domingo, 19 de mayo de 2019

ABONOS Y FERTILIZANTES III

Tras dos semanas de trabajar los abonos y fertilizantes, llegamos al final de nuestra investigación centrándonos en otros puntos. 

Dónde colocar el estercolero

Paladio, I, 33: El estiércol deberá estar amontonado en un lugar propio que tenga abundancia de agua y esté apartado de la vista de la vivienda por su mal olor. El agua abundante permitirá al estiércol que, si hay dentro alguna semilla de espino, se pudra.
El excremento de asnos es de primera calidad sobre todo para las huertas; a continuación el de ovejas, cabras y jumentos; el de cerdo, en cambio, es pésimo; las cenizas muy buenas; el de palomina muy ardiente y el de las demás aves es bastante bueno, salvo el de las acuáticas.  El abono que haya reposado un año vale para las mieses y no cría hierba; si es más viejo dará peor resultado. A los prados, en cambio, les favorecerá el estiércol reciente para fortalecer la hierba. Los sedimentos del mar ", si  se bañan en agua dulce y se mezclan con los demás, harán a su vez de estiércol; y también el lodo que haya depositado la corriente del agua o las crecidas de un río”



Por qué del empleo de la estercolación.

Columela 2.13.3-4: “Pero todo terreno que se agota con el cultivo de las citadas semillas tiene una medicina eficaz: ayudarlo con el estiércol y restablecer las fuerzas perdidas con esta especie de alimento; y no sólo por las semillas que se han confiado a los surcos del arado, sino también por los árboles y arbustos, que en mayor medida se fertilizan con tal alimento

Columela 2.5.1: Antes, sin embargo, de binar una tierra endeble, convendrá estercolarla, pues con esta especie de alimento se fortalece

Teofrasto VIII, 7 justifica el porqué del uso del estiércol: “También el estiércol contribuye grandemente al suministro de calorías y a la maduración; porque los campos estercolados adelantan en veinte días a los campos no estercolados; mas no a todos aprovecha el estercolamiento. Es útil esto también no sólo a todos los cereales, sino también a la mayoría de otros vegetales, excepto el helecho, al que, según dicen, daña, si se le echa. El helecho perece, si una oveja se acuesta sobre él, y también, como algunos dicen, a la alfalfa la echan a perder el estiércol y la orina”

Cómo abonar:

Columela, 2, 16 comenta en qué tiempos se han de estercolar los campos: “Entre tanto, el que quisiere preparar las tierras para granos, si ha de hacer la sementera en el otoño, distribuirá en ellas montones pequeños de estiércol el mes de Septiembre; y si en la primavera, en cualquier tiempo del invierno, en la menguante de la luna; de suerte que haya diez y ocho carros por yugada en tierra llana, y en la pendiente veinticuatro, y como he dicho poco antes, no extenderá los montones antes de ir a arar. Pero si algún motivo ha impedido estercolar la tierra en tiempo conveniente, el segundo modo de hacerlo es esparcir por la siembra, antes de la escarda de almocafre, polvo de estiércol de aves, como quien siembra. Si éste no le hubiere, echar con la mano el de cabras, y revolverlo con la tierra por medio de almocafres; este procedimiento fertiliza las sementeras. Y no conviene que ignoren los labradores, que así como un campo que no se estercola se pone frío, del mismo modo se abrasa si se estercola demasiado, y que es más conveniente a un labrador hacer esto con frecuencia que con exceso. Ni hay duda que el terreno de mucha agua quiere más abundancia de él que el seco: el uno, porque estando frío con las continuas humedades, se deshiela por medio de él; el otro, porque teniendo calor por sí mismo con motivo de las sequedades, echándoselo con abundancia, se quema; por lo cual no conviene que le falte semejante materia ni que le sobre.
Si con todo eso no encontrare el labrador ninguna especie de estiércol, le será muy provechoso hacer lo que  hago memoria haber practicado muchas veces mi tío, paterno, Marco Columela, labrador muy instruido y aplicado, que a los terrenos arenosos les echaba greda, y a los gredosos y muy densos arena, y por este medio, no sólo excitaba las sementeras a acudir mucho, sino también formaba unas viñas hermosísimas. Pues decía él mismo que no se debía echar
estiércol a las viñas porque corrompía el gusto del vino, y que era mejor material para tener vendimias abundantes la tierra amontonada en los muladares, o la de los setos, o malamente, otra cualquiera tomada de otra parte y traída adonde se ha de echar. Por último, yo creo que si el labrador se haya destituido de todas estas cosas, a lo menos no le faltará el facilísimo recurso de los altramuces; que si los echa a la tierra hacia los idus de Septiembre, los cubre con el arado y luego los corta en tiempo oportuno con el mismo, o con la azada, le servirá como una capa de excelente estiércol.
Pero el tiempo de cortar el altramuz en los terrenos areniscos es cuando haya echado la segunda flor, y en los rojos cuando haya echado la tercera. En los primeros se entierra cuando está tierno para que se pudra prontamente y se incorpore con el suelo endeble; y en los segundos cuando está más recio, porque sostiene más tiempo los terrones duros y los mantiene levantados, para que calentándose con los soles del estío se deshagan”

Paladio, I, 15 dice que: La tierra húmeda requiere más estiércol, la seca menos.”




Columela, 2, 15 nos habla de cómo preparar el abono:Esto se hará en donde no tiene ganados la heredad, porque donde hay rebaños de ellos, hay algunas oficinas que se deben limpiar todos los días, como la cocina y la quesera; y otras donde debe hacerse en los días lluviosos, como los tinados de los bueyes y los apriscos de las ovejas. Si la hacienda es solamente de pan sembrar, nada importa que no se separen las diferentes especies de estiércol; pero si está distribuida de manera que hay en ella árboles, tierras de labor, y también prados, se ha de poner aparte cada clase de estiércol, como el de las cabras y el de las aves. Las demás cosas se han de echar juntas en la hoya de que se ha hablado, y regarlas de continuo con mucha agua, para que las semillas de las yerbas que se han mezclado con la paja y demás se pudran. Después, en los meses del estío, conviene que todo el estercolero se remueva con rastros, no de otra suerte que si dieras un agostado a fin de que se pudra con más facilidad y sea a propósito para los campos. Y en efecto, tengo por poco cuidadosos a los labradores que no sacan en un mes de cada cabeza de ganado
menor un carro de estiércol, y de cada una de mayor diez, y otros tantos de cada hombre, que puede recoger y echar en la hoya, no sólo sus propios excrementos, sino también las inmundicias del corral y del edificio. También tengo que advertir que todo el estiércol que, recogido en tiempo oportuno, haya reposado un año, es muy útil para las siembras porque tiene toda su virtud y no cría hierbas; pero cuanto más añejo es aprovecha menos, porque tiene menos fuerza, y así que a los prados se eche lo más fresco que pueda ser, porque cría más hierba; y que esto conviene se haga el mes de Febrero en la creciente de la luna, pues esto también coadyuva algún tanto a la producción del heno”

Columela 5: “Los montones de estiércol se distribuirán de a cinco modios cada uno, en lo llano más claros, y en la colina más espesos; y será bastante que de montón a montón haya ocho pies de distancia en todas direcciones, por lo que hace a las tierras llanas, y dos menos en las de colina. Y queremos que esto se haga en la  menguante de la luna, pues de este modo se libertan las tierras de hierba. Y la yugada necesita veinte y cuatro carros de estiércol, cuando se le hecha más espeso, y diez y ocho cuando se le echa más claro, Al instante que se haya extendido el estiércol, convendrá arara la tierra y enterrarlo, no sea que con el calor del sol pierda la fuerza; y para que la tierra incorporada con este alimento se engrase. Y así, cuando se echaren los montones de estiércol en un campo, no se extenderán más que los que puedan enterrar los gañanes en el mismo día”

 Catón, Tratado de agricultura, 37, 1-5 [XLII] : “Arranca del sembrado el yezgo y la cicuta, y en torno de la salceda la hierba alta y la espadaña; ésta pónsela de mullido a las ovejas y a los bueyes como hoja fétida. Tamiza una parte de los huesos de fruta y échala en una pila, añádele agua y mézclala bien con una paleta; luego, echa esa pasta en torno de los olivos cavados; echa asimismo huesos de fruta quemados. Si la vid está débil,  córtale los sarmientos en trozos menudos y entiérraselos con el arado o cavando. En las veladas del invierno haz lo siguiente: desbasta los rodrigones y estacas secos que habrás puesto bajo techado la víspera, haz pequeñas teas y saca fuera el estiércol. No toques la madera a no ser en el interlunio o con la luna en mitad de su ciclo: la que saques de la tierra cavando o talando se retirará mejor en los siete días siguientes a los de luna llena. Guárdate sobre todo de desbastar la madera, talarla o tocarla, si te es posible, si no está seca o si está helada o humedecida de rocío. Escarda y sacha dos veces el trigo y arranca la avena.”




Catón, Tratado de agricultura, 29 [XXXII]: “Distribuye el estiércol de la siguiente manera: lleva la mitad al campo donde vayas a sembrar el forraje y, si hay allí olivos, hazles al tiempo un alcorque y ponles estiércol: después siembra el forraje. Añade una cuarta parte en torno de los olivos con alcorque cuando más sea menester y cubre el estiércol con tierra. Reserva otra cuarta parte para la pradera y cuando más necesidad haya, al soplar el favonio, transpórtala con luna nueva”

Resulta realmente impresionante el conocimiento tan amplio que en la antigüedad se tenía de los cuidados del campo, del uso de los fertilizantes que la propia naturaleza nos proporciona, abandonando todo aquello que pudiera perjudicar a los animales, a las personas y a los propios cultivos.

Esto nos puede hacer reflexionar un poco que quizás deberíamos aprender  más de un pueblo cuya fuente principal de economía era la agricultura y la ganadería y no pensar tanto en las ganancias particulares y  respetar los plazos que la propia naturaleza marca.


Plurimam salutem!

domingo, 5 de mayo de 2019

FELICEM DIEM MATRIS!

Desde el comienzo de este blog es habitual dedicar unas líneas a las mujeres por el privilegio que tenemos de poder dar vida, así que este año no va a ser menos.

¡Va por todas las mujeres!


ABONOS Y FERTILIZANTES II

Continuamos con el tema de los fertilizantes comentando los diferentes tipos que nos han transmitido las fuentes clásicas.




Tipos de abonos y fertilizantes

 El estiércol procedía de los desechos de los animales, de las plantas y de las personas.

Así pues, tenemos abono vegetal que podía ser cultivado, a destacar,  legumbres, rastrojos y forraje o silvestre como las  hojas de los bosques. También se utilizaba el abono animal procedente de las aves, de cuadrúpedos y el abono doméstico, procedente de los hombres y sus hogares.

No es de extrañar que Columela, en su libro VI recomiende pastar animales en los campos a estercolar:Pero, entre estas aspiraciones tan dispares hay, sin embargo, cierta alianza y un cierto vínculo común, ya que generalmente es más útil que ramonee el pasto de la finca el ganado propio que no el ajeno, y gracias a la profusión de estiércol, que procede del ganado, brotan con pujanza los frutos de la tierra

También conocemos el uso de las algas marinas, la harina de hueso, la lana, el pelo, la ceniza, el hollín, incluso, la orina.

Pero acudamos a las fuentes directamente, pues resulta interesante descubrir que algunos de los abonos que recomiendan los tratados de agricultura se siguen empleando en la actualidad como por ejemplo, en Normandía el excremento de paloma mezclado con otros abonos, los residuos de las comidas (compost) se está poniendo en valor en España, pero desde hace muchos años se ha utilizado en los campos españoles, igual que en los de Suiza o Francia, a veces sólo o unido a cenizas. O la orina, el estiércol llamado “urato” cuyo componente principal es la orina, muy empleado en los campos cercanos a París. También los altramuces en combinación con el trigo sarraceno, las arvejas, el trébol, los guisantes, la alfalfa, los frijoles son utilizados en el sur de Francia y en Inglaterra. Comentar que hacer que el ganado paste en los campos es muy beneficioso y se usa de manera habitual en muchos países pues no sólo es bueno su excremento, sino también su grasa y orina, pero volvamos a los clásicos.

Columela, 2, 15 nos habla de los tipos de abonos, enumerándolos según su efectividad:Tres, pues, son los principales géneros de estiércol: el que proviene de las aves, el que proviene de los hombres y el que proviene de los cuadrúpedos; El de las aves se tiene por el mejor, y en esta clase el primero es el que se saca de los palomares; en seguida el de las gallinas y demás aves, exceptuando, sin embargo, el de las acuáticas o nadadoras como los patos y gansos, porque éste no sólo no es útil; sino que también es dañoso, y el ser más de nuestra aprobación el de palomas es porque, esparcido moderadamente sobre la tierra la hace fermentar. El segundo, después de éste, es el que hacen los hombres, con tal que se mezcle con los otras inmundicias de la casa, porque él por sí es de una naturaleza muy cálida, y, por lo tanto, abrasa la tierra echándolo solo. Sin embargo, para los árboles es más a propósito la orina humana que hayas dejado añejar por seis meses; si la echares a las vides o a los frutales, con ninguna otra cosa producen fruto más abundante, y no sólo esto , sino que mejora el gusto y el olor del vino y de las frutas. Puede también el alpechín añejo, que no tiene sal, servir mezclado con esta orina para dar un riego útil a los árboles frutales, y a los olivos principalmente, aunque empleado sólo les es también muy provechoso. Pero el uso de estos dos líquidos es más conveniente que nunca por el invierno, y aun por la primavera antes de los calores del estío, con tal que las vides y los árboles estén también excavados.
El tercer lugar lo obtiene el estiércol de los cuadrúpedos, y en él también hay diferencia, porque se tiene el mejor el de los borricos; pues que estos animales mascan con muchísima lentitud, y de consiguiente digieren con más facilidad y echan un estiércol bien cocido y a propósito para emplearlo inmediatamente en la tierra. Después de estos estiércoles de que acabamos de hablar, es el de ovejas; en seguida el de cabras, y después el de las demás bestias de carga y el del ganado vacuno; pero el de los « cerdos pasa por el peor de todos. Y aun ha sido bastantemente provechoso para los sembrados el uso de la ceniza y del hollín. Pero el tallo del altramuz cortado tiene lugar igualmente de un estiércol excelente. Y no ignoro que hay también cierta clase de campo en que no se pueden tener ganados ni aves ; mas, sin embargo, sólo a un labrador desidioso podrá faltarle estiércol, aun en este paraje; pues
puede recoger toda clase de hojas, despojos de los setos y barreduras de las encrucijadas; puede cortar los helechos de la tierra del vecino (sin perjuicio de éste, antes bien haciéndole favor) y mezclarlos con la basura del corral; puede hacer una hoya honda, y en ella juntar en un montón la ceniza y el cieno de las cloacas, la paja de los rastrojos y las demás cosas que se barren; esta hoya ha de ser como la que dijimos en el primer volumen se había de hacer para recoger el estiércol, y en medio de ella se va de clavar un pedazo de madera de roble para evitar que se oculten en el estiércol las serpientes venenosas”




Varrón RR, 1.38.1-3 nos describe también la tipología del estiércol: “1. Debe pensarse en qué lugares hay que estercolar en el campo, y cómo y con qué tipo debes hacerlo principalmente, pues hay algunas diferencias entre ellos. Casio escribe que el mejor estiércol es el de las aves voladoras antes que el de las palustres y que el de las que nadan. De entre ellos sobresale el de las palomas ya que es muy cálido y puede fermentar la tierra; conviene que éste se esparza en el campo como la semilla y no ponerlo en montones como el del ganado. 2. Yo creo que sobresale de entre los de pajarera el de tordos y mirlos, porque no sólo es útil para el campo, sino también como alimento tanto de bueyes como de cerdos para engordarlos. Por eso, los que alquilan pajareras, si el dueño estipula que el estiércol quede en la finca, lo alquilan en menos que aquellos a los que se les concede. Casio escribe que tras el de paloma está el humano. 3. en tercer lugar están los de cabra, oveja y asno y el peor, el de caballo, pero eso en los campos cultivados, pues en los prados es el mejor posible, al igual que el de otras bestias de carga que se alimentan de cebada, porque hace mucha hierba. Conviene hacer el estercolero cerca de la casa de campo para que se saque en muy pocas peonadas. Se dice que no nacen serpientes en él si se fija en medio una estaca de roble”. […] Conviene que haya dos estercoleros junto a la casa o uno dividido en dos partes. Pues en una parte es conveniente que se haga el estiércol nuevo, en la otra que se tome el viejo para el campo, ya que es mejor el que se pudre que el reciente. Y es mejor el estercolero cuyos lados y cimera se protejan del sol con ramas y hojas, pues no conviene que el jugo que la tierra necesita lo absorba antes el sol. Y así los expertos, si pueden, hacen que, por esa razón, fluya el agua hasta allí, pues así el jugo se retiene al máximo, y allí colocan algunos las letrinas de los esclavos”

Paladio, I, 23 comenta la importancia de las aves para la fertilización de los campos: el excremento de aves es absolutamente esencial para la agricultura, excepto el estiércol de ocas, que es muy nocivo para todo”

Plinio, HN, XVII, 6 nos habla sobre el estiércol y su historia: “Hay varios tipos de estiércol, cuyo uso es muy antiguo. Incluso en los tiempos de Homero, se representa al anciano rey como enriqueciendo así la tierra con el trabajo de sus propias manos. La tradición informa que el rey Augeas fue el primero en Grecia en usarlo, y que Hércules introdujo la práctica en Italia; Sin embargo, ese país ha inmortalizado el nombre de su rey, Estero, el hijo de Fauno, por reclamar el honor de esta invención. M. Varrón asigna el primer rango de excelencia al estiércol de zorzales guardados en pajareras, y lo alaba como no solo bueno para la tierra, sino también excelente comida para bueyes y cerdos; de hecho, va tan lejos como para afirmar que no hay ningún alimento con el que puedan engordar más rápidamente. Realmente tenemos algunas razones para augurar los modales actuales, si es verdad que en los días de nuestros antepasados ​​había aviarios de tal magnitud que podían suministrar estiércol para los campos. Columela otorga el segundo rango al estiércol de paloma, y el próximo al del corral, pero condena el de las aves acuáticas. Algunos autores, nuevamente, están de acuerdo en considerar que el residuo de la comida humana es el mejor de todos los abonos; mientras que otros solo emplearían la porción superflua de nuestra bebida, mezclando con ella el cabello que se encuentra en los talleres de los curtidores. Algunos, sin embargo, emplean este líquido por sí solo, aunque mezclarían agua con él una vez más, y en cantidades más grandes incluso que cuando se mezclaban originalmente con el vino en nuestras comidas, {…} Tales son los diversos métodos por los cuales competimos entre nosotros para impartir nutrientes a la tierra, incluso. Junto a los estiércoles mencionados anteriormente, el estiércol de los cerdos es muy apreciado, siendo Columela el único escritor que lo condena. Algunos, de nuevo, hablan muy bien del estiércol de todos los cuadrúpedos que se han alimentado de cito, mientras que otros prefieren el de las palomas. Junto a estos está el estiércol de las cabras, y luego de las ovejasdespués de lo cual viene el de los bueyes y, por último, de las bestias de la carga. Tales fueron las distinciones que se establecieron entre los diversos abonos entre los antiguos, tales como los preceptos que nos han dejado, y estos que he presentado aquí no son los meros inventos del genio, sino porque su utilidad se ha demostrado en el curso de una larga serie de años. También en algunas provincias, que abunda más el ganado, por razones de su prolífico suelo, de todo mal olor o aspecto repulsivo, siendo cambiado en su apariencia a algo más agradable que lo contrario. En tiempos más recientes se ha encontrado que la aceituna prospera más particularmente en el suelo que se ha depurado con las cenizas del horno de cal. A las antiguas reglas, Varrón ha agregado, que la tierra de maíz debe estar cubierta con estiércol de caballo, que es el estiércol más ligero de todos, mientras que la tierra de los prados, dice, prospera mejor con un estiércol de una naturaleza más pesada, y suministrada por bestias que tienen sido alimentado con cebada; Este último tiende más particularmente al mejor crecimiento del pasto. Algunas personas, de hecho, prefieren el estiércol de las bestias de carga a la de los bueyes, el estiércol de las ovejas a la de la cabra, y el estiércol del asno a todos los demás, la razón es que ese animal se mastica lentamente. La experiencia, sin embargo, se ha pronunciado contra estos dictámenes de Varrón y Columela; pero está universalmente acordado por todos los escritores que no hay nada más beneficioso que un cultivo de altramuces, antes de que hayan removido, ya sea con el arado o el rastrillo, o bien para cortarlos y enterrarlos en montones a las raíces de árboles y viñas. Se piensa, también, que en lugares donde no se cría ganado, es ventajoso abono de la tierra con rastrojo o incluso helecho. "Puedes hacer estiércol", Catón dice, "de hojarasca, o bien de lupinos, paja, tallos de frijoles, o las hojas de encinas y quercus. Arranca el mosquetón de entre los cultivos de maíz, como también la cicuta que crece allí, junto con la hierba gruesa y la juncia que se encuentra cada vez mayor sobre los sauces parcelas; de todo esto, mezclado con hojas podridas, se puede hacer una camada de ovejas y bueyes…”

Teofrasto VII, 5 también nos comenta algunos tipos de estiércol: “Todas las verduras son amantes del agua y del estiércol, excepto la ruda, que no es, en manera alguna, coprófila. Esto es aplicable lo mismo a las verduras de invierno que a las de verano, y a las tiernas como a las robustas. El estiércol más estimado es el que está mezclado con la cama del ganado, mientras que el de las caballerías se tiene por malo, porque es el más propenso a perder humedad.
Así que se busca preferentemente estiércol mezclado con la semilla. Mas algunos echan la basura mientras siembran, y usan también el excremento humano fresco y diluido, como abono. Las plantas de invierno son más apetentes de agua que las del verano, y las flojas que las robustas, así como las que necesitan de alimento especialísimo.
Apetecen la humedad, también, la cebolla corriente y la alargada, aunque se dice que no la necesitan, si, desde el principio, la han recibido dos o tres veces….
Parece que el agua, en términos generales, es muy provechosa especialmente si tiene estiércol, ya que, según se dice, las verduras a menudo están hambrientas y los jardineros experimentados lo saben”


Su procedencia también la concretan las fuentes clásicas

Catón, Tratado de agricultura, 37, 1-5 [XLII]: “Cultivos que abonan la tierra: altramuz, haba y arveja.
De dónde hacer abono: forraje, altramuz, pajas, tallos de haba, granzas de trigo, hoja de carrasca y de encina”

Catón, Tratado de agricultura, 36 [XLI]: “Productos para abonar los cultivos: es conveniente esparcir estiércol de paloma en la pradera, en el huerto y en el sembrado. Guarda cuidadosamente el estiércol de cabra, oveja, buey y asimismo cualquier otro. Esparce alpechín junto a los árboles o riégalos con alpechín: echa un ánfora en torno al pie de los grandes, y una urna con la mitad de agua en torno al pie de los pequeños; cava  previamente un alcorque no profundo”

Varrón RR, 1.2. 21 comenta los beneficios e inconvenientes de tener ganado pastando en el campo para aprovechar su estiércol: “Si eso es así”, dijo Agrasio, “¿cómo puede excluirse del campo el ganado, dado que los rebaños proporcionan el estiércol que sirve para tantas cosas?”. “Entonces”, respondió Agrio, “diríamos que las partidas de esclavos pertenecen a la agricultura, si decidimos tenerlas con este propósito. Es que hay un error en ello, porque que el ganado pueda estar en el campo y aportarle un provecho no demuestra nada, pues en ese caso también habrían de asumirse otras cosas extrañas al campo, como si en la finca hay muchos tejedores y telares establecidos, y de manera semejante otros artesanos”.

Sabemos que las leguminosas eran muy apreciadas como abono,  como las habas, los tréboles y la alfalfa.  Columela, 2, 14: Que el altramuz, el haba, el yero, la lenteja, la guija y el alverjon la estercolan. Del altramuz ninguna duda tengo, como ni de la veza que se siembra para forraje, con tal que desde que se haya cortado verde se le eche inmediatamente”

 Una de las más apreciadas era el altramuz. Columela, 2, 1: El primer lugar lo tiene el altramuz, porque se invierten muy pocos jornales en su cultivo, se compra muy barato, y de todas las legumbres que se siembran en el campo es la que más beneficia, porque da un excelente estiércol a las viñas cansadas y a las tierras de labor, acude bien aunque en un terreno desustanciado, y guardado en el granero dura eternamente”

Varrón, RR, 1.19.3 también habla sobre el uso del atramuz o las habas: “Así, si el campo es muy magro se suelen enterrar arando, en lugar de estiércol, el altramuz, cuando apenas ha formado sus vainas, y a veces los tallos de habas si no llegan a cuajar las vainas de tal modo que valga la pena recoger las habas”

También utilizaban el lupino para las viñas, según nos indica Paladio IX, 2: se siembran a voleo tres o cuatro modios de lupino por yugada, y, en estas condiciones, se enterrará con el rastrillo. Cuando haya echado brotes, se voltea y da un magnífico abono a los viñedos, ya que no conviene introducir en las viñas estiércol para no estropear el vino”


Algunos de estos abonos se siguen empleando en nuestros días.

Plurimam salutem!