Antes de cerrar por temporada estival, estuvimos comentando muchas curiosidades sobre las ostras, pero todavía os quedan otras por descubrir...¿te animas?
En esta entrada vamos a comentar algunas peculiaridades sobre las ostras.
Otros usos y curiosidades
Arriano en Anábasis de Alejandro Magno, VIII: La
India, 8, 11 nos cuenta la existencia de una ostra reina como las abejas:
“Dice Megástenes que allí pescan estas perlas
con unas redes, ya que las ostras se arraciman en el mar como si se tratara
de una colmena, pues entre ellas también hay una ostra reina o rey como entre
las abejas. De suerte que si alguien por azar captura a esta reina, le
resulta comodísimo hacerse con todo el enjambre de ostras; en cambio, si la
ostra rey se le escapa no puede pescar las demás. Los pescadores de ostras
dejan que la carne del animal se pudra por completo y luego utilizan la concha
como adorno. Entre los indios las perlas tienen un valor tres veces superior al
del oro puro, que también abunda en las entrañas de la tierra india”
Eliano, Hª Animales, XV, 8 nos describe
cómo capturarla teniendo en cuenta la existencia de una ostra reina: “La
ostra perlífera de la India (yo he hablado antes de otra que hay en el
Mar Rojo) se coge del modo siguiente. Hay una ciudad que gobernaba un varón
llamado Soras, de estirpe regia, cuando Eucratides gobernaba en Bactria. El
nombre de la ciudad es Perimula y la habitan hombres ictiofagos. Dicen que
parten de allí estos hombres con sus redes y trazan un anillo muy grande en
torno a un gran círculo de la playa. La mencionada perla se obtiene de una
concha parecida a una caracola. Las ostras perlíferas nadan en tropel y
tienen sus jefes, como las abejas tienen los llamados reyes en las colmenas.
Yo he oído decir que el jefe sobresale también por su color y tamaño. Pues
bien, los buceadores porfían por apoderarse de él, ya que si lo capturan,
capturan a todo el ejército de ostras, porque queda, por así decirlo,
desamparado y sin guía, se queda inmóvil y no avanza como el rebaño privado de
su pastor por algún funesto accidente. Pero el guía se escapa y se escabulle
con suma destreza, y se pone al frente y salva a todo el que lo obedece. Dicen
que a las ostras que capturan, las ponen en salazón en vasijas. Y cuando la
carne se ablanda y se deshace, queda la piedra preciosa. La mejor piedra es la
del mar de la India y la del Mar Rojo. Pero las hay también en el Océano
occidental, en donde está la isla Británica; aunque, según parece, tienen estas
una apariencia más dorada y un brillo más apagado y oscuro. Dice Juba que las
hay también en el estrecho del Bósforo, y que son inferiores a las de Britania
y no pueden compararse en absoluto con las de la India y el Mar Rojo. Pero de
la perla terrestre de la India se dice que no tiene una naturaleza propia, sino
que es el resultado del cristal de roca arrancado, no del hielo formado por
congelación”
Paladio, I, XL nos habla de su empleo en la
construcción y arreglo de instalaciones: “Conviene saber, ya que estamos hablando a propósito
de los baños, cuáles son las masillas del agua caliente y fría para que, si
acaso se agrietan las instalaciones […] O también, se machacan a un tiempo
higos, pez sólida y conchas secas de ostras; con todo esto tapas las juntas
con mucho cuidado”
Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, II,
59, 4 para la fabricación de vestimenta: “Y elaboran vestidos de ciertas canas que
tienen en el centro una pelusa brillante y delicada, recogiendo la cual y mezclandola
con ostras marinas machacadas, elaboran maravillosos mantos purpúreos”
Plinio, HN, IX, 31, 51, 98 hablando de los
cangrejos y del uso que hace de las conchas de las ostras para protegerse:
“Se llama pinotero al más pequeño de toda esta especie
y, por ello, más vulnerable. Éste tiene la astucia de meterse en las conchas
vacías de las ostras y de mudarse, así que ha crecido, a otras más grandes”
En el mismo sentido leemos en Eliano, Hª Animales,
III, 29: “La pinna es una criatura marina
de la clase de las ostras. Se abre mediante la separación de las valvas
adyacentes y extiende un pedúnculo de carne como cebo de los peces que nadan
cerca. El cangrejo permanece a su lado compartiendo su alimento y su
territorio de caza. Así, cuando algún pez se acerca nadando, el cangrejo da a
la pinna un pequeño pinchazo. Entonces el bivalvo se abre más y recibe dentro
de sí la cabeza del pez que llega (porque mete su cabeza para comer) y lo
devora”
Arriano, Anábasis de Alejandro Magno, VIII: La
India, 39, 5 cuenta que podían asentarse sobre las ballenas: “Cuenta Nearco haber visto, en este trayecto de su
viaje, una ballena varada en la arena; algunos marineros se acercaron a medirla
y dijeron que tenía cincuenta codos. Su piel estaba cubierta de escamas y era
de un codo de espesor y, sobre ella, se habían asentado colonias de ostras,
conchas y toda clase de algas”
Luciano de Samosata, Relatos verídicos, I, 41
nos comenta su uso como arma arrojadiza: “En lugar de garfios de hierro se arrojaban entre sí
grandes pulpos atados, y éstos se entrelazaban en el bosque y sujetaban la
isla. Se arrojaban y herían con ostras del tamaño de un carro y esponjas
de un pletro”
Estrabón, Geografía, XV, 2 habla de su uso para
edificar casas: “La comarca de los ictiófagos […] Construyen
sus viviendas sobre todo con esqueletos de ballenas y conchas de ostras”
Teofrasto, IV, 6, 6 y 7 nos describe cómo las algas
utilizan su valva como base para su crecimiento: “Otra alga es la lechuga de mar, que tiene hojas
verdes, […]. Crece sobre piedras cerca de la tierra y en valvas de
ostras. Éstos son poco más o menos los vegetales más chicos. La encina
de mar y el abeto marino crecen en la costa. Nacen en las piedras y en
las valvas de las ostras, pero, como no tienen raíces, se agarran a
aquéllas como las lapas”
Teofrasto, IV, 6, 3 hablando de las algas: “Otra variedad tiene las hojas a manera de cabellos,
como el hinojo, y no es verde, sino amarillo-pálida; no tiene tallo, sino
que se yergue derecha sobre si misma; crece sobre las valvas de las ostras
y sobre las piedras, y no como la otra agarrada a la tierra; pero ambas
son plantas costeras, y la variedad filamentosa crece cerca de la tierra y, a
veces, recibe una ligera mojadura del agua del mar, mientras que la otra se
adentra más en él”
Diógenes Laercio, Vida de los filósofos más
ilustres, Cleantes, 5 comenta su uso como soporte de escritura: “Dicen que escribía en ostras y en omóplatos de buey
cuanto había oído a Zenón, careciendo de dinero para papel”
Sabemos que las ostras también eran consideradas
verdaderos obsequios, como nos cuenta Paulino de Nola, Poemas, 2, 8:
“Para que pueda ser de tu agrado el amable regalo de
un amigo pobre, no vayas a tener en cuenta los ricos obsequios que me haces. Si
no, ¿qué podría yo darte a cambio de aquellos peces que te proporciona con la
abundancia de su oleaje la vecina playa, admirables de aspecto y únicos en su
belleza? En cambio a mí, en los bajíos pedregosos del profundo mar el molusco
se me cría escaso en la oscuridad de las algas. Para compartirlo contigo te
mando dieciséis conchas perfumadas del néctar del mar, que llena una dulcísima
entraña con su meollo bicolor. Que las aceptes de grado te ruego y no las
rechaces por su poco valor, pues sólo son pequeñas si las comparas con lo
grande de mi amor”
Plinio HN, XXXI, 44 nos explica el uso de las
ostras para hacer allec: “Del mismo modo, el
allec ha llegado a fabricarse a partir de ostras, erizos de mar, ortigas y
hígado de salmonete; y últimamente se han ideado mil métodos diferentes para
asegurar la putrefacción de la sal de tal manera que se obtengan los sabores
más apreciados por el paladar”
BENEFICIOS
Hipócrates, Sobre la dieta, 48 también describe
sus beneficios: “En cuanto a los
moluscos, por ejemplo, las ostras perlas, lapas, púrpuras, bocinas, y ostras, su
pulpa es astringente, mientras que su caldo es laxante”
También Ateneo, III, 87 b menciona sus beneficios: “Hicesio comenta que las lapas se evacuan mejor que
los moluscos mencionados, y que las ostras son más nutritivas que ellas,
producen saciedad y se evacuan mejor”
Ateneo, III, 88 a: “Existen
también unos moluscos llamados ≪ostras salvajes≫ son nutritivas, pero hediondas y además pobres en sabor”
Ateneo, III, 90 b:
“Y respecto a los restantes, Difilo dice lo siguiente: ≪De las almejas, de concha áspera, las que son pequeñas y tienen la carne fina se llaman
ostras, y son estomacales y fáciles de evacuar”
Ateneo, III, 86 b y c: “Diocles de Caristo, en su Tratado sobre la salud,
asegura que los moluscos más indicados para la evacuación y la orina
son los mejillones, ostras, vieiras y almejas”
Ateneo, III, 92 a y ss: “Las ostras primaverales y las de comienzos del
verano son mejores, llenas, tienen sabor a mar mezclado con cierta dulzura, son
buenas para el estómago y fáciles de evacuar. Las que se cuecen con malva o
romaza o pescado, o por si solas, son alimenticias y buenas para el vientre≫. Mnesiteo de Atenas, en su libro Sobre
los comestibles [fr. 36 Bert.], comenta: ≪Las ostras, las almejas, los mejillones y los de ese
tipo tienen una carne difícil de digerir, a causa del líquido salado de su
interior. Debido a ello, si se comen crudos son laxantes del vientre, por su
salinidad, mientras que los hervidos sueltan toda o la mayor parte de su sal en
el mismo líquido en el que se cuecen. Por eso los líquidos en los que se cocina
algún molusco son perturbadores y laxantes del vientre, mientras que las
carnes de los moluscos hervidos producen borborigmos cuando son privadas de sus
líquidos. En cambio, los moluscos cocidos, siempre que se los cueza bien,
tienen una disposición menos dañina, pues han sido sometidos a la acción del
fuego. Por dicho motivo no son tan indigestos como los crudos, y tienen
desecados los líquidos de su interior por cuya acción se afloja el vientre.
Proporcionan un alimento líquido e indigesto todos los tipos de moluscos, y no
conducen a la producción de orina”
En los Fragmentos de la comedia media, PANFILA 175.
Ateneo , VIH 356 e, hace referencia a sus poderes afrodisíacos: “El pulpo ayuda... a los placeres de Afrodita...
Alexis en Pánfila muestra la utilidad del pulpo, diciendo: Para quien ama,
Ctesón, ¿qué hay más conveniente que lo que ahora traigo? Caracoles de mar, ostras,
nazarenos y un gran pulpo y pescados en abundancia”
Plinio, HN XXXII, 21 (6) enumera un gran número de
beneficios: “Aprovecharemos la oportunidad para
exponer todas las propiedades medicinales que se atribuyen a las ostras. Son
singularmente refrescantes para el estómago y tienden a restaurar el apetito.
También el lujo les ha dado un frescor suplementario cuando se sumergen en la
nieve, mezclando así los productos de las cimas de las montañas y del fondo del
mar. Las ostras son ligeramente laxantes para los intestinos; y
hervidas en vino con miel, alivian el tenesmo, en los casos en que no va
acompañado de ulceración. Actúan como detergentes también sobre las
ulceraciones de la vejiga. Hervidas con su concha, sin abrir tal como están
a mano, las ostras son maravillosamente eficaces para los flujos reumáticos.
Las conchas de ostra calcinadas, mezcladas con miel, alivian las afecciones
de la úvula y de las glándulas amigdalinas; se utilizan igualmente para las
glándulas parótidas, los tumores inflamados y las induraciones de las
mamillas. Aplicadas con agua, estas cenizas son buenas para las ulceraciones
de la cabeza y dan suavidad a la piel en las mujeres. También se
espolvorean sobre las quemaduras y son muy apreciados como dentífrico.
Aplicados con vinagre, son buenos para quitar el prurigo y las erupciones
pituitarias. Golpeados en estado crudo, curan la escrófula y los
sabañones de los pies”
Celso II, 14 las recomienda para el estómago: “Pero lo mejor para el estómago es lo áspero, incluso
lo ácido, y lo que está moderadamente espolvoreado con sal; [...] pescados de
fibra dura de clase intermedia, ostras, vieiras, mariscos múrex y
púrpura, caracoles”
En otra entrada nos centraremos en su consumo y su crianza.
Plurimam salutem!
*Imágenes propias