Este fin de semana se ha llevado a cabo en Peñíscola la 7ª edición del Festival de Danza Tribal sobre la RoCa dedicado en esta ocasión a las Grandes Dionisíacas.
Ha contado con una pompa y danzas en honor a Dioniso organizado por la asociación Ménades de Irta y con la colaboración de la Saguntina Domus Baebia.
¡Allí hemos estado!
Desde De Re Coquinaria queremos completar este fin de semana con una entrada dedicada a las ofrendas que se entregaban a la divinidad. Para ello vamos a partir de una pintura mural que se encontró en Herculano, concretamente en la Casa de los ciervos.
Veamos qué nos narra el fresco:
Pese a estar dedicada a dicha divinidad, llama la atención el lugar
secundario que ocupa una escultura
erguida a la izquierda que se ha identificado con Dioniso, que porta un
vestido claro hasta los pies, a modo de tunica
talaris, túnica recta.
La escultura está sobre un
pequeño trípode y en su mano sinistra se puede apreciar un pequeño tirso, símbolo propio de la divinidad mientras que en
la dextra lleva un kantharos, cerámica propia de las libaciones en
los rituales dionisíacos.
Debajo del trípode se ve una pequeña
rama de olivo, típica ofrenda a los dioses, símbolo de paz y fertilidad.
A los pies de la escultura
podemos ver otro kantharos, de mayores dimensiones. Se descubre
perfectamente que se trata de una pieza hecha en plata, está como caído y en él
hay restos de vino tinto.
El hecho de que el autor muestre
en primer plano en interior de la copa con el apreciado caldo, podría tener dos
interpretaciones. Por una parte se podría tratar del vino puro ofrendado a los
dioses durante una libación y por otra, quizá sería para indicarnos que es la
ofrenda típica del dios del vino.
Otro elemento que destaca en el
fresco es una cabeza de cabra situada
junto a una jarra de bronce,
portadora del vino utilizado para llenar el kantharos.
Dioniso recibía en muchas
ocasiones ofrendas de animales como por ejemplo cerdos, cabras,.. pero sabemos que los machos cabríos
están muy vinculado con el dios, pues el cortejo dionisíaco de sátiros se les
representaba con cuernos, orejas,
pezuñas y colas de cabra, por lo que no es de extrañar la cabeza del chivo.
Comentar que la carne de cabra,
pese a que formaba parte
de la dieta habitual en el mundo clásico, no era considerada un alimento
exquisito, por tener una carne de baja calidad. Se empleaba principalmente su
leche y su lana.
Al fondo del fresco se aprecia un
montículo a modo de roca sobre el que hay una
gran bandeja de bronce con asas
móviles. En ella podemos apreciar unas ofrendas incruentas:
a)
Una gran piña (nux pinea), cuyos piñones eran considerados básicos en la alimentación
por ser muy nutritivos pero a su vez, ofrenda característica a Dioniso, con la
que se fabricaban los tirsos.
b)
Un plato con diferentes alimentos. Se pueden reconocer
unos
higos y unos dátiles.
Ambos frutos amados por los
griegos y los romanos, por lo que su coste era muy elevado, ya que en Italia no se producían y se
importaban desde Egipto, Arabia y el Golfo Pérsico.
Se tomaban solos o acompañando a carnes, aves
y pescados, jamás con verduras, pero también podían servir para elaborar
bebidas como “miel de dátil” y el vino de palma. Ambas bebidas eran
consideradas afrodisíacas y muy relacionadas con el dios del vino y la
fertilidad.
Para terminar un curioso
verso de Marcial sobre la piña: “Somos fruto de
Cibeles; aléjate, caminante, no sea nuestra caída sea sobre tu desdichada
cabeza.” (Xenia, XXV)
Desde De Re Coquinaria agradecer a las Ménades de Irta con su presidenta
Ruth Castell por darnos la oportunidad de colaborar en la POMPA realizada con
motivo del VII Tribal Fest on de Rock
Muchas gracias y
muchas felicidades por el trabajo tan esplendido que lleváis a cabo.
Plurimam salutem!!
2 comentarios:
Maravillosa entrad, como siempre.
Gracias Abel, eres muy amable
Un saludo
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