domingo, 26 de enero de 2014

DE BARES ROMANOS...THERMOPOLIA

Los textos clásicos nos proporcionan un gran número de términos en latín para denominar a los bares y restaurantes en la antigua Roma.

Sabemos que, al igual que en la actualidad, habían muchos locales dedicados a prestar servicios culinarios, por ejemplo, en Pompeya han sido excavados unos 118 bares, la mayoría en la Via de la Abundancia. 

La nomenclatura que nos han legado los clásicos para estos lugares es muy amplia:

CAUPONA, POPINA, THERMOPOLIUM, TABERNA, MANSI, GANEA, GURGUSTIUM, OENOPODIUM, MACELLUM y MUTATIO. 

A veces resulta difícil poder diferenciarlos a la perfección, aunque  presentaban ciertas características diferenciadoras. 

En esta ocasión nos centraremos en uno de los más conocidos, el thermopolium.

Así pues, ¿Os animáis a ir de bares?



Comenzaremos hablando de su etimología que procede de las palabras griegas θερμός, que significa “caliente” y πωλέω, con el significado de “vender”. Así pues, podemos deducir que consistía en un establecimiento en el que se vendían bebidas preparadas, en su mayoría calientes, aunque también sabemos que se ofrecían frías e incluso comidas.  

Su estructura era sencilla, un mostrador de mampostería abierto a la calle con forma de L y decorado con trozos de placas de mármol y en algunas ocasiones por pinturas. 




 En este mostrador habían incrustados unos dolia o recipientes de barro con una tapa de madera,  que contenían la comida y la bebida que podía tomarse allí en la barra o llevársela para consumirla fuera.



En estos dolia se conservaban los alimentos ya cocinados, en salmuera o secos, como por ejemplo aceitunas, altramuces, garbanzos cocidos, habas, coles, etc., todos ellos alimentos de fácil conservación. Estas vasijas, al estar encajadas en el mostrador, se veían preservadas de la luz y del calor, pues estos dolia de barro mantenían la temperatura constante. Un inconveniente sería la falta de higiene de estos recipientes pues su interior no se podía  vaciar para ser limpiado.



Además de alimentos, podían contener vinos de la región, de baja calidad mezclados con agua caliente o una especie de bebida hecha con espelta fermentada (alica), pero lo más solicitado era el agua caliente que luego añadían a los vinos.


Esta afirmación la corroboran los grafiti pintados (CIL IV, 1291 y 1292) en sus paredes, como el de la calle de Mercurio donde se puede leer  da fridam pusillum,  “un poco de agua fría”, adde calicem Setinum, ”otro vaso de vino de Setino”.

En los thermopolia era frecuente la existencia de un pequeño horno portátil o un horno hecho de obra  para poder cocinar o calentar los alimentos.

La apariencia del thermopolium no distaría mucho de un bar actual, con botellas de cristal en estanterías que contendrían los diferentes vinos, con el menú del día expuesto,  jarras, platos y vasos, etc.




Sobre las personas que acudían a este establecimiento, se sabe que eran frecuentados principalmente por pobres que no disponían en sus casas (insulae) de cocinas u hornos portátiles para cocinar, por el peligro de posibles incendios pues las vigas eran de madera. Así pues debían acudir a los thermopolia para realizar sus comidas diarias. El hecho de ser visitados por personas poco pudientes nos indica que seguramente serían muy económicos.

A continuación acudamos a las fuentes clásicas para ver qué nos informan sobre este tipo de bares.

En primer lugar, las referencias hacen mención a la categoría social baja de sus visitantes. 



Veámoslas:

Plauto, Curculio, 2, 3, 292:Y esos griegos con capa…a los que puedes ver constantemente bebiendo en el thermopolium y que, cuando lograron sustraer algo, toman una bebida caliente con su cabecita cubierta”. En este caso se refiere a los filósofos griegos que iban por Roma con la cabeza cubierta contra la costumbre habitual y que parecían personas fugitivas al ocultar su identidad.

Plauto, Trinummus, 4, 3, 1013:”Estásimo… ¿te parece bonito haberte olvidado el anillo en el thermopolium, después de haberte calentado la garganta?”. Plauto habla de Estásimo, esclavo de Lesbonico.

Plauto, Rudens, II, 6, 530:”Qué frío, ni un puesto de bebidas calientes, sólo sirve bebidas saladas y frías”. En esta ocasión es un lenón el que busca un thermopolium para calentar sus fríos huesos.

Plauto, Mostellaria, 4, 1:”No des más la lata. No voy. Ya sé que estás deseando ir a pastar fuera, mula”. En este caso el autor ha utilizado una expresión típica “ir a pastar fuera” que indicaba “ir a un thermopolium”

Como vemos en todas las citas de Plauto se menciona la visita de individuos sin recursos que acudían a este tipo de tabernas de bebidas calientes. Esta idea podría justificar la presencia en algunos de los thermopolia de habitaciones utilizadas como burdeles, como habitaciones de las camareras o cubicula de alquiler para huéspedes, siempre en la parte posterior o en el piso de arriba.

                                   

Eran considerados inmuebles ruidosos, por los gritos y cánticos de sus clientes, en los que el juego era frecuente, pese a estar prohibido, en el que se realizaban apuestas muy elevadas. Para evitar problemas con la ley,  exponían en sus mesas el menú del día que servía a su vez como tablero para jugar. Recordad la mesa de mármol encontrada en Pompeya:

(h)abemus in cena
pullum piscem
pernam pa(v)onem
bena tores (=venationes?)

 No obstante, estos establecimientos fueron cambiando con el tiempo y llegaron a ser un lugar de reunión adecuado para maquinaciones políticas como bien  muestran los grafiti electorales que estaban en los muros de sus fachadas, esto propició el cierre de algunos de ellos por parte de algunos emperadores como Claudio o Calígula, temerosos de sus consecuencias.


RÉPLICA TALLER COCINA SAGUNT
Solían visitarse antes del mediodía, a la hora del prandium o almuerzo, en el que  se consumían platos  y bebidas calientes.  Se trataba de un tentempié, normalmente consumido de pie en la barra, aunque también estaba la opción de sentarse. Sin embargo, como ya hemos comentado, los inquilinos de las insulae acudían siempre que querían saciar su apetito y su bolsillo se lo permitía.

Frecuentemente estaban en calles principales, cerca de teatros, circos, anfiteatros donde la gente se aglomeraba antes y después de los espectáculos.

Con el tiempo fueron legisladas por los emperadores como bien nos dicen las fuentes, pues se piensa que algunos taberneros compraban carne más barata, e incluso de dudosa procedencia como por ejemplo, restos de animales que habían comparecido en el anfiteatro o de víctimas sacrificadas:

Dión Casio, Hª Romana, 60,  6-7:”Al ver que no se conseguía provecho alguno al prohibir que la plebe hiciera ciertas cosas si no se cambiaba antes su régimen de vida diario, acabó con las tabernas en las que se vendiera carne asada y agua caliente”

Dión Casio, Hª Romana, 59,  11-6: “Un incidente que dará la clave de todo lo que sucedió en ese momento: el emperador… ordenó dar muerte a un hombre que había vendido agua caliente

Suetonio, Vida de Tiberio, 34 leemos cómo se reguló su funcionamiento: Juzgó conveniente poner límites al lujo en los muebles, y de hacer que el Senado fijase anualmente el precio de los artículos alimenticios. Los ediles recibieron órdenes para usar de toda la severidad en la policía de las tabernas y de los parajes de desorden, no permitiendo que se vendiesen en ellos ni siquiera pastelitos.

Son muchos los thermopolia encontrados entre las ruinas de Pompeya, Herculano y Ostia, uno de los más conocidos es el de Vetutius Placidus o también llamado de Asellina, en la Via de la Abundancia en Pompeya.

Al igual que todos los thermopolia se puede ver en él el mostrador de mampostería pero lo más curioso es que presenta al final del mismo un larario o aedicula  pintado en la pared.

 En él están representados los dioses Lares y Penates, que cuidan del hogar, el Genius o guardián del pater familias y dos dioses Mercurio y Baco.

Al pie del fresco hay dos serpientes barbadas que protegen también a la familia.  






A su vez en este thermopolium se encontró en el piso superior habitaciones con nombres de mujer escritos en las paredes, por lo que los arqueólogos han supuesto que quizás fuera una casa de citas o quizás se alquilaran a posibles huéspedes.

Se sabe que en uno de los dolia del mostrador se encontró durante las excavaciones un saco con sestercios; quizás durante la erupción del Vesubio el dueño lo guardó allí esperando que pasara el peligro lo antes posible.

También es muy conocido el encontrado en Ostia, en la Via de Diana, junto a la Via de los Molinos, excavado en 1915. Llama la atención el fresco pintado en la pared encima de tres estantes de obra. En él se ven las frutas y las verduras vendidas en estos establecimientos: olivas verdes, nabos, quesos, sandías, melocotones,…muy importante, no se representa carne, hecho que nos recordaría la prohibición establecida.





En el mostrador están incrustados los típicos dolia y los hornos para el agua caliente.

Si os apetece hacer un viaje virtual al thermopolium de Placidus podéis entrar en este enlace.





                                                   Plurimam salutem!!


*Imágenes propias

6 comentarios:

Sanchon dijo...

¡¡¡Genial artículo!!!

Realmente siguiendo la estela habitual, muy buen trabajo, mi más sincera enhorabuena; por un momento, en esta mañana de domingo, me he sentido de bares 2000 años atrás.

Un saludo.

Y a seguir así.

Viena dijo...

¡Qué maravilla Charo! Cuánta información y qué ilustrativa la visita virtual, me ha encantado.
Nunca había pensado en esto de los bares de la antigüedad y me resulta curioso que estuvieran destinados a los más pobres, a los que no tenían dinero o casa.
La verdad es que parece bastante lógico si nos alejamos de lo que son en la actualidad. Por ejemplo pensemos en unos W.C. públicos, sólo los usaríamos en caso de no estar o tener nuestra casa y ¿Quién iría a comer con dudosa calidad a un sitio público teniendo casa?
Claro que después ya tendrían esos atractivos adicionales como el ser burdeles o casas de juego y entonces acudiría más gente.
También me ha resultado curioso el aspecto "revolucionario" de las reuniones en estos lugares, eso sí se ha dado en todas las épocas. Fíjate que los primeros cafés sin ir más lejos, se quisieron prohibir por lo mismo, porque eran centro de reunión de conspiradores del régimen. Parece que siempre los revolucionarios han estado del lado del pueblo,mezclados con los transgresores de la moral establecida de cada momento.
Muy interesante. Gracias por compartir y enseñarnos tanto.

Charo Marco dijo...

Buenas Sanchón,
Muchas gracias por tus palabras.
Me alegra que hayas podido viajar en el tiempo durante un ratito.

Un beso

Charo Marco dijo...

Querida Viena, gracias por tu comentario.
Me encanta leer tus reflexiones son muy interesantes y aportan grandes ideas.

Gracias

Besitos

Julia dijo...

Hola,
Para mi clase de latín necesito la receta en latín del panis mellitus pero no la encuentro. Podrías ayudarme¿?

Charo Marco dijo...

Hola Julia,
En estos momentos no tengo la receta en latín. Sólo te puedo pasar este enlace donde tienes la receta en francés adaptada:
http://www.esvalterbi.ch/images/stories/latin/paindepicesantique.pdf

Aquí en inglés:
http://fp.reverso.net/actu-histoireantique/4419/en/pages/Recettes_de_lantiquite_romaine_dans_la_cuisine_dApicius-4062205.html


fotos:
http://www.esvalterbi.ch/photos/igalerie/?q=album/2-ars-culinaria

Seguiré buscando

Saludos