domingo, 24 de mayo de 2009

DOLIA



Retomando el apartado UTENSILIA, vamos a centrarnos en los DOLIA, recipientes de barro de gran tamaño utilizados para el almacenaje de alimentos sólidos (legumbres, harina, grano, frutas...) y líquidos (aceite, vino, vinagre, agua...).

Tenemos conocimiento de su existencia no sólo en el mundo romano, sino también en el griego con el nombre de "píthos", prueba de ello encontramos en las fuentes literarias mención de este recipiente principalmente para contener vino.

Así pues, leemos en Homero: Ilíada, IX, 469: "y se bebía abundante vino de las tinajas que el viejo tenía"; Ilíada, XXIV, 527: "porque hay asentados a la entrada del palacio de Zeus, dos toneles que los dones contienen que él reparte"; Odisea, II, 340:"Unas grandes tinajas de vino exquisito y añejo en su seno encerraban, un mosto sin mezcla, bebida de inmortales"; Odisea, XXIII, 305:" Mataban las recias ovejas y las vacas sin duelo y vaciaban las tinas de vino"; Trabajos y días de Hesíodo, 368: "Sáciate cuando comiences y cuando termines la tinaja, ahorra cuando está a mitad, pues el ahorro, cuando se llega al fondo, es despreciable"

Ateneo, V, 207 D nos comenta otro uso de estas piezas de cerámica. Está describiendo la nave de Hierón de Siracusa construida por Arquímedes: "En la parte del corredor superior había un gimnasio con paseos (...) En ellos había varios jardines que desbordaban maravillosamente de verdura, regados por medio de unas tuberías de plomo sólidamente cubiertas; también había pérgolas de hiedra blanca y vides, cuyas raíces encontraban su alimento en unas tinajas llenas de tierra, que recibían el mismo riego que los vergeles"

Además de las fuentes literarias, es conocido por todos el uso de un píthos como vivienda por parte de Diógenes. Pero también es conocida la cobardía de Euristeo que al ver llegar al jabalí de Erimanto se esconde en una tinaja.

Volviendo al tema, solían estar enterrados y dispuestos en hiladas en el suelo de villas de explotación agrícola, vinícola y aceitera, hecho que proporcionaba una conservación perfecta de su contenido, ya que la tierra mantiene una temperatura constante. A su vez, para que la conservación fuera mayor, se podían tratar las paredes interiores de los dolia con resinas, cal e incluso, en el caso del grano, dejar fermentar una parte de él en las paredes para conseguir un aislamiento perfecto.

Presentaban una forma globular, con boca ancha y una capacidad variada, aunque sabemos por los restos arqueológicos como los de Ostia y Boscoreale, que solían ser de grandes dimensiones, por ejemplo, con un diámetro entre 70-90 cm. a 140-170 cm, una alzada hasta de 2 mts y entre 200-300 ó 1500- 2000 litros de capacidad. Tenemos conocimiento de la existencia de recipientes de tamaño más reducido que tomaron el nombre de "pithískos" , en la cultura griega y de "doliolum", en el mundo romano.
Su base era plana para poder ser enterrados en el suelo y podían presentar unas asas (dos o cuatro, aunque no era necesario) que ayudaban en su manipulación. Su contenido era protegido por una tapa (opercula) de pizarra, caliza o cerámica.

Según su contenido, recibían diferentes nombres:
  • dolium vinarium (para vino nuevo) – dolium amphorarium (para vino ya viejo)
  • dolium olearium (para aceite)
  • dolium frumentarium (para cereales)
  • dolium acinarium (para uvas pasas)
  • dolium amurcarium (para higos)


Sus grandes dimensiones nos hacen pensar que su uso era principalmente de almacenaje, más que transporte, aunque el grosor de sus paredes avalaba la resistencia a los posibles golpes originados en el desplazamiento. También se han encontrado dolia con grapas de hierro tras sufrir una rotura o grieta. La necesidad de reparación nos muestra lo costoso que debería ser su elaboración.¿Cómo debería de ser su fabricación?. Al tratarse de un recipiente muy grande, no se podría utilizar el torno, por lo que su construcción directamente en el suelo. Se elaboraban en los OPUS DOLIRE, oficinas o talleres que trabajaban el barro dirigido principalmente a la construcción.
Al igual que otros recipientes de barro solían llevar sus tituli picti o inscripciones que indicaban la procedencia y el contenido. Además podían llevar unos cuños bajo el borde que mostraban el nombre del taller que lo había construido.

Como ya hemos visto, fuentes clásicas nos indican que además del uso doméstico y culinario se podían hacer otras utilizaciones. En el mundo romano encontramos una muy curiosa: en la construcción de los teatros se colocaban unos vasos de bronce que servían para dar más resonancia a las voces de los actores. Su dimensión estaba en consonancia con la magnitud del teatro. Estos vasos se ubicaban entre los asientos del teatro o en el escenario, en pequeñas celdillas. Nos cuenta Vitruvio, en Los 10 libros de la arquitectura V, 5,8: “también añadiré que muchos hábiles arquitectos, constructores de teatros en pequeñas ciudades, que por limitación de sus recursos no podían hacer grandes gastos, utilizaron vasijas de barro cocido (dolia) que, sonando como las de bronce y dispuestas del modo que hemos dicho, daban efectos provechosos”.

Con esta utilización tan interesante, nos despedimos hasta dentro de dos semanas.

El fin de semana próximo nos vemos en Tarraco Viva 09

Plurimam salutem!

*Imágenes propias

4 comentarios:

El llano Galvín dijo...

Qué interesante! Mi casa de pueblo siempre tuvo grandes tinajas tipo dolia y su capacidad es tremenda.
Hay en Pompeya un viñedo en el que los dolia están comunicados por canales y éstos a un torcularium, de manera que el mosto corría directamente hasta el interior de las tinajas ¿bien pensado, verdad?
Un beso!!!

Charo Marco dijo...

Muchas gracias por tu comentario.

El mundo de los dolia es muy curioso, pues siempre pensamos que tiene un uso de almacenaje y resulta muy interesante las otras utilidades que tenían.

Un beso

Javier dijo...

Los he visto aqui en Zaragoza, en el Foro Romano de Cesaraugusta, pero lo explicas mucho mejor que en el propio museo del foro.
Besos.

Charo Marco dijo...

Javi, gracias por tu comentario. Eres muy amable.

Saludos