domingo, 19 de noviembre de 2017

DIETA Y SALUD III

Nos adentramos en una nueva entrega sobre dieta y salud en el mundo antiguo.



En esta ocasión veremos ¿qué enfermedades están atestiguadas en las fuentes clásicas como consecuencia de una dieta no equilibrada?

A estas alturas nos queda claro que la dieta y el ejercicio son de alguna manera las responsables de la salud, así nos lo dijo Galeno, De sanitate tuenda, 6: "El arte higiénico promete mantener en buena salud a aquellos que lo obedecen, pero no así a aquellos que no lo hacen"

Comentar también que la clase social marcaba el tipo de alimentación consumida. Por regla general el romano antiguo se alimentaba en su mayoría de cereales, verduras, legumbres, fruta, huevos, aceite de oliva y vino, dejando la carne y el pescado para las personas con mayor adquisición económica.

ENFERMEDADES POR EXCESO Y ABUSO 
ÉLITE

OBESIDAD

Los médicos antiguos consideraban la obesidad peligrosa para la salud, e incluso sabemos que Galeno acuñó el término de “polisarkia” a la obesidad mórbida o inmoderada de la que habla en su obra De sanitate tuenda, diferenciándola de la gordura moderada que define como la "natural".

Así pues, en su obra Adhortatio ad artes addiscendas, apela a la moderación:"Hay que seguir lo que decía Hipócrates, que proponía una dieta sana: ejercicios, alimentos, bebidas, sueño, placer sexual, todo con moderación"

Ya Séneca en sus Cartas a Lucilio, 15. 95.15-17 critica la glotonería que incita a la falta de moderación y conlleva problemas de salud: “Desde que, en lugar de apaciguar el hambre, no se ha buscado más que soliviantarla, desde que se han inventado mil condimentos para excitar la glotonería, lo que era alimento para el estómago con apetito se ha convertido en un fardo para el estómago lleno. Desde entonces las miserias se suceden: tez agrisada, convulsión de los nervios impregnados de vino, delgadez de dispéptico, más lamentable que la delgadez del hambriento; andar inseguro y trabucante, continuos bamboleos como en un acceso de embriaguez; serosidades infiltrándose por todas partes bajo la piel, hinchazón de una barriga en la que han parecido viciosos pliegues por absorber más de lo que puede contener; derrames de ictericia, mala pigmentación del rostro; supuración de podredumbre en el interior, dedos nudosos, encogidos, sistema nervioso embotado, aflojado; inercia o palpitación de organismos continuamente sobreexcitados. ¿Hablaré también de los vértigos? ¿Hablaré de los dolores atroces de la vista y el oído, de las punzadas de migraña que ponen la cabeza ardiendo, de las ulceraciones que aparecen en todos los órganos excretores? ¿Y qué decir de esas fiebres de formas innumerables, que tan pronto se desencadenan en un repentino ataque, tan pronto se insinúan de una manera lenta, tan pronto se presentan acompañadas de estremecimientos y convulsiones espasmódicas?”


A todos estos problemas Hipócrates, Aforismos, 44 añade: “Los que son excesivamente gordos por naturaleza están más expuestos que los delgados a una muerte repentina”

Aforismos, 46: “Las que no conciben por estar excesivamente gordas tienen un redaño que comprime la boca de la matriz, y no quedan embarazadas antes de haber adelgazado”

Gracias a Suetonio podemos saber que algunos de los emperadores romanos sufrían de obesidad.

Suetonio, Calígula, L: “Era Calígula de elevada estatura, pálido y grueso; tenía las piernas y el cuello muy delgados, los ojos hundidos, deprimidas las sienes; la frente ancha y abultada, escasos cabellos, con la parte superior de la cabeza enteramente calva y el cuerpo muy velludo. […] No estaba sano de cuerpo ni de espíritu: atacado de epilepsia desde sus primeros años, no dejó por ello de mostrar ardor en el trabajo desde la adolescencia, aunque padeciendo síncopes repentinos que le privaban de fuerza para moverse y estar en pie, y de los que se recuperaba con dificultad”

Suetonio, Nerón: LXVIII: “Era grueso y robusto, y su estatura mayor que la ordinaria, ancho de hombros y de pecho, apuesto y bien proporcionado”

Suetonio, Galba, III su nomen podría venir del galo: “Seria prolijo enumerar aquí todos los honores otorgados a sus mayores, y me limitaré a decir algo acerca de su familia. No se sabe quién fue el primero de los Sulpicios que llevó el nombre de Galba y con qué motivo. Según unos fue por haber incendiado con antorchas embadurnadas de gálbano una ciudad de España que había resistido un largo sitio; según otros, porque en una enfermedad crónica utilizó a menudo el gálbeo, que se aplicaba ordinariamente envuelto en lana; dicen otros que, porque era muy grueso, lo que se expresa en galo con la palabra galba; y otros, en fin, que, porque siendo por el contrario muy delgado, se le comparó a los gusanillos que nacen en la encina y a los que llaman galbae” 

Suetonio, Tito Flavio, III: “Así en lo físico como en lo espiritual, las mejores cualidades le adornaron desde su infancia; cualidades que se desarrollaron más y más con la edad. Tenía, en efecto, hermoso exterior, que revelaba tanta gracia como dignidad, aunque no era muy alto y tenía el vientre algo grueso; poesía una fuerza extraordinaria, admirable memoria, singular aptitud para todos los trabajos de la guerra y de la paz, rara destreza en el manejo de las armas, siendo, a la vez, un consumado jinete”

Suetonio, Claudio, XLI comenta que podían surgir algunos problemas risorios: “Comenzó ante un nutrido auditorio la lectura de su trabajo, pero él mismo hizo perder el interés, y fue del siguiente modo. Cuando empezó a recitar, un espectador muy grueso rompió el banco en que se sentaba, estallando en risas toda la asamblea. Se procuró en vano restablecer el silencio; pero ni el propio Claudio podía contener la risa, que le asaltaba a cada instante por el recuerdo, y de esta manera se generalizaba la hilaridad”

Celso, De medicina I, 3 propone ciertos consejos para adelgazar: “ El cuerpo se adelgaza: con agua caliente si se baña en ella y especialmente si es salada; con un baño con el estómago vacío, exponiéndose a un sol ardiente, o con calor de otro tipo, por la preocupación, estando despierto hasta tarde por las noches, con el sueño indebidamente corto o demasiado largo, con una cama dura durante todo el verano, correr o caminar mucho o cualquier ejercicio violento, con un vómito, con purgación, con comidas agrias y duras, con una sola comida al día; con la costumbre de beber vino no demasiado frío con el estómago vacío”


Al igual que Galeno, De sanitate tuenda, 6 que recomienda mucho ejercicio y una dieta sensata: “He logrado adelgazar a un paciente obeso en un tiempo breve aconsejándole que corriera velozmente […]. Tras el ejercicio, [...] le di abundante comida poco nutritiva a fin de matar el hambre y de que se distribuyera poco en el cuerpo entero” 

GOTA

Antiguamente a la gota se la llamó podagra, del griego podos: pie y agreos: atacar, por la rapidez en la que se “agarraba al pie”.

Era una enfermedad tan frecuente que algunos autores les dedicaron algunos de sus escritos. Así Luciano tiene un epigrama, 44, Podagra en el que deja claro que se trata de una enfermedad que se ceba con los ricos:

"Diosa que odias a los mendigos, la única que sojuzgas la riqueza.
tú, que conoces por doquier la buena vida;
si te alegras también de posarte en pies ajenos,
sabes empuñar el arma y te interesan los perfumes;
también te agradan las coronas y la bebida del ausonio Baco.
Eso entre mendigos jamás se encuentra:
por ello ahora huyes del umbral sin bronce de la pobreza
y te agrada ir, de nuevo, a los pies de la riqueza"

También en la Antología Palatina XI, 414 leemos sobre ella: “De Afrodita y de Baco, que afloja los miembros, es hija también la podagra, que destroza los miembros”

Las fuentes clásicas consideran que su origen se encontraría en el estilo de vida, pues en general se asociaba a la élite por el abuso y la falta de moderación en la mesa, así Hipócrates la denominaba la “artritis de los ricos”.

Galeno añade que también podría tener un origen hereditario, aunque en sus escritos deja claro que se trataba da un “humor pecaminoso” producido por el abuso de comida y bebida.

Hipócrates, Predicciones II, 8 habla sobre el tema: “De los que padecen podagra, lo que sigue: quienes, siendo viejos, tienen concreciones en torno a las articulaciones, o bien llevan una vida indolente, con el intestino estreñido, todos ellos están en situación imposible de curar por la ciencia humana, en cuanto mi conocimiento alcanza. A estos los cura, sobre todo, la disentería, en caso de que sobrevenga, pero también son muy beneficiosos otros procesos de desaparición por licuación que tienden hacia las regiones inferiores.

El que es joven y no tiene aún concreciones alrededor de las articulaciones, cuida de su forma de vida, es amante del trabajo, y tiene un intestino apto para someterse a un modo de vida y de alimentación, éste desde luego podría sanar, si, por suerte, se encontrara con un médico que tenga buen juicio”

En su tratado Sobre las afecciones, 31 describe los síntomas: “La podagra es la más violenta de todas estas dolencias cuantas afectan a las articulaciones, la más larga, y la más difícil de rechazar. Y esta enfermedad se da cuando la sangre que hay en las venas pequeñas se corrompe bajo la acción de la bilis y de la flema. En tanto en cuanto esta enfermedad se da en las venillas más delgadas y que necesariamente hay por la mayor parte del cuerpo, y en los nervios y en muchos sólidos huesos, en esa medida es la más constante y la más difícil de rechazar. Es conveniente también para ésta lo mismo que para la artritis. Y también esta enfermedad es larga y penosa, pero no mortal. Si el dolor se queda en los dedos pulgares, cauterizar las venas del dedo un poco más arriba del nudillo, y cauterizar con lino crudo”




En sus Aforismos, da más datos sobre esta dolencia:

28. Los eunucos no padecen gota, ni se quedan calvos.

29. Una mujer no padece gota, de no ser que le haya desaparecido la menstruación.

30. Un muchacho no padece gota antes de haber tenido un coito.

49. Los achaques propios de la gota, tras producir inflamación, desaparecen en el plazo de cuarenta días.

55. Los achaques de gota se agudizan en primavera y otoño.

Celso recomienda una vida equilibrada, mucho ejercicio, una buena dieta y evitar la obesidad.

Más remedios para mitigar el dolor que producía nos los da Dioscórides. En su libro sobre las plantas recomienda el uso de la lenteja de agua, la acetabularia, la achicoria, la adormidera, las algas marinas, el álamo negro, el azufre, la calabaza, la cebada, la medusa, el nabo, la leche de mujer, el poleo, el vinagre, las uvas pasas, los excrementos, entre otros. Siempre a modo de cataplasma o purgantes.

Para Escribonio Largo, Preinscripciones, 162: “Cuando tu paciente tenga un ataque de gota, debes hacer que permanezca de pie a la orilla del mar, no en la parte seca de la playa, sino en el filo del agua, con los pies sobre una anguila negra eléctrica. Debería hacer esto hasta que se le entumezca el pie y la pierna hasta la altura de la rodilla”

Para método curioso el que nos indica Plinio, HN 28, 66, la orina humana: “Un remedio efectivo para la gota es la orina humana, como queda demostrado por el hecho de que los lavanderos no sufren de esta afección”

SATURNISMO


En el mundo romano en uso del plomo estaba vigente en su vida cotidiana: vasijas, utensilios, cañerías, maquillaje, escritos de maldición (defixiones), vino con virutas para hacerlo más dulce, etc. 



Este uso del plomo trajo como consecuencia el saturnismo que se manifiesta con dolores abdominales, anemias, trastornos mentales, hipertensión, problemas renales, cansancio,… se cree a su vez que algunos enfermos padecían de gota debido a la contaminación por el plomo.



Vitrubio en el libro VI es consciente de lo perjudicial del uso del plomo para conducir el agua: “el agua conducida por tubos de barro es mucho más salubre que la que llega por tubos de plomo, pues el plomo resulta más perjudicial ya que facilita la presencia de la cerusa que, según dicen, es nociva para el cuerpo humano. Si pues lo que genera el plomo es perjudicial, no cabe la menor duda de que también el plomo será nocivo. Podemos aportar el ejemplo de los que trabajan con plomo y observaremos que tienen la tez completamente pálida. Cuando se funde el plomo, el vapor que despide va penetrando por todos los miembros del cuerpo y va minando la energía de la sangre. En conclusión, no parece conveniente usar tuberías de plomo para conducir el agua, si queremos que sea salubre. La comida que consumimos cada día nos permite constatar que el agua tiene mejor gusto si se conduce por medio de tubos de barro, pues todo el mundo, aunque dispongan de mesas preparadas con vasos de plata, sin embargo utiliza recipientes de barro para conservar mejor el sabor y la pureza del agua”



Una de las principales causas del saturnismo era el uso de recipientes de plomo para hervir el vino y elaborar el defrutum y la sapa como leemos en Columela, XII, 19, 1: "Algunas personas cuecen el mosto que han echado en vasijas de plomo, hasta que disminuya la cuarta parte; otros hasta que disminuya la tercera; y no hay duda que si alguno lo cociere hasta que quede en la mitad hará una sapa mejor, y por lo mismo más útil para los usos a que se destina, de tal suerte, que aún puede servir en lugar de arrope al mosto de las viñas viejas"


O en Plinio, HN, XIV, 136. "También se debe hervir el mosto hervido y el mosto de vino nuevo cuando no hay luna, lo que significa que en la conjunción de ese planeta, y no en cualquier otro día, y además se deben usar jarras de plomo y no de cobre, y algunas nueces debe arrojarse al licor, ya que se dice que absorbe el humo"

En la próxima entrada hablaremos de las enfermedades de las clases bajas.
                                        
Plurimam salutem!!

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