Hace unas semanas hablamos de las bellotas en general, sus características, su recolección y conservación. En esta ocasión nos centraremos en sus usos.
Uso
culinario
Las bellotas
fueron consumidas a lo largo de la historia, pese a que en la actualidad el
consumo humano sea raro y esté destinada al ganado. No obstante, los seres
humanos se han nutrido con bellotas de todos los quercus, salvo de la coscoja.
Su
importancia en la alimentación de los hombres se entiende totalmente al leer a San
Isidoro de Sevilla, Etimologías XVII,
7, 26 : “el nombre latino de la
encina, ilex, deriva de electus, escogido, “pues el fruto de este árbol fue el primero que los hombres escogieron para
su manutención”, ya que “antes de que comenzasen a utilizar los cereales, los hombres primitivos se alimentaban de
bellotas”.
Su uso culinario podía ser de dos maneras, en el caso de
ser dulces, se comían directamente en
crudo, asadas
y cocidas o en forma de harina
para elaborar panes, gachas o tortas.
Antes de avanzar es importante enumerar la cantidad de propiedades nutricionales que su ingesta proporcionaría a los humanos. Se trata de un alimento altamente antioxidante que contiene grasa insaturada, está libre de gluten y presenta muchos minerales y vitaminas.
Según Ateneo II 55 a era
considerada comida de pobres o reservada al ganado, pero no siempre se pensó
así como podemos leer en Hesíodo, 232, 233: “En las montañas, la encina ostenta en su cima las bellotas,
y en el centro las abejas”.
Herodoto (1977:140) habla de su uso en
algunos lugares concretos de Grecia: “...¿Arcadia me pides?
Mucho me pides. No te la daré. En Arcadia
hay muchos hombres que comen bellotas que te detendrán”.
Gracias a Estrabón sabemos que alimento
primordial para los pueblos prerromanos, así en su libro III, 3, 7 leemos: "En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino
de bellotas, que secas y trituradas se
muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo”.
También Plinio, HN, XVI, 15 afirma: “Es cosa cierta que
aún hoy día la bellota constituye una
riqueza para muchos pueblos hasta en tiempos de paz. Habiendo escasez de
cereales se secan las bellotas, se las monda, se amasa la harina en forma de pan. Actualmente incluso en las
Hispanias la bellota figura entre los postres. Tostada entre cenizas es más dulce”.
Pero
también Plinio HN, XVIII,
8, nos informa cómo el trigo arrinconó a las bellotas al afirmar que fue Numa
Pompilio quien les “enseñó a tostar el
trigo, abandonando así la tradición de
comer bellotas que antiguamente se tomaba cuando había hambruna por las
guerras”.
Su consumo en crudo no era muy recomendado,
así Ateneo II 54 c nos dice que no se pueden consumir algunos frutos secos sin
hervir o cocer pues son “duras y ásperas como las bellotas…que se ablandan si se
ponen a fuego bajo y lento”
También Platón R 372c recomienda su ingesta
como postre tras ser tostada al fuego, aunque no fuera una de sus recetas
favoritas.
Aunque fuera soporte alimentario para los
seres humanos durante mucho tiempo, como ya hemos comentado hoy en día sólo es
utilizado para alimentar a los cerdos ibéricos tan estimados en la
cocina española.
Esto ya sucedía en la antigüedad. En
Homero, Odisea, X, 242 podemos
ver su uso como alimento de los cerdos
cuando Circe transforma a los compañeros de Odiseo en puercos: “Así
fueron encerrados y todos lloraban; y Circe
les echó, para comer, hayucos,
bellotas y el fruto del cornejo, que es lo que comen los puercos, que se
echan en la tierra.”
De nuevo leemos en Homero, Odisea, XIII, 409 que los puercos
se alimentan de bellotas: ”Llégate primero al porquerizo, al guardián de tus
puercos, que te quiere bien y adora a tu hijo y a la prudente Penelopea. Lo
hallarás sentado entre los puercos,
los cuales pacen junto a la roca del Cuervo, en la fuente de Aretusa, comiendo abundantes bellotas y bebiendo
aguas turbias, cosas ambas que hacen crecer en ellos la floreciente grosura.”
Paladio, III, 26 comenta la importancia de
alimentar a las puercas en invierno con: “Se alimentan de raíces
de cañas o juncos y sobre todo en sitios de pradera. Pero cuando la
alimentación es insuficiente, durante el
invierno, hay que darles de vez en cuando bellotas, castañas y las sobras que no valgan de los demás frutos”
Columela VI, 3, nos
comenta que también los bueyes podían
ser alimentados por bellotas: “Si no les damos grano, basta darles una espuerta de las que sirven para
el forraje, de veinte modios de cabida, llena de hoja seca, o treinta libras de
heno, o si no un modio de hoja verde de laurel o de carrasca; pero a estas
cosas se añade bellota, si la abundancia con que la produce el país lo permite:
la cual, si no se les da hasta que se harten, les causa sarna…En los meses de Noviembre y Diciembre, durante la sementera, se ha de dar
al buey tanto como apetezca: sin embargo, basta para cada uno un
modio de bellota con toda la paja que quiera, o un modio de altramuces remojados”
E incluso se podía alimentar a los patos como nos ha
transmitido Columela, VIII, 15: “Entre las semillas terrestres ningunas les son tan
agradables como el panizo y el mijo, como también la cebada: asimismo, donde
hay proporción, se les da bellota y
orujo de uvas”
Uso
médico
Como
abortivo para las cabras:
Columela VII, 6 hablando
sobre las cabras “Y, sin embargo, no son solamente el calor y el frio- causa de los abortos, sino también la bellota, si no se les ha dado hasta
que se harten: y así, a no podérsela dar con abundancia no se les ha de dejar
que la coman”
Para la resaca:
En Ateneo I 34 e podemos leer el uso de las
bellotas como tisana para aquellos que han abusado del vino: “Mañana…en lugar de berzas herviremos
una tisana de bellotas para que se nos lleve a los dos la resaca”
Contra
los dolores de oídos, laxante intestinal, para la audición, contra zumbidos, contra
hemorragias ginecológicas, expectorante de sangre o pus, para estreñir, contra
la diarrea, para la disentería, para llagas malignas, invasivas, antídotos
generales, contra el dolor de cabeza, contra las flatulencias del vientre,
contra los tumores, diurético tomadas en decocción con
agua, cataplasma, emplasto con sal o ingeridas
solo crudo:
Dioscórides
I, 106,1 habla del uso médico de las bellotas de roble: “También las
bellotas son eficaces para lo mismo. Ingeridas provocan la orina, dolores de
cabeza y flatulencias. Comidas van bien asimismo contra los venenos de
alimañas. Su decocción y la de su cáscara, bebida tras mezclarla con leche de
vaca, auxilia contra venenos. Majadas
crudas y aplicadas en forma de emplasto alivian las inflamaciones. Mezcladas
con grasa de cerdo salada van bien contra las durezas de mal temple y las
úlceras malignas. Por su virtud son más eficaces las bellotas de encina que las
de roble”
Uso en
cosmética
Contra
el acné, contra pecas o efélides, para disimular las cicatrices, para manchas
solares, aplicado en forma de aceite, directamente o por instilación
ACEITE DE BELLOTA, Dioscórides,
1, 34: “De forma semejante se prepara también el aceite de
bellota. Tiene virtud de limpiar manchas, pecas, acnés, o la negritud de las
cicatrices, y de ablandar el vientre. Es malo para el estómago. Instilado tras
mezclarlo con sebo de ganso, va bien a los dolores de oído, los ecos y
zumbidos”
Valor
mágico
La encina y el roble fueron
considerados símbolo de fecundidad e inmortalidad. Era el árbol consagrado al
dios Júpiter pues según la leyenda la divinidad descansó bajo la grandiosidad
de sus ramas tras su nacimiento según nos transmitió Ovidio, Metamorfosis, 10, 91:
“De sombra
el lugar carecía; parte en
la cual, después que se sentara,
el vate nacido de los dioses, y de que
sus hilos
sonantes puso en movimiento,
sombra al
lugar llegó: no faltó de Caón el árbol,
no bosque de
las Helíades, no de frondas altas la encina/roble,
ni tilos
mullidos, ni haya e innúbil láurea,
y avellanos
frágiles y fresno útil para las astas,
y sin nudo
el abeto, y curvada de bellotas la
encina/roble”
Recordar que en otras mitologías
como la báltica o la céltica el roble tiene un papel sagrado y era empleado en
sus rituales.
El fruto de estos árboles se
puede encontrar muy vigente en la cultura romana, al ser utilizado a modo de
amuleto como ahuyentador de los malos espíritus y estar vinculado a la
fertilidad, prosperidad e inmortalidad.
Plurimam salutem!
4 comentarios:
Estupendo artículo, como siempre Charo, lástima que tengo tan poco tiempo últimamente porque no me gusta perderme nada de lo que haces, que es siempre tan interesante.
Esta vez, he recordado las bellotas que no las tenía en la mente hace siglos. Recuerdo cuando era pequeña que se comían en navidades, en la cesta que se ponía con nueces, castañas y bellotas. Recuerdo todavía la sensación áspera en la boca y su peculiar textura y sabor. Ahora es imposible ver una, al menos por aquí. Imagino que ya han quedado definitivamente relegadas al consumo animal.
También muy interesante todos los usos médicos, algunos bien curiosos como los zumbidos de oídos, que más de uno probaría de darse esto a conocer, porque hay muchísima gente que padece este mal, no se sabe si debido a las posturas, las almohadas, el estrés, o qué cosa, o todas juntas, pero es cierto que merecería un estudio esto de las bellotas.
Gracias por el trabajo que te tomas para compartir con todos.
Un abrazo muy fuerte.
Querida Viena, muchas gracias por tu comentario. Realmente las bellotas están olvidadas en nuestra cocina por ello la dificultad en encontrarlas. Sé que su harina es muy buena pero no la he usado nunca.
Un beso grande
interesante cronologia historica, mi duda, hoy corte una rama de no se si es encino su semilla es totalmente negra viene en una capsula no tiene la cupula color crema es tengo entendido arbol de bellota o encino ojala me digas me gustaria ver tu articulo anterior a lo mejor ahi se disipa mi duda, puse a secar a la sombra las hojas y las ramas para uso medicinal dependiendo el nombre saludos.traabajo muy interesante para nosotros gracias.
Buenas tardes,
Aquí el enlace al artículo anterior por si le es de utilidad:
http://derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.es/2015/06/quercus-bellota-i.html
Muchas gracias por su comentario
Saludos
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