domingo, 7 de julio de 2024

LLEGAMOS A LA MAYORÍA DE EDAD...YA 18 AÑOS


El pasado 3 de julio
De Re Coquinaria llegó a su mayoría de edad, ya 18 años de funcionamiento. 

Es cierto que después de tantos años hay ocasiones en las que resulta más complicado dedicar  tiempo a la investigación, pero en los momentos en los que ha sido posible, ha resultado muy satisfactorio y gratificante.

Con la llegada del buen tiempo y las vacaciones disponemos de más oportunidades para estar en la cocina, así que si os animáis, aquí tenéis la fórmula que nos ha legado Paladio en su libro VI, IX para elaborar el queso.

De caseo faciendo

Hoc mense caseum coagulabimus sincero lacte coagulis uel agni uel haedi uel pellicula, quae solet pullorum uentribus adhaerere, uel agrestis cardui floribus uel lacte ficulno, cui serum debet omne deduci, ut et ponderibus urgeatur. Vbi solidari coeperit, loco opaco ponatur aut frigido et pressus subinde adiectis pro adquisita soliditate ponderibus trito ac torrefacto sale debet aspergi et iam durior uehementius premi. 
[2] Post aliquot dies solidatae iam formulae per crates ita statuantur, ne inuicem se unaquaeque contingat. Sit autem loco clauso et a uentis remota, ut teneritudinem seruet atque pinguedinem. Vitia casei sunt, si aut siccus sit aut fistulosus: quod eueniet, si aut parum prematur aut sales nimios accipiat aut calore solis uratur. In recenti caseo conficiendo aliqui nucleos uirides pineos terunt atque ita lacte mixto gelant. 
[3] Aliqui thymum tritum et frequenter colatum congelant. Qualemcumque etiam saporem uelis, efficere poteris adiecto, quod elegeris, condimento seu piperis seu cuiuscumque pigmenti.

"Durante este mes haremos el queso con leche entera y con cuajo de cordero de cabrito, o bien con la película que del queso está normalmente adherida a la molleja de los pollos, o con flores de cardo silvestre, o con el jugo lechoso de la higuera.

Debe extraérsele todo el suero exprimiéndolo con pesos.

Cuando empiece a endurecerse, póngase en un sitio oscuro o frío; luego, aplastándolo con pesas, que se van añadiendo progresivamente a medida que va adquiriendo consistencia, debe espolvorearse con sal molida y tostada, y, cuanto más duro esté, se apretará con más fuerza. Después de algunos días, cuando cogen una forma consistente,
se colocarán en cañizos de modo que no se toquen unos con otros. Estarán, pues, en un sitio cerrado y libre de vientos para que se conserven frescos y grasos.
Los defectos del queso estriban en si está seco, salado o lleno de ojos, cosa que ocurre si se prensa poco, si coge demasiada sal, o si se quema por el calor del sol.
En la elaboración de queso fresco hay personas que muelen piñones verdes y los cuajan mezclándolos de tal guisa con la leche. 

Otras coagulan tomillo triturado, colado varias veces. Además, el sabor que se quiera podrá conseguirse añadiendo un condimento a elección, bien sea de mostaza o de cualquier otra especia"

GRACIAS A TOD@S, POR ESTAR SIEMPRE AHÍ

Feliz verano a tod@s, descansad y recordad carpe diem!

Plurimam salutem!!

domingo, 2 de junio de 2024

OSTREA II. PROCEDENCIA

 Retomamos de nuevo las publicaciones centrándonos de nuevo en el mundo de las ostras. Ya hablamos hace tiempo de sus características, características, pero en esta ocasión comentaremos su procedencia.


Son muchas las referencias sobre el origen de las ostras y sus diversas procedencias. Veamos qué nos cuentan las fuentes clásicas.

 En Ateneo, III, 89 e leemos que nacen en el fango: “De nuevo es Aristóteles quien dice [Hist, de los anim. 547b 18]: Todos los moluscos nacen en el cieno; en terreno fangoso, las ostras; en terreno arenoso, las almejas y los ya citados”

 Pero son muchas las ciudades que se disputan las mejores ostras del mundo, como El Ponto, Bibraga, Abido, Lucrino, etc:

 Plinio, HN XXXII, 21 (6)hace una mención completísima de las diversas procedencias: “Las ostras son mucho mejores cuando son trasladadas a nuevas aguas; así, por ejemplo, se cree que las ostras de Brundisium, cuando se alimentan en las aguas del Averno, conservan sus propios jugos nativos y adquieren el sabor de los del lago Lucrinus. Esto en cuanto a la carne de la ostra; Pasaremos ahora a los diversos países que la producen, para que ninguna costa quede privada de los honores que le corresponden. Pero al dar esta descripción transcribimos las palabras de un escritor que ha demostrado más cuidadoso discernimiento al tratar este tema que cualquiera de los otros autores de nuestros días. Estas son, pues, las palabras de Mucianus, refiriéndose a la ostra: "Las ostras de Cyzicus  son más grandes que las del lago Lucrinus, más frescas que las de las costas británicas,  más dulces que las de Medulæ, más sabrosas que los de Éfeso, más gordas que los de Lucus, menos viscosos que las de Corifas, más delicadas que los de Istria, y más blancas que los de Circeii. Con todo esto, sin embargo, es un hecho bien comprobado que no hay ostras más frescas ni más delicadas que las de Circeii. Según los historiadores de la expedición de Alejandro, en el Mar de la India se encontraron ostras de un pie de diámetro: también conocemos la nomenclatura que algún derrochador y goloso dio a ciertas ostras el nombre de "tridacna", entendiéndose por ello que son tan grandes que se requieren tres bocados para comerlas”

No sólo Plinio habla de ellos, sino que son muchos los autores que hacen referencia a la procedencia:

Avieno, Descripción del orbe terrestre, 120: “Siguen igualmente serpenteando las aguas azuladas de este dilatado mar, en cuyo caprichoso oleaje se baña la isla de Cimo, que abre al oleaje su amplio litoral rico en ostras”

Poesía Helénica Menor, 56: “Arquestrato en su Gastronomia dice: Grandes peces lima Eno tiene y ostras Abido, cangrejos Pario y vieiras Mitilene. En el estrecho Mesenio probarás el portentoso mejillón y en Éfeso lapas en modo alguno malas, en Calcedón las ostras

 

Plinio, HN, 52: “Muchos animales acuáticos pasan el verano en la Propóntide y no entran en el Ponto; escasean los moluscos, aunque abundan las ostras*. Todos pasan el invierno en el Egeo”


También nos habla de Bibraga en HN VI, 23: “Después de pasar estas islas llegamos a Crocala, veinte millas de ancho, y luego, a doce millas de distancia, a Bibraga, donde abundan las ostras y otros peces campana” 

 Apuleyo, Apología, 39, 3 también habla de las ostras de Abido: “Quinto Ennio escribió una Gastronomía en verso;  en ella había incontables especies de peces, que sin duda había conocido gracias a un estudio concienzudo. Recuerdo unos cuantos versos; voy a recitarlos: la comadreja marina de Clupea aventaja a todas; en Eno hay muchos mejillones-, en Abido abundan las rugosas ostras”


 
La misma procedencia leemos en otros autores:

 Columela,  XI, I: “El Estrecho de Abydos, abundante en ostras”

 Clemente de Alejandría, El pedagogo, II, 3: “Yo siento piedad por esta enfermedad, pero ellos no se avergüenzan de celebrar su glotonería. Su preocupación se centra en las murenas del estrecho de Sicilia, en las anguilas del Meandro, en los cabritos de Melos, en los mújoles de Esciato, en los crustáceos del cabo Peloro, en las ostras de Abidos”

 Ennio, Fragmentos, gastronomía, 3 4 -4 4 Apuleyo, Apología XXXIX 39, 2-4: “De la misma forma que destaca entre todos la doncella de Clipea; hay mejillones en Eno y muchas ostras rugosas en Abido, la vieira se da en Mitilene y en Cáradro de Ambracia”

 Ateneo, III, 92 d: “También Arquestrato, en su Gastronomía dice [Suppl. Hell, fr. 187]: Eno tiene los grandes mejillones; Abido, las ostras; Pario, los santiaguinos, y Mitilene, las vieiras”

 Virgilio, Geórgicas, I, 205: “También debemos observar la constelación de Arturo y la época de las Cabrillas y la resplandeciente Serpiente, no de otro modo que los que son llevados a su patria a través de borrascosos mares acechan el Ponto Euxino y las bocas de Abidos, productor de ostras

 Lucano, Sátira IV, 140 habla de las ostras procedentes de Circe y Lucrino, en la costa de Campania y las de la costa meridional de Inglaterra en Rutupia: “En mis tiempos nadie fue mejor que él en el arte del bien comer: era hábil en decir al primer bocado si las ostras provenían de Circe, de los escollos de Lucrino o de las hondonadas de Rutupia

 Estrabón, Geografía, IV, 8 hace referencia a un curioso estanque: “Más allá de la desembocadura del Ródano hay una laguna marina a la que llaman Estanque del Estómago. Posee gran variedad de ostras y es muy rica en peces”

 Juvenal, Sátiras, IV, 142: “En mis tiempos nadie fue mejor que el en el arte del bien comer:  era hábil en decir al primer bocado si las ostras provenían de Circe, de los escollos de Lucrino o de las hondonadas de Rutupia; asi que lo veia, senalaba de que playa era un erizo de mar”

 Séneca, Cartas a Lucilio, IX, epist. 78, 23 también cita las ostras del lago Lucrino en el golfo de Cumas, junto al Averno: “«¡Desdichado del enfermo!». ¿Por qué? ¿Por qué no deslía la nieve con el vino?, ¿por qué el frescor de su bebida, cuya mezcla realizó en amplia copa, no lo renueva echando en ella un pedazo de hielo?, ¿por qué sobre la misma mesa no le abren las ostras del Lucrino

 Marcial, Epig. III, 60: “¿Por qué no me dan la misma cena que te dan a ti? Tú te comes ostras alimentadas en el lago Lucrino; yo chupo un mejillón en cuya concha hinco mis dientes (...)”

 Poesía epigráfica latina, 1318: “Dedicada a los manes de G. Domicio Primo: Yo, ese renombradísimo Primo, estoy en esta tumba; me alimenté a base de ostras del lago Lucrino '', bebí a menudo el vino de Falerno, envejecieron conmigo a lo largo de los años los placeres de los baños, los vinos y los amores. Si he tenido algún poder aquí, que la tierra me sea ligera. Y sin embargo aquí, junto a los manes, el ave Fénix vela por mí en el ara y se apresura a renacer junto conmigo”

 Horacio, Épodos, 2, 51: “Entonces no han de placerme más las ostras del Lucrino, ni el rodaballo o los escaros, si es que alguno hacia este mar desvía el temporal que truena en las olas del Oriente”

 Séneca, Epístolas morales a Lucilio, IX, 78, 23: “¿porque sobre la misma mesa no le abren las ostras del Lucrino?”

 Petronio, Satiricón, CXIX, 30: “El escaro que vive en el fondo del mar de Sicilia se sirve vivo en la mesa; y las ostras extraídas a orillas del lago Lucrino realzan nuestras cenas y renuevan el apetito a expensas del bolsillo”

 Marcial, Epig. XIII, 82: “Concha ebria, vine hace poco del lago Lucrino de Rayas; ahora ansiosa de lujo, tengo sed de la noble salsa de garo”.

 Ausonio, Epístolas, 23, 90: “Mas tu casa está al otro lado de los Alpes y de la marmórea Pirene, en Zaragoza, cerca de la tirrena Tarragona y al lado del mar barcelonés que produce ostras”

  Estrabón, Geografía, V, 6: “El golfo Lucrino se abre hasta Bayas, separado del mar abierto por un montículo de unos ocho estadios de largo y con una anchura similar a la de un camino de carros, el cual, se dice, que lo amontonó Heracles cuándo estaba llevándose las vacas de Gerión. Como las olas cubrían su superficie en momentos de tempestad, de suerte que difícilmente se podía transitar a pie, Agripa aumentó su altura. A pesar de que permite la entrada a barcos ligeros, resulta inutilizable para anclar barcos, pero muy generoso para la captura de ostras”



También comenta las procedentes de Gaurana. Lucano, Sátira, VIII, 85: “El que merece morir ya es un muerto, aunque se tome en su cena cien ostras de Gaurana y se sumerja en una caldera llena de perfumes de Cosmos”

 Juvenal, Sátiras, VIII, 85: “El que merece morir ya es un muerto, aunque se tome en su cena cien ostras de Gaurana y se sumerja en una caldera llena de perfumes de Cosmos”

 Eran bien conocidas y afamadas las procedentes de Bayas. Lucano, Sátira, XI, 50: “Casi siempre la gradación es así: en Roma y delante de los acreedores se comen el dinero prestado; luego, cuando les queda no sé qué, casi nada, y el prestamista ya se pone pálido, cambian de aires y corren hacia Bayas  y sus ostras  pues hoy hacer bancarrota es menos vergonzoso que trasladarse al Esquilmo desde el bochornoso barrio de la Subura”

 Juvenal, Sátiras, XI, 49: “y el prestamista ya se pone palido, cambian de aires y corren hacia Bayas y sus ostras

 Estrabón, Geografía, III, 7: “Mas, con ser tan rico el interior de Turdetania, podría hallarse su rival en la región costera, por los bienes procedentes del mar porque todas las ostras y almejas destacan en general por su cantidad y tamaño en todo el Mar Exterior, pero más que nada allí debido a que en esa zona las pleamares y bajamares son mayores, las cuales son, verosímilmente, las causantes de su número y su tamaño gracias al ejercicio a que las someten”

 Priapeos, 75: “Las mujeres de Henna festejan a Ceres; Cícico, abundante en ostras, a la diosa raptada; a la hermosa Venus, Cnido y Pafos.”

 Horacio, Sátiras, II, 4, 30: “Las lunas nacientes engordan a los escurridizos moluscos, pero no todo mar es fértil en mariscos de buena raza: mejor que la cañadilla de Bayas es el ostión del Lucrino; en Circeyos se crían las ostras y los erizos en el cabo Miseno; de sus anchos peines de mar se jacta la muelle Tarento”

Ausonio, Epístolas, 3: “A Paulo: “Te las voy a enumerar, no obstante, de acuerdo con su fama y los testimonios siempre diferentes según los gustos de los que las han probado. Para mí, la más rica de todas es la que cría el océano de los médulos, cuyo aprecio ha llevado hasta las mesas de los Césares el nombre de Burdeos, y es ensalzada con no menos gloria que nuestro vino. Éstas merecen de entre todas la palma primera, a larga distancia  de las demás; muy delicadas y tocadas de una pizca de sal, mezclan el jugo de su grasienta entraña, blanco como la nieve y dulce, con su sabor  marino. Aunque van detrás de ellas, están a gran distancia las de Marsella que cría Narbona cerca del puerto de Venus, y las que sin necesitar cultivo las protege el mar del helespontíaco Abidos, o las que cuelgan flotando en los postes de Bayas, las que cubre el Mar Santónico, las que conocen los de Gela, o las que protege la corriente de Évora  que se mezcla con el océano, de modo que yacen recubiertas de algas en buenos escondrijos: son ásperas de valvas, más dulces, de carne grasa. Y hay quienes alaban las ostras del Mar Armoricano, y las que recoge el habitante de la costa pictónica, y las que en alguna ocasión destapa admirables la marea de Caledonia. Luego van las que alaba una fama reciente, nacidas bajo el litoral de Bizancio y en la dura costa de la Propóntide, célebres por el nombre del general Promoto”

Filostrato, Vida de Apolonio, III, 53: “Se refiere también a una isla pequeña, cuyo nombre es Biblos, en la que, tanto el tamaño del caracol, como los mejillones, ostras y cosas por el estilo que se hallan adheridos a las rocas, son de dimensiones diez veces mayores que los griegos. Se coge también allí en una valva blanca una piedra, la perla, que ocupa en la ostra el lugar del corazón”

Es curioso leer en Arriano, la presencia de este molusco cuando describe La India. Veamos qué nos cuenta este autor de la Anábasis de Alejandro Magno, VIII: La India, 21, 13: “Allí estuvieron  fondeados veinticuatro días, durante los cuales los hombres de Nearco se dedicaron a pescar mejillones, ostras y las llamadas navajas; enormes todos ellos de tamaño, si los comparamos con los que se hallan en nuestras playas”

Arriano, Anábasis de Alejandro Magno, VIII: La India, 22, 10: “Al otro lado del puerto se alzaba una isla de considerable altura, desierta, en la que pudieron coger todo tipo de ostras y peces”

 Arriano, Anábasis de Alejandro Magno, VIII: La India, 29, 14: “Cogen, igualmente, en abundancia cangrejos, ostras y almejas

Como hemos podido comprobar son muchas las diferentes procedencias de las ostras, hecho totalmente justificado por las excelentes aguas que bañan el mundo grecorromano.

Plurimam salutem!!

domingo, 14 de abril de 2024

LVDI SAGVNTINI MMXXIV

 


La semana próxima volverán a llenarse de estudiantes las calles de Sagunto, recordando su origen romano, con representaciones de teatro clásico y talleres didácticos relacionados con el mundo grecorromano.

Un año más el Taller de cocina romana antigua estará ubicado en la Comunidad de Regantes que muy amablemente ha cedido sus instalaciones, en concreto en la plaza Mayor de Sagunto, 10. 

El taller lo llevarán a cabo varias profesoras:  Charo Marco, profesora de enseñanza secundaria del IES Ausiàs March (Manises) actualmente en el Aula didáctica de cultura clásica, SAGVNTINA DOMVS BAEBIA,  Natalia Molina, profesora de enseñanza secundaria del Colegio Nuestra Señora del Socorro (Benetúser), Alexandra Puchol, profesora de enseñanza secundaria del IES Matilde Salvador (Castellón) y Miriam Roa, profesora de enseñanza secundaria del Colegio Sagrada Familia (Silla)

Trabajaremos el banquete de Trimalción, que seguro estará lleno de maravillosas sorpresas.

Podréis disfrutar de los Ludi Saguntini desde el 15 al 19 de abril.

Os esperamos en los Ludi Saguntini MMXXIV, 
bajo la protección de nuestro Hermes 

Plurimam salutem!!

domingo, 24 de marzo de 2024

VINOS CONTRA EL CATARRO

 


Estos cambios climatológicos afectan en gran medida a nuestra salud. Al tratarse de algo que ha ocurrido siempre, puede resultar de interés la elaboración de vinos medicinales que sirvan para mejorarse ante un catarro y a su vez, nos permitan descubrir cómo curaban los clásicos los resfriados.

Dioscórides en su libro V nos ha legado algunos "caldos medicinales" elaborados con hierbas aromáticas tan útiles para la garganta como el tomillo y el orégano. Veámoslos:

VINO CONTRA EL CATARRO, 5.55

<Del  vino contra el catarro> (oînos pròs katárrous)

Se prepara un vino contra el catarro, contra toses, indigestiones, flatulencias, exceso de humores de estómago: 2 dracmas de mirra, 1 dracma de pimienta blanca, 6 dracmas de lirio, 3 dracmas de eneldo, todo majado, átalo dentro de un lienzo a modo de envoltorio, échalo en 6 sextarios de vino. Después de tres días, cuélalo, almacénalo en una botella y haz que se beba después de un paseo, adminístralo puro y en cantidad de 1 ciato.

VINO DE TOMILLO, 5.49

<Del vino de tomillo> (thymítēs

Tras majar y cribar tomillo en cantidad de 100 onzas, átalo dentro de un envoltorio de lienzo y échalo en un ánfora de mosto. Es conveniente para las digestiones difíciles, falta de apetito, ausencia de fuerza, males de nervios, dolores de hipocondrios, tiritonas invernales, contra los venenos que enfrían y corrompen.

VINO DE ORÉGANO CABRUNO, 5.50

<Del vino de orégano cabruno> (thymbrítēs

El vino de orégano cabruno se prepara igualmente y es eficaz para lo mismo para lo que lo es también el vino de tomillo.

VINO DE ORÉGANO 5.51

<Del vino de orégano> (origanítēs)

El vino de orégano se prepara con orégano igual que el del tomillo y es eficaz para las mismas cosas.

Todos ellos se tomarían solos o rebajados con agua y calientes para que hagan más efecto.

A su vez, servirían no sólo para el catarro, sino también para aliviar la tos, son digestivos, tienen propiedades caloríficas e incluso ayudan ante el agotamiento.

Prosit!

Plurimam salutem!

domingo, 10 de marzo de 2024

OSTREA I. CARACTERÍSTICAS

 

Uno de los moluscos más apreciados en el mundo clásico fue la ostra, no sólo por su deliciosa carne, sino también por sus brillantes perlas. 


Se le consideraba un alimento afrodisíaco y símbolo de riqueza para aquellos que lo servían en sus mesas. Estaban altamente consideradas e incluso, se las equiparaba con las trufas como vemos en Poesía Helénica Menor, Festín ático, 2: “Y Matrón, el poeta paródico en su Festín: Ostras trajo, trufas de la Nereida Tetis”

 En un principio se utilizó el término óstreon para designar a las ostras, pero con el tiempo se empleó esa palabra para los moluscos de concha rugosa. 

Sobre su nomenclatura leemos en  Ateneo, III, 92 f: “Los autores antiguos sólo llamaban a las ostras así, ostreia. Cratino, en Los compañeros de Arquíloco [PCG IV, fr. 8 ]m: Parecida a los nácares y las ostras. También Epicarmo, en Las bodas de Hebe [fr. 41, 3 R-N, CGF 42, 3]: Ostras cerradas.

En cambio Platón, en Fedro [250c], dice ostreon, como orneon (pájaro): Encerrados como una ostra, y en el Timeo [92b]: La familia de todas las ostras. Sin embargo, en el libro doce de la República [61 Id], dice ostreia: Se le habían adherido ostras y algas.

 Según Isidoro de Sevilla, Etimologías, XII, 6, 52: “La ostra debe su nombre al caparazón con el que protege la blandura de su carne interior. A este caparazón los griegos le llamaban ostra. El vocablo ostrea es neutro, teniendo género femenino únicamente cuando se aplica a la carne del animal”

 Con lo que respecta a s su consumo, tenemos conocimiento del mismo ya en los poemas de Homero, Ilíada, XVI, 746: “Si alguna vez este hombre estuviera en el mar, rico en peces, buscando ostras, saciaría a muchos con sus saltos desde la nave, aunque hubiera mar de fondo”

 E incluso, en Ateneo, I 13 c podemos leer lo siguiente al hablar de la alimentación de los héroes homéricos: “Homero no menciona este tipo de comida en los banquetes, como si no se la considerara alimento adecuado para los héroes que gozaban de tan alta dignidad, como tampoco la consistente en víctimas recién nacidas. No sólo comían pescado, sino también ostras, aunque su consumo no tenga mucho de provechoso y agradable, y encima yacen en el fondo del mar a gran profundidad; además, no hay ningún otro medio de conseguirlas más que sumergirse hasta el fondo.

¡Que hombre más ágil, ese que con facilidad se tira de cabeza! [II. XIV 745] y que, afirma Homero, saciaría a muchos si se dedicara a buscar ostras!

 

CARACTERÍSTICAS

 

Sobre su procedencia, crianza y captura son varios los autores que hablan de ellas. 

Comencemos por sus peculiaridades según los autores clásicos.





En primer lugar su clasificación como testáceo.

 Eliano, Historia de los animales. XI, 37: Testáceos son las ostras, el busano, el buccino, las caracolas o tritones, los erizos de mar y los astacos”

 Plinio, HN, IX, 12 (14), 40: “Los recubrimientos de los animales acuáticos son varios […] de un caparazón como las tortugas, de una materia con la dureza de la piedra, como las ostras y las conchas”

 Aristóteles,  Hª de animales,  523 b 10: “Están, por otro lado, los testáceos: éstos son animales cuya parte carnosa está en el interior y la parte sólida en el exterior. Esta parte sólida es desmenuzable y fácil de romper, pero no se dobla. Tal es el caso de las conchas y de las ostras” 

 Aristóteles,  Hª de animales, 528 a 1 y ss: “Los animales testáceos, como, por ejemplo, los caracoles de tierra, los caracoles de mar y todos los llamados ostras, así como el género de los erizos marinos, tienen la parte carnosa, los que la tengan, dispuesta como los crustáceos, o sea en el interior, y la concha por fuera, sin sustancia dura en el interior. Estos animales presentan entre sí muchas diferencias tanto respecto a la concha como a la carne de su interior. [...] Por otro lado, las mismas conchas son diferentes unas de otras. Unas tienen la concha lisa, como, por ejemplo, las navajas, los mejillones y algunas conchas llamadas por algunos lácteas; otras tienen la concha rugosa, como, por ejemplo, las ostras de lago, las pinnas, algunas variedades de conchas y los buccinos. De estos testáceos unos son acanalados, como, por ejemplo, las almejas y alguna variedad de conchas, otros no son acanalados, como las pinnas y otra variedad de conchas. [...] Unos tienen las conchas con bordes delgados, como los mejillones; otros los bordes gruesos, como las ostras de lago”

 

Con respecto a su nacimiento y crecimiento, Aristóteles, Investigación sobre los animales, V, 547 y b, 10- ss y en  Hª de animales, 547 b 11 y 20  explica: “En cuanto a las llamadas ostras de laguna, se originan en los lugares en donde hay lodo. [...] De una manera general, todos los testáceos nacen en el lodo por generación espontánea y se diversifican en especies diferentes según la diferencia de cieno: en el lodo se forman las ostras, en la arena las conchas y las otras especies citadas, en las hendiduras de las rocas, las ascidias, los percebes y las criaturas que nadan sobre la superficie del agua, como, por ejemplo, las lapas y las neritas. Ahora bien, todos los animales de esta especie tienen un crecimiento rápido”

 Aristóteles,  Hª de animales, 548 a 5 y ss: “Así pues, las ostras nacen como se ha dicho, y de ellas, unas se forman en aguas de poca profundidad, otras en las playas y en lugares fangosos; algunas crecen en los lugares rocosos y escabrosos; otras en los fondos arenosos. Por otro lado, unas cambian de lugar, otras no. Entre las que no cambian de lugar, las pinnas están adheridas al suelo por raíces, pero las navajas y las conchas están fijas sin estar adheridas por raíces, y cuando se las arranca de su medio, no pueden vivir”

 Ateneo, III, 92 a y ss: “Las ostras se producen en ríos, lagunas y en el mar. Las mejores son las marinas, cuando hay cerca una laguna o un río, pues resultan jugosas, más grandes y dulces. Las de las costas y rocas que no se mezclan con el limo o el agua dulce son pequeñas, correosas y picantes”

 Aristóteles: Reproducción de los animales, 763 a y ss: “Nacen por generación espontánea. Que todos los testáceos se forman espontáneamente está claro por las siguientes razones: porque se desarrollan junto a los barcos cuando se pudre el lodo espumoso; y en muchos sitios donde antes no había nada semejante, después, por falta de agua y una vez convertido el lugar en un lodazal, se desarrollaron las llamadas ostras de lago, del género de los testáceos. Por ejemplo, cuando una vez pasó por Rodas una flota naval y fueron arrojadas al mar vasijas de barro, al cabo de un tiempo se concentró lodo alrededor de ellas y se encontraban ostras dentro. Una prueba de que tales animales no expulsan nada capaz de procrear es lo siguiente: ciertos habitantes de Quíos transportaron ostras vivas de Pirra -en Lesbos- y las echaron en algunos brazos de mar de continuas corrientes; con el tiempo, no hubo mayor cantidad de ostras, pero su tamaño aumentó mucho. Lo que llamamos huevos nada aporta a la reproducción, sino que es una señal de buena alimentación, como la grasa en los animales sanguíneos: por eso también en estas ocasiones son muy sabrosos de comer. Una prueba es que animales del tipo de las pinnas, los bucemos y las púrpuras tienen huevos siempre, sólo que unas velo ces son más grandes y otras más pequeños. Pero algunos no tienen siempre, sino sólo en primavera, y según avanza la estación menguan hasta que finalmente desaparecen por completo, como es el caso de las pechinas, los mejillones y las llamadas ostras de lago: pues la estación primaveral les va bien a su organismo

 

Plinio, HN XXXII, 21 (6) nos cuenta que: “También las ostras neutralizan el veneno de la liebre de mar, y ahora que hablamos de ostras, puede pensarse que no he tratado este tema con suficiente extensión en la primera parte de mi trabajo, ya desde hace mucho tiempo se les ha concedido la palma en nuestras mesas como plato de lo más exquisito. A las ostras les encanta el agua dulce y los lugares donde numerosos ríos desembocan en el mar; de ahí que en las pelagia sean de tamaño tan pequeño y tan pocas en número. Sin embargo, las encontramos criando entre rocas y en lugares muy alejados del contacto con el agua dulce, como en las cercanías de Grynium y de Myrina por ejemplo. Generalmente aumentan de tamaño con el aumento de la luna, como ya dijimos al tratar de los animales acuáticos; pero es en  verano, más particularmente, y cuando los rayos del sol penetran en aguas poco profundas, que se hinchan. Esta también parece ser la razón por la que son tan pequeñas cuando se encuentran en el mar; la opacidad del agua tiende a detener su crecimiento, y el consiguiente desaliento produce una indisposición comparativa para la comida”

 Plinio, HN II, 41 hace referencia a la luna sobre las ostras: “Es cierto que los cuerpos de las ostras y de los caracoles, y de los mariscos en general, aumentan de tamaño y luego disminuyen por la influencia de la luna”

 Aristóteles, Partes de los animales, II 654ª, 2-3 nos comenta que no tienen huesos: “Los huesos que son duros por naturaleza, han sido creados para preservar las partes blandas en los animales que tienen huesos; en los que no los tienen, la parte análogo, como en los peces en unos casos la espina, en otros el cartílago. Algunos animales tienen dentro tal protección, en cambio algunos de los no sanguíneos en el exterior, como todos los testáceos, por ejemplo, las llamadas ostras”



 Ateneo VIII,  354 a también se refiere a este tema: “De nuevo, entre los animales algunos tienen articulaciones, como el hombre, el asno, la vaca, mientras que otros carecen de ellas, como serpientes, ostras y pulmones de mar”

 No pueden moverse, pues están adheridos. Aristóteles, Investigación sobre los animales, I, 487 b, 10 y ss: “En el agua encontramos muchos animales que viven adheridos, como, por ejemplo, muchas especies de ostras. […] Por otro lado, muchos animales, sin estar adheridos, no poseen la facultad de moverse, como las ostras”

 Aristóteles, Investigación sobre los animales, IV, 528 a, 4 y ss: “Por otro lado, unos se mueven por sus propios medios, como la almeja (algunos dicen que incluso vuela), […] otros, en cambio, no se mueven del lugar en que están adheridos”

 Aristóteles,  Hª de animales, 487 b, 9 y ss: “En el agua encontramos muchos animales que viven adheridos como por ejemplo, muchas especies de ostras. Por otro lado, muchos animales, sin estar adheridos, no poseen la facultad de moverse, como las ostras” 

 Aristóteles, Investigación sobre los animales, V, 548 a, 1 y ss: “Por otro lado, unas cambian de lugar, otras no. Entre las que no cambian de lugar, las pinnas están adheridas al suelo por raíces, pero las navajas y las conchas están fijas sin estar adheridas por raíces, y cuando se las arranca de su medio, no pueden vivir”

 Ateneo, III, 86 b y c: “Las ostras, que son un molusco, se adhieren a las rocas como las lapas”

 Poseen dos partes, una sólida y otra carnosa como describe Aristóteles, Investigación sobre los animales, IV 523 b, 10: “Están, por otro lado, los testáceos: éstos  son animales cuya parte carnosa está en el interior y la parte sólida en el exterior. Esta parte sólida es desmenuzable y fácil de romper, pero no se dobla. Tal es el caso de las conchas y de las ostras”

 Aristóteles, Investigación sobre los animales, IV, 528 a, 4 y ss: “Los animales testáceos, como, por ejemplo, los caracoles de tierra, los caracoles de mar  y todos los llamados ostras, así como el género de los erizos marinos, tienen la parte carnosa, los que la tengan, dispuesta como los crustáceos, o sea en el interior, y la concha por fuera, sin sustancia dura en el interior. 

 Aristóteles, Investigación sobre los animales, IV, 528 a, 4 y ss: “Por otro lado, el elemento carnoso, tanto en los univalvos como en los bivalvos, está tan adherido a la concha que se necesita fuerza para desprenderlo, pero en los de concha en espiral se desprende mejor […] Además, todos poseen de nacimiento un opérculo. Todos estos testáceos tienen su concha a la derecha, y se mueven no en el sentido de la espiral, sino en sentido opuesto”

 Aristóteles, Investigación sobre los animales, VIII, 590 a, 30 y ss: “Tienen  también, como las ostras, un orificio por donde sale al exterior su alimento, orificio que está situado en la parte superior del animal. Pues la actinia se parece a la parte carnosa que hay en el interior de las ostras”

 Con respecto a sus conchas, Aristóteles, Investigación sobre los animales, IV, 528 a, 4 y ss dice: […] unos son bivalvos, otros univalvos: llamo bivalvos a los que están encerrados en dos conchas, […]. Entre los bivalvos, unos pueden abrirse, como, por ejemplo, las ostras, las almejas y los mejillones; pues todos estos mariscos tienen sus valvas unidas por un lado y libres por otro, de suerte que pueden abrirse y cerrarse. […]  Por otro lado, las mismas conchas son diferentes unas de otras. […] otras tienen la concha rugosa, como, por ejemplo, las ostras de lago, las pinnas, algunas variedades de conchas y los buccinos. […] Los testáceos difieren también por el grosor o delgadez de su concha, ya en su conjunto, ya en sus partes, por ejemplo los bordes. […] otros los bordes gruesos, como las ostras de lago. […] Una característica común a estos animales y a los otros mariscos es que tienen el interior de la concha liso

 Plinio, HN, IX 40: “Los tegumentos de los animales acuáticos son de muchas clases. (...) de un duro pedernal como las ostras y los moluscos.”

 Plinio, HN, X, 68 (87), 189 y ss nos explica que no tienen sexo: “No son de ninguno de los dos sexos ni las ostras ni los otros animales que se adhieren al fondo del mar o a una roca”

 

Tampoco pueden escuchar, pues no disponen de oído, Plinio, HN, X, 69 (88), 192: “Entre los animales marinos, no resulta verosímil que tengan oído las ostras, pero se dice que en cuanto se hace un ruido, el solen 1 se hunde hasta el fondo; Por esta razón también se observa silencio entre las personas que pescan en el mar”

 

Clemente de Alejandría, Protréptico, 51, 5 nos explica la influencia de la luna: “Hay muchos animales que no tienen vista, ni oído, ni voz, como la especie de las ostras, pero, al menos, viven, crecen y sufren por la influencia de la luna”

 Sobre l influencia lunar también nos habla Cicerón, Sobre la adivinación, II, 14,33: “lo que les pasa a las ostras y a todos los moluscos es que aumentan de tamaño o dejan de hacerlo al mismo tiempo que la luna”



 Tampoco tienen cabeza ni ojos: Plinio, HN, XI, 46, 129: “No tienen cabeza ni el género de las ostras ni las esponjas, ni por lo general los otros animales cuyo único sentido es el tacto. En algunos la cabeza no está diferenciada, como en los cangrejos”

 

Plinio, HN, XI, 52, 139: “No todos los animales tienen ojos; las ostras no tienen ninguno, pero cabe la duda en el caso de algunas conchas, porque si movemos los dedos delante de una vieira entreabierta, inmediatamente cerrará su concha”

 

Pero sí tacto, Plinio, HN, X, 71,  195: “Todos los animales tienen el sentido del tacto, incluso aquellos que no tienen ningún otro, pues también lo tienen las ostras y, entre los terrestres, incluso los gusanos”

 

Parece que también respiran, Filósofos Presocráticos, 816 (59 A 115) y Arist., De respir. 470b-471a: “Anaxágoras y Diógenes, quienes afirman que todos [los seres vivos] respiran, dicen de qué modo respiran los peces y las ostras”

 

Aristóteles, Partes de los animales 680 b 710, 22, 23 nos explica otra curiosa característica: “En las ostras esto, el llamado huevo, sólo crece en un lado y es lo mismo que en los erizos (...) En efecto, las ostras y las pechinas tienen esta parte en un solo lado de la circunferencia”

 

Por lo que respecta a su inteligencia e imaginación, Plinio, HN, XI, 39 (92), 226: “Hay quienes piensan que la agudeza de la inteligencia no depende de la fluidez de la sangre, sino que los animales son más o menos irracionales según la piel y la cobertura del cuerpo, como es el caso de las ostras o las tortugas”

 

Alejandro de Afrodisias. Acerca del alma del destino, 67, 4: “Además, todos los animales poseen sensación, pero no parece que todos  dispongan de imaginación, por ejemplo, no parecen tenerla, entre los animales marinos, las ostras ni los gusanos”

 

Plinio, HN, 110 afirma que actúa ante el temor gracias a su inteligencia: “La concha, cuando ve una mano, se repliega y oculta sus riquezas sabedora de que son ellas lo que busca; si la mano se anticipa, la corta con su filo. Además, la protegen en alta mar los perros marinos y que se encuentra entre escollos”

 

E incluso Luciano de Samosata, Subasta de vidas, 26 nos habla del alma de las ostras: “Hermes . — No, buen hombre. Él parece tener algún dinero, así que no te demores en comprarlo. Y, además, a su lado, aprenderás, al punto, cuánto tiempo vive el mosquito, a cuánta profundidad brilla el mar bajo el sol y cómo es el alma de las ostras”

 

Sobre la manera de alimentarse, Aristóteles, Investigación sobre los animales, I, 487 a, 25: “Algunos encuentran su alimento en el agua y no pueden vivir fuera de ella, sin embargo no absorben ni agua ni aire, como por ejemplo, la anémona de mar y las ostras”

 

Alejandro de Afrodisias. Acerca del alma del destino, 74, 5 las considera animales que no son perfectos: “Sin embargo, esta especie de deseo no se encuentra en todos los seres que poseen sensación. No se encuentra, en efecto, en los gusanos ni en las ostras, sino en aquellos animales que son ya más perfectos”


 

Aristóteles, Investigación sobre los animales, VI, 568 a, 5 y ss comenta que se alimentan de las algas: “Cuando el Ponto se limpia, es arrastrada por el Helesponto abajo una sustancia llamada alga que es de color amarillo pálido, y algunos pretenden que esa sustancia es la flor del alga, de la cual se extrae el afeite. Esta flor aparece en el verano. Sirve de alimento a las ostras y a los pequeños peces que viven en estos lugares”

 

Ateneo, III, 107 b: “Alexis lo menciona en Cratias o el farmacéutico. Como el fragmento entero es útil para ilustrar diversos alimentos, y en vista de que en este momento no lo retienes en la memoria, yo mismo voy a recitarlo. Dice así el cómico [PCG II, fr. 115]: Así que, en primer lugar, habiendo visto en casa de un tal Nereo, un viejo, unas ostras envueltas en algas, las cogí; y unos erizos, pues ellos son el preludio de un banquete agradablemente organizado”

 

Plinio, HN, 107 comenta que el fruto de las ostras son las perlas: "El origen y la formación de las conchas perlíferas no es muy diferente del de las ostras. Dicen que cuando les llega el momento de procrear, una vez al año, se abren en una especie de bostezo y conciben llenándose de materia seminal húmeda; una vez preñadas dan a luz y el fruto de las conchas son las perlas, que difieren según la calidad del líquido recibido”

 

En Plinio, HN, 107 podemos leer cosas muy curiosas sobre este fruto: “Si era puro, surge una perla de un blanco resplandeciente; si turbio, la perla es de un blanco sucio. Las concebidas bajo un cielo amenazador son pálidas. Sin duda, las perlas dependen del estado del cielo, están en relación más con él que con el mar; por eso son anubarradas o serenas como la claridad de la mañana.”

 

Plinio, HN, 108: “Si las conchas se alimentan adecuadamente, las perlas son grandes; si el cielo está iluminado por rayos, las conchas se cierran y las perlas disminuyen en proporción al ayuno; si truena, al estar asustadas y replegarse súbitamente en sí mismas producen lo que se llama physemata, una burbuja vacía sin consistencia: es el aborto de la concha. Los ejemplares sanos constan de muchas capas, de forma que pueden considerarse con propiedad una callosidad del cuerpo; los expertos les quitan las impurezas”

 

Plinio, HN, 109: “Es asombroso que se dejen influir tanto por el cielo, que con el sol enrojezcan y pierdan su blancura. Por eso las perlas de alta mar se conservan mejor, porque están sumergidas a una profundidad donde no llegan los rayos del sol. Con todo también ellas amarillean y pierden el brillo con la vejez y las arrugas. (...)La perla en el agua es blanda, una vez fuera se endurece inmediatamente”

 

Pseudo Aristóteles, Fisiólogo, 44 c nos presenta otra curiosa explicación sobre el nacimiento de las perlas en las ostras: “En el mismo mar Eritreo se produce la perla en cantidad. Y nace así: en aquel mar están los testáceos llamados de las ostras; en verdad estas ostras se hallan en la orilla. Cada una de ellas tiene la boca abierta para engullir algo que le sirva de alimento; y al estar quieta y con la boca abierta, como frecuentemente se producen los relámpagos, penetra la fuerza del relámpago dentro de la ostra, y acobardándose se cierra. Y al cerrarse la ostra teniendo dentro el relámpago, gira el relámpago con las órbitas de los ojos de la ostra, y girando la ostra sus dos ojos produce perlas; así rechinando la ostra al quebrarse, las perlas brillan junto al mar Eritreo, y viéndolas los hombres se acercan y las cogen, y así nacen las perlas”

 En otras entradas os contaremos otras cosas muy interesantes

Plurimam salutem!!