino y miel, provoca menstruos y aplicada con untura auxilia contra la estranguria”


Teofrasto, VII, 6, 3-4 completa la información sobre este tipo de apio:”El apio caballar, el apio de los pantanos y el apio de montaña difieren entre sí y con la especie cultivada. El apio que crece a orillas de los canales de riego y en los pantanos tiene escasas hojas y no es basto, sino que se asemeja algo al apio cultivado en olor, gusto y aspecto. El apio caballar tiene la hoja parecida a la del apio de los pantanos, pero es basto, de gran tallo y tiene la raíz gruesa como el rábano, y negra; el fruto es también negro, de mayor tamaño que la simiente de la arveja. Dicen que las dos son útiles para la estranguria y para los que sufren del mal de piedra, sirviéndolo en vino blanco y dulce. El apio de montaña posee diferencias aún mayores. Su hoja es como la de la cicuta, la raíz es delicada y tiene el fruto como el del eneldo sólo que más pequeño. Se administra con vino seco para las enfermedades de la mujer”


Teofrasto, IX, 1, 3-4:”El apio caballar tiene un jugo parecido a la mirra, algunos piensan que proviene de la mirra”


También leemos en Plinio, XIX - XX, 116 y ss: “Higinio da el nombre de apiastrum al melissophyllum, pero por lo general la variedad Cerdeña es condenada por ser venenosa. Debo incluir en esta misma clase todas las plantas llamadas de tal manera por los escritores griegos”.


Por lo que respecta al CULTIVO las fuentes clásicas nos informan de lo siguiente:



Plutarco, 700 A:”Se creía que el apio y el comino crecía mejor, si al brotar lo pisoteaban y aplastaban


Teofrasto, II, 4,3:”Dicen que si se siembra la semilla pisoteada y apisonada, se torna más crespo”


Teofrasto, II, 2,1:”El apio se multiplica mediante simiente o raíz, aunque presenta una peculiaridad, la exudación lagrimosa”


Teofrasto, , VII, 1, 2-3:”Su periodo de siembra es después del solsticio de invierno, en el mes de Gamelión (enero), en el que se siembran también el puerro y la cebolla. Pero el apio es el que con mayor dificultad germina, porque los que hacen un cálculo más modesto dicen que tarda cuarenta días y otros cincuenta y también que se siembra en cualquier época, ya que algunos lo siembran como cosecha subsidiaria en todo tiempo”


Teofrasto, VII, 1, 6-7:”Prospera más rápidamente si procede de semilla vieja, al igual que la acelga, la ajedrea, el mastuerzo, el culantro y la mejorana. Produce fruto no en ese año, sino al año siguiente, pues no es anual


Teofrasto, VII, 3, 5:”Cuando se trasplanta el apio, aconsejan golpear con un martillo en una estaca del tamaño que se desea que alcance el apio; aconsejan además, envolver la semilla en un trozo de tela y llenar el hueco, después de golpear con un martillo en una estaca y de llenar el hoyo de estiércol y tierra. Soporta muy bien el trasplante


Paladio, Tratado de agricultura, V, 3:”Es buena época de sembrar el apio en lugares calurosos y en los fríos, en la tierra que quieras con tal de que en ella haya agua abundante, aunque no rechacen nacer incluso en un terreno seco, si fuera menester. Se sembrará prácticamente en todos los meses, desde el comienzo de la primavera hasta finales del otoño. De su misma especie es el apio caballar, un poco más duro y amargo, y el apio palustre, de hoja suave y cogollo tierno, que nace en las charcas. Los apios más altos se lograrán metiendo dentro de un paño finito los granos que puedan cogerse con tres dedos, enterrándolos en un hoyo pequeño. Así la semilla de todos quedará unida a una sola cabeza fuerte. Se consiguen rugosos si se machacan previamente las semillas o si cuando brotan, se hace rodar algún objeto pesado sobre los campos o si se pisan con los pies cuando ya están nacidos. Las semillas de apio más viejas salen antes; las que son tiernas, más tarde”

CARACTERÍSTICAS


Teofrasto, I, 2, 2:”El apio produce fruto bianualmente y su tallo estará en consonancia con la duración de la vida de la planta”


Teofrasto, I, 6,6.”En general, la mayoría de las verduras, como la acelga, la berza, el apio y la romaza, tienen una única raíz, sólo que algunas tienen largas raíces laterales, como el apio y la acelga”


Teofrasto, I, 9,4:”El apio es un subarbusto o planta herbácea, como el rosal, la artemisa, el orégano, la amapola, etc. Algunas de estas plantas, algunas conservan sus hojas, otras las pierden, como le sucede al orégano y al apio


Teofrasto, I, 10,7:”Al apio, cuando surge el tallo, se le originan hojas, como en la lechuga silvestre, la albahaca y en los cereales”


Teofrasto, I, 12, 2:”El apio presenta un jugo aromático como el eneldo y el hinojo.”


Teofrasto, IV, 8,3:”Se llama herbáceas a plantas como el apio de las marismas y otras por el estilo”


Teofrasto, VII, 2, 2 y ss:”Algunas plantas que no son bulbosas, pero que son de larga vida, echan vástagos o tallos, como el apio; echan también raíces de las que nacen hojas y tallos. […] La mayoría de las verduras tienen una sola raíz gruesa y muy hundida en la tierra, porque, incluso en aquellas que emiten raíces adventicias de igual grosor, el brote lateral procede de la mitad de la raíz y no del punto de donde aquella tiene si comienzo. […] Su raíz es carnosa o leñosa, ni siquiera cuando se las pone a secar, se endurecen”


Plinio, XIX - XX, 112 y ss: “El apio es muy apreciado, tanto es así que en el campo sus tallos se sumergen en la leche y su salsa es muy apreciada como condimento. A su vez aplicada con miel en los ojos, tras una decocción. También es beneficiosa para otro tipo de flujos en los miembros cuando se aplica machacado, él solo o aplicado con pan o cebada. También los peces son revividos con apio fresco, si están enfermos en su estanque. Ninguna otra planta, extraída del suelo ha dado tanto que hablar entre los estudiosos. El apio tiene diferentes sexos. Crisipo afirma que el apio femenino tiene hojas y rizadas, un tallo grueso y un sabor fuerte. Dionisio dice que es más oscuro, tiene una raíz más corta. Ambos coinciden en que no debe ser clasificado entre los alimentos prohibidos porque está dedicado a los banquetes funerarios en honor a los muertos y es bueno para el mal de ojo. Dicen que el tallo del apio femenino cría larvas, por lo que aquellos que lo han comido, hombre o mujer acaban siendo estériles, y los niños que lo succionan si sus nodrizas se lo dan, acaban siendo epilépticos. Sin embargo, el apio masculino es menos perjudicial, porque este no es considerado tabú. La aplicación de las hojas de apio suaviza las durezas de los senos. Hervir el apio en agua dulce la hace todavía más dulce. Su jugo, extraído de la raíz, unido con vino, atenúa el dolor de lumbago y también es bueno para los problemas de audición si se introduce en los oídos. Su semilla es diurética, ayuda a la menstruación y después del parto, también restaura el color natural tras una contusión si se aplica una decocción de sus semillas. Aplicada con la clara de los huevos o hervida en agua y bebido, el apio cura las piedras del riñón y las úlceras de la boca cuando se machaca en agua fría. Las semillas con vino o la raíz con vino viejo, destruye las piedras de la vejiga. Las semillas también tomadas con vino blanco ayudan a los pacientes de ictericia”.

Esta semana nos hemos centrado en sus características y cultivo, en un siguiente artículo hablaremos de las propiedades, uso culinario y medicinal.

Plurimam salutem!

*Imágenes propias

domingo, 7 de noviembre de 2010

PARA LA GENS CLASSICA


Este sábado han tenido lugar en Sagunt las VIII Jornadas de Cultura Clásica organizadas por el CEFIRE saguntino.

Como todos los años, las comunicaciones y los talleres han sido de gran interés, pero no menos placentero ha sido el reencuentro con amigos que comparten el amor por el mundo antiguo.



Entre esos numerosos collegae, cabe destacar a nuestra amiga DIDO, a la que Sofonisba, su mayor servidora, lleva siempre en su corazón. Así pues, nuestra cocinera no quiere perder esta oportunidad para prepararle tres dulces virtuales dignos de la reina de Cartago.

Para empezar quiere agasajar a su soberana con una Puls Punica, unas gachas que le transportarán a la niñez y le harán recordar los momentos más hermosos.

PULS PUNICA (Catón, De Agr. 85)

Poner a remojo una libra de espelta. Amasar bien. A continuación colocarlo en un recipiente al que añadiremos tres libras de queso fresco, media libra de miel y un huevo. Mezclar todo muy bien y servir en un nuevo recipiente.

ACTUALIZACIÓN DE LA RECETA

Mezclar unos 100 gr. de copos de trigo o avena con 300 gr. de queso rallado (preferiblemente cheddar). A continuación añadir unos 60 gr. de miel. Mezclar bien. Batir un huevo ya añadir a la mezcla. Amasar y unificar la mezcla. Hornear unos 30 minutos al horno previamente precalentado a unos 180 º. Se puede servir con un poco de miel y pimienta por encima.

Después, Sofonisba le servirá con unos pastelitos de sésamo que le proporcionarán la energía necesaria para enfrentarse a sus viajes.

PASTELES DE SÉSAMO (Ateneo, 14, 646 d)

Pastel realizado con semillas de sésamo y miel. Anacreonte nos dice esto: “almorcé un pedazo de itrion y un poco de vino”

ACTUALIZACIÓN DE LA RECETA

Calentar a fuego lento 2 cucharadas de miel hasta que tome una textura más diluida. Añadir unos 100 gr de sésamo y cocinar esta masa unos 5 minutos, removiendo continuamente. Colocar en una bandeja engrasada ligeramente con aceite de oliva o mantequilla y aplanar la masa. Dejar enfriar unas horas y cortar en pedazos para servir.

Para terminar le ofrecerá unos dulces de adormidera, sésamo y nueces para que su dulzura no decaiga nunca.

PASTELES DE SEMILLAS DE AMAPOLA, SÉSAMO Y NUECES (Plauto, Poenulus, 329)

Son puros pastelillos sésamo, adormidera, harina de trigo y nueces tostadas.

ACTUALIZACIÓN DE LA RECETA

Prepararemos unos moldes para contener los pastelillos.
Los moldes los haremos con unos 200 gr de harina de trigo, un huevo, dos cucharadas de aceite y un vaso de agua. Mezclar bien todos los ingredientes y amasar con un rodillo. A continuación, colocar la masa resultante en unos moldes para hacer madalenas y hornear durante unos 20 minutos a 180 º. Cuando estén fríos, se dejan en una bandeja preparados para rellenar con la masa resultante de unir las semillas de sésamo (unos 50 gr.), las semillas de amapola (unos 20 gr.), las nueces tostadas (unos 200 gr.) y miel (unos 50 gr. aproximadamente). Los pastelitos se pueden acompañar de algún tipo de mermelada.

Prosit, cara Dido!, aunque seguro que nuestra reina, sumamente generosa, compartirá con toda la GENS CLASSICA estas delicias.

Plurimam salutem!