domingo, 26 de enero de 2020

PIMPINELLA ANISVM


Con la nomenclatura de Pimpinella anisum L. conocemos a nuestro popular anís, tan usado hoy en día en la cocina y en la medicina.

Se trata de una planta procedente de la región del Mediterráneo Oriental y del suroeste de Asia.

Al igual que hoy en día, fue muy utilizada por los egipcios, griegos y romanos.

Sobre su cultivo los autores clásicos nos cuentan lo siguiente:
En general el anís prefiere un suelo ligero y con buen drenaje con muchos nutrientes. Sus flores son blancas y han de recolectarse a primeras horas del día, pues no se desprenden de sus umbelas cuando hay rocío o relente.

Paladio, III, 24, 14 sobre su siembra, nos dice que es en marzo: “Durante el presente mes se siembra comino y anís, en suelo bien removido al que se mezcla abono. Así que se ha sembrado, quítense a menudo las hierbas”

Paladio, IV,  9, 17 comenta que: “También es buena época de sembrar anís y comino. Se dan mejor en los lugares más feraces y también en los demás si se ayuda con riego y abono”

Ateneo IX, 371, d describe su forma: Y en el libro primero dice: Tienen las semillas dispuestas en forma de sombrilla: anís verde, hinojo, zanahoria, tordillo, cicuta, cilantro, la umbela que llaman algunos  matarratones

Teofrasto I, XII, 1 destaca que se caracteriza por su aroma: “A algunos los distingue su fragancia, como al anís”

Su uso fue principalmente en medicina y como condimento en salsas, pasteles y bebidas por su contenido en anetol que da un sabor dulzón.

USO MEDICINAL


Dioscórides, III, 56 nos habla de sus usos médicos: Anís. [Otros síōn, los romanos anisum.] [Es una pequeña semilla que se produce en Siria, parecida al apio, muy alta, grande, muy calorífera. Se toma bebida para el bazo, las dificultades de orina o la retención de la menstruación. Lo usan los lugareños como condimento y lo toman con calabaza cocida y vinagre. Y lo siguiente sobre el anís.] En conjunto su propiedad es calorífera: mejora la respiración, quita el dolor, hace orinar, [hace que fluyan los líquidos de los hidrópicos],  quita la sed, si se bebe. Es apropiado para picaduras venenosas de animales y para las flatulencias. Retiene el vientre y el flujo blanco, provoca la secreción de leche y anima al coito. Sus sahumerios en la nariz hacen cesar el dolor de cabeza. Sana de los derrames de oído instilado pulverizada con aceite de rosas. Es más potente el joven y maduro y que no se parece a salvado, vigoroso en su aroma. El mejor es el de Creta, después el egipcio”


Plinio HN, XX, 73 nos habla sobre su uso medicinal de una manera muy extendida: “El anís más apreciado es el de Creta y, al lado, el de Egipto. Esta planta se emplea en condimentos para abastecer el lugar de apio; y su perfume, cuando se quema e inhala, alivia el dolor de cabeza.  Se prescribe una aplicación de la raíz, machacada, para las inflamaciones de los ojos; y lo emplea de manera similar, en combinación con azafrán y vino, o bien golpeado solo y mezclado con polenta, para los reflujos violentos y la extracción de los objetos que han entrado en los ojos: aplicados, también, como un linimento en agua, detiene el cáncer de nariz. Mezclado con hisopo y oximel, y empleado como gárgaras, es una cura para la angustia; y, en combinación con aceite de rosa, se usa como inyección para los oídos. El anís seco elimina las flemas del cofre y, si se toma con miel, es mejor aún. Para toser, machaque cincuenta almendras amargas, sin cáscara, en miel, con un acetábulo de anís. Otro remedio muy fácil también es mezclar tres dracmas de anís con dos de amapolas y un poco de miel, un pedazo del tamaño de un frijol que se toma tres veces al día. Su principal excelencia, sin embargo, es como carminativo; por lo tanto, es tan bueno para la flatulencia del estómago, los dolores de agarre de los intestinos y sus afecciones. Una decocción de él, olido, detiene el hipo, y una decocción de las hojas elimina la indigestión. Una decocción con perejil, si se aplica a las fosas nasales, detendrá los estornudos. Tomado en bebida, el anís promueve el sueño, dispersa los cálculos de la vejiga, detiene los vómitos y la inflamación de las vísceras, y actúa como un excelente pectoral para las afecciones del tórax y del diafragma, donde el cuerpo está estrechamente atado. Generalmente se cree que no existe nada más beneficioso para el abdomen y los intestinos que el anís; por lo que se da, reseca, para disentería y tenesmo. Algunas personas agregan opio a estos ingredientes y recetan tres píldoras al día, del tamaño de un frijol, con un cyathus de vino. Se ha empleado el jugo de esta planta para el lumbago y prescribe la semilla de ella, machacada con menta, para las afecciones hidropesía y celeste: Se recomienda la raíz, también, para las afecciones de los riñones. Dalion, el herbolario, lo empleó, con perejil, como cataplasma para mujeres en trabajo de parto, como también para dolores del útero; y, para las mujeres en trabajo de parto, prescribe una decocción de anís y eneldo para tomar en bebida. Se usa como linimento también en casos de frenitis, o bien se aplica fresco recolectado y mezclado con polenta;o convulsiones. Pitágoras, de hecho, nos asegura que las personas, siempre y cuando sostengan esta planta en la mano, nunca serán atacadas con epilepsia, por lo que se debe plantar la mayor cantidad posible cerca de la casa; él también dice que las mujeres que inhalan el olor tienen un parto más fácil, siendo su consejo también, que, inmediatamente después del parto, se les debe dar a beber, con una pizca de polenta. Sosimenes empleó esta planta, en combinación con vinagre, para todo tipo de induración, y para la lasitud prescribe una decocción de la misma en aceite, con la adición de nitro. El mismo escritor promete su palabra a todos los viajeros, que, si toman anís en su bebida, estarán relativamente exentos de fatiga en su viaje. Heraclides prescribe una pizca de anís con tres dedos, para inflar el estómago, para tomar con dos óbolos de vino; y recomienda una preparación similar para las inflaciones del abdomen y los intestinos. En casos de ortopnea, recomienda una pizca de anís con tres dedos, y la misma cantidad de beleño, para mezclar con leche de asno. Es el consejo de muchos para aquellos que son propensos a vomitar, a tomar, en la cena, un acetábulo de anís y diez hojas de laurel, todo para batirlo y beberlo en agua. El anís, masticado y aplicado tibio, o tomado con castoreum en oximel, alivia las asfixias del útero. También disipa el vértigo después del parto, tomado con una pizca de semilla de pepino en tres dedos y la misma cantidad de linaza, en tres cyathi de vino blanco. Tlepolemus ha empleado una pizca de anís e hinojo en tres dedos, mezclado con vinagre y un cyathus de miel, para la cura de la fiebre cuartana. Aplicado tópicamente con almendras amargas. Es beneficioso para las enfermedades de las articulaciones. Hay algunas personas que lo consideran, por naturaleza, un antídoto para el veneno de serpiente. Es un diurético, alivia la sed y actúa como afrodisíaco. Tomado en vino, promueve una transpiración suave, y tiene la propiedad de proteger la tela de los estragos de las polillas. Cuanto más recientemente se ha recogido, y cuanto más oscuro es su color, mayores son sus virtudes: sin embargo, sin embargo, es perjudicial para el estómago, excepto cuando padece flatulencia”

Podríamos resumir sus usos medicinales de esta manera:

Efectos terapéuticos

Afrodisíaco

Analgésico: dolores de pecho, dolor de cabeza, supuración de oídos, contra la diarrea, purgar la bilis y flatulencias

Diurético

Mordeduras de insectos y alimañas

Provoca sudoración

Otros usos

Para condimentar alimentos

Para hacer bebidas

Para quitar la sed

FormaS de aplicación

Bebido sólo o con agua

A modo de colirio

Vahos



USO CULINARIO

Columela, Los doce libros de la agricultura, XV nos habla del uso del anís para conservar los higos:Algunas personas, después de haber cogido los higos les quitan los cabillos y los extienden al sol; en seguida,  así que se han secado un poco, y antes de que se pongan duros, los echan en unos lebrillos de barro o de piedra ; después los pisotean, con los pies lavados, como se pisa la harina para amasarla, y les mezclan ajonjolí tostado con anís de Egipto, semilla de hinojo y cominos”

Columela, XLVIII sugiere su empleo para el adobo de las aceitunas: “Conviene echar en un modio de aceituna un sextario de semilla de anís maduro y de lentisco y tres ciatos de la de hinojo”

Del mismo asunto trata en el capítulo XLIX: “se revuelve  entre las manos sal tostada y molida con los demás aliños secos. Y estos son alholvas, cominos, semilla de hinojo y anís de Egipto”

Para el aceite de gleucino en su libro LI, Columela nos dice que se emplea el anís: “Se tomará cálamo aromático, junco de olor, cardamomo, madera del árbol del bálsamo, corteza de palma, alholvas remojadas en vino añejo y después enjutas, y también tostadas, raíz de junco, como igualmente lirio Griego y anís de Egipto, de todo partes iguales, que consistirán en una libra y cuarterón de cada cosa, que se sumergirán en una metreta, metidas, como he dicho, en una red pequeña, y después se tapará la metreta”

Ateneo, XI, 464 c-d nos habla de su uso para elaborar un vino aromático, nacido de la decocción de mirra, anís, azafrán, junco aromático, amomo, canela y bálsamo

En la cocina, Apicio VII, 1 nos legó una salsa para rellenar la tripa de cerdo: seguidamente, amalgamar con esta salsa: machacar pimienta, ligústico, laserpicio, anís, jengibre, ruda en poca cantidad, garum de la mejor calidad y un poco de aceite

También nos comenta su uso para condimentar un cochinillo, Apicio XXVI: “Preparar esta salsa: pimienta, ligústico, anís, coliandro, ruda, baya de laurel, picarlo bien, mojar con garum, añadir puerro, un poco de vino de pasas o miel, vino y algo de aceite. Una vez cocido, espesar con almidón”

Catón, De agricultura, 121 [CXXX] para hacer un dulce llamado mustaceum, una tarta nupcial: “Haz los mustacos de la siguiente manera: rocía con mosto un modio de flor de harina; añádele anís, comino, dos libras de grasa y una libra de queso y las raspaduras de una vara de laurel y, cuando le hayas dado forma, añádele por debajo unas hojas de laurel cuando lo cuezas”


Como podemos ver no dista mucho su empleo en la actualidad.

Plurimam salutem!



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