domingo, 2 de junio de 2013

CENA TRIUMPHALIS I


                                             

En el mundo militar una de las mayores recompensas para un general vencedor era la celebración del TRIUMPHUS.

Se trataba de la entrada en Roma de un general como recompensa por su victoria ante el enemigo, siguiendo un ritual establecido. La procesión triunfal recorría las calles hasta el templo de Júpiter Óptimo Máximo.

Los requisitos para poder celebrar un triunfo eran los siguientes:

a)                 Ser magistrado en funciones,
b)                 Ser general en jefe cuanto tuvo lugar la victoria,
c)                  De las magistraturas excepcionales sólo al dictador,
d)                 Había que celebrarlo en persona,
e)                 Que la guerra fuera considerada ‘justa’, es decir, ni entre romanos ni contra esclavos,
f)                   Matar unos 5000 enemigos en el combate.

ESQUEMA CELEBRACIÓN TRIUNFO. TALLER MILITARIA SAGUNTO

Sabemos que tras la celebración del triumphus se llevaban a cabo dos banquetes, uno para magistrados y senadores por un lado, y para el pueblo y los soldados por otro.

No obstante, Dión Casio 55, 2, 4, además de comentar los diferentes banquetes que se realizaban, habla de la celebración de una cena para las mujeres:Tiberio, Druso, mientras aún vivía, … había celebrado el triunfo ecuestre, y se había festejado el pueblo, algunos en el Capitolio y el resto en otros muchos lugares. Al mismo tiempo Livia, también, con Julia, había dado una cena a las mujeres

Dión Casio, 55, 8, 2 hace referencia de nuevo a la cena para las mujeres:”Tiberio… celebró su triunfo,… dio un banquete al Senado en el Capitolio, y dio uno a cuenta de las mujeres en algún lugar u otro”

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS BANQUETES

Antes de ver las características generales intentemos comprender  el por qué y la justificación de estos grandes convites.

Polibio, XXX, 14 nos da una pista: mostrar perfectamente el talante del general coronado y así nos lo transmite: Es propio de un mismo ánimo organizar magníficamente los juegos, dar banquetes, ofrecer bebidas con  esplendidez y ordenar hábilmente las tropas contra el enemigo”

Estos banquetes se festejaban tras la Pompa triunfal, según indica Dionisio de Halicarnaso, Hª Antigua de Roma 5, 17, 2: acabada la procesión, dio un festín a los más distinguidos ciudadanos”

A su vez, destacaban por su grandiosidad, Marcial, 8, 49, 7: Tan grandioso como se recuerda el banquete del triunfo de los Gigantes y tan grandiosa como fue para todos los dioses aquella noche, en la que el buen Padre se puso a la mesa con el común de los dioses y a los Faunos se les permitió pedir vino a Júpiter, así de grandes son, César, los convites que celebran tus laureles: nuestra alegría regocija a los propios dioses. Comen contigo todos los caballeros, el pueblo y los padres y toma Roma manjares de ambrosía junto con su caudillo. Habiendo prometido cosas grandes, ¡cuánto mayores nos las has dado! Se nos prometió una espórtula; se nos ha dado un banquete en toda regla”

Por lo copiosos que eran estos banquetes, sabemos que para los agricultores este tipo de celebraciones eran muy beneficiosas para sus bolsillos, como bien nos lo dice Varrón RR, 3, 2, 16: “Sesenta”, respondo. “Pero para que llegues a esta ganancia te es necesario o un banquete público o el triunfo de alguien, como entonces fue el de Metelo Escipión, o las cenas de asociaciones que, siendo ahora innumerables, encarecen los artículos del mercado. En todos los demás años, si bien no puedes esperar esta suma, espero que el aviario no te arruine; y, para que no te defraudes, con las costumbres actuales esto no sucederá más que rara vez, pues ¿cuál es el año en que no ves un banquete público o un triunfo, o a las asociaciones no organizar festines?”. “Pero a causa del lujo”, dijo Merula, “en cierta manera hay un banquete diario dentro de las puertas de Roma”

Y lo mismo en RR, 3, 5, 8 “Si reunieras cinco mil en el aviario”, le dice Apio a Axio, “y hubiera un banquete o un triunfo, podrás poner al momento a buen interés los sesenta mil sestercios que quieres”.

                                        


Podían duraba toda la noche e incluso días según nos narra Plutarco, Sila, 35, 1: “Consagró Sila a Hércules el diezmo de toda su hacienda, y daba al pueblo banquetes sumamente costosos, siendo tan excesivas las prevenciones, que todos los días se arrojaba al río gran cantidad de manjares, y se bebía vino de cuarenta años, y más añejo todavía. En medio de uno de estos convites, que prolongó por varios días, murió de enfermedad Metela,…”

Su financiación podía correr a cargo del erario público o según leemos en Ateneo IV, 153 c lo sufragaba el general triunfador: “En la ciudad de Roma, cuando se celebra un banquete en el templo de Heracles, es el general que a la sazón festeja su triunfo quien lo ofrece y los preparativos del festín son dignos de Heracles”

Parece ser que estos festejos se realizaban en un templo, Apiano, Sobre África, 66 nos lo confirma: “Cuando llegó Escipión al Capitolio, finalizó la procesión, e invito a un banquete a sus amigos en el templo como era la costumbre

Según nos ha transmitido Ateneo, V, 221 f podía ser en el de Hércules: “En el templo de Heracles, donde los generales que obtienen el triunfo agasajan a los ciudadanos como nos han relatado muchos poetas e historiadores nacionales”

Según Tito Livio, 45, 3, 13 en el del Capitolio. A su vez se pregunta el por qué de esta costumbre:” ¿Y qué decir del banquete del senado que no se celebra ni en una propiedad particular ni en un terreno público sin consagrar, sino en el Capitolio? ¿Se realizan estos actos para complacer a los mortales o para honrar a los dioses?”

No obstante, seguramente también se celebrarían en el Foro pues era frecuente su empleo para banquetes públicos al aire libre.

En esta ocasión nos hemos centrado en las peculiaridades de la ceremonia del triunfo y en los dos tipos de banquetes que se realizaban.

La semana próxima hablaremos de cada uno de los banquetes.

Plurimam salutem!

*Imagen del relieve extraída de esta página



2 comentarios:

Anónimo dijo...

He disfrutado de manera especial con esta lectura. También se puede constatar como se cumplía esa ley de la oferta y la demanda con el aumento de precios a causa de las fiestas y celebraciones, como bien sabemos sobre todo cuando se acercan las fiestas navideñas. Realmente no hay nada nuevo bajo el sol.
Abrazos

Emilio

Charo Marco dijo...

Estimado Emilio, gracias por tus amables palabras. Me alegra que te haya gustado.
Ciertamente, nada nuevo bajo el sol.

Un abrazo