domingo, 15 de noviembre de 2020

MYMA, UNA RECETA MUY AROMATIZADA

En el Banquete de los eruditos XIV, 662 d-f, Ateneo, nos ha legado una receta curiosa que tiene como nombre MYMA, un plato de carne o pescado horneado con muchas hierbas aromáticas.

Veamos la receta original:

 “Y tal comida ahora es el myma, que yo, mis amigos, les traigo; de lo que Artemidoro, alumno de Aristófanes, habla en su Diccionario de Cocina, diciendo que se prepara con carne y sangre, con la adición también de una gran cantidad de condimentos. Y Epeneto, en su Tratado sobre la cocina, dice lo siguiente: “Uno debe hacer  myma de todo tipo de animal y ave, cortando las partes tiernas de la carne en trozos pequeños, el hígado, los intestinos y la sangre,  aderezarlo con vinagre, queso tostado y silfio y semillas de comino, tomillo (fresco o seco), ajedrea, semillas de cilantro (fresco o seco), puerros y cebollas (limpias y tostadas), semillas de amapola, pasas o miel. Y las pepitas de una granada verde. También puedes hacer este  myma de pescado”


ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Como leemos en la receta original se puede hacer con carne o con pescado, en nuestro caso lo haremos de pescado, en concreto con bacalao. Se podría hacer igualmente sustituyendo el pescado por pollo, cordero o conejo. Lo importante de esta receta es la salsa.

En el caso de hacer myma de pescado se puede evitar el uso de las vísceras y de la sangre que nos comenta Ateneo, pero si se hace con pollo o conejo, se puede utilizar su hígado sofrito y picado para espesar la salsa.

Ingredientes:

Filetes de bacalao

1 puerro

1 cebolla

100 gr de queso fresco o queso feta

1 cucharita de semillas de comino

1 ramita de tomillo fresco

½ cucharita de asafétida

1 cucharita de ajedrea

2 cucharitas de semillas de cilantro

1 cucharita de semillas de amapola

20 gr de pasas

1 cucharada de miel

Pepitas de granada

2 cucharadas de vinagre

Aceite de oliva

Sal

 Elaboración:

Comenzamos sofriendo la cebolla y el puerro con un poco de sal en aceite de oliva hasta que estén doradas y transparentes. 

Colocamos este sofrito como base en una bandeja de barro. Encima ponemos los filetes de bacalao. 

Molemos las semillas de comino y cilantro. A continuación, las unimos al asafétida, a la ajedrea, al tomillo, a las semillas de amapola y a las pasas. 

Vertemos esta mezcla sobre el pescado. 

Mezclamos el vinagre, la miel y un poco de sal. Con ello aderezamos el pescado por encima. 

Deshacemos el queso por encima del pescado. 

Horneamos durante aproximadamente una hora a unos 150º 

Se sirve con unas pepitas de granada por encima para darle un toque crujiente.

Prosit!

Plurimam salutem!! 

domingo, 1 de noviembre de 2020

PAPAVER SOMNIFERVM L.- III

Para finalizar nuestra investigación sobre las semillas de amapola hablaremos sobre sus usos médicos que son realmente muy amplios.


USOS MÉDICOS

Mientras que las semillas maduras, no narcóticas son las que hemos visto que se utilizaban en la cocina, la flor de la amapola se solían emplear con fines médicos. Así el opio se extrae de las cabezas de la adormidera y de él se produce la morfina que alivia los dolores. Con esta finalidad ya se utilizaba en la antigüedad como veremos a continuación.

Ya hemos comentado las variedades que nos presenta Teofrasto, IX, 12, 3, 4 y 5, pero de ellas comenta sus virtudes medicinales: Una llamada adormidera marina o «glaucio» es negra[…]Tiene la virtud de purgar el vientre. La hoja puede curar las ulceras que las ovejas tienen, a veces, en los ojos. Otra especie de amapola es la llamada rhoiás, […].Purga por abajo. Hay otra amapola que se llama «heraclea»  […], la raíz de esta planta purga por arriba. Algunos la usan para remedio de epilépticos, echada en aloja”

Sobre su uso como droga Teofrasto, IX, 16, 8 explica : Trasias de Mantinea descubrió, como decía él, una droga de tal eficacia que era capaz de hacer que el desenlace fatal fuera fácil e indoloro. Empleaba los jugos de la cicuta, de la adormidera y de otras hierbas por el estilo en las dosis necesarias para obtener conveniente y pequeña cantidad, que pesase poco menos de una dracma. No hay nada capaz de neutralizar este veneno y puede conservarse durante un tiempo prolongado sin perder en absoluto su virtud”

Plinio, XVIII, 61 nos habla sobre sus utilidades: La amapola silvestre, que es de una utilidad bastante maravillosa, se hierve en miel como remedio para enfermedades en la garganta,  mientras que la especie cultivada es un narcótico poderoso

Dioscórides, IV, 64: “La tercera especie es más silvestre, más pequeña y más medicinal que las anteriores; su cabezuela es alargada.{2} Es virtud común a todas ellas la de enfriar. Por ello las hojas y las cabezas de esta planta, cocidas en agua y luego aplicadas en forma de loción, inducen el sueño; su decocción se bebe también contra el insomnio; las cabezuelas majadas con harina de cebada, aplicadas en emplasto, van bien contra inflamaciones y erisipelas. Hay que majarlas verdes y modelarlas en forma de pastillas, y, una vez secas, almacenarlas y así irlas usando. Cocidas por sí solas las cabezuelas en agua, hasta que se consuma la mitad, recocidas con miel hasta que el líquido resultante se espese, son un electuario analgésico contra la tos, las fluxiones de la tráquea y las indisposiciones intestinales.{3} Se vuelve más eficaz si se mezcla con ella el zumo del hipocisto y la acacia. La simiente de la adormidera negra majada se bebe con vino contra el flujo del vientre y la menstruación. Se aplica como emplasto, mezclada con agua, sobre la frente y las sienes de los que padecen insomnio. El licor por sí solo, tomado en escasa cantidad, como de un grano de yero, tiene mayor capacidad para enfriar, espesar los humores y secar; es analgésico, somnífero y digestivo. Es beneficioso contra las toses y las indisposiciones intestinales. Si se bebe en una cantidad mayor, es perjudicial por aletargar y mata.{4} Es eficaz también contra los dolores de cabeza, aplicado en forma de loción con aceite rosado; contra los dolores de oído, instilado con aceite de almendras, azafrán y mirra; aplicado con yema <de huevo> y con azafrán, en el caso de la inflamación de los ojos; con vinagre, contra las erisipelas y las heridas; con leche de mujer y con azafrán, contra la podagra; aplicado por el ano a modo de supositorio, produce sueño.{5} El licor más fuerte es el espeso, profundo de olor y que adormece al olerlo, <amargo al gusto, el que se disuelve bien en agua, liso, blanco>, ni áspero ni grumoso, que al desleírse no se condensa como la cera, el que expuesto al sol se derrite, el que prendido con una candela arde con llama no oscura y el que conserva después de extinguirse su virtud olorosa. Lo falsifican mezclándolo con glaucio o con goma arábiga o con zumo de lechuga silvestre. Pero el mezclado con glaucio se vuelve de color azafrán al desleírse, y el mezclado con zumo de lechuga es de olor más evanescente y más áspero; el mezclado con goma no tiene fuerza y es transparente.{6} Algunos llegan a tal grado de insensatez, que incluso mezclan grasa con él. Se tuesta en un recipiente de barro nuevo para uso oftálmico, hasta que se muestra blando y más amarillento. Dice Diágoras que Erasístrato desaprobaba su uso para las otalgias y para los pacientes con inflamación de ojos, por ser causante de ambliopía y adormecedor. Andreas dice que los ojos untados con ese jugo se cegarían si no estuviera adulterado; Mnesidemo afirma que sólo es conveniente para el sueño su uso por el olfato, mientras que, empleado de otro modo, resulta perjudicial, lo cual es falso, refutado por la experiencia, por el hecho de que la eficacia de este medicamento se atestigua por sus efectos. {7} No es extemporáneo describir someramente también el modo en que recogen el licor. Algunos, en efecto, majan las cabezas de la planta con las hojas, las estrujan completamente mediante una prensa, las trituran en un mortero y dan forma de pastillas a la pasta resultante. El fármaco así obtenido se llama ‘meconio’ (mēkōnion) y es más débil que el licor. Los que se ponen a la labor de recoger el licor, después de que se sequen las gotas de rocío, tienen que recortar con un cuchillo la estrellita de la cabezuela, de manera que no atraviese hasta dentro, y así, hacer cortes oblicuos sobre la superficie de las cabezuelas en línea recta, recoger las lágrimas que de ellas salen con el dedo e introducirlas en una concha; de nuevo, no mucho tiempo después, hay que repasar, pues el licor se encuentra coagulado, y al día siguiente también así se encuentra; hay que majarlo en un mortero, darle forma y almacenarlo. Ahora bien, en el acto de cortar las cabezuelas hay que retroceder hacia atrás para que los vestidos no se lleven el licor prendido”


Como son tantos los beneficios medicinales de la adormidera vamos agruparlos:

Efectos terapéuticos

Hipnótico 
Analgésico: contra el dolor de cabeza, contra inflamaciones oculares, contra hemorragias ginecológicas, contra los dolores de oídos, contra el dolor mordicante de vientre, contra la tos y contra la erisipela 
Expectorante 
Digestivo estomacal: contra la diarrea. 
Antiinflamatorio 
Cura las mordeduras 
Para la gota 
Reduce los humores

Efectos secundarios: puede resultar mortal, afecta a la vista, aletarga, es soporífero.
    
Forma de aplicación

            Se aplica como cataplasma, como supositorio, se inhala, aplicado con agua, vinagre, aceite u otros medicamentos, como colirio,  en decocción con agua y en pastillas.

OTROS USOS CURIOSOS

Plinio, VIII, 74 nos relata su uso como tinte y emplea el término papaueratus: Fenestela escribe que en la última época del divino Augusto comenzaron a usarse las togas […] Las de lana espesa blanqueadas con adormidera tienen un origen más antiguo”

Plinio, XIX, 53 nos cuenta una curiosidad: “La amapola siempre ha sido estimada entre los romanos, tenemos una prueba en la historia relacionada con Tarquinio  el Soberbio quien, golpeando las amapolas más altas en el jardín, ofreció de forma oculta aquella sanguinaria respuesta a los mensajeros enviados por su hijo

Como emblemas en monedas, la amapola  aparece en el mundo griego y romano. La podemos encontrar con la forma de cápsula, sola o rodeada de espigas de cereales, indicando fertilidad y prosperidad, símbolo característico de Deméter. A su vez, la planta tiene propiedades medicinales; por lo tanto, la amapola debe definirse como un símbolo medicinal.

Podemos afirmar que la amapola simbolizaría la curación por sus propiedades narcóticas e hipnóticas, el sueño y la muerte que puede producirse si no se consume bien  pero también la vida, riqueza y la fertilidad.

Confiando en que este paseo por el mundo del papaver somniferum os haya sido de interés, nos despedimos hasta la siguiente entrada.

Plurimam salutem!