domingo, 25 de febrero de 2024

RECETA GRIEGA PARA PREPARAR EL JUREL



El jurel es un pescado poco servido en nuestras mesas, pero de un gran valor nutricional y proteico.

Era presentado en las mesas de los comensales griegos, aunque los nombres que se le aplicaban indican, quizás, no un aprecio excesivo.

En las fuentes griegas encontramos dos nombres diferentes para llamar a este pescado: "saúro" y "tráchouros". 

Saúro significa "lagarto" por la tonalidad de su dorso, mientras que tráchouros quiere decir "cola áspera" por la cola tan apuntada que le caracteriza.

En Ateneo, VII, 322, c-d podemos leer una sencilla receta para prepararlo. Veámosla:

"Lo menciona Alexis, en Leuca. Es un cocinero el que dice [PCG II, fr. 138]: 

A— ¿Sabes cómo hay que preparar el jurel? 

B— Si tú me enseñas. 

A— Una vez que le quites las branquias límpialo, recórtale las espinas que tiene alrededor, , ábrelo por el costado como es debido y, tras desplegarlo del todo, azótalo con silfio y rellénalo bien y con destreza de queso, sal y orégano"



POSIBLE ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Ingredientes

. 2 Jureles
. Asafétida
. Queso de cabra
. Sal
. Aceite
. Orégano

Elaboración

Limpiar los jureles quitándoles las espinas. Dejarlos abiertos como si fuera un librillo.

Hacer una mezcla de queso de cabra, un poco de sal, una cucharita de orégano y una pizca de asafétida que sustituirá al silfio.


Rellenar los jureles con esta mezcla, cerrar el jurel, colocar dentro de un papel de horno y cerrar bien.

Los  haremos al papilote en una plancha a la que le hemos puesto unas gotas de aceite. Tapamos para que se hagan al vapor dentro del papel.

Se puede servir con un poco de ensalada fresca o unas verduras a la plancha.

El resultado es muy interesante y exquisito

Prosit

Plurimam salutem!

domingo, 11 de febrero de 2024

PIRA. RECETAS Y CURIOSIDADES

A finales del año pasado dedicamos unas entradas a las peras en el mundo antiguo, pero aún nos quedan por descubrir otras muy interesantes. 

¿Os animáis a conocer cosas nuevas? 


 Ateneo III 80 d nos habla sobre forma de consumo: “Mnesíteo de Atenas, en su tratado Sobre los comestibles [fr. 32 Bert.], dice: «Respecto a cuantas de ellas se consumen crudas, como las peras, los higos, las manzanas de Delfos, etc., hay que: observar el momento en el que no tengan los jugos contenidos en su interior ni crudos, ni pasados, ni resecos en exceso por culpa de la estación».

 Ateneo IV, 137 b nos dice que eran frecuentes en sus mesas como postre: De nuevo se disponían las segundas mesas repletas, y en ellas había peras y gruesas manzanas”

 Ateneo  VI 275 b hace un comentario curioso al presentar a la pera como menú para cenar:Y a menudo —afirma— un padre o una madre preguntaban a su hijo si quería cenar peras o nueces y, después de comer algo  de esto, se daba por satisfecho y se iba a dormir”

  Al igual que en su libro III 81 b, Ateneo compara las manzanas y las peras: Filótimo, en el libro décimo tercero de su tratado Sobre la alimentación [fr. 10 St.], dice: «Las manzanas primaverales son mucho más indigestas que las peras, tanto si comparamos las verdes con las verdes, como si comparamos las maduras con las maduras. Las ácidas y todavía no maduras poseen además las cualidades de los líquidos, son bastante acres, y ácidas en cierto modo, y distribuyen por el cuerpo el llamado jugo astringente». Sostiene también que, en general, las manzanas son más indigestas que las peras, porque aunque comamos menos las asimilamos peor, mientras que, aunque tomemos más peras, las asimilamos mejor. De ellas sale un jugo astringente, llamado por Praxágoras (vitreo), debido a que los alimentos que no se asimilan tendrán los jugos más espesos. En general está demostrado que las manzanas son peores de digerir que las peras, y que los alimentos acres suelen proporcionar jugos aún más espesos. Entre las pomas invernales, las manzanas de Cidonia producen jugos más acres, mientras que los membrillos producen menos jugos, y menos acres, y se pueden digerir mejor”

 Paladio, Tratado de agricultura III, 209 nos ha legado la receta de vino y vinagre de pera, los llamados vina ficticia hechos de frutas y con un uso medicinal: “Se hace perada metiendo las peras en un saco de malla muy abierta, se machacan y aplastan con pesos o con una prensa. Dura el invierno pero se agria al principio del verano. El vinagre de peras se hace de este modo: se dejan durante tres días en un montón peras silvestres o de sabor ácido que estén maduras. Después, se meten en un recipiente al que se añade agua de fuente o de lluvia y se deja el recipiente tapado durante treinta días y a medida que se va cogiendo un poco de vinagre para el consumo, se echa otro tanto de agua en sustitución.

 Zumo de peras: el casto zumo de peras se preparará así: se pisan peras muy maduras con sal gorda. Cuando su carne esté deshecha, se meten en tonelitos, o recipientes de barro embetunados con pez; al cabo de tres meses la pulpa en suspensión desprende un líquido de sabor agradable pero de un color blancuzco. Contra este inconveniente será bueno que al tiempo que se salan, se mezcle una dosis de vino tinto”



 Dioscórides, 5, 24, nos habla del vino de peras y sus propiedades:<Del vino [1] de pera> (apítēs). El vino de pera se prepara igual que el de membrillo, pero que no estén las peras demasiado maduras. Y el de algarrobas, el de nísperos y el del fruto del cornejo se preparan igualmente. Todos ellos son astringentes, acerbos, estomacales, y retentivos de los flujos internos”

 Como leemos en Dioscórides si uso terapéutico es principalmente para el estómago, como digestivo y reductor de humores.

CURIOSIDADES

 Aristóteles HA, VIII, 595 A comenta que se utilizaban para cebar a los cerdos: Este animal engorda con cebada, mijo, higos, bellotas, peras silvestres y cohombros. Pero lo que más engorda tanto a los cerdos como a los demás animales que tienen un estómago caliente, es el reposo”

 Ateneo  XIV 640 c y ss además de hablar sobre los tipos de peras, cuenta una curiosidad de peras flotantes: “Pues fue Crisógono, el flautista, como nos dice Aristoxeno en el octavo libro de sus Leyes políticas, quien escribió el poema titulado Política. Y Filocoro, en su tratado sobre Adivinación, dice que fue un hombre de nombre Axiopistos, (no se sabe con certeza si era un Locriano o un Siciliano) el autor del Canon y de las Sentencias. Y Apolodoro nos dice lo mismo. Y Teleclides menciona el μυλος en sus Hombres Rígidos, hablando así: Los pasteles de queso calientes ahora son cosas a las que soy aficionado, las peras silvestres no me interesan; También me gustan los ricos trozos de liebre […] 63. Y ahora tomaré las peras (πιον), que veo ante mí, y hablaré de ellas, ya que es por ellas que el Peloponeso fue llamado πία, porque las plantas del peral abundaban en el país, como nos dice Ister, en su tratado sobre la Historia de Grecia. Y que era costumbre hacer subir peras al agua en las fiestas, lo aprendemos de las Breutias de Alexis, donde leemos estas líneas:

 A. ¿Has visto alguna vez peras flotando en aguas profundas servidas en la cena a unos hombres hambrientos?

B. Por cierto que sí, y a menudo; ¿qué hay de eso?

A. ¿No escoge cada invitado por sí mismo, y come la fruta más madura de las que nadan ante él?

B. Sin duda que lo hace. Pero las frutas llamadas μαμηλίδες no son lo mismo que las peras, como algunos han imaginado, sino que son una cosa distinta, más dulce, y no tienen almendra. Aristomenes, en su Baco, dice . ¿No sabes cómo crecen en el jardín de Chian. ¿Finos nísperos?

Y Æschylides también, en el tercer libro de sus Geórgicas, nos muestra que es una fruta diferente de la pera, y más dulce. Habla de la isla de Ceos, y se expresa así: "La isla produce las peras más finas, iguales a la fruta que en Jonia se llama hamamelis; porque no tienen semillas, son dulces y deliciosas". 

Pero Aethlius, en el quinto libro de sus Anales Samios, si el libro es auténtico, las llama homomelides. Y Pánfilo, en su tratado sobre Dialectos y Nombres, dice: "La epimelis es una especie de pera". Antífona, en su tratado sobre Agricultura, dice que las phocides son también una especie de pera. […] 

Cuando el filósofo dice γενναα, quiere decir εγεν, generoso, como también usa la palabra Arquíloco-. Ven aquí, eres generoso (γενναος);

o, tal vez, quiere decir πιγεγενημένα; es decir, injertados. Pues Aristóteles habla de peras injertadas, y las llama πεμβολάδες”

  Con esta entrada damos punto y final a la deliciosa fruta.

                      Plurimam salutem!                                   

domingo, 28 de enero de 2024

UNA BONITA COLABORACIÓN



Desde hace ya varios años, las Secciones de Valencia-Castellón y de Alicante de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC), convocan el conocido concurso ODISEA que versa sobre diferentes aspectos del mundo clásico. En esta ocasión el tema escogido ha sido "La alimentación en Grecia y Roma"

La SEEC nos invitó a realizar una colaboración dirigida al alumnado participante en el certamen...así que nos pusimos en marcha y éste ha sido el resultado.

Muchas gracias a los collegae de la SEEC  por pensar en el taller DE RE COQVINARIA de Sagunt para realizar esta colaboración y a Amparo Moreno por estar siempre ahí. 

GRATIAS PLVRIMAS!!

Plurimam salutem!

domingo, 14 de enero de 2024

RECOPILACIÓN RECETAS COCINA ROMANA ANTIGUA XVII

  


De nuevo inauguramos el año con la recopilación de recetas de cocina grecorromana publicadas en nuestro blog.

GUSTATIO- ENTRANTES

PASTINACAE

 Anthimus en su obra Sobre los alimentos, 53 nos ha transmitido una receta que nos recuerda en gran medida a los snacks vegetales.

“Las chirivías y las zanahorias son buenas si se hierven bien y se mezclan en otros platos. También son diuréticas. Si se comen fritas, hay que hervirlas primero en agua”

POSIBLE RECETA

Ingredientes

½ kg de chirivías y/o zanahorias

Aceite de oliva o girasol (para freír)

Sal

Pimienta

Ajo en polvo (opcional)

Elaboración

Tras limpiar y pelar bien las chirivías y/o zanahorias, se cortan en tiras.

Se pueden cocer al vapor durante unos 6 o 7 minutos para, a continuación, ponerlas a freír en una sartén con el aceite o en una freidora de aire hasta que estén doraditas.

Servir espolvoreadas con sal, pimienta y ajo en polvo.

ENTRANTES VARIADOS

En Apicio IV podemos leer estos platos:

 12. Plato de anchoas sin anchoas

 “Cortar en pequeños trozos carne de pescado asado, o cocido en agua, hasta llenar la cacerola en la cantidad que se quiera. Picar pimienta, un poco de ruda, rociar con garum la cantidad necesaria y un poco de aceite. Mezclarlo con la carne de pescado, y añadir unos huevos batidos hasta hacer una masa homogénea. Poner por encima unas ortigas de mar, sin que se mezclen con los huevos. Cocer a fuego lento para evitar que se mezclen y, una vez cocido, espolvorear pimienta y servir. En la mesa nadie sabrá lo que come”


 13. Plato de leche: “Aliñar unos piñones y secarlos —se tendrán erizos de mar frescos sin preparar, coger una cacerola y en ella disponer los siguientes ingredientes: la parte central de unas acelgas y malvas, puerros maduros, apio, col tierna, todo fresco y cocido en agua, un pollo troceado cocido en su jugo, sesos hervidos, salchichas de Lucania, huevos duros partidos por la mitad. Echar tripas de cerdo rellenas al modo de Terencio, cocidas y cortadas en rodajas, hígados de pollo, trozo de merluza frita, ortigas de mar, la carne de ostras y queso fresco. Colocar de forma alternada, espolvorear pimienta en grano y piñones. Rociar con una salsa preparada de la siguiente manera: pimienta, ligústico, semilla de apio y de benjuí. Cocerlo. A continuación, filtrar leche a la que previamente se hayan echado huevos crudos hasta obtener una mezcla homogénea, y derramarla por encima. Cuando la carne esté cocida, añadir tripas frescas, espolvorear pimienta y servir”

 36. Plato de ortigas de mar frío y caliente: “Coger ortigas de mar, lavarlas, escurrirlas con un colador, dejar secar en una mesa y cortar en trozos. Picar 15 gr. de pimienta, rociar con garum y macerar. Después, añadir dos cucharadas de garum y 150 gr. de aceite. Poner a hervir en una marmita. Cuando ya esté, apartar del fuego y dejar enfriar. A continuación, una tartera limpia, romper ocho huevos y batirlos. Echarlos en la tartera que se habrá colocado de manera que quede cubierta por las brasas. Una vez cocido, espolvorear pimienta y servir”

 Apicio, IV, III, 1: “Poner pescados en una tartera; añadir garum, aceite, vino y el caldo. Cortar minuciosamente unos puerros bulbosos y coliandro; hacer pequeñas albóndigas de pescado, trocear la carne del pescado cocido y echar unas ortigas de mar bien lavadas. Una vez cocido todo, picar pimienta, ligústico, orégano, triturarlo, rociar con garum y con su propio jugo, echarlo en la tartera. Cuando hierva, romper el preparado, mezclar bien, remover y espolvorear pimienta, y servir”

 Apicio, IV, XI variado de bayas: Poner en una cazuela ostras pequeñas, almejas, ortigas de mar, piñones tostados y picados, ruda, apio, pimienta, coliandro, comino, vino de pasas, garum, dátiles y aceite”

Apicio IV. SALA CATTABIA: “Pimienta, menta, apio, poleo seco, queso, piñones, miel, vinagre, garum, yema de huevo y agua fresca. Escurrir pan macerado en agua y vinagre, poner en una marmita queso de vaca y cohombros, añadiendo unos piñones. Echar unas alcaparras trituradas y unos higaditos de pollo. Cubrir con la salsa, ponerlo en un recipiente, y servir”

2. Otra receta de sala cattabia apiciana: “Echar en un mortero semilla de apio, poleo seco, menta seca, coliandro fresco, jengibre, uva pasa sin la semilla, miel, vinagre, aceite y vino; picarlo todo y amalgamarlo. Poner en una marmita trozos de pan de Piceno con carne de pollo, mollejas de cabra, queso de Vestino, piñones, cohombros, cebollas secas cortadas en trozos pequeños. Echar la salsa por encima, recubrir de nieve cuando esté a punto, y servir”

Apicio IV, IV, 1 (173) nos presenta una receta de una sopa llamada Ptisana: “Limpiar bien la cebada, que se habrá dejado en remojo el día anterior. Cocerla a fuego máximo. Después de su ebullición, añadir aceite en cantidad abundante, un pequeño manojo de eneldo, cebolla seca, ajedrea y un codillo de jamón, dejándolo cocer hasta que haga una crema. Echar coliandro fresco y sal, picada conjuntamente, y dejar hervir. Cuando esté, sacar el manojo de eneldo y trasladar la crema a otra cacerola procurando que no se queme. Quitar los grumos y seguidamente colar la crema encima del codillo de jamón. Picar pimienta, ligústico, un poco de poleo seco, comino y séseli frito, macerar con miel, vinagre, defrito, garum, y echarlo todo en la cacerola de manera que cubra bien el jamón. Dejar hervir a fuego lento"

 Galeno, VI, 526-527 K nos presenta la receta de una sopa de lentejas aromatizada con poleo elaborada con cebada, carne de cerdo, lentejas, acelga, ajedrea, poleo, puerro y anís.

Apicio II, 1 Lentejas con acanto: “Preparar una cazuela limpia. En un mortero picar pimienta, comino, coliandro en grano, menta, ruda, poleo, majar bien, rociar con garum y vinagre, añadir miel y defrito, macerar con vinagre y echar dentro de la cazuela. Machacar acanto cocido con agua y dejar hervir. Cuando esté, ligarlo todo y servir en una fuente añadiéndole aceite verde

 2. Lentejas con castañas: Preparar una cazuela y echar en ella castañas cuidadosamente limpiadas. Añadir agua y un poco de carbonato sódico, y dejar hervir. Durante su cocción, machacar en un mortero pimienta, comino, coliandro en grano, menta, ruda, raíz de benjuí, poleo, picarlo bien, rociar con garum, vinagre y miel, macerar con vinagre y echarlo encima de las castañas cocidas. Añadir aceite y dejar hervir. Cuando esté, machacarlo en el mortero. Catar; si está falto de algo, arreglarlo. Servirlo en una fuente, rociando con aceite verde”

3. Otra receta de lentejas: Ponerlas a cocer. Cuando hayan espumado, cubrirlas de puerro y coliandro fresco. Picar coliandro en grano, poleo, raíz de benjuí, menta y ruda, rociar con vinagre, añadir miel, macerar con garum, vinagre y defrito, añadir aceite y remover. Si le falta algo, arreglarlo. Envolver con almidón, echar aceite verde, espolvorear pimienta y servir”

Apicio, V. 1 Receta de espelta o crema de cebada: Machacar la espelta o la cebada, puesta en agua el día anterior. Poner a hervir; y cuando alcance el punto de cocción, echar aceite en cantidad suficiente y un pequeño manojo de eneldo, cebolla seca, ajedrea y un trozo de jamón para que dé una salsa. Añadir coliandro fresco y sal, picado conjuntamente. Cuando hierva, sacar el manojo, traspasar la crema de cebada a otra cazuela, evitando que se queme. Quitar bien los grumos y colarlo en la cazuela sobre el jamón. Machacar pimienta, ligústico, un poco de poleo seco, comino y séseli frito. Rociar con miel, vinagre, de-frito, garum. Echarlo en la cazuela encima del jamón, de manera que quede bien cubierto. Dejar hervir a fuego lento”

2. Otra receta: Cortar los bulbos, una vez cocidos con agua, y luego freírlos con aceite. Preparar la siguiente salsa: tomillo, pimienta, poleo, orégano, miel, vinagre en poca cantidad y, si se quiere, un poco de garum. Espolvorear pimienta, y servir”


PRIMA MENSA- CARNES O PESCADOS

POLLO

Apicio III, 8. 2. Calabaza con pollo

“Melocotones, trufas, pimienta, alcaravea, comino, laserpicio, finas hierbas, menta, apio, coliandro, poleo, dátiles, miel, vino, garum, aceite y vinagre”

3. OTRA MANERA.

“Pimienta, poleo, miel o vino de pasas, garum y vinagre. Puede añadirse laserpicio”



CARNES VARIADAS

Apicio VIII,  2

Salsa para todo tipo de caza, cocida o asada

10 gr. de pimienta, 5 gr. de ruda, ligústico, apio en grano, enebro, tomillo, menta seca y poleo, todo en cantidad de cinco gramos. Machacar hasta reducir a finísimo polvo, y amalgamar. Añadir miel, en cantidad suficiente, y emplear esta salsa añadiéndole garum al vinagre.

5. Plato de sangre, hígado y vísceras de la liebre

 Poner en una cacerola garum, aceite, caldo, puerro y coliandro picado, y añadir el hígado y vísceras. Cuando haya cocido, machacar pimienta, comino, coliandro, raíz de benjuí, menta, ruda; poleo, rociar con garum, añadir el hígado y sangre de la liebre, y picarlo. Echar miel y jugo del caldo, amalgamar con vinagre, y vaciarlo en una cazuela, junto con las vísceras cortadas en trozos muy pequeños. Dejar hervir. Cuando esté, envolver con almidón, espolvorear pimienta, y servir.

XXIII Cochinillo al tomillo

Cocer con agua, sal y eneldo un cochinillo muerto el día anterior, y que se habrá dejado en agua fría para que la carne estuviera tierna. Preparar finas hierbas, tomillo, un poco de poleo, huevo duro, cebolla picada, y echarlo encima del cochinillo, mojándolo con garum y 1/4 1. de aceite, 1/4 1. de vino de pasas, y servir.

X. Sarda rellena

Se saca la espina; se machaca poleo, comino, granos de pimienta, menta, nueces y miel, y con ello se rellena el pescado. Se cierra, se envuelve en papel y se pone en un recipiente a fuego lento. Se sazona con aceite, careno y salmuera.

* Cordula: atún recién nacido

  

SECVNDA MENSA- POSTRES

 

PHTHOIS, TORTITAS DE QUESO


Esta receta consiste en un dulce de queso que nos ha legado Ateneo XIV,  647 d- e:

"En cuanto al phthois, se hace así: se exprime un poco de queso, se tritura, se pasa por un colador de cobre y se echa un poco de miel, una hemina de harina fina y se amasa todo para incorporarlo"

POSIBLE ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Ingredientes

200 gr de queso cheddar o requesón

60 gr de miel

100 gr de harina 

Aceite para untar la bandeja del horno

Elaboración

En primer lugar, rallaremos el queso, en el caso de ser cheddar o lo desmenuzamos, si se trata del requesón. 

A continuación, lo incorporamos en la harina y lo amasamos bien. 

Cuando veamos que se ha conseguido una masa homogénea y blanda, añadimos la miel y volvemos a amasar.

Después dejaremos reposar la masa, bien tapada, como mínimo una hora.

Trascurrido ese tiempo, con la ayuda de un rodillo y sobre una superficie enharinada,  extenderemos la masa para hacer pequeñas tortitas.

Colocaremos las tortitas en una bandeja de horno, impregnada de aceite y las doraremos durante unos 15 0 20 minutos a unos 180 º.

Se pueden servir con miel, patés salados o dulces, frutas o frutos secos.



Apicio, VII MELÓN

“Pimienta, poleo, miel o vino de pasas, garum y vinagre. Puede añadirse laserpicio”

 KYBOI- PAN DE ENELDO Y QUESO

Ateneo en su libro III, 114 a nos ha legado la receta de un delicioso y curioso pan con forma cuadrada, especiado con eneldo y queso.

Ambos elementos proporcionan una textura y un sabor exquisito a este pan. 

El texto original dice“¿Cómo podríais vosotros saber que dados (kyboi), no ésos que tenéis siempre a mano, son también unos panes cuadrados, sazonados con eneldo, queso y aceite, según dice Heráclides en su Tratado culinario?”

Se trata de una receta sencilla que podríamos adaptar de la siguiente manera.


ADAPTACIÓN DE LA RECETA

Ingredientes

1 cucharada de levadura seca

1 cucharada de miel

2 cucharadas de eneldo seco

200 ml de agua tibia

25 gr de queso chédar rallado

350 gr de harina integral

50 ml de aceite de oliva

Una pizca de sal marina

Elaboración

Tras calentar la mitad del agua, disolveremos en ella la miel. A continuación incorporamos la levadura seca, removemos bien y dejamos activar la levadura durante unos 10 minutos.

En un bol ponemos la harina con la pizca de sal y las hojas de eneldo. Hacemos un pequeño volcán, se le añade la levadura activada, el aceite de oliva y lo que ha quedado de agua tibia.

Amasamos durante un rato, hasta que quede homogénea. Cubrimos con un paño o papel film el bol y dejamos fermentar durante dos horas en un lugar cálido.

Cuando veamos que la masa se ha duplicado, volvemos a amasar durante unos minutos. Ya amasada, la dividimos en tres partes iguales. Reservamos.

A continuación,  engrasamos con aceite y harina un molde cuadrado de unos 15 cm.

Empezamos poniendo una de las masas reservadas en el fondo del molde, alisamos bien. Sobre ella ponemos un tercio del queso rallado. Repetimos esta acción con las otras dos porciones de masa.

Dejamos reposar de nuevo la mezcla del molde, durante una hora, tapándola con un plástico en un lugar cálido para que continúe su fermentación.

Pasado este tiempo, introducimos el molde en el horno que ha sido precalentado a unos 200º. Cocemos el pan de queso durante unos 35 minutos. 

 Para terminar, sacaremos el pan, espolvoreamos por encima un poco de queso y horneamos de nuevo para que quede gratinado y crujiente.

OTRAS RECETAS

OXIPORVM- OXIGARVM

Columela XII, LVII, nos explica “el modo de hacer la composición llamadla en latín OXIPORVM- OXIGARVM: “Echa en un mortero ajedrea, hierbabuena, ruda, cilantro, apio, puerro sectivo, y si no lo hubiere cebolla verde, hojas de lechuga y oruga, tomillo verde o hierba gatera, como también poleo verde, queso fresco y queso salado: muele todo esto junto y échale un poquito de vinagre polvoreado con pimienta, ponlo todo en un plato pequeño y échale aceite por encima. Así que hayas molido las plantas verdes, que hemos dicho arriba, muele lo que te parezca suficiente de nueces mondadas, mezcla un poco de vinagre polvoreado con pimienta y rocíales aceite por encima. Molerás ajonjolí ligeramente tostado con plantas de que acabamos de hablar. También le mezclarás un poco de vinagre, con pimienta sobre el cual rociarás aceite.—Parte queso de las Galias o de cualquiera otra especie que quieras en pedazos pequeños, muélelo, mezcla con él piñones, si los hubiere en abundancia, y si no avellanas tostadas quitada la película, o almendras y los aliños que acabamos de decir, échale un poco de vinagre con pimienta, revuélvelo todo bien y rocía esta mixtura con aceite. Si no hubiere aliños verdes molerás con el queso poleo seco, o tomillo u orégano u ajedrea también secos, y, les echarás vinagre con pimienta y aceite. Sin embargo, si no hubiere proporción de todas estas plantas secas, se puede mezclar con el queso aunque sea una sola; se mezclarán con miel tres onzas de pimienta negra si la hubiere, y si no de blanca, dos de semilla de apio, una y media de laserpicio, al cual llaman los griegos silphion, y dos de queso todo molido y cribado, y guardarás esta mezcla en una olla nueva: después, cuando fuere menester gastarlo, se desleirá lo poco que se quisiere tomar en vinagre y garo. Tomarás una onza de apio montano, dos de pasas que se les hayan quitado los cuesquezuelos, y tres de pimienta blanca o negra: estas cosas, si quieres excusar mayores gastos, se pueden mezclar con miel y conservarse de esta suerte. Pero si quieres hacer un oxíporo  más costoso, mezclarás estas mismas cosas con la composición anterior, y en seguida guardarás esta mezcla para tu gasto; pero si no tuvieres laserpicio, echarás en su lugar media onza más de miel



Gargilio Marcial, De hortis, comenta cómo elaborar el liquamen que llaman oenogarum: Se cogen peces de naturaleza grasa, como son los salmones, anguilas, sábalos y sardinas o arenques, y se hace a partir de ellos y de hierbas aromáticas el siguiente preparado con sal. Se prepara un recipiente bien sólido y bien empegado, con una capacidad de tres o cuatro modios, y se cogen plantas secas que huelan bien, tanto de huerta como de campo, como por ejemplo eneldo, cilantro, hinojo, apio, ajedrea, caramillo, ruda, hierbabuena, sisimbrio, ligústico, poleo, sérpol, orégano, betónica, adormidera silvestre, y con éstas se extiende una primera capa en el fondo el recipiente. Luego se dispone otra capa de peces, enteros si fuesen pequeños y cortados en trozos si mayores. Sobre ésta se echa una tercera capa de sal, de dos dedos de gruesa. Y de este modo se debe llenar el recipiente hasta arriba con estas tres capas alternantes de hierbas, peces y sal alternativamente encima; luego se debe cerrar una vez puesta la tapadera y así se debe dejar durante siete días. Pasados éstos, se debe remover este preparado hasta el fondo durante veinte días seguidos, dos o tres veces al día, con un palo de madera dispuesto a la manera de un remo. Cumplidos éstos, se recoge el líquido que proviene de este preparado y de esta manera se hace, a partir de este preparado, liquamen u oenogarum. Se cogen dos sextarios de este líquido y se mezclan con medio sextario de buen vino, luego se echan a esta mezcla cuatro manojos de cada una de estas plantas secas, a saber, eneldo, cilantro, ajedrea y caramillo. También se echa un puñado de semillas de alholva, y treinta o cuarenta granos de pimienta, tres denarios por libra de costo [planta aromática], una cantidad similar de canela y otra similar de clavo. Todo esto se mezcla con este líquido una vez minuciosamente machacado. Luego este preparado se debe cocer en un recipiente de hierro o de bronce durante el tiempo que haga falta hasta que quede reducido a un sextario. Sin embargo, antes de que se cueza del todo, conviene añadirle media libra de miel espumada. Cuando éste esté cocido completamente, debe colarse a través de un filtro, como se hace con las bebidas, hasta que se aclare; no obstante, se debe verter hirviendo en el filtro. Una vez clarificado y enfriado, se guarda en un recipiente bien empegado para sazonar los alimentos”

 

BEBIDAS

 

VINO DE POLEO

Historia Augusta, Heliogábalo, 19, 4: “Fue el primero que inventó el vino aromatizado con almaciga y con poleo y todos los combinados que mantiene nuestro boato actual”

Columela XII, 25, nos habla sobre cómo  hacer el vino de ajenjos, de hysopo, de abrótano, de tomillo, de hinojo y de poleo. El vino de ajenjos, el de hysopo, el de abrótano, el de tomillo, el de hinojo y el de poleo conviene prepararlo de esta manera. Cuece una libra de ajenjos del Ponto con cuatro sextarios de mosto hasta que quede en las tres cuartas partes, y echa el resto luego que esté frio en una urna de mosto amíneo; haz lo mismo con las demás plantas que se han escrito arriba. También se pueden cocer tres libras de poleo seco con un congio de mosto hasta que se disminuya la tercera parte, y cuando el líquido se haya enfriado, sacar el poleo y echar aquel en una urna de mosto; este vino se da después en el invierno con utilidad a los que tienen tos, y esta especie se llama gleconites”

Dioscórides, V, 52 nos ha legado una receta de vino“El vino de calamento, de poleo, de abrótano. Se preparan igualmente que el de tomillo. Son eficaces para los de estómago débil, para anoréxicos y para icténcos. Son diuréticos”.

CICEÓN (KYKEÓN)

El vocablo está en relación con el verbo kykáó, «agitar», «mezclar líquidos»

Se trata de una tisana hecha de harina de cebada, con agua, miel, aceite o vino y poleo, tomillo o menta que se consumía en los misterios de Eleusis en honor a Deméter para romper el ayuno sagrado. Era una tisana considerada muy nutritiva por los ingredientes que llevaba.

Himnos Homéricos, 207, bebida con poleo: “Metanira le dio una copa de vino dulce como la miel, una vez que la llenó. Pero ella rehusó, pues decía que no le era lícito beber rojo vino. Le instó, en cambio, a que le sirviera para beber harina de cebada y agua, después de mezclarla con tierno poleo

También en Heráclito, Las Metamorfosis, XXIV Ascálabo, nos habla de esta bebida servida a Deméter“Deméter, cuando recoma errante toda la tierra a la búsqueda de su hija, se detuvo a descansar en el Atica. Misme la recibió en su casa y, como hacía mucho calor, le dio de beber agua mezclada con poleo- menta y harina de cebada. Deméter, que estaba sedienta, ingirió la bebida  de un solo trago. El hijo de Misme, Ascálabo, al ver esta escena, se echó a reír, y dio la orden de que le trajeran a la diosa un cántaro profundo o una tinaja. Deméter,  encolerizada, arrojo sobre el muchacho la bebida que le quedaba. Y Ascálabo se metamorfoseo, quedando convertido en una salamanquesa de cuerpo moteado”

Aristófanes, La paz, 712, Hermes le ofrece una infusión de esta hierba aromática que es la manera habitual de consumirla: “No, si te bebes una infusión de poleo. Mas saca de aquí enseguida a Teoría y llévala al Consejo, donde estaba antes.”

Yambógrafos griegos, Hipocnate, 48, de nuevo leemos sobre el brebaje que consumía Ceres: A las tribulaciones entregaré mi quejumbrosa alma si no me envías cuanto antes un medimno de cebada, para que haga yo de su harina un brebaje, y lo beba (?), remedio contra mi mísera condición”

 

Prosit!!! 

 

FELIZ AÑO MMXXIV

 

Plurimam salutem!  

domingo, 17 de diciembre de 2023

IO SATVRNALIA!

 



DESDE DE RE COQVINARIA OS ENVIAMOS NUESTROS 

MEJORES DESEOS DE FELICIDAD Y AMOR EN ESTOS 

DÍAS.

FELICES FIESTAS



FELIZ AÑO NUEVO

Plurimam salutem!

domingo, 3 de diciembre de 2023

PIRA. CULTIVO Y CONSERVACIÓN



Hace unas semanas hablamos de las diferentes peras que se conocían en el mundo clásico. En esta ocasión veremos cómo se cultivaban y conservaban.

CULTIVO Y CONSERVACIÓN

 Paladio, Tratado de agricultura III, 209 nos habla de su cultivo: “Pondremos vástagos de perales en el mes de febrero en los sitios fríos; en los calurosos, en cambio, en noviembre. En el peral zonas templadas, en el mes de noviembre, hay que sembrar los perales para contar con la ayuda de un suelo regado; de ese modo echan muchísima flor y dan frutos muy grandes. Sin embargo, prefieren nacer precisamente en el suelo que dijimos que convenía al viñedo; en todo caso, de una tierra feraz se consiguen árboles fuertes y muchísima cosecha. Las peras duras como piedras se cree que pierden tal defecto si se siembran en tierra blanda. El peral que se planta por vástagos sale más bien tarde. Sin embargo, a los que les guste este sistema -a fin de no mezclar las semillas de buena raza con ninguna substancia que tenga el amargo de lo silvestre-, que metan en hoyos grandes vástagos de dos o tres años con raíces, de la misma manera que se plantan los olivos y de tres o cuatro pies de altura sobre el terreno. Deben cortarse sus copas y recubrirlas con una mezcla de arcilla y musgo. Si alguien siembra pepitas de peras es indudable que necesariamente nacen porque la naturaleza infunde vida a su germen y, al ser eterna, no hay tardanza que le cause hastío; pero para el hombre es muy largo esperar esto sobre todo porque tardan en nacer y empeoran su buen origen. Por tanto, resultará mejor que en el mes de noviembre se planten vástagos de perales silvestres con sus raíces en fosas bien cavadas, para injertarlos en cuanto hayan prendido. Pues la diferencia es que los que se han plantado con sus vástagos son dulces y tiernos, pero no se conservan demasiado; en cambio, los injertados aguantan el paso del tiempo. Déjese un espacio de treinta pies entre los perales. Este tipo de árbol, para que prospere, debe cultivarse regándolo a menudo y cavándolo varias veces, hasta el extremo de que en la época que normalmente florece no perderá ninguna de las flores que echó si entonces acude el cavador. Se obtiene muy buen resultado si al cabo del año se  le echa un abono cualquiera, si bien parece que el de vaca propicia frutos abundantes y grandes. Hay algunos que mezclan ceniza creyendo que por eso se da un sabor fino a los frutos. Considero superfluo enumerar las variedades de la especie, siendo así que no existe diferencia alguna en su plantación o cultivo. Si el peral está debilitado, una vez cavado, se hace un agujero a la raíz y en él se introduce un palo de madera, o bien se clava en el tronco, después de perforarlo de igual forma, una cuña de pino o, si no lo hay, de roble. Se matan los bichos del árbol que ya hubieran nacido y se impide que vuelvan a nacer vertiendo hiel de toro a las raíces; o, también, si se echan posos recientes de vino añejo a las raíces durante tres días, se consigue que no se esquilmen demasiado los árboles en flor. Si el peral es duro como una piedra, se retirará primero la tierra de las extremidades de las raíces y se apartarán todos los guijarros y así que estén bien separados, se pondrá en su lugar otra tierra tamizada por una criba. Ahora bien, esto da resultado si no se cesa de regar. En el mes de febrero o marzo se injerta el peral de la manera que se indicó cuando tratamos del injerto: en la corteza y en el tronco. Se injerta con el peral silvestre y el manzano; según algunos, con el almendro y el espino; para Virgilio, con el olmo, el fresno y el membrillero. Según otros, también con el granado, pero haciendo la incisión en el tronco. La púa de peral que se injerta antes del solsticio, debe ser de un año y, antes de hendirla, estar desprovista de hojas y demás partes blandas; en cambio, después del solsticio se injerta la que guarde la última yema. [El peral se injerta con cualquier procedimiento.]

Las peras se ponen en conserva en buen tiempo desde el día veintidós al veintiocho del cuarto menguante. La fruta recogida seca y a mano desde la segunda hora a la quinta o desde la séptima a la décima -seleccionando escrupulosamente de la que haya caído, la que esté entera, tirando la dura y algo verde- se introduce en un recipiente untado en pez que se cierra con una tapadera y se pone boca abajo enterrándolo en un sitio que tenga cerca agua corriente permanentemente. O también, las que tienen dura la pulpa y la piel se ponen primero en un montón; cuando empiezan a ablandar, se meten en un recipiente de barro bien cocido y untado de pez y, poniéndoles por encima una tapadera, se recubren de yeso. El recipiente se introduce en un hoyo pequeño en un sitio que le dé diariamente el sol. La mayoría conservan las peras metiéndolas entre la paja o el grano. Hay otros que las cogen con sus rabos y en seguida las meten en orzas untadas con pez, y después de cerrar la boca de los recipientes con yeso o pez, las protegen de la intemperie cubriéndolas con arena. Otros conservan las peras en miel para evitar que estén en contacto. Otra fórmula es secar al sol las peras partidas y sin pepitas. Hay algunos que espuman agua salada cuando lo entra en ebullición por el calor y, después, cuando ya está fría, le echan las peras a conservar; luego, al cabo de un ratito, las sacan y las meten en un jarro con su orificio tapado para conservarlas. O bien se dejan estar en agua fría salada un día y una noche, luego se maceran en agua natural por espacio de dos días y después se guardan bañadas en arrope, vino de uva pasa, o vino dulce”



 Ateneo, X, 420 a nos informa que en verano es cuando se consumían: El vaso que circulaba entre los invitados no era mayor de una cotila59, y el postre consistía habitualmente en altramuces o habas, aunque en ocasiones también se servía algún producto de temporada: en verano, pera o manzana, en primavera, almorta, y en la estación invernal, higos secos”

 Columela, Los doce libros de la agricultura,  XIV nos habla sobre el método para secarlas: “Modo de secar las manzanas y las peras. En este mismo tiempo o también a principios del mes de agosto se escogen las manzanas y las peras de gusto más dulce, y después de haberlas partido en dos o tres pedazos con una caña o con un cuchillo de hueso, se ponen al sol hasta que se sequen. Si hay muchas no hacen la menor parte del alimento de la gente del campo en el invierno, pues les tiene lugar de comida sólida: lo mismo sucede con loes higos, que si se han guardado secos, ayudan a mantenerlos durante la misma estación”

Plinio, HN, XV, 17 también nos presenta muchas recomendaciones para su conservación: “Las peras se entierran en hoyos dentro de vasijas de barro  barnizadas de pez y boca abajo. Las tarentinas son las que se cogen más tarde. Las anicianas se conservan también en vino de uvas pasas. […] Del mismo modo se actúa con las serbas y las peras, untando los respectivos pecíolos de pez. Respecto a las tinajas, que se pongan lejos del agua. Hay algunos que las conservan así, con sus propias ramas, hundiendo ambas puntas en una cebolla albarrana; otros, en tinajas que contengan vino sin que toque las uvas; algunos dejan las manzanas flotando con sus cazuelas de barro y, con tal fórmula, consideran que se da además aroma al vino. Hay otros que prefieren conservar todos estos productos en mijo; pero la mayoría, en hoyos de dos pies de profundidad, pisados de arena, con una tapa de barro y luego recubiertos de tierra. Hay quienes untan con greda de alfarero incluso las uvas, las cuelgan después de secarlas al sol y, en el momento de consumirlas, les lavan la arcilla. La misma arcilla se amasa con vino en el caso de las demás frutas.  […]Otros le asignan a cada manzana o pera su correspondiente tarrina de barro y, después de taparlas con pez, las meten a su vez dentro de una tinaja. También hay algunos que las ponen entre vellones de lana en cajas que forran con una capa de barro mezclado con pajas; otros hacen esto mismo en cazuelas de barro y algunos también en hoyos pisados de arena, tapándolos seguidamente con tierra seca”

 Continuaremos comentando cosas interesantes sobre esta maravillosa fruta.

Plurimam salutem!