Una manera diferente de celebrar la llegada del otoño es cocinando para nuestros seres queridos y qué mejor receta que una procedente del mundo clásico.
Desde aquí os proponemos unos dulces con historia, se trata pasteles de harina, algunos de ellos acompañados de queso y miel que se consagraban a diferentes dioses en el mundo antiguo.
Los dulces en el mundo clásico tenían un papel importante pues formaban parte de rituales religiosos, de iniciación, de boda, etc. Estaban vinculados al mundo sagrado quizás por los ingredientes que lo caracterizaban como el trigo, la leche, la miel, el vino, el queso y los frutos secos.
Entre las diferentes recetas que nos han legado los autores clásicos, destacar el amphiphon, que se consagraba a la diosa Ártemis (Diana), en su templo y se cree que también en los altares de los cruces de las calles. Lo curioso de esta tarta era su presentación pues se acompañaba de pequeñas antorchas o velas a su alrededor, al modo de nuestras tartas de cumpleaños. O el creium entregado al novio en las bodas en Argos, para conocer algunos otros dulces podemos acudir a Ateneo, XIV, 645 b:
“Ferécrates dice: “Él estaba tan ávido que comió todo el diaconium, además de un amphiphon”. El amphiphon era una especie de pastel de queso consagrado a Ártemis, que tenía antorchas encendidas a su alrededor. Filemón, en su obra el Mendigo, o Mujer de Rodas, dice - Artemis, estimada señora, yo os traigo ahora este amphiphon, y estas sagradas libaciones.
Dífilos también lo menciona en su Hécate. Filocoro [Fr_86] también se menciona el hecho de que sea llamado amphiphon, y de su ser llevado a los templos de Ártemis, y también a las travesías, en el día cuándo la luna es alcanzada por la salida del sol, y por cuando el cielo presenta doble luz (ἀμφίφως).
Existe también el llamado basynias. Semo, en el segundo libro de su Historia de Delos, dice:" En la isla de Hécate, los Delianos sacrifican a Iris, ofreciéndole los pasteles de queso llamados basyniae; es un pastel de harina trigo, grasa y miel, hervidos juntos: y lo que se llama κόκκωρα consta de un higo y tres nueces"
Hay también unos pasteles de queso llamados strepti y neêlata. Ambos tipos son mencionados por Demóstenes el orador, en su Discurso en la defensa de Ctesiphon acerca de la Corona [260, hechos con harina de cebada, mojada en miel y cubierta con pasas y garbanzos. Empleado en sacrificios].
Existe también epichyta. Nicochares, en su Artesanía, dice que los hombres hacen panes de cebada, salvado y harina. Unos bollos tostados y unos pasteles de queso melosos. Además unas tortas moldeadas (ἐπιχύτοι), unas gachas de cebada, pasteles de queso y comunes, pasteles de cebada (δενδαλίδες), y pan frito.
Sin embargo, Pánfilo dice que el epichyton es el mismo tipo de pastel de queso como el que se llama attanites. Hiponacte menciona el attanites en las siguientes líneas:
Tampoco mezclar pequeñas panes fritos con tortas de sésamo,
ni inclinadas tortas fritas (ἀττανίται) en panales.
Tampoco mezclar pequeñas panes fritos con tortas de sésamo,
ni inclinadas tortas fritas (ἀττανίται) en panales.
También existe el creium. Este es un tipo de pastel de queso que, en Argos, se lleva al novio de la novia, y es asado en las brasas, y se invita a los amigos del novio a comérselo, y se sirve con miel, como Filetas nos dice en su Misceláneas.
Además existe el glycinas: se trata de un pastel de queso de moda entre los cretenses, hecho con vino dulce y grasa, como Seleuco nos dice en su Dialectos.
Asimismo existe el empéptas. El mismo autor habla de esto como un pastel de queso a base de trigo, hueco y bien formado, como los que se llaman crepides, siendo más bien una especie de caja en la que se ponen los pasteles de queso, que son hechos, realmente, con el queso”.
Como vemos todos estos pasteles se caracterizan por los ingredientes que hemos mencionado y nos recuerden a una receta de Apicio, VII, 13, 6 que vamos a adaptar para recibir al otoño.
“Cocer en agua caliente o en leche flor de harina, de manera que quede una masa espesa que se extenderá en una sartén. Cuando se haya enfriado, cortar en trozos y freír con aceite de la mejor calidad. Sacar de la sartén, untar con miel, espolvorear pimienta y servir”.
POSIBLE ADAPTACIÓN DE LA RECETA
- 60 gr. de harina
- 150 ml de agua o leche
- Aceite para freír
- Miel
- Pimienta negra
Elaboración:
Poner a hervir el agua o la leche y cuando empiece a hervir añadir la harina. No dejar de remover para que no se pegue. Cocer durante unos minutos hasta que espese. Sacar la masa y dejarla enfriar sobre una tabla o el mármol de la cocina. Ya frío, cortar en bastoncitos, cuadros o dar la forma que se desee. Estos pasteles se freirán cuando el aceite esté en su punto en una freidora. Según estén dorados los colocaremos en una fuente con papel que absorba el aceite sobrante. Mientras estén calientes los espolvorearemos con pimienta negra recién molida y miel.
Este dulce se puede acompañar con nueces, con piñones tostados, son semillas de sésamo, con queso fresco, etc.
Prosit!, por un hermoso otoño para todos.
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ACTUALIZACIÓN DEL 29 DE SEPTIEMBRE: Nuestra estimada Viena ha cocinado para todos nosotros estas "bolitas otoñales". No dudéis en visitarla, el resultado es exquisito.